IOSEF VIVE AÚN

En la porción de la Torá Vaigash que se lee durante el mes de Tevet, Iosef se revela a sus hermanos:

“Yo soy Iosef, ¿mi padre está vivo aún? (Génesis 45:3).

Iosef, el hermano que se pensaba asimilado entre los gentiles durante un periodo de 22 años desde la edad de 17 años, se revela ahora inesperadamente ante sus hermanos como un judío orgulloso, leal a las tradiciones de su padre, el patriarca Iacob.

Iosef simboliza la chispa que vive en el corazón de cada judío, incluso aquella que aparenta haberse asimilado a una cultura extraña y opuesta a las tradiciones de Israel. Aunque “duermo” en el exilio, “mi corazón está despierto” (El Cantar de los Cantares 5:2), esta es la chispa de Iosef. Pero “toda persona tiene su día”, llegará el tiempo en que la chispa de Iosef será revelada a todos para ver que: “Yo soy Iosef, ¿mi padre está vivo aún?”

Nuestra madre Rajel llamó a su primogénito Iosef, porque “Di-s añadirá (iosef en hebreo) para mi otro hijo” (Génesis 30:24). En los escritos jasídicos está explicado que la cualidad especial corporizada por Iosef es la habilidad de influenciar favorablemente a un judío, que se ha asociado con aquellos que están fuera del rebaño (y por lo tanto parece ser “otro”), para volver a ser un “hijo” de su Padre en los Cielos. Iosef es capaz de hacer esto de momento que su chispa ha ardido desde siempre en el corazón del que está distante y aparenta ser “otro”.

Por Providencia Divina, Iosef fue enviado a Egipto antes que sus hermanos para preparar el camino, o sea implantar en la tierra de Egipto el poder de supervivencia judío, que iba a volverse de suma importancia después del exilio en Egipto. El alma de Iosef está escondida en los recovecos de las almas de sus hermanos, los hijos de Israel, en el exilio, y los despierta a salir allí dándoles la clave para la redención: “por seguro Di-s los recordará” (Génesis 50:25).

Se afirma en el Zohar que la revelación de Iosef a sus hermanos alude a la revelación de Di-s al pueblo judío en el Monte Sinaí: “Yo soy el Señor tu Di-s que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud” (Exodo 20:2). El despertar para salir de Egipto, que es el secreto de la revelación de Iosef a sus hermanos, es realmente la manifestación de la esencia de Di-s en el pueblo judío. Cuando hay un despertar desde abajo (el deseo inicial del pueblo de ser redimido), es evocado desde Arriba un deseo complementario (desde Di-s para enviar a su pueblo). Estos dos son esencialmente uno y lo mismo: “Yo soy el Señor Tu Di-s”.

“Cantaré Alabanzas a Mi Di-s Mientras Yo Exista”

Cuando los hermanos regresaron a Canaan trajeron buenas noticias: “Iosef aún vive”. A su vez, Iacov declaró: “Es grandioso, Iosef mi hijo está vivo aún” (Génesis 45:28). Significativamente, en cada una de las tres fervorosas declaraciones – “Yo soy Iosef, ¿está mi padre vivo aún?”, “Iosef está vivo aún” y “Es grandioso, Iosef mi hijo está vivo aún“, resalta la palabra “aún”, en hebreo od.

Sobre el versículo de Salmos “(146:2): Alabaré a Di-s mientras viva, cantaré alabanzas a mi Di-s mientras aún viva” (en hebreo: beodi), explica en el Tania el primer rebe de Jabad, rabi Shneur Zalman de Liadi: “Cuando se afirma ‘Alabaré a Di-s [Havaiá] mientras viva, cantaré alabanzas a mi Di-s [Elokim] mientras aún viva’, se está indicando que la vida se trae aquí abajo desde el nombre de Di-s Havaiá y “od” [‘viva aún’] es el cuerpo – de secundaria importancia – que deriva del Nombre de Di-s Elokim“. Así vemos que od (“aún”) se refiere al cuerpo del judío que está subordinado su alma.

El alma Divina del judío es “verdaderamente parte de Di-s en el alto (Tania, Cap. 2). Por lo tanto no es sorprendente que el alma tenga existencia eterna. Sin embargo en cuanto al cuerpo del judío, aprendemos inesperadamente que en cualquier situación vive y prospera, incluso cuando desciende a Egipto “lo desnudo de la tierra”. Y esto es porque en su cuerpo hay una chispa esencial (además del alma pura que se encuentra en su interior) que le da vida y lo sostiene: esta no es otra que la chispa de Iosef, el secreto de “Di-s [Elokim] seguramente los recordará” (y en el secreto de: “…no soy yo, Di-s [Elokim] le dará una respuesta favorable al faraón” – [Génesis 41:16] – “Cantaré alabanzas a mi Di-s [Elokim] mientras aún yo exista (beodí, en mi cuerpo)”.

El Poder de Generación

La primera expresión de entusiasmo “¿Está mi padre vivo aún?”, cuando Iosef se hace conocer a sus hermanos, se refiere al cuerpo de Iacob, el último patriarca. A continuación, el entusiasmo se refiere al cuerpo de su hijo Iosef, quien también fue capaz de sobrevivir y prosperar: “Iosef vive aún”, “Es grandioso, Iosef, mi hijo, está vivo aún”.

De acuerdo con la cabalá, nuestro patriarca Iacob se compara a la sefirá de tiferet, “belleza”. En el esquema integral del Hombre Supremo, esta sefirá está asociada con “el cuerpo”, el torso de la figura Suprema (como también está discutido en la sección del Zohar “Introducción de Eliahu”). 

Iosef “el Tzadik“, fundamento del mundo”, se compara a la sefirá de iesod “fundamento”, la “señal del pacto sagrado”, el sitio de la circuncisión (en las palabras de la introducción de Eliahu: “El final del cuerpo”). Encontramos así que tanto Iaacov como Iosef aluden al mismo cuerpo – la “parte principal del cuerpo” y “el final del cuerpo” (de acuerdo con el secreto de “el cuerpo y el sitio del pacto son considerados uno”).

Acerca del versículo “estas son las generaciones de Iaacov, Iosef” (Génesis 37:2), los escritos jasídicos explican que todas las generaciones de Iaacov nacieron via el poder de Iosef, incluyendo aquellos que nacieron antes que él y también las generaciones que nacieron desde entonces y hasta el final del tiempo.

Eod viviente de Iosef se refiere al “miembro viviente” en el que está investido el poder de generación (que es el poder del Uno Infinito), en forma tanto material como espiritual, como explica el Baal Shem Tov. Esto refleja la vitalidad esencial de los cuerpos judíos: que cada forma es capaz de generar infinitas formas.

El versículo que cierra la parasha vaigash es: ” E Israel habitó en la tierra de Egipto en la sección de Goyen, y tomaron posesión de ella y crecieron y se multiplicaron sobremanera” (Génesis 47:27). El poder de ser fructífero y multiplicarse (en forma extraordinaria, más allá de toda medida y limitación) es el poder especial de Iosef, cuyo nombre viene de la palabra hebrea “adición” (tosefet, como en el dicho “el incremento de Di-s [tosefet] excede en gran medida la esencia”) – “Di-s me proveerá con un hijo adicional”. En las palabras del primer Rebe de Jabad: “Cada judío debe hacer otro judío”.

Dicen nuestros sabios que el mes de tevet es “el mes donde un cuerpo disfruta de otro”. En este mes, un od recibe placer de otro od: “Está mi padre vivo aún” de “Iosef vive aún”, el padre (“cuerpo, torso”) del hijo (“el final del cuerpo”), y el hijo del padre. Esto es facultar para la generación de una numerosa progenie judía – la Morada para Di-s – hasta que “todas las almas en el cuerpo serán completadas” en cuyo momento aparecerá el redentor.

El aniversario del fallecimiento del primer Rebe de Jabad, Rabi Shneur Zalman de Liadi, conocido como el Alter Rebe, autor del Tania y del Shuljan Aruj, es celebrado el 24 de tevet. El solía decir que en el mundo por venir “el alma será nutrida por el cuerpo”. Habrá una inversión de la naturaleza: lo esencial (el alma) se tornará circunstancial mientras que lo que era circunstancial (el cuerpo) se volverá esencial. Este es el verdadero secreto de “Iosef aún vive”: el od de Iosef (que está en cada judío) vivirá eternamente, mientras que el alma (el aspecto de “Alabaré a Di-s mientras viva”) recibirá su principal vitalidad del cuerpo que vivirá por siempre.

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