7 PRINCIPIOS PARA EL MÉDICO

En la parashá de esta semana, parashá Mishpatim, la Torá dice: “verapó ierapé”, que al médico se le otorga permiso del Cielo para curar al enfermo. La expresión es única y muy importante en la Torá “verapó ierapé”, que al traducirla literalmente dice “y curar, curará”. 

La pregunta es: ¿por qué se repite dos veces? Aunque esta sea una expresión de forma que aparece constantemente en toda la Torá, no obstante, cada vez que esta forma aparece como un verbo doble, el motivo por el cual el verbo se repite debe ser interpretado. 

Así que lo que haremos ahora es ofrecer siete interpretaciones diferentes que se encuentran en los escritos de los sabios, que explican el motivo por el cual este verbo tiene que ser repetido dos veces en este contexto. Obviamente mediante ellas entenderemos más profundamente que significa realmente sanar al enfermo. 

Y como tenemos siete interpretaciones diferentes, las ordenaremos, como usualmente lo hacemos, de acuerdo a los siete atributos o sefirot emocionales del corazón, que son Jésed, Guevura, Tiferet Netzaj, Hod, Iesod, y Maljut, que generalmente se traducen como: bondad o benevolencia, poder, belleza, victoria, agradecimiento o reconocimiento, y fundamento y reinado. 

Primera interpretación: BONDAD 

Comenzaremos por la bondad. Si contemplamos gramáticamente esta frase verapó ierapé, “y curar curará” que el médico curará, el primer verbo es llamado el “makor”, está en una forma gramatical llamada “el origen del verbo”, que también se encuentra en la forma liviana del verbo. Existen dos tipos de verbos en hebreo que son “liviano” o “pesado”, “ligero” o “duro”, “sencillo” o “difícil”. Así, la primera forma verbal está en la forma ligera o fácil, mientras que el segundo verbo, que está en tiempo futuro simple, “sanar, sanará”, está en forma dura o pesada. 

¿Qué implica que el primer verbo sea fácil y el segundo difícil? Implica que el médico, al sanar al paciente, al enfermo, tiene que empezar a curar haciendo todo lo posible por utilizar medicamentos y otros tratamientos que sean los más fáciles o ligeros posibles, así como lo más natural que sea posible. Comenzando por hierbas y medicinas naturales, con toda clase de formas de tratamiento naturales. Si resulta, si se cura ¡que bien! Si no (se cura), entonces será necesario pasar a tratamientos más difíciles, más duros, que usualmente son los medicamentos químicos convencionales. 

De hecho, se nos enseña en la Torá que hay dos meses al año que son muy propicios para sanar, uno de ellos es Iar y el otro es Elul. El primer mes es sanar con remedios naturales, el segundo sanar con medicamentos químicos. 

Así, una vez más, el primero es una recuperación relativamente fácil. Trata primero de hacerlo fácil, esto es lo que mi atributo de bondad amorosa me está diciendo como médico, primero tratar de hacerlo de manera fácil, y si lo fácil funciona, ¡maravilloso! De lo contrario (hay que) tratar con otros tipos medicamentos de medicamentos más fuertes. 

Y esta es la interpretación número uno, y por supuesto, hemos aprendido de esto, no sólo como curar sino que también es aplicado a la educación de los niños: siempre comienza con medidas simples, si estas medidas fáciles funcionan, ¡magnifico! de no ser así, tal vez se deba proceder poco a poco con medidas gradualmente más duras. 

Segunda Interpretación: GUEVURÁ 

La segunda interpretación es la que corresponde a guevurá , “poder” o “rigor”. 

Y esto es que como hemos estudiado, cuando Dios cura –el Sanador Supremo es HaKadosh Baruj Hu, Hashem, Dios- cuando Él cura, cura completamente, absolutamente cien por ciento, y lo hace sin ningún efecto colateral negativo. Más cuando un médico humano cura, muy a menudo, mientras cura una cosa, crea otros problemas y produce efectos secundarios. Quizá no debió siquiera haber comenzado (el tratamiento) debido a estos posibles efectos colaterales adversos que pueden derivarse del tratamiento. 

Por eso la Torá nos dice que, si recurrimos a Hashem, y Hashem es todo bondad y toda misericordia, y Él nos sana, y nos sanará sin ninguna reacción adversa. Pero el médico humano tiene que tomar el riesgo, tiene que saber que aunque pudiesen haber, y muy a menudo habrán reacciones colaterales, deberá, no obstante, tratar de curar la enfermedad de base, que también es la potencialmente más peligrosa, incluso aunque hayan algunas pequeñas reacciones adversas y después tenga que ocuparme de ellas, tenga que curar estas reacciones adversas.

Y esta es la interpretación número dos, que dice verapó, si puedes curar la enfermedad al cien por ciento, ¡má tov! ¡Que bueno!, pero si no puedes, si sabes que va a ser difícil, puesto que sabes que aunque cures lo principal, de todas maneras habrán efectos colaterales menores que pueden desarrollarse debido al medicamento, no significa que renuncies y no tengas que involucrarte en el problema, pues tu como médico eres responsable de al menos involucrarte en el problema. 

Esto es rigor, pues el rigor significa algo que también pudiese producir efectos negativos. 

Tercera Interpretación: TIFERET 

La tercera interpretación, es que la primera forma verbal verapó, “y sanar [sanará]”, significa que el médico verdadero, el buen médico creyente primero se dirige a Dios. Se vuelve a la máxima fuente de curación, verapó, se dirige a lo Alto y reza. El médico, (e incluso como hemos dicho antes, el médico también puede ser un docente, puede ser cualquiera que trate de ayudar a otro individuo, a otra alma), antes de hacer cualquier cosa, pues no importa lo que vaya a hacer, cualquier cosa que yo vaya a hacer, tendrá algo de severidad, primero tengo que rezar a Hashem para tener éxito, que sea fácil, tal vez para que Tú mismo, Hakadosh, Hashem puedas curarlo y no requiera para nada de mí. 

Por eso la primera cosa que hay que hacer es invocar a lo Alto, el médico en su corazón debe recurrir hacia arriba y pedir la misericordia Divina. La tercera sefirá o el atributo del corazón, es misericordia, compasión. Misericordia en la Torá siempre quiere decir rezar a Dios. Así que primero reza y luego haz lo que todo médico experto tiene que hacer, pero primero reza. Esta es la tercera interpretación, verapó reza y despierta la misericordia Divina, ierapé, luego haz todo lo que debas hacer como un médico experto. 

Las Interpretaciones Cuarta y Quinta: NETZAJ y HOD 

Las interpretaciones cuarta y quinta se relacionan entre sí debido que inclusive en las Sefirot Superiores, estas dos sefirot, Netzaj y Hod , victoria y reconocimiento o agradecimiento, siempre trabajan como un par, en conjunto. 

Uno de los comentaristas, el Ibn Ezra, dice que aunque dijimos en este versículo de la parashá de esta semana que el médico tiene el permiso, y por consiguiente, que se le otorga desde lo Alto el poder de curar, esto se refiere solamente a las enfermedades externas. Pero si hay algo mal en el interior de la persona, no es para que lo toque el médico, eso le corresponde curar solamente a Dios. Al médico solamente se le ha otorgado permiso de tratar, por ejemplo, problemas de la piel, como la lepra, la enfermedad que ha sido discutida explícitamente en la Torá y otras heridas externas del cuerpo, pero cualquier cosa que sea interna está puramente en la esfera y el dominio del Sanador de toda carne, Dios. 

La Halajá no concuerda con esta interpretación; de acuerdo con la Halajá. El médico sí tiene el poder y el permiso de tratar inclusive enfermedades internas. Así el hecho de que inicialmente hay un pensamiento en la misma Torá que dice ocúpate primero de los problemas externos, y trata de no tener que tocar o entrar en la naturaleza interna del cuerpo. Pero, si no hay opción, si la enfermedad es verdaderamente algo interno, especialmente en la actualidad que tenemos rayos X y una gran variedad de maneras de ver realmente lo que esta sucediendo dentro del cuerpo, así que si es necesario entrar en el cuerpo –que es ser un poco como Dios en relación a sólo curar heridas o enfermedades de la piel desde el exterior del cuerpo- esto también está permitido de acuerdo a la Halajá. De acuerdo a la Halajá, tan pronto como esta permitido también es una mitzvá para el médico tratar problemas internos y no solamente externos. 

Existe otra interpretación relacionada (a ésta) que no es exactamente la misma a la de Ibn Ezra, que el médico solamente debe tratar problemas externos y no los internos. Esta otra es citada de hecho por los Tosafot, uno de los comentarios más importantes, que dice que el médico solamente debe tratar y sanar dentro. Podría pensar, mi primer pensamiento sería que sólo es permitido para el médico tratar exclusivamente enfermedades o problemas causados por el hombre, pero no con enfermedades físicas o psicológicas, problemas espirituales, que son causadas solamente desde lo Alto. Si Dios te ha dado una enfermedad, tal vez pudieses pensar que solamente Él puede curarte de esa enfermedad si haces tu trabajo espiritual, que Él quiere de ti, tu teshuvá, tu regreso a Él, entonces Él te sanará. Pero si alguien te golpea, te hiere, te hace daño, o tú mismo te haces daño, o, Dios no lo quiera, te accidentas, cualquier cosa hecha por el hombre, un problema creado por el hombre sea físico o espiritual, psicológico, esto le corresponde a un hombre tratarlo y no así algo que viene directamente de Dios. 

Este es un pensamiento inicial, pero no es la Halajá. Esto es sólo lo que pudieses pensar, que tal vez este sea el caso, pero la Halajá dice no, incluso si es algo que viene de Dios, Dios le da permiso, le da poder y consiguientemente se vuelve una mitzvá, es una obligación para que un doctor experto, ya sea un doctor en medicina o en psicología, un doctor experto, tratar y curar este problema. 

Una vez más, de acuerdo con esta interpretación, la primera palabra significa que ante todo el médico está ahí para resolver problemas que son creados por el hombre, pero la segunda palabra implica que aunque exista un problema que fue enviado por Dios, el médico también tiene el permiso y el poder de tratar y de curar esa enfermedad, ese problema. 

Sexta Interpretación: IESOD 

La sexta interpretación es un poco más práctica, dice –esta es una de las explicaciones de los sabios- que si el verbo hubiese aparecido solamente una vez, verapó, sanar pero no sanar sanará , yo podría pensar que sanar sería como enseñar la Torá, que al principio no se te remunere, que no tomes dinero a cambio de dar algo que es bueno; curar a alguien es un acto de bondad así como una mitzvá curar a una persona, tal vez a un médico no se le permite que se le pague por sanar, tendrías que hacerlo gratis. 

Eso es lo que yo podría pensar, y si lo podría haber pensado significa que hay una buena y legitima razón para pensar eso. Que hay una razón y un razonamiento legítimo para pensar un médico debería trabajar gratis. Y es por esto que el verbo debe ser repetido dos veces, verapó ierapé, para poder permitirle al médico, al igual que a un maestro. El maestro podría haber hecho otra cosa en ese momento, y está dicho que si le pagamos al maestro porque está utilizando su tiempo, en lugar de trabajar y ser remunerado en otra actividad, ahora está utilizando su tiempo para instruirte, y debido a esta consideración, a esta lógica, es la manera de que le es permitido a un maestro y también a un médico a tomar dinero. 

Y eso es lo que nos enseña la repetición de verapó ierapé, que al principio se pudiese pensar que debo hacerlo sin ser remunerado y el segundo verbo nos dice no, incluso puede ser remunerado por ello. Es legítimo, está bien, e inclusive a veces es bueno, a veces la Guemará nos dice que el médico que lo hace gratis no es de confiar. Un buen médico tomará el dinero y tienes que darle dinero y esto significa, esto asegura, que va a poner en ello todo su esfuerzo. A pesar de que una vez más, sea sólo una consideración psicológica, en todo caso, Dios quiere que el médico cure. Y si necesita que se le pague, que así sea, si él es el mayor experto, entonces se le debe pagar en concordancia.

Todo lo que tenga que ver con recompensa, (remuneración en hebreo es lo mismo que recompensa) obtener una recompensa por algo. Y si un médico realmente cura, se merece esa recompensa, la cual son sus honorarios, su compensación. Esto corresponde a la sefirá de Iesod o fundamento. Fundamento es el tzadik que es recompensado o castigado por sus acciones, por lo que hace. 

Séptima Interpretación: MALJUT 

La última interpretación es la que corresponde a Maljut. En diferentes contextos Maljut significa que si la persona no tiene éxito la primera vez, tiene que continuar tratando. Así aquí también, cuando dice verapo ierapé , “sanar, el sanará”, el médico deberá pensar “voy a hacer mi mejor esfuerzo” pues tratar de curar es tomar un riesgo, porque si hace algo erróneo y, Dios no lo quiera, si algo malo le sucede al paciente en lugar de algo bueno, tal vez se me haga responsable. Así que no es algo sencillo para un médico entrar en esta peligrosa situación de tratar de curar a alguien. 

Esta última interpretación dice que muchos médicos sentirán que: ya traté la primera cosa que me vino mi mente basada en mi experiencia de cómo curar y tratar a este paciente. Pero si la primera manera no funcionó, entonces se dará por vencido, bajará los brazos y dirá no es para mi, no puedo lidiar con este problema, tal vez debas ir a otro médico, algún otro. 

Verapó ierapé, esta es la interpretación que aparece muy a menudo cuando el verbo se repite. Significa que si no tienes éxito la primera vez, debes tratar una segunda manera, un segundo enfoque del problema, y si el segundo enfoque no funciona, debes tratar un tercero (enfoque) y debes seguir intentándolo, dando lo mejor de ti, pues tienes la sensación de que realmente es tu responsabilidad, tienes que curar esta dolencia, esta enfermedad. 

Y si el primer tratamiento no resultó, no te desesperes. Obviamente esto se aplica, davka, especialmente en este punto de Maljut, no es solamente la psicología del médico, sino que también es parte de la psicología del paciente, el paciente también pudiese decir “me rindo, fui con este doctor, no funcionó, fui con ese otro doctor, tampoco funcionó, mejor me rindo, nadie sabe”. 

Cuando se trata de curar, hay una mitzvá en la Torá que dice venishmartartem meod et nafshotejem , que la persona tiene que cuidar de su salud, y debe continuar intentándolo aunque cierto tratamiento no haya funcionado, debe intentar otro tratamiento y otro tratamiento y otro tratamiento, cosas físicas, obviamente junto al rezo sabiendo que el único médico verdadero es solamente Dios, y debe continuar intentándolo hasta Veezrat Hashem itbaraj , que con la ayuda de Dios, será sanado.

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