“EL FIN DE LA SOLEDAD”

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Mensaje especial para la comunidad de estudiantes de Gal Einai en México – Seminario en Cancún del Rabino Itzjak Ginsburgh – (27 de Nisán 5771 – 1 de Mayo 2011)

Shalom a todos. Hoy tenemos el seminario en México, en Cancún. Que el seminario tenga mucho éxito y sea maravilloso. Hoy comenzamos a leer en la Torá la Parashá Emor , (“Díle” [a los sacerdotes]), que comienza con un verso muy interesante, donde está 3 veces la raíz emor אמר , “decir”. Está “ ledaber ”, לדבר , “hablar”, que es una forma más dura, y lemor לאמור , “decir” que es una expresión más suave. Y aquí está escrito 3 veces. Está escrito “ vaiomer Hashem el Moshé” , “y dijo Dios a Moshé”, y en general está escrito “ vaidaber …” “y habló…”. El verso dice:

“ VAIOMER Hashem el Moshé, EMOR el hacohanim bnei Aharón,

VEAMARTA alehem… [lenefesh lo itamé beamav].”

“Y dijo Hashem el Moshé, diles a los sacerdotes hijos de Aharón,

y les dirás:…” [“no se impurifiquen a causa de muerto entre su pueblo.”]

¿Por qué está 3 veces “ emor ”, “decir”? ¿Qué se puede aprender de esto, y también relacionarlo con nuestro seminario de hoy?

En la segunda y tercera vez que está escrito “dile a los sacerdotes…” y “y les dirás…”, dicen nuestros sabios y el comentarista Rashi lo trae en su explicación simple de la Torá escrita:

” להזהיר גדולים על הקטנים

“ lehazhir gdolim al haktanim 

“para advertir los mayores a los menores”.

Hace es necesario dos veces “ emor ”, “diles a los sacerdotes hijos de Aharón y les dirás…”, para que los sacerdotes adultos, maduros cuiden a sus hijos, a los jóvenes, a los más pequeños y los guíen, los eduquen para que “nunca se impurifiquen con muertos en su pueblo”, con la intención de cuidar la sacralidad y la pureza. El cometido del mayor es advertir al menor para que también sepa cuidar su santidad y su pureza, “nunca se impurificarán con muerto de su pueblo”. Así comienza.

De esta manera, la primera enseñanza de esta parashá es acerca de la responsabilidad de la educación. También hay una situación general, en especial en nuestra generación, que las personas se sienten aisladas, solitarias, desconectadas, separadas del otro, en soledad. Y el motivo verdadero es que cada uno no se hace responsable por el otro. Cada uno tiene que sentir que yo soy responsable también por mi compañero. Si lo siente muy profundo en el corazón, que su compañero es tan importante como él mismo, e incluso más todavía, entonces todo el tiempo tiene cuidado de cuidar al compañero.

Puede ser alguien menor que él, o puede ser alguien mayor, depende en qué. Hay cosas en las que yo soy mayor que el otro, que sé más, y otras cosas en las que es más grande que yo. En las relaciones entre las personas también hay grande y pequeño y se puede invertir, y aquí la primera enseñanza de la parashá es que los grandes adviertan a los pequeños.

Otra cosa importante es que todo sea con un lenguaje suave, tierno, en forma de “ amirá” , “diciendo”, “dile a los cohanim hijos de Aharón…”. Y si la persona en verdad siente responsabilidad, esto contrarresta y anula la soledad, el aislamiento entre los seres.

Ahora, volvamos a meditar en esta expresión “ lehazhir , “advertir los mayores a los menores”. La palabra lehazhir ”, להזהיר , no es sólo cuidar, advertir de algo, que pueda sucederle algo no bueno, Dios no lo permita. En lashón Hakodesh, la lengua sagrada, también es “ zohar ”, “ זוהר ”, claridad, gran luz. Está escrito en la Torá: “y los inteligentes resplandecerán [ iazhiru ] como el resplandor [ zohar ] del firmamento”. Y por eso el Zohar, el libro básico de la Cabalá, el sagrado Zohar, se llama así justamente por resplandecer, resplandece, proyecta una gran luz que llega justamente a otras almas que comprenden muchas almas juntas.

Con respecto a la palabra “al”, “ על ”, “a”, de advertir “gdolim al haktanim”, “los grandes A los pequeños”, a veces se explica que dice “ al iedei ”, על ידי , “a través de”. O sea que esta expresión se puede leer en dirección inversa, que si yo soy más grande en alguna cosa respecto a otra persona, que yo sé y el otro no sabe, entonces cae sobre mí la responsabilidad de enseñarle, de cuidarlo, iluminarlo. Pero a través de que yo lo ilumino, recibo de él una luz que retorna, “ or jozer ”, un feedback, que no tiene que ser sólo con palabras, puede ser una energía. Si yo emito energía, irradio, ilumino al prójimo, recibo de vuelta. Esto se llama “ lehazhir gdolim al haktanim ”, que el mayor se vuelve luminoso, que los grandes iluminen justamente por intermedio de los pequeños. Por cuanto que siente la responsabilidad e ilumina al menor, recibe de vuelta una gran luz y de esta manera “resplandece”.

Hay también una enseñanza de los sabios muy importante: “toda persona tiene que tener alguien por encima suyo”, es lo que se llama “Rebe”; “tiene que tener un compañero”, alguien que está frente suyo, “y también tiene que tener un alumno”, alguien que recibe. El discípulo es el pequeño, el compañero es el igual por igual, y el Rebe es el grande. Y hay otro dicho de los sabios muy novedoso: “mucho recibí de mis rabinos”, que aprendí mucha Torá de mis rabinos, “pero de mis compañeros más que de ellos, y de mis discípulos más que de todos los demás”.

¿Cómo puede ser que una persona diga que aprendió mucha Torá de sus rabinos, pero que de sus compañeros más todavía, y de los que más aprendí fue de mis alumnos? ¿Qué significa de mis alumnos? Es lo que dijimos antes, es la or jozer , la luz que regresa, que recibo de mi alumno. Es resplandecer los grandes a través de los pequeños. Entre los compañeros también hay luz que constantemente va y vuelve, que se llama “ ratzó vashov” . La relación con el compañero es como el pulso viviente, que constantemente corre y regresa. Como la visión de la profecía de Iejezkel: והחיות רצוא ושוב כמראה הבזק , “ vehajaiot ratzó vashov kemaré havazek ”, “y las bestias corrían y regresaban como la visión del relámpago”. Donde [los ángeles llamados] bestias, jaiot , es el jaiut , la vitalidad, el pulso de la vida, el pulso del corazón, que va y viene. Esta es la relación con el compañero. Y la relación con el rabino es de anulación, soy como “ ain ”, “nada”, respecto al Rebe que está sobre mí.

Ahora, las 3 veces que figura la palabra “decir” en este verso son exactamente estas tres relaciones. Y también, expliquemos antes que en Cabalá, uno de los secretos más profundos del Arizal, es que las letras de la palabra emor , אמור , “decir”, son las iniciales de אור-מים-רקיע , “ or-maim-rakía” , “luz-agua-firmamento”. Así Dios creó el mundo: primero hay luz, luego la luz se condensa, se materializa un poco donde el agua es como la lluvia, ( hagshamá , de gueshem , “lluvia”, cuando el agua del aire se condensa y se transforma en gotas de lluvia), y se transforma en agua líquida, y luego se hace más definido, se transforma en algo fijo porque el agua todavía no es estable, oscila [entre aire y líquido], pero el firmamento es una realidad concreta, completamente material. Entonces para que haya una realidad material, primero tiene que haber una luz que es completamente espiritual, más elevada que la oscilación, luego agua, que comienza a ser material pero no es completamente estable, y al final el firmamento. Estas son las etapas de la creación del Mundo. También estas son las etapas de la transmisión de la simiente al formarse el embrión, de acuerdo con la Cabalá.

Ahora, lo que recibo de mi Rebe es luz. Lo que converso con mi compañero, “y entonces hablarán el hombre con su prójimo”, como dice el verso. Tengo un compañero, y entre nosotros conversamos [ mitdabrim ] a manera de ida y vuelta, ratzó vashov . Esto es agua, maie denaide , “agua que va y viene” y “no hay agua sino la Torá”. Pero en el momento en que llego a enseñar algo a mi alumno, obligatoriamente tiene que ser firmamento, porque hay que decirle algo claro, una Halajá brurá , una ley que se entienda. Si hay personas adultas que tienen que advertir a los menores para que no se impurifiquen, para cuidar la santidad y la pureza, hay que decir cosas claras, precisas. Esto se llama firmamento.

Estas tres etapas son equivalentes a las tres relaciones, con el Rebe, con el compañero y con el alumno. Al final, si logro tomar la luz del Rebe, materializarla como el agua cuando hablo con mi compañero, luego más todavía, hacerla como el firmamento que enseño a mi discípulo, entonces recibo toda esa gran luz que regresa, y esto se hace “de mis alumnos más que de todos”. ¿Qué es ‘que de todos’? Significa que verdaderamente pasó por todos, que provino del Rebe, luego pasó por el compañero y cuando llega al alumno entonces la luz que recibo de vuelta es enorme. Está escrito que toda luz que vuelve, vuelve a su origen verdadero. Llega al Atzmut mamash , a la Esencia tal cual.

Ahora, la primera palabra del verso es “ vaiomer Hashem el Moshé ”, “y dijo Dios a Moshé”. Vaiomer es Hashem quien habla. Está escrito que el respeto a tu rabino, cómo uno se relaciona con su Rebe es como el temor que uno tiene al Cielo. Entonces cuando uno escucha a su Rebe tiene que ser una vivencia del alma, como si recibiera luz de Dios. Es una iluminación y una revelación directa de Dios. Esto es “Y dijo Dios a Moshé”, paralelo a “mucho aprendí de mis rabinos”.

Luego cuando dice “ emor el hacohanim bnei Aharón ”, “dile a los sacerdotes hijos de Aharón”. Hay muchos sacerdotes hijos de Aarón, es una relación de compañeros. Si yo soy sacerdote y tú también, ambos hijos de Aarón, es el agua, la relación entre compañeros.

Pero al final, donde está escrito veamarta aleiem , “y les dirás a ellos”, especialmente de aquí los sabios aprenden, de este agregado aprenden “advertir los grandes a los pequeños”. Que es la relación con el alumno, y la responsabilidad respecto a ellos.

Y si existe todo este flujo, de seguro no hay más soledad en el alma. Está escrito que hasta el jasidut, que no había una relación normal de Rebe, compañero y alumno, había soledad, aislamiento. Pero ahora el Baal Shem Tov trajo esta gran noticia de que se terminó, porque hay este flujo del “emor”, אמר , de nuestra porción de la Torá de la semana. Está la luz del Rebe, está el agua fresca y dulce de la relación con los compañeros, que se llama “ dibuk javerim ”, “apego de los compañeros”, y está el firmamento, la capacidad también de materializar completamente y decir las leyes de la Torá de forma clara y precisa al alumno. Entonces de todo este proceso recibimos la luz de regreso a su Esencia, que es “de mis alumnos más que de todos”.

Entonces les deseo que todos tengamos un Rebe verdadero, que tengamos compañeros a quien apegarnos, y también que cada uno pueda ser un maestro con alumnos, para traer la luz, el agua y el firmamento, para que “Y dijo Hashem el Moshé, diles a los sacerdotes hijos de Aharón, y les dirás a ellos…”. Entonces que todo sea con un éxito extraordinario y enorme.

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