RAB MORDEJAI DE NESKHIZH: RESUCITANDO A LOS MUERTOS

El rabino Mordejai Shapira de Neskhizh (Nesukhoyezhe, Ucrania) nació en 5602 (1842) de su padre el rabino Dov Ber. Fue el alumno preeminente de Rabi Iejiel Mijel de Zlotshov y realizó muchos milagros. Se dice que incluso entre los discípulos del Baal Shem Tov, hubo quienes desaprobaban la enorme cantidad de milagros que realizaba, muchos de los cuales eran completamente sobrenaturales. Al final, sus oponentes hicieron las paces con él y le recomendaron personas que necesitaban salvación. Rabi Mordejai era el rabino de varias ciudades y se dedicó a liberar a las agunot, las mujeres “encadenadas” a sus maridos porque se desconocía su paradero o se negaban a concederles el divorcio. Él era el jefe de una organización benéfica para la Tierra de Israel en Polonia. Rabi Mordejai falleció el 8 de Nisán, 5660 (1900) a la edad de 58 años (el valor de חֵן, jen, “gracia”) en la ciudad de Neskhizh.

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Cuando era joven, Rabi Mordejai adoptó la costumbre de exiliarse de su hogar y vagar de un lugar a otro disfrazado de mendigo (para identificarse con el dolor de la Presencia Divina que también está en el exilio de su hogar, es decir, el Templo en Ierushalaim). Esta era una práctica común a muchos tzadikim en aquellos tiempos.

Al mismo tiempo, el joven Shpoler Zeide y el Zoslover Jazan, dos famosos tzadikim de Polonia, también estaban haciendo su propio exilio. Por Divina Providencia, los tres jóvenes tzadikim se encontraron en un pueblo distante justo antes de Shabat. Había una posada con una taberna en esa ciudad regentada por un judío. Los tres tzadikim le preguntaron al posadero si podían pasar el Shabat con él, pero se negó rotundamente. Le instaron a que los acogiera, ya que no tenían otro lugar adonde ir. El judío explicó que la razón por la que no los quería allí en Shabat era porque sufrirían: al anochecer, los no judíos de toda el área se reunían en su taberna, bebían y se ponían bulliciosos, haciendo imposible dormir. “No podrán soportarlo”, les dijo.

“Justamente por esta razón queremos pasar Shabat con ustedes”, dijo Rabi Mordejai. “Solo tengo una petición: cuando barras la casa en honor al Shabat, barre cuatro codos adicionales (un codo es unos 45 cm.) alrededor del perímetro de la casa”. El posadero hizo lo que se le pidió. Cuando los campesinos no judíos vinieron para su juerga de borrachera del viernes por la noche y entraron en el perímetro de cuatro codos, se detuvieron y se preguntaron entre ellos: “¿Por qué debemos venir a molestar a este judío? ¡No hay razón para ello!” y se fueron. Así cada grupo y grupo.

A partir de ese día ya no vinieron a interrumpir el Shabat del posadero.

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La parte maravillosa de esta historia es que los no judíos se arrepintieron de molestar al posadero. Los cuatro codos barridos en el perímetro de la casa en honor al sagrado Shabat crearon un área virtual de Shabat en la que los no judíos tenían miedo de entrar.

A diferencia de la tendencia judía de reprimirse y evitar a los no judíos posiblemente hostiles, Rabi Mordejai le enseñó al posadero a ampliar el perímetro de la santidad. Esto es aún más cierto en la tierra de Israel, cuya santidad se extenderá por todo el mundo en el futuro. La forma de distanciar a los no judíos hostiles es disuadirlos ampliando el perímetro del asentamiento judío y la santidad.

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Rabi Mordejai de Neskhizh solía decir: “Si tuviera la mesa de mi Rebe (Rabi Iejiel Mijel de Zlotshov) y el vaso del que bebió su café de la mañana, resucitaría a los muertos”. En hebreo, los valores numéricos de “mesa” (שֻׁלְחָן, shulján) y “vaso” (כּוֹס, cos) son “conocimiento” (דָּעַת, daat). Aparentemente, la capacidad de Rabi Mordejai para resucitar a los muertos provino del atributo de conocimiento del Rebe Iejiel Mijel. Al final, pudo cumplir su palabra:

Se celebró una boda en la corte de Rabi Iosef de Iampoli (el hijo de rabi Iejiel Mijel de Zlotshov). Rabi Mordejai asistió a la boda y se alegró en honor a los novios. En medio del baile, uno de los jóvenes invitados entró a la botica de la viuda de Rabi Iejiel Mijel, sacó algo del estante, se lo tragó y cayó muerto al suelo en medio del baile. Todos entraron en pánico y los que desaprobaban las obras milagrosas del rabino Mordejai le dijeron: “Esta es tu oportunidad de demostrar tu destreza”. Rabi Mordejai fue a la mesa de su Rebe y raspó un trozo de madera. Lo puso en agua hirviendo y lo metió en la boca del jasid muerto. El jasid se levantó de un salto y siguió bailando como si nada.

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Rabi Mordejai tenía una afinidad particular con la resurrección de los muertos. Él mismo contó otra historia de sus primeros días como Rebe.

Cuando era joven, Rabi Mordejai, el Shpoler Zeide y el Zoslover Jazan decidieron entre ellos no ser rebes. Varios años después, el Shpoler Zeide visitó a Rabi Mordejai y vio que era un Rebe. “¿Por qué te convertiste en Rebe?” le preguntó. Rabi Mordejai le dijo lo que había sucedido:

“Una vez estaba caminando en una tormenta de nieve y vi a un judío que se había congelado en la nieve hasta morir. Poco tiempo después de eso, también me congelé hasta morir. Cuando ascendí al cielo, me dijeron que aún no había llegado mi hora y que debía regresar a este mundo. Me negué y me instaron a regresar. Al final, acepté volver a bajar, pero solo con la condición de que el judío que había visto congelado en la nieve también volviera a la vida. En el cielo estuvieron de acuerdo. Y luego dije que además no quiero volver a ver sufrir todos los problemas que enfrenta el pueblo judío. En el cielo me prometieron que recibiría todo lo que quisiera por el bien de Israel. Después de estas dos promesas regresé a este mundo. Y así es como me convertí en Rebe”.

En el libro Atzei Eden del Rebe de Komarna, está escrito que la resurrección de los muertos tendrá lugar en el año 5736 (1974). Cuando el Divrei Jaim, Rebe Jaim de Sanz escuchó esto, respondió secamente: “Los que saben no hablan y los que hablan no saben”. Luego agregó que el tiempo del Fin de los Días fue revelado a solo tres tzadikim: Iaacov (como relata el Midrash), Daniel (a quien se dice: “Y tú, ve hasta el fin”) y Rabi Mordejai de Neskhizh. Él tenía un sentido especial para la resurrección de los muertos, al igual que Iaacov, de quien el Talmud dice que no murió y como Daniel, de quien el Talmud dice que, si Mashíaj es de entre los muertos, él es Daniel.

El Rebe Shalom de Belz (conocido como Sar Shalom) nunca conoció personalmente a Rabi Mordejai de Neskhizh. Una vez, cuando Rebe Shalom era joven, estaba estudiando el tratado de Midot, que trata sobre las medidas del Templo Sagrado. Le costaba comprender los cálculos del Tosafot Iom Tov. Invirtió tanta energía tratando de entender que finalmente se quedó dormido.

Soñó que se le aparecía un viejo sabio con un cinturón lleno de llaves. “Ven conmigo”, dijo el sabio. El sabio lo llevó a la Tierra de Israel, a Ierushalaim y lo llevó al Templo Sagrado. Luego comenzó a abrir todas las puertas y le mostró todo lo que estaba sucediendo allí. “Ahora mira de nuevo el Tosafot Iom Tov y lo entenderás”. Rabi Shalom miró el Tosafot Iom Tov y comprendió las medidas. “¿Quién eres tú?” Preguntó el Rebe Shalom. “Soy Mordejai, el hijo de Guite”, (el nombre del rabino Mordejai de Neskhizh) “Y estoy encargado de las llaves del Templo Sagrado”. A partir de ese momento, el Rebe Shalom de Belz consideró al Rabino Mordejai como su Rebe.

Con las llaves del tzadik podemos “abrir nuestros ojos”, como lo indicó el Rebe de Lubavitch, y ver la redención. La redención tiene varios componentes. Si ampliamos la explicación del Rebe de Sanz, quien relaciona la resurrección de los muertos con Iaacov, podemos decir que el Templo Sagrado se relaciona con Itzjak (“el símbolo consumado de un holocausto”, es decir, uno que se sacrifica completamente por servir a Dios), y Abraham es el “padre de una multitud de naciones” que los acerca al servicio de Dios. Maravillosamente, Rabi Mordejai de Neskhizh fue un ejemplo de las tres cualidades.

Rabino Itzjak Ginsburgh

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