INTERIOR DE LA TORÁ

Presentación del Nuevo Libro del Rabino Ginsburgh

¿QUÉ ES EL INTERIOR DE LA TORÁ ? CONCEPTOS DE CABALÁ Y JASIDUT – primera parte.

La parte interior de la Torah es la sabiduría oculta de la Torah de Israel, más conocida como “Cabalá”; sus raíces están insertas en los tempranos días del Judaísmo y desde entonces se desarrolló para ser una amplia y rica reflexión llenando así cantidades de libros. La Cabalá se ocupa de aclarar las profundas estructuras del mundo, del hombre y de la divinidad misma. La Cabalá está destinada a ayudar al hombre en su acercamiento al Creador y vivir su luz.

Quien mira de afuera ve a la Cabalá como una más de las ramas de la Torah, pero la razón por la cual se le llama la parte interna (oculta) de la Torah es mucho más que eso. Ella representa la cara interior de la Torah en general. El lado de adentro, oculto más allá de sus partes y detalles.

Un apodo adicional de la Cabalá es: Nishmeta de Oraita (el alma de la Torá). La misma posee una personalidad viva dueña de un cuerpo y un alma. La mayoría de las enseñanzas tradicionales tales como la Mishná , la Guemará y la Halajá se ocupan del “cuerpo”, del aspecto revelado de la Torah; (las halajot principalmente son apodadas en la Mishná como “ gufei Torá ” o sea los cuerpos de la Torá), en cambio en la Cabalá se descubre la parte oculta que hay en ella.

Ambos puntos de vista de la Torá no sólo expresan estratos diferentes de ella misma sino que también se dirigen a distintos estratos de nuestro ser interior.

La parte externa o “ jitzoniut ” está dedicada en su mayor parte a la rectificación de la vida a nivel del aspecto revelado de la realidad: antes que nada la vida en la práctica, y por extensión también la vida del alma existente en los estratos espirituales relativamente revelados.

La Cabalá, por otro lado, está dedicada al arreglo y corrección de los niveles ocultos y más profundos del hombre y desnuda los procesos más profundos del mundo y del alma. Nos posibilita entonces experimentar esas capas y hacerlas crecer.

LA REVELACIÓN DE LA CABALÁ Y EL MOVIMIENTO JASÍDICO

Cuando conocemos a alguien nuevo, lo primero que nos fijamos es su apariencia y luego de a poco descubrimos su mundo interior. Así también la Cabalá se revela lenta y gradualmente. Durante muchos años de nuestra historia su estudio fue prohibido para el público en general y fue custodiada por unos pocos merecedores de ello. Por ejemplo, es conocida la prohibición de estudiarla antes de alcanzar la edad de cuarenta años. Aun así muchos de los grandes cabalistas pasaron por alto esa prohibición (tres de los más destacados: el Arí Hakadosh , el Ramjal y Rabi Najman de Breslev murieron antes de los cuarenta, así que se ve que ellos no cumplieron con dicha prohibición). Pero ciertamente, hubo también que sí la adoptaron y aquellos que se cuidaron mucho de difundir la Cabalá.

Dos temores principales había detrás de esta cautela: el primero de ellos fue que alguno utilizara con malos propósitos la Cabalá práctica. El segundo fue que los conceptos y parábolas así como las comparaciones de la Cabalá pudiesen no ser entendidos como se debe y así dar lugar a concepciones erróneas, personificando o materializando la divinidad y por consiguiente profanándola.

Y estos temores no eran injustificados pues hubo casos en que quedo demostrado que en las manos equivocadas la Cabalá se utilizo como un instrumento para desviar del camino de la Torá. El caso más famoso fue el de Shavtai Tzvi en el siglo XVII que es conocido como el falso mesías y que arrastro tras de sí a muchos, pero no fue el único.

El primero en cambiar ese concepto fue el Ari Hakadosh ( Rabi Itzjak Luria Azkenazi ), el más grande de los cabalistas de la nueva época, que actuó en Zfat en el siglo XVI. Hizo dos cambios importantes con respecto al descubrimiento de la Cabalá: 1) prohibió casi completamente el uso de la Cabalá práctica y 2) explicó que en nuestra época “está permitido y es un precepto revelar esta sabiduría”, o sea la Cabalá. Incluso explicó también que su estudio acercará al mundo a la situación de la redención que daría integridad al hombre tanto en cuerpo como en alma.

Pero la revolución más grande en el camino de la diseminación multitudinaria de la Cabalá sucedió más o menos unos doscientos años después, en el siglo XVIII, con la fundación del movimiento jasídico por Rabí Israel Baal Shem Tov. Se puede decir que la novedad más grande del Baal Shem Tov fue tomar la Cabalá elevada y traducirla al plano del alma. Tomó los esquemas básicos de la Cabalá, las estructuras ramificadas de los mundos superiores, nombres del Santo Bendito Sea, y las complicadas intenciones espirituales, y las implementó al servicio del desarrollo y la purificación del alma. Para los jasidim, la sabiduría de la Cabalá es un instrumento para entendernos a nosotros mismos y el significado de nuestra vida, y a estar inspirados al reconocimiento de la Divinidad presente en todo.

Sin temor a equivocarnos, podemos decir que el jasidismo fue el movimiento más grande y significativo de renovación espiritual en este nuevo periodo del judaísmo. Se extendió con rapidez entre los poblados judíos del este de Europa, trayendo consigo una ráfaga de aire fresco a la rutina de estudios, oraciones, ( avodat Hashem ), etc.

La experiencia de quienes se encontraron con ella por primera vez, fue la de un despertar de un largo y profundo sueño de años, el sentimiento de que hasta ese momento no había sido probado realmente el sabor de la fe y la cercanía a Dios.

El cambio jasídico del enfoque evaporó totalmente el recelo por el estudio de la parte oculta de la Torá , y los derribó completamente. Si antes temieron que la parte interior de Torá llegase a manos de alguien no muy “estable” espiritualmente, ahora se hacía evidente que el camino para desarrollar la estabilidad más profunda en el alma era justamente por medio de la Torá no revelada, por medio de la Jasidut.

Es más, debido a que el estudio jasídico ejemplifica los conceptos de la Cabalá con respecto a la Divinidad por medio de conceptos tomados del alma de la persona, neutraliza el peligro concreto que pudiera haber para los que la estudian. Y como no hay, tampoco hay limitaciones de edad, tal es así que es importante que los niños aun de corta edad estudien y absorban las enseñanzas de la Jasidut .

En los hechos el Jasidut preparó el camino para la apertura del interior de la Torá para dos sectores más de público: el primero es el público femenino, por cuanto que de acuerdo con la halajá las mujeres están obligadas a realizar preceptos que su cumplimiento principalmente tienen que ver con aspectos espirituales interiores (por ejemplo, la fe en Dios, amor a Dios, temor a Dios etc.) tal como los hombres, el estudio de la Torá les es relevante en igual medida. Ciertamente u n tema importante y muy debatido en la Cabalá y la Jasidut es el desarrollo espiritual de la mujer como un paso decisivo de la llegada de la gueulá (redención).

El segundo publico son las naciones del mundo: parte de la visión profética de la paz del judaísmo es la unión de la humanidad para servir a Dios hombro con hombro; con este objetivo, permitieron a las últimas generaciones en el Jasidut enseñar también a los no judíos las extensas secciones del interior de la Torá relevantes a ellos. Con la ayuda de Dios, volveremos a ocuparnos en extenso de estos dos temas tan importantes.

LA UNIDAD REVELADA Y OCULTA

Por cuanto que la Cabalá y la Jasidut son el alma de la Torá, en cierto sentido sin ellas sería como un cuerpo sin alma. Quien se dedica a estudiar sólo la parte revelada, la mayor parte del tiempo, siente como que se produce un hueco dentro de sí que no recibe respuesta de su estudio; que se siente vacío e insatisfecho. Efectivamente, esta experiencia es la que se encuentra en el meollo de la gran crisis que atraviesa el judaísmo en la era moderna, que lleva a tantos a perder interés por él.

El secreto para salir de esta crisis está en la difusión de la Cabalá y el Jasidut, y en transformarlos en algo vivo y activo del entramado del judaísmo. La divulgación de la dimensión interior coloca a todas esas partes conocidas de la Torá en un nuevo contexto, más profundo y sobre todo de tal manera que toca la esencia del alma. En Jasidut esta explicado que la brecha entre la Torah revelada respecto al conjunto completo de lo revelado y lo oculto es tan grande, que este conjunto se experimenta nada menos que como la “Torá nueva”, concepto tomado de la interpretación de los sabios de bendita memoria del verso: “De Mi saldrá la Torá”, (Ishaiá 51-4), y se aclara que es como decir “Una Torá nueva de Mi saldrá” (Midrash de Levítico 13-3). De acuerdo con Jasidut esto se refiere a la revelación de la parte interior de la Torá, que surgirá de la revelada; este es el significado de “nueva”.

Las novedades del interior de la Torá (interior) son tan grandes que a veces parece como una Torá separada e independiente. Por cierto, así se la presenta hoy al público en general y se la comercializa en todo el mundo, también un alma sin cuerpo es un ente abstracto, desprendido de todo y al final de cuentas estéril. El estrato revelado de la Torá, sus conceptos, enseñanzas, su estilo de pensamiento, y el universo de imágenes y personajes es el marco y el contexto dentro de los cuales existen la Cabalá y el Jasidut. Lo interno no se separa de su exterior, así como no se separan una criatura viviente de su hábitat natural.

El conocimiento y la conexión con la faceta revelada de la Torá son necesarios para adquirir herramientas y el marco adecuado para así entender lo oculto que hay en ella. Por esta razón es mejor combinar el estudio de la Cabalá con el de la Torá revelada, y en particular con Halajá [el cuerpo de leyes] que guía a la persona cómo construirse recipientes espirituales, por medio los cuales contener la luz de la Cabalá.Sin embargo, esto no quiere decir que el estudio de la Cabalá y Jasidut está prohibido para quien no cumple con la Torá y sus preceptos. El que desea conocer la enseñanza secreta del judaísmo y aun no se conecta con los aspectos externos, puede ingresar primero a los palacios interiores y conoces sus tesoros. Sólo tiene que cuidarse de estudiar únicamente de fuentes autorizadas y auténticas, que se sepa que ellas mismas son fieles a la Torá completa, tanto interior como exterior.

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