REENCARNACIÓN

Por Ierajmiel Tilles

¿Qué tan común es hoy la creencia judía en la reencarnación? ¿Cómo se diferencia de la creencia asiática? ¿Qué piensan los rabinos de ella?

La raíz de la palabra “Torá” es el verbo “instruir“. La función principal de la Torá es enseñarnos cómo vivir como judíos, en armonía con la voluntad de Dios. Por lo tanto, los niveles básicos de interpretación bíblica conducen a una comprensión práctica de las mitzvot y los valores judíos afines.

La Torá, sin embargo, es un documento de varias capas. Muchos de sus niveles más profundos de interpretación no son de fácil acceso y no se prestan a la aplicación obvia y práctica en la vida diaria. Por lo tanto, estos aspectos más esotéricos de la Torá no son de interés para segmentos significativos de la población judía, incluyendo algunos rabinos y eruditos.

En consecuencia, muchos judíos se sorprenden al saber, o incluso quieren negar que la reencarnación –la “rotación” de las almas a través de una sucesión de vidas o “guilgulim“- es una parte integral de la fe judía. Pero esta enseñanza siempre ha estado presente, y está firmemente arraigada en los versos de la Torá.

Los ejemplos abundan. El Rambán, uno de los grandes comentaristas de la Torá (y el Talmud), y una figura seminal en la historia judía, insinúa varias veces que la reencarnación es la clave para penetrar en los misterios profundos que participan en la mitzvá de ibum (la obligación del hermano de un hombre que murió sin hijos tener, que se case con la viuda). En su explicación de Génesis 38:8, insiste en que Iehudá y sus hijos estaban al tanto del secreto de la reencarnación, y que este era un factor importante en sus respectivas actitudes hacia Tamar.

La responsabilidad cae en nosotros

La comprensión judía de la reencarnación es diferente de las doctrinas budistas. De ninguna manera conduce al fatalismo. En cada punto de la decisión moral de su vida, el judío tiene completa libre elección. Si no fuera por la libertad de elección, ¡qué injusto sería que Di-s nos exija, en especial cuando se trata de la recompensa y el castigo! La reencarnación no implica predeterminación. Es, más bien, una nueva oportunidad para la rectificación y el perfeccionamiento del alma.

El Santo Arí lo explica más simple: cada judío debe cumplir todas las 613 mitzvot, y si no tiene éxito en una vida vuelve una y otra vez hasta que lo logre. Por esta razón, los acontecimientos en la vida de una persona pueden conducirla hacia ciertos lugares, encuentros, etc, y muchas veces el motivo no está a la vista. La providencia Divina proporciona a cada persona las oportunidades que necesita para cumplir con las mitzvot específicas, necesarias para la perfección de su alma. Sin embargo, la responsabilidad recae en nosotros. En el momento real de la toma de decisión en una situación dada, la elección es nuestra.

Una de las formas en que el Cielo mantiene nuestra capacidad de ejercer la libertad de elección, es no permitiéndonos el conocimiento consciente de las encarnaciones anteriores. En consecuencia, podría parecerles a algunas personas que ser conscientes de esta doctrina tiene poco beneficio práctico. Por otra parte, muchos estudiosos sostienen que estos conceptos místicos pueden ser fácilmente malinterpretados, o llevar a conclusiones erróneas y engañosas. Por lo tanto, podemos entender por qué este y otros temas están sólo insinuados en las Escrituras, y por qué a menudo se requieren ciertos conocimientos y una gran dosis de determinación para tener acceso a esta información.

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