“¿UNA GRAN MUJER?”

PARASHAT TAZRÍA – “DA SEMILLA”

Al principio de la parashat Tazría [Vaikrá 12:2] hay una guematria muy bella, las palabras:

אִשָּׁה֙ כִּ֣י תַזְרִ֔יעַ וְיָֽלְדָ֖ה זָכָ֑ר

Isha kitazría veialdá zajar

“Una mujer que concibe y da a luz un varón”

Su guematria es 1305. Si tomamos a 1000 [elef, אלף] como alef, אלף, y שה = 305, entonces nos queda la palabra אשה, ishá, “mujer”. Es decir que toda la expresión “Una mujer que concibe y da a luz un varón” suma “una gran mujer”.

¿Qué nos dice esto según la Cabalá? Cuando decimos sólo ishá, “mujer”, se refiere a la matriarca Rajel, correspondiente al poder del habla en el alma, maljut-reinado, la principal.

También está Lea, el poder del pensamiento en el alma. Y hay una cuestión, la base fundamental de nuestro Maestro el Baal Shem Tov: unir el habla con el pensamiento. De tal manera que toda palabra que sacamos de nuestra boca tenga una intención interior, profunda, con apego a Dios.

Entonces Rajel se eleva como está dicho “¿quién es esa que sube desde el desierto?”  [El Cantar de los Cantares 3:6], desde el habla [midbar-desierto, la misma raíz que dibur-habla]. Rajel se eleva para unirse con Leá, y entonces es llamada La Gran Rajel, Rajel haguedolá.

Este es el secreto de la “mujer que concibe y da a luz un varón”. La mujer simple, [ishá] 306 se eleva para llegar a ser 1305, al agregarle y por medio de “cuando concibe y da a luz un varón” que suma 999. 

Ahora, al comienzo del libro de Vaikrá, “Y [Dios] llamó [a Moshé]”, ויקרא, esta palabra está escrita con una alef pequeña, alef zeira. Y una de las interpretaciones en Cabalá es que en el Pecado del Becerro de Oro, fueron quitados de Moshé Rabeinu 999 luces de las 1000 que recibió durante la Entrega de la Torá. De esta manera le quedó una luz pequeña que es la alef pequeña de la palabra vaikra.

Hay que llegar desde el principio del libro de Vaikrá hasta la parashat Tazría, “la mujer que concibe y da a luz un varón”, para restituirle a Moshé Rabeinu las 999 luces que le fueron quitadas. Es decir que aquí hubo una verdadera rectificación del pecado del Becerro de Oro. Esta es la rectificación para traer al Mashíaj al mundo, “La mujer que concibe y da a luz un varón”.

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