LA CONVERSIÓN DE LA SABIDURÍA DE LAS NACIONES. PARTE 1

Basado en una clase del 30 de Tishrei, 5769 en Chicago

Coincidiendo con el tema del jitas de la semana ( parashat Noaj ) vamos a tratar el tema de la conversión de la sabiduría de las naciones. La palabra clave es obviamente “conversión”, que normalmente se refiere no judío que se convierte al judaísmo. Ahora, sabemos que no somos misioneros y no intentamos acercarnos a los pueblos del mundo decirles que deben convertirse al judaísmo, pero si un no judío tiene un auténtico deseo e inspiración de volverse judío, como el clásico ejemplo de Ruth, entonces, por supuesto los judíos estamos sinceramente interesados en aceptar toda persona con esa motivación. Tras la conversión, la persona pasa a ser una parte inseparable e indistinguible del pueblo hebreo.

El verso de la Torá del cual aprendemos esto es “Una sola Torá, para aquellos que nacieron y para aquellos que se han convertido…”.(1) Tanto si has nacido dentro del judaísmo o te has vuelto judío por conversión, eres visto de la misma manera por la Torá. Un converso es como un residente temporal, (por lo menos durante el período de prueba) pero todas las leyes de la Torá y la forma en que aquellos nacidos judíos deben dirigirse a él o ella es exactamente el mismo.

De hecho, en cuanto al mandamiento de amar al compañero judío, en lo que respecta a alguien que es judío por nacimiento se está cumpliendo sólo un mandamiento: “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Pero en relación a alguien que es judío por conversión, se están cumpliendo de hecho dos mandamientos: el ya citado y “amarás al converso”. Entonces la Torá nos ordena dar como una doble dosis de cuidado y amor a los conversos.

Siguiendo con esta idea, la conversión de las personas al judaísmo nos servirá como una parábola para entender cómo incorporar una parte de verdadera sabiduría del mundo de los no judíos. Las primeras dos porciones o lecturas semanales de la Torá son de una naturaleza universal, donde el escenario es la humanidad en general. Noaj también fue un gran científico, fue el primero en inventar el arado, y con ello trajo cierta paz a la gente de su generación, y al ser capaz de construir esa estructura realmente tremenda llamada arca que pudo contener a todos los animales, un logro nada pequeño desde todo punto de vista.

Noaj no era judío, aunque casi…, y fue uno de los grandes tzadikim de las generaciones anteriores a Abraham. A este respecto, debemos mencionar que si Adam hubiera superado su prueba y no hubiera comido del Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal, se hubiera convertido en el primer judío, por lo que tuvo el potencial de serlo. Lo mismo para Noaj, la Torá dice que fue un hombre justo y sincero, aunque no fue judío.

El primer judío fue Abraham y aunque antes hubo muchos tzadikim, se distinguió por su auto sacrificio en aras del prójimo. En cambio Noaj no se sacrificó para salvar a la gente de su generación, por eso el diluvio fue llamado en su nombre (2); como no oró ni trató de salvar a su generación entonces esa maldición lleva su nombre.

El primero que elevó su plegaria a Dios por las personas de su generación fue Abraham (3), aunque no tuvo éxito. El máximo exponente de auto sacrificio fue Moshé, a quien encontramos en primera instancia cuando en Egipto se arriesgó para salvar la vida de otro judío y luego, más tarde, siendo su líder rogó a Dios que perdone al pueblo judío, lográndolo salvar finalmente a toda su generación en el desierto.

La Sabiduría No Judía

Para comenzar, nos tomaremos cierto tiempo para llegar a comprender la famosa declaración de los sabios:

Cree en que las naciones tiene sabiduría, no creas que poseen Torá.

Por un lado, debemos saber que las naciones no judías tienen su sabiduría, que debemos aprender e incorporar de alguna manera. Por otro lado, si los no judíos reclaman que poseen Torá, esto es algo completamente falso, y es nuestro deber desacreditarlo. Esta es la proclamación clave de los sabios respecto a la sabiduría de las naciones.

La primera cuestión de la que debemos ocuparnos es la diferencia entre Torá y sabiduría. Más específicamente, la Torá en sí misma es la sabiduría de Dios. En el Zohar está dicho que la Torá proviene de la sabiduría [de Dios]. Entonces si otra sabiduría es verdad, debe venir también de Dios. Toda sabiduría verdadera es sabiduría de Dios. Entonces ¿cuál es la diferencia entre ambas?

Como toda declaración de los sabios, esta también tiene múltiples explicaciones, revelando cada una de ellas una dimensión más profunda de su sabiduría.

La Torá es una Forma de Vida

La explicación más simple es que la palabra “Torá” proviene del verbo que en hebreo significa “guiar” [4]. En otras palabras, la Torá nos guía acerca de cómo debemos vivir nuestra vida, cómo conducirnos día a día para que sea buena, y qué evitar para que así sea.

Si observamos a Noaj podemos entender que su sabiduría se expresó a través de su capacidad de construir ese tremendamente complejo vehículo marítimo llamado arca. Fue capaz de llevar a cabo todos los mandamientos de Dios que condujeron directamente a este tremendo éxito tecnológico. Como hemos notado Noaj era un inventor, incluso antes de que se le ordenara construir el arca ya había inventado el arado.

Dicen los sabios que por eso fue llamado “Noaj” que significa “descanso”, porque mejoró las condiciones de la humanidad al proveerles nueva tecnología. Así como en nuestros días, cuanto más tecnología tenemos, más fácil es la vida y puede aumentar su calidad. (5)

Noaj estaba involucrado verdaderamente con el tema de la calidad de vida. Hasta su generación la Tierra estaba maldita a causa del pecado original de Adam y por Caín que asesinó a su hermano Hevel, teniendo el hombre que vivir con el sudor de su frente. Al inventar el arado, Noaj endulzó (es decir disipó y transformó) esta maldición en gran medida.

Por eso podemos ver a Noaj como una especie de científico dedicado a la ciencia aplicada, alguien a quien su preocupación por el bienestar de la humanidad incentivó su búsqueda de nuevas tecnologías que aliviaran el sufrimiento y trayeran tranquilidad. (6) En cierta medida, el invento del arado fue más importante que la invención de la computadora.

Pero toda esta sabiduría no es Torá. Saber cómo ayudar a la gente, si debe ser física o psicológicamente, eso hace a un buen tecnólogo, pero no implica tener la capacidad de brindar a la gente una forma de vida. Vemos esto muy claramente en nuestra generación, donde los propios científicos e inventores no necesariamente saben cómo vivir mejor que los demás. Ser un científico brillante o un técnico exitoso no significa que uno sepa cómo despertar la espiritualidad de las personas, de darles una conciencia de lo Divino, de imbuirlos del conocimiento de que hay un Creador del universo, de darles un sentido trascendente a sus vidas.

Más todavía cuando se encuentran ante la imposibilidad de responder a interrogantes relacionados con el propósito: en primer lugar ¿Por qué nos creó? Si nos basamos en la ciencia y la tecnología, no hay un propósito ( tajlit ). Esta es la explicación simple de la diferencia entre la sabiduría y la Torá. Hay una forma de vida dada por el Todopoderoso, esa es la Torá, con su propósito.

La Totalidad de la Torá vs. Puntos de Sabiduría

Expliquemos ahora esta diferencia con mayor profundidad. En su sentencia, los sabios utilizan el verbo “creer”: “Cree que las naciones tienen sabiduría”. La forma en que este verbo está escrito en hebreo puede ser entendida de dos maneras, una pasiva –tal como la traducimos generalmente de forma literal- o como un llamado a la acción, que se traduciría: “Trae a la sabiduría de las naciones a la creencia”.

En otras palabras, no debes creer pasivamente que hay sabiduría en las naciones, sino debes actuar para descubrir cómo la sabiduría que ellas poseen puede transformarse en el fundamento de la fe. Esto es como ponerla bajo las alas de la fe, porque esta es su carencia más importante, como ya explicamos. Este es el objetivo de fondo de la relación del pueblo judío con la sabiduría de las naciones.

La Torá es una totalidad, y cuando se discute un tópico se observa y analiza desde todas las perspectivas posibles. La Torá es descripta como una sabiduría “perfectamente clara” ( חכמה ברורה , jojmáh bruráh ); todo está presente, nada está ausente. En contraposición a esto, las verdades incluidas en la sabiduría de las naciones son consideradas como puntuales. Expliquemos estos términos.

Uno de los más modelos importantes en Cabaláh es el llamado punto-línea-área, kav-nekudá-shetaj , ( נקודה קו שטח ). Este es un esquema de modelo evolutivo, que va desarrollándose en etapas desde lo simple a lo complejo. La terminología que utiliza este modelo es por supuesto geométrica y hay razones para esto en Cabaláh que están más allá del objetivo de esta disertación. [El Arizal también utiliza un modelo similar llamado punto-sefiráh-partzuf al cual regresaremos más adelante].

El punto es adimensional y representa la estructura geométrica más simple. La línea tiene una dimensión y el área (o en términos geométricos el plano) tiene dos dimensiones. Obviamente, luego del plano tenemos los cuerpos tridimensionales llamados también volúmenes y hay un número infinito de espacios n-dimensionales por encima de ellos. Pero en Cabalá el desarrollo se considera completo cuando una estructura llega a ser bidimensional. Una de las razones de esto es que en Cabaláh la complesión o integridad es un signo de madurez y rectificación. La más importante cualidad de la complesión es conocida como inter inclusión, por medio de la cual cada elemento de una estructura incluye a manera de holograma a todos los demás elementos.

Desde la perspectiva de este modelo, en un comienzo todas las estructuras parten de un solo elemento, todavía son como un punto. Si la estructura inicial tiene vitalidad, se puede desarrollar y llegar a expresar componentes más sutiles. Aquí la estructura pasa a considerarse como una línea y puede tener cualquier cantidad de distintos elementos n.

En su etapa final, la estructura se transforma como en un área y se descubren cada uno de sus n elementos como una estructura por sí misma compleja, que incluye a manera de holograma los mismos n elementos revelados en la etapa linear. Así, en esta última etapa de área, una estructura tendrá n 2 elementos, representando su estado más maduro y desarrollado. Esto es lo que llamamos una estructura de características inter inclusivas. (7)

Volvamos ahora a nuestra distinción entre la Torá como una totalidad versus la verdad encontrada en la sabiduría de las naciones, que están inherentemente en la etapa de tipo punto. Como una totalidad, la Torá representa no sólo una forma de vida, sino un retrato completo de la realidad. Si pusieras todo tu ser en aprender cualquiera de la infinidad de tópicos de la Torá, podrías adquirir un entendimiento completo, maduro y pleno de ello, y además de cómo se relaciona con cada tópico o asunto de la realidad. A eso nos referimos cuando decimos que la Torá es una totalidad, una integridad.

Pero la sabiduría de las naciones sólo puede retratar fragmentos de la realidad, por esta razón no puede ser tratada como un sistema completo. Todo conocimiento verdadero que se pueda obtener de la realidad permanecerá por siempre incompleto por si mismo.

En la práctica esto significa que no puedes basar tu forma de vida en la sabiduría de las naciones, y que además nunca podemos referirnos a ella como a un retrato sistemático de la realidad.

Tomemos como ejemplo la mecánica cuántica, donde existe hasta hoy en día una constante discusión acerca de si esta representación del mundo de lo subatómico es completa, es decir, si pueden existir variantes ocultas u otros factores que aún permanecen escondidos, y que cuando surjan cambiarían nuevamente toda la teoría. Entonces, hasta los físicos están perfectamente concientes de que las teorías físicas más avanzadas que tenemos en la actualidad están plagadas de limitaciones inherentes a nuestra capacidad de comprender la realidad. (8)

Entonces, si nos preguntamos lo mismo pero desde la perspectiva de la Torá, si la mecánica cuántica está completa o podría ser completada en un futuro, la respuesta es un rotundo no! No existe una teoría completa basada únicamente en la sabiduría de las naciones.

Incorporación de los Puntos de Sabiduría en la Totalidad de la Torá

Algo que es como un punto no puede desarrollarse por si mismo para volverse como área, necesita una energía exterior que lo impulse. De hecho, el problema con la sabiduría de las naciones es que como los descubrimientos y principios se producen desde una acercamiento de abajo hacia arriba, es decir, el hombre observa la realidad y luego la describe, carece de la vitalidad infinita que encontramos en cada punto de la sabiduría de la Torá.

Por eso, aunque hay temas en la Torá que todavía no han sido desarrollados y revelados sus secretos, se consideran como que están en un estado seminal, y en el momento en que ingresen en los pensamientos y plegarias de un individuo dedicado al estudio de la Torá, se desarrollarán inevitablemente por sí mismos y alcanzarán un estado maduro de área. Pero cuando el tema proviene de puntos de sabiduría originados en el pensamiento no judío pierden su vitalidad infinita, debiendo ser esta introducida externamente bajo la forma de una fuerza impulsora y conductora de su desarrollo. Por supuesto, la fuerza externa que puede promover tal crecimiento es la Torá.

Para comprender mejor este punto, volvamos nuevamente al proceso de conversión del ser humano. Sabemos que el converso tiene una conexión especial con el Todopoderoso desde antes de su conversión, que es considerada como similar al punto; la terminología usual para describir esto es que un converso potencial tiene una chispa judía. (9)

Esto nos retrotrae al modelo de punto- sefiráh-partzuf ya mencionado. La influencia símil-punto de la chispa dirige al converso en potencia al judaísmo; una vez que la conversión tuvo lugar, la persona es capaz de desarrollar su conexión con el Todopoderoso hasta un estado completamente maduro.

Como tal, no habrá ninguna diferencia en estatura y complejidad entre su conexión con Dios y la del judío por nacimiento. Así como las chispas de la humanidad necesitan desarrollarse por medio de la unión con el pueblo judío, también los puntos o chispas de verdadera sabiduría necesitan desarrollarse plenamente siendo incorporadas a la Torá.

Pero atención, no se nos ocurra que el proceso de reunión de estas chispas humanas es un tema relativamente menor en el judaísmo, el Rebe Nahman de Breslov afirma que mientras que existan potenciales conversos que todavía no hayan ingresado al judaísmo, el Mashíaj no puede aparecer en una etapa histórica. (10)

Por analogía, mientras que haya chispas de verdadera sabiduría entre las naciones del mundo que todavía no hayan sido incorporadas a la Torá, la sabiduría Divina con la que el Mashíaj guiará el mundo no puede presentarse ante nosotros.

De todas maneras, a pesar de que la redención depende de esto, paradójicamente la Torá permanece como una totalidad completa e invariable durante todo el proceso. De forma similar, por más que el pueblo judío acerque a potenciales conversos, esto no es porque haya una carencia inherente dentro nuestro, sino porque, nuevamente, existe una cierta paradoja que está actuando aquí. La discusión de las razones de estas dos paradojas análogas no está dentro de los objetivos de esta clase, pero digamos que esta especial relación puede ser comparada con un organismo completo y entero [el pueblo judío o la Torá] que invita a ingresar aquellas especies de pequeños organismos celulares [potenciales conversos o puntos de sabiduría] que tienen gran afinidad con él.

El Origen de las Chispas

Para seguir avanzando un poco más en estas ideas, preguntémonos ante todo ¿cómo llegaron esas chispas a estar de las naciones? Una pregunta similar podría ser ¿cómo llegaron las chispas de almas judías adentro de los potenciales conversos?

Para responder a ambas preguntas, debemos notar que la Cabaláh describe dos eventos diferentes de ruptura. El más familiar posiblemente sea el de la “ruptura de los recipientes”. El segundo es descripto en Cabaláh como “el derrame de las almas”. Ambos eventos son similares en que los elementos pertenecientes a una realidad espiritual rectificada caen a un sub mundo de disonancia y disfunción, pero de un alcance diferente.

La ruptura de los recipientes describe una caída que ocurre con relativa espontaneidad en el reino supremo conocido como el Mundo de Nekudim (literalmente el Mundo de los Puntos o también llamado el Mundo del Caos, por esta misma razón), que llevo a que las chispas de Divinidad sean atrapadas en el reino de la impureza. La ruptura de los recipientes es uno de los componentes más definitorios de nuestra confusa realidad actual, en donde la santidad y la impureza están mezcladas.

El derramamiento de las almas describe las chispas perdidas del alma general de Adam, que antes de comer del Árbol del Conocimiento incluía a todas las almas de todos los seres humanos que habrían de nacer en nuestra realidad presente. (11) Como ya dijimos, si Adam no hubiera pecado, se hubiera convertido en el primer judío; su alma entera se hubiera transmitido en su descendencia a toda la humanidad, pero como pecó, eso no sucedió y el mundo tuvo que esperar otras 19 generaciones hasta el nacimiento de Abraham, que se convirtió en el primer judío.

Entre las chispas de Divinidad perdidas en la disonante realidad mundana están las chispas de la sabiduría descubierta por las naciones, que deben ser convertidas a través de la Torá, como hemos discutido, para poder ser libres y reconectarse con su origen. Lo mismo es verdad respecto a las chispas del alma general de Adam, que cayeron en el espíritu humano colectivo de las naciones y aparecen de tiempo en tiempo como individuos que buscan convertirse al judaísmo, persiguiendo su destino original. Las almas destinadas a ser judías, ya sea por nacimiento o conversión, estaban presentes en la entrega de la Torá en el monte Sinaí.

Siguiendo el modelo del Baal Shem Tov de mundos-almas-Divinidad, podemos decir entonces que la ruptura de los recipientes afectó a la dimensión de “mundos”, mientras que el derrame de las almas afectó a la dimensión de “almas”. Pero como estas dimensiones son acumulativas por naturaleza, (12) significa que un cambio en las almas afecta también a la dimensión de mundo, y la Divinidad afecta a los tres. El pecado de Adam derivó no sólo en el derrame de las almas sino también en una distorsión adicional de los mundos, causándoles que desciendan colectivamente 14 niveles. Esto a su vez lleva a que más chispas de sabiduría sean dispersadas fuera del reino de la santidad.

El propósito de Abraham como primer judío fue comenzar a unir las primeras piezas de santidad, comenzando primero en el contexto de su propia familia, que llevó a la creación del pueblo judío, cuyo propósito es redimir y reunir a todas las chispas de divinidad.

Sabiduría, Entendimiento, Conocimiento

Nos dicen los sabios que creamos que hay sabiduría en las naciones, pero no creamos que tienen Torá. Ya hemos visto la diferencia entre sabiduría y Torá. Veamos ahora otro enfoque cabalístico para responder a esta cuestión.

En Cabalá, la sabiduría es una de las tres facultades intelectuales junto con las de entendimiento y conocimiento (o comprensión), cuyas iniciales en hebreo forman la palabra Jabad . (13) El intelecto humano está incompleto sin la contribución combinada de ellas tres. De hecho, encontramos que estas tres facultades corresponden a la conformación estructural del cerebro humano: sabiduría en el lóbulo derecho, entendimiento en el izquierdo y conocimiento en el posterior.

Entonces cuando los sabios nos dicen que debemos creer que hay sabiduría entre las naciones nos están señalando también que no hay un verdadero entendimiento y conocimiento en ellas. Sin la Torá, es casi imposible para una persona desarrollar facultades de entendimiento y conocimiento depuradas. Esto no es un menosprecio prejuicioso de la capacidad intelectual de las naciones, sólo puede ser entendido si previamente definimos las diferencias entre la sabiduría con el entendimiento y el conocimiento.

Para esto, debemos acentuar que estamos analizando ahora a estas tres sefirot como diferentes métodos de razonamiento humano. Por cuanto que sabiduría es la primera facultad, podríamos inferir que representa la clase más elevada de razonamiento. Sin embargo, relata la Torá que cuando Moshé tuvo que buscar jueces calificados para conformar la corte suprema, pudo encontrar hombres sabios, pero no pudo hallar un hombre que tenga un entendimiento verdadero. Vemos así que la sabiduría es mucho más común y natural que el entendimiento.

Rashi nos ofrece una definición de estas tres facultades como método de razonamiento cuando comenta acerca de los dones dados a Betzalel, el artesano nombrado por Dios para diseñar y construir el Tabernáculo del desierto. (14) La Torá lo describe como un hombre a quien Dios había llenado de sabiduría, entendimiento y comprensión. Rashi explica que sabiduría es la habilidad de aprender nuevas ideas o puntos de sabiduría de nuestro maestro, mientras que entendimiento es la capacidad de “entender [por sí mismo] una cosa a partir de otra”.

Rashi define al entendimiento incluyendo ambos poderes de razonamiento deductivo, la habilidad de derivar lógicamente “pequeñas” partes constitutivas de dentro del contexto de un todo “mayor” –y el poder del razonamiento inductivo- la habilidad de extrapolar, inducir o abstraer un nuevo conocimiento “mayor” del que tenemos actualmente. El verdadero entendimiento, aprendemos en Cabaláh, se refiere al razonamiento inductivo (el razonamiento deductivo es considerado una forma inferior de entendimiento). Continuemos elucidando esta distinción.

Razonamiento Inductivo y Deductivo

El entendimiento incluye los razonamientos inductivo y deductivo, pero el deductivo está asociado con el fruto del Árbol del Conocimiento mientras que el inductivo lo está con el Árbol de la Vida. La deducción incentiva un sentimiento de certidumbre en nuestras conclusiones mientras que el conocimiento obtenido a través de la inducción está siempre sujeto a revisión por el cambio de la realidad que nos rodea.

Como tal, el uso de la lógica deductiva tiende a ser (por lo menos inicialmente, y especialmente como es desarrollada en la filosofía de la Gracia antigua) motivada por una búsqueda egoísta del engrandecimiento del propio conocimiento, que pueda coronar al poseedor con los laureles de la importancia personal. Esto concuerda con la identificación cabalística del Árbol del Conocimiento con el origen del reino impuro de la klipat nogah , la cáscara intermedia o neutra, que es el origen del ego. (15)

La Torah es equiparada con el Árbol de la Vida, “[la Torá] es un árbol de la vida para los que se aferran a ella”. (16) Lógicamente, aferrarse a la Torá, se traduce en aceptar su método inductivo y las conclusiones inductivas respecto a la realidad, que pueden llevar de la mejor manera a una aproximación de la realidad en todo momento dado.

El razonamiento inductivo está basado en una valoración estadística de la realidad, incorporado forzadamente en la mente humana al interpretar que la realidad tal como la percibimos es la sumatoria total de de las acciones de los seres humanos que poseen libre albedrío junto con el absoluto libre albedrío de Dios.

Como dijimos, el razonamiento deductivo comienza con las generalidades que luego son analizadas para obtener verdades particulares. Por su parte, el razonamiento inductivo formula un principio general a partir de estudiar los detalles relacionados. Cualquiera que estudie la Torá reconocerá inmediatamente que los sabios razonan inductivamente: primero estudian los versos individuales pertinentes al tema en cuestión junto con los dichos de los sabios que los precedieron, y luego generalizan, para deducir de esta conclusión general nuevos detalles. Pero si se trae una nueva información, el principio general puede necesitar ser revisado.

Entonces, el razonamiento rectificado humano de la Torá se basa en la inducción y la deducción, pero necesariamente en ese orden: primero la Torá y luego el análisis lógico de principios para poder obtener definiciones particulares.

El error del enfoque académico moderno de la Torá es que pone su fe en la razón humana (es decir el razonamiento deductivo) por encima de su fe en la verdad de la Torá. Esta equivocación es lo que vuelve a la Torá nada más que otro campo del estudio humano, a la par de los otros campos de investigación. El resultado final es que las generalizaciones erróneas (fomentadas por una certeza egoísta en nuestras habilidades lógicas) que contradicen la Torá, vienen a contaminar nuestra perspectiva de la Torá y nuestra capacidad de experimentarla como una fuente de vida: el Árbol de la Vida.

Ahora, está claro por qué Moshé no pudo encontrar fácilmente gente que tuviera un verdadero entendimiento, porque una persona sólo puede desarrollar su entendimiento a través del estudio de la Torá, en un estado de verdadera humildad y entrega frente a la presencia de la revelación de la verdad Divina en constante avance y desarrollo de la Torá., esto es, su capacidad para el razonamiento inductivo.

La sabiduría de las naciones contiene la habilidad de entender, pero primariamente en el sentido del razonamiento deductivo, la capacidad intelectual de analizar y deducir. Entonces, cuando los sabios dicen que las naciones poseen sabiduría dan a entender que su sabiduría incluye, por cierto, la dimensión inferior del entendimiento, es decir, la deducción, pero no la superior de la inducción.

Por supuesto también existe un estado limitado de razonamiento inductivo en la ciencia, en especial en el corazón de la ciencia moderna, porque el método científico empírico de hoy en día está basado en la progresión desde los detalles particulares observados a las generalidades teóricas, de las que se deducen a su vez nuevos detalles desconocidos aún para ser testeados con la experimentación). Posiblemente el mejor ejemplo de esto es la teoría de la Relatividad General de Einstein. A partir de la clásica visión del cosmos conocida como la gravedad newtoniana, Einstein llegó a formular la Relatividad General (o la especial, que apareció en primer término) por inducción y no por deducción.

De la misma manera, da la impresión de que ante el estado actual de la física teórica, para que se llegue a la Teoría de la Gran Unificación (la unión de las cuatro fuerzas de la naturaleza, electromagnetismo, gravedad, fuerza fuerte y fuerza débil) se requiere echar mano del razonamiento deductivo. De todas maneras, en el momento en que eso se produzca se verá claramente que tal nivel de esclarecimiento y penetración en los mecanismos que actúan en el universo no puede ser alcanzado sin la contribución eterna y permanente del Creador Mismo. Para que la inducción produzca resultados absolutos se requiere el conocimiento de la Torá y la conciencia de Dios.

Einstein pudo llegar a la teoría General de la Relatividad sin esto porque el resultado final fue separar la fuerza de gravedad de las otras tres fuerzas de la naturaleza. Y aunque nos proporcionó un entendimiento de la gravedad más completo que Newton, como su razonamiento carecía de Torá, al final dejó a la gravedad separada.

En resumen, debemos saber que todo libro que podamos leer con ideas y teorías que funcionan pero no incorporan la sabiduría de la Torá (y no están bajo las alas de la fe) está basado en la sabiduría, pero no contiene entendimiento y comprensión verdadera. Pueden ser útiles porque se pueden usar para mejorar la calidad de vida, pero apara entender verdaderamente cómo funciona el universo, debemos convertir esta sabiduría incorporándola a la Torá.

El Espíritu Sagrado

Ahora, analicemos la diferencia entre la sabiduría y el conocimiento o comprensión. En el mismo verso que se describe los dones conferidos a Betzalel, Rashi continúa explicando que el conocimiento representa una facultad intelectual mucho más grande que el entendimiento, que es llamado ruaj hakodesh , lit. “espíritu sagrado”, el poder de la mente de estar sintonizado completamente con la voluntad de Dios. Lo racional no está necesariamente alineado con la voluntad del Creador; o en otras palabras la Voluntad de Dios no siempre está de acuerdo con lo que una persona piensa que es racional.

En tanto sefiráh , el conocimiento está alineado en el eje medio, justo debajo de la voluntad, que es el aspecto inferior de la sefiráh de la corona. (17) Como tal, el conocimiento está cien por ciento alineado con la voluntad de Dios. Esto está expresado en el principio cabalístico de que muchas veces, cuando la sefiráh de la corona se toma en cuenta para el recuento de las diez sefirot , no se cuenta la de conocimiento. Esto es porque el conocimiento representa a la manifestación supra conciente de la corona, por lo que ambas son en realidad dos representaciones de la misma facultad (una conciente y la otra supra conciente).

Una de las mejores ilustraciones de lo que es el conocimiento en el contexto de la presente explicación es la del consejo ofrecido por un tzadik , una persona recta y sagrada, al que acude mucha gente en busca de guía. La Biblia describe a su consejo como algo que viene del más allá, dando a entender que si estudias toda la Torá una y otra vez, incluso si fueras uno de los más grandes estudiantes de Torá, un talmid jajam , alguien gadol , verdaderamente grande, nunca podrías llegar a concebir un consejo como el que da un tzadik respecto a un problema dado. Esto es así porque está bendecido con el espíritu sagrado y es capaz de conectarse, como si fuera, con la voluntad Divina. Se cuentan innumerables historias acerca de consejos sorprendentes y sus resultados más sorprendentes todavía.  

La Integración con las Matemáticas

Demos fin a esta primera parte de la discusión trayendo una bella relación matemática. Hemos dicho que, citando la expresión del Zohar: “la Torá viene de la sabiduría” implicando que la Torá y la sabiduría son la misma cosa. Aunque la revelación de la Torá proviene de la sabiduría, su fuente original está por encima de la sabiduría en la misma esencia de Dios (como está aclarado en el Zohar: “la Torá y el Santo Bendito sea son uno”).

La Torá une las tres facultades del intelecto, que por cierto pueden desarrollarse plenamente en la mente a través del estudio de la Torá. El valor numérico de estas cuatro palabras en hebreo תורה חכמה בינה דעת , Torá, jojmáh, bináh daat es 1225, que es un número muy especial; es a la vez un número cuadrado y triangular: 1225 = 35 2 = 49.

Hemos mencionado en al pasado que los cuadrados simbolizan complesión, madurez e inter inclusión, las propiedades de la rectificación. Siempre que el valor numérico de una grupo de palabras equivalen a un número cuadrado, nos está diciendo que esas palabras van juntas y completan una a la otra. (18)

En nuestras clases hemos tratado el significado de los números que son a la vez cuadrados y triángulos. Los únicos dos números que comparten esta propiedad antes de 1225 son el trivial 1 y el 36 = 6 2 = 8.

Como 1225 es un número impar, tiene una propiedad que los otros no tienen: un punto medio. El punto medio de 1225 es 613, el total de los preceptos de la Torá. (19) Es maravilloso que la frase más notable del Pentateuco cuya guematria es 1225 es zeh shmí leolam vezeh zijrí ledor dor , “Este es Mi Nombre eterno y este es Mi recuerdo de generación en generación” (20).

El Zohar trae que este verso implícitamente se refiere a los 613 preceptos, exactamente como están divididos en 248 positivos y 365 negativos. Efectivamente, el valor de la palabra shmí (Mi Nombre) junto con las dos primeras letras de Havaiáh iud-hei ) es 365 y el valor de zijrí (Mi recuerdo) con las dos letras finales de Havaiáh vav-hei )es 248.

Notas al pie

• 1. Éxodo 12:49

• 2. “Porque las aguas de Noaj…” (Ishaiahu 54:9).

• 3. Quien rezó por la gente de Sedom y Amoráh (parashat Vaierá ).

•  4. Torá lashón horáh . Torá del concepto “instrucción” o guía.

•  5. Al vivir más tiempo con objetivos espirituales.

•  6. Podemos deducir que Noaj fue el primer psicólogo, podía aliviar el sufrimiento no sólo a través de medios tecnológicos, sino a través de su peso espiritual de su carácter de tzadik .

•  7. Esta es la razón central de que en nuestras enseñanzas atribuyamos “complesión” o integridad a los números cuadrados, aquellos que pueden ser expresados como n 2 , donde n es un número entero. Estos números expresan claramente un estado inherente de inter inclusión.

•  8. Para ver una perspectiva filosófica de este debate ver La Teoría Cuántica y el Cisma en la Física de Karl Popper, en inglés. Para una aproximación (aún no rectificada a través de la Torá) a la física cuántica y la relatividad, ver http://www.universoeinstein.com.ar/libros.htm , una compilación de artículos de A.Gangui.

• 9.  Ver Cabaláh y Meditación para las Naciones , de próxima publicación, para una explicación más profunda de la naturaleza de una conexión del potencial converso con Dios.

•  10. De hecho, sabemos que el linaje del Mashíaj está compuesto por cantidad de conversos, el más importante de los cuales es Ruth la moabita, la princesa que se convirtió y se casó con el juez Boaz.

•  11. Están también las así llamadas “almas nuevas” que no fueron parte del alma original de Adam. Esas almas no fueron afectadas por el pecado de Adam y descendieron y encarnaron en personas rectas en cada generación, sirviendo como faros de pureza y conducta.

•  12. Como lo escribe el Baal Shem Tov en su famosa carta. (ver La Dimensión Interior http://www.dimensiones.org/canales/basicos/carta%20baal%20shem/unacarta.htm

 )

•  13. El movimiento jasídico Jabad lleva su nombre por el rol central que en él juega el intelecto.

•  14. Para construir el Tabernáculo del Desierto, Betzalel tenía que ser un científico y un artista. Los sabios destacan su habilidad para permutar las letras con las cuales fueron creados los cielos y la tierra. Esto sugieren sus proezas científicas, quien construyó el Tabernáculo como un microcosmos que refleja el cosmos en toda su complejidad. Esta construcción estaba plena de una tremenda belleza física, reflejando los dones de artista de Betzalel. Numéricamente, la suma de las palabras hebreas אמנות , omanut , “arte” y מדע , madá , ciencia, suman תורה , Torá, indicando que la Torá refleja justamente ambos aspectos del conocimiento y la creatividad humana.

•  15. Para los lectores versados en el lenguaje de la Cabaláh, podemos agregar que el razonamiento deductivo proviene de los dos tercios inferiores del partzuf de Ima, que quedaron desnudos y por lo tanto lleva eventualmente a la conciencia de sí mismo o egoísmo y el auto engrandecimiento. El razonamiento inductivo proviene del tercio superior del partzuf de Ima , que permanece siempre oculto por el fundamento extendido del partzuf de Aba , y por lo tanto su proceso mental no cae en el egoísmo.

•  16. Proverbios 3:18.

•  17. La sefiráh de la corona está dividida en tres cabezas, cuyas experiencias internas son la fe, el placer la voluntad.

•  18. Uno de los ejemplos más simples y bellos está en el comienzo de la Torá. Los valores combinados de Adam ( אדם ) y Javá ( חוה ), es 64 = 8 2 !

•  19. Entonces, 613 está asociado en Cabaláh al número 1, porque ambos son el punto central de un número cuadrado-triangular: ya que 1 es por supuesto el punto medio de 1!

•  20. Éxodo 3:15.

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