PARTE 14 EL SOL Y LA LUNA

Las dos manifestaciones de Di-s, Su luz trascendente y Su luz inmanente, son a menudo simbolizados en la cabalá y el jasidismo como el “sol” y la “luna”. Estos fueron creados en el cuarto día, el cual corresponde a la sefirá de netzaj. Obviamente, la creación de los cuerpos celestiales en el cuarto día corresponde a la dirección de arriba, la de los Diez Mandamientos.

Junto con la luna fueron creadas las estrellas, que simbolizan las almas de Israel. La inmanencia de Di-s (la “luna”) se asocia con cada alma individual, cada una de las “estrellas”. Se nos enseña que “Israel es como la luna, calcula el calendario según la luna, y será renovado como la luna”.

El Yugo de la Torá

Estudiemos ahora la terminología que aparece en el primer mandamiento. La palabra Mitzraim, “Egipto”, también significa “cautiverio”, meitzarim. Por esta razón, todos los estados de “exilio” físico y espiritual son referidos con este nombre en la Torá. Por el poder del primer mandamiento de la Torá, fuimos liberados del exilio. Sólo entonces podemos cumplir con todos los mandamientos de Di-s, sólo cuando no somos esclavos de otro amo podemos estar comprometidos completamente como servidores de Di-s.

En La Etica de los Padres, encontramos que “aquel que recibe sobre si mismo el yugo de la Torá, es liberado del yugo del gobierno y del yugo de la lucha por la subsistencia”. Vemos así que el primero de los Diez Mandamientos, la fe en Di-s, quien nos entregó la Torá, es recibir sobre uno mismo el yugo de la Torá y así experimentar nuestro éxodo personal de Egipto, la liberación, redención de todos los yugos extraños. La palabra ol, “yugo” en hebreo, es semejante a la palabra al, “arriba”, aludiendo de esta manera al estado de conciencia de esta mitzvá, la percepción del “arriba” Divino.

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