LA LLUVIA: ARMONÍA ENTRE LAS TRES DIMENSIONES DE LA REALIDAD

La Conexión Bejukotai-Lag Baomer

La cabalá enseña que el día en que el tzadik (“persona justa”) desaparece de este mundo, ese día del año se revela la esencia de su alma. LagBaomer, literalmente el día 33 de la cuenta del Omer, fue el día de la desaparición de Rabí Shimón Bar Iojai, el autor del Zohar. Este día, cuando la esencia de su alma fue revelada, es considerado el día de la entrega de la Dimensión Interior de la Torá. LagBaomer usualmente cae en la semana que se lee la porción de la Torá Bejukotai, señalando el hecho que ambos están conectados. Bejukotai es la parashá número 33 de la Torá, y además el primer versículo tiene 33 letras.

Más aún, el valor numérico de las dos primeras palabras de la parashá, “imbejukotai” es igual a 561, que es el triángulo de 33 (el triángulo de un número es la suma de todos los números desde 1 hasta el número en cuestión, en este caso: 1 más 2 más 3 etc. hasta 33 = 561). Esta operación matemática se relaciona con el secreto de la cuenta del omer. El triángulo del día que se está contando está sugerido en la redacción de la frase al contar: no decimos hoy es el primero o segundo o tercer día del omer, sino “hoy es un día… del omer…, hoy es dos días…, etc.”. Este fraseo toma en cuenta los números de los días anteriores, creando un triángulo de cada día del omer.

Lag Baomer: La Revelación de las Maravillas de la Torá

Cuando lag (que se escribe lamedguimel) se deletrea en orden inverso (guimellamed) forma la palabra gal, que significa “revela” como en el versículo de los Salmos (119:18):

Gal einai veabita niflaot mitorateja
“Abre (revela) mis ojos y hazme ver las maravillas de Tu Torá.”

El potencial latente de Lag Baomer es la oportunidad de conectarse con la maravillosa dimensión interior de la Torá y revelarla en nuestras vidas.

Estatutos: Afán por la Torá

El primer versículo de nuestra porción de la Torá dice: “si caminarán en los senderos (de acuerdo con) Mis estatutos”, (im bejukotai teleju). El famoso comentador bíblico Rashi, explica que caminar en los senderos de los estatutos de Dios significa esforzarse en el estudio de la Torá. Este afán lleva a cumplir los preceptos y realizar buenas acciones que reflejan la luz de la Torá a nuestro alrededor.

La primera palabra es Im, que significa “si” (en condicional). Nuestros sabios explican que esta palabra implica un “pedido” o “súplica”. Dios nos pide, como si fuera, que nos conduzcamos según Sus estatutos para que pueda derramar Sus bendiciones sobre nosotros. Así como la vaca desea amamantar más de lo que el becerro desea mamar, también el deseo de Dios de derramar Su bondad y abundancia sobre nosotros sobrepasa nuestro deseo de recibirlas. (La palabra im, también se puede leer como em, que significa madre.) Para que estas bendiciones físicas y espirituales puedan tomar contacto con la realidad, deben ser ganadas con esfuerzo. La condición para ser acreedor a ellas es esforzarse en el estudio de la Torá y su cumplimiento.

“Y Daré”

En el segundo versículo Dios comienza a enumerar las bendiciones que derramará sobre nosotros si marchamos en el sendero de Sus estatutos. La palabra venatati, “Y daré”, es utilizada para describir tres bendiciones separadas:

“Y te daré tus lluvias (gueshem) en sus estaciones apropiadas.”
“Y daré paz (shalom) a la tierra.”
“Y daré Mi Morada (mishkán) en medio de ti:”

Estos tres regalos representan tres grados ascendentes de santidad.

1. Las lluvias representan abundancia física. Cuando las lluvias llegan en su momento adecuado, los cultivos crecen en abundancia produciendo potencia física y armonía en el mundo.

2. El segundo presente, la paz, trae armonía a las almas de la tierra.

3. El tercero, la morada de Dios entre nosotros, es el regalo del conocimiento (conciencia) de Dios, la Divinidad de Dios en armonía con la realidad.

El versículo nos promete una progresión de “tus lluvias en sus estaciones apropiadas”, “paz en la tierra” y “Mi morada entre ustedes”. El regalo de la lluvia está condicionado a nuestro esfuerzo desde abajo por traer este presente desde lo Alto e integrarlo a nuestra realidad. El regalo de la revelación Divina es derramado desde lo Alto para que se manifieste abajo. La paz es el nivel intermediario de las almas en armonía una con la otra.

Mundos, Almas, Divinidad

El Baal Shem Tov enseña que en toda meditación debemos mantener en mente las tres dimensiones de la realidad: Mundos, Almas y Divinidad. Las bendiciones de lluvia, paz y una morada para Dios entre nosotros son un ejemplo importante de este paradigma:

PresenteManifestación en la RealidadDirección de la ManifestaciónDimensión de la Realidad
LluviaAbundancia físicaDe abajo hacia arribaMundos
PazAlmas en ArmoníaLas Almas se acercan entre siAlmas
Presencia de Hashem entre NosotrosConciencia de la Presencia de HashemDe Arriba hacia AbajoDivinidad

La Lluvia Abarcadora

La primera letra de cada uno de los tres regalos gueshemshalom y mishkán, respectivamente guimel, shin mem, forman la palabra gueshem, “lluvia”. De esto podemos concluir que aunque la lluvia parece estar relativamente a un nivel bajo de santidad, en realidad abarca los otros dos niveles superiores de paz y morada de Dios. Dios no quiere que Su revelación permanezca siendo una experiencia estrictamente espiritual. Más bien, desea que Su revelación sea totalmente en armonía con la realidad física. Este es el propósito verdadero del mishkán, -el Tabernáculo, la morada de Dios en la Tierra- que creásemos una morada para Dios en nuestra realidad física. En LagBaomer, cuando los secretos interiores de la Torá son revelados, podemos incorporar el secreto de cómo ser acreedores a los regalos de Mundos, Almas y Divinidad, haciendo que se manifiesten en nuestro mundo material.

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