LA PERSONALIDAD DE DAN: Dan: la Tribu de Tevet

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La tribu Dan incorpora características especiales necesarias para esta época del año.

La personalidad de Dan

El nuevo mes de Tevet es el más frío del año, el más asociado con el invierno. Cada mes del año según el Arizal y basado en Sefer Ietizrá, está asociado con una de las doce tribus, donde el decimotercer mes, el segundo Adar, que aparece en años bisiestos, estando asociado con la tribu de Levi. La Tribu de Dan es la asociada con el mes de Tevet, veamos cómo Dan calienta e ilumina el frío invierno.

Dan: Perdido y Encontrado

Cuando los Hijos de Israel caminaban por el desierto, la tribu de Iehudá iba al frente de los campamentos y la tribu de Dan iba detrás. Los participantes de una marcha militar o una caminata saben que se necesita una persona fuerte para la retaguardia. Tiene que ser alguien que sepa animar a todos a seguir adelante y asegurarse de que nadie se quede atrás o se pierda. Los sabios dicen que el papel de Dan en la retaguardia era encontrar y devolver los objetos perdidos. Más importante aún, el papel de Dan era cuidar de las personas que se perdían, devolverlas a sus familias y a su lugar.

Al traducir el papel de la tribu Dan a las dimensiones psicológica y espiritual, se revela que su papel es ayudar a las personas a encontrarse a sí mismas. A veces, las personas pierden su camino, su confianza en sí mismas, su sentido de propósito, su identidad. La tribu de Dan sabe cómo ayudar a toda esa gente, hacer que se recuperen y mostrarles el camino. En cierto sentido, devuelven a una persona su posesión más importante: su yo.

Un judío simple

¿Cuál es la fuente de este talento de la tribu de Dan? Después de que Lea dio a luz a cuatro hijos, Rajel le pidió a Iaacov que se casara con su sierva Bilhá, quien dio a luz a Dan. No se jactaba del ilustre linaje de los hijos de Lea y Rajel, era el hijo de la sirvienta, quien, en la superficie, se casó con Iaacov solo para permitir que su amada Rajel “compitiera” con su hermana Lea.

Dan nació poco después que Iehudá el cuarto hijo de Lea. Pero parece que hay una gran distancia entre ellos: Iehudá marcha al frente de todos los campamentos de la nación, mientras que Dan está en la retaguardia. Iehudá es el rey y Dan se describe como “la más pequeña de las tribus”. Pero es precisamente por esta razón que Dan merece algo muy sencillo: la gente de Dan encarna el carácter del judío simple, nada más. Dan no tenía ilusiones de grandeza, no tuvo que ocupar un rol elevado y por lo tanto no está obligado a cumplir grandes expectativas. Como resultado, no carga con los complejos que a veces caracterizan a personas más importantes y sabias. Dan logró una salud mental sencilla y sólida con la que pueda ayudar a sus hermanos a encontrar su camino y su identidad.

Dan sabe cómo tomar decisiones cuando otros pueden confundirse con situaciones y discusiones complejas. El Talmud relata que cuando los hijos de Iaacov vinieron a enterrarlo en la Cueva de Majpelá, apareció Eisav y retrasó el entierro, alegando que el lugar en la Cueva estaba reservado para él (dado que Iaacov ya había usado su lugar asignado para enterrar a Lea). Los hijos replicaron que Iaacov le había comprado la parcela de Eisav años atrás y que la escritura estaba en Egipto. Naftalí, de pies rápidos, fue enviado para que se apresurara a regresar a Egipto para traer la escritura, mientras que todos se vieron obligados a esperar, mientras Iaacov yacía avergonzado. Realmente fue una situación dolorosa y vergonzosa.

Jushim, el hijo de Dan, tenía problemas de audición y no podía escuchar las negociaciones que habían enviado a Naftali a Egipto. Todo lo que entendió fue que Eisav estaba evitando que los restos de su abuelo fueran enterrados y que esta era una situación vergonzosa. Entonces, levantó su espada y terminó la disputa cortándole la cabeza a Eisav.

Espero, Dios, tu salvación

El afecto de Iaacov por la tribu de Dan también es evidente en la bendición con la que los bendijo antes de morir: “Dan juzgará [vengará] a su nación, como a uno solo, las tribus de Israel. Será Dan como serpiente en el camino, serpiente sobre el sendero, que muerde los talones del caballo, y el jinete cae hacia atrás. Tu Salvación he esperado, Hashem” (Génesis 49: 16-18).

Mientras le daba esta bendición a Dan, Iaacov vio en su mente a Shimshón, el ilustre héroe y juez de la tribu de Dan, golpeando a sus enemigos como una serpiente. Iaacov experimentó indirectamente los últimos momentos de Shimshón y su clamor: “Acuérdate de mí y fortaléceme, solo esta vez, Elokim, y me vengaré de los filisteos por uno de mis dos ojos” (Jueces 16:28) y lloró junto a Shimshón: “Tu salvación espero Hashem” (Génesis ibid.)

La tribu de Dan tiene un poder especial para triunfar. Ellos ‘terminan el trabajo’ de una sola vez. Shimshón lleva una chispa del futuro, una chispa mesiánica heredada de Jushim, el hijo de Dan. De hecho ¡el nombre Jushim (חֻשִׁים) es un anagrama de Mashíaj (מָשִׁיחַ)! Iaacov también describe a Dan como una “serpiente en el camino”. En guematria, “serpiente” (נָחָשׁ, najash) también es igual a “Mashíaj“.

Antes de su muerte Iaacov intenta ver y revelar el tiempo de la redención a sus hijos: “Reúnanse y les diré lo que les sucederá al final de los días”. Sin embargo, se le ocultó el final. El Nombre Esencial de Dios, Havaiá, tampoco está escrito en las porciones de la Torá leídas durante el mes de Tevet sobre el descenso de la pequeña familia de Israel a Egipto. Pero cuando Iaacov bendice a Dan, la luz brilla de repente, una luz mesiánica esplendorosa para iluminar la oscuridad de Egipto: “Tu salvación espero, Dios (Havaiá)”. Esta es la única vez que se menciona Havaiá en las porciones de la Torá de Tevet.

Hay una expresión aramea especial en el Midrash (Vaikra rabá 24:3): “Didan notzaj” (דִּידַן נָצַח) que significa, “el triunfo es nuestro”. Esto claramente alude a Dan. La primera palabra contiene el nombre Dan, mientras que las 5 letras restantes de la frase, que son דינצח, equivalen a 162 ó 3 veces 54, el valor de “Dan” (דָּן). Por lo tanto, el valor numérico de la frase completa, “Didan notzaj” (דִּידַן נָצַח) es igual a 4 veces Dan (דָּן).

(En Jabad, el quinto día de Tevet se conoce como Didan notzaj. Este es el día en que el Rebe de Lubavitch ganó el llamado juicio del Libro, cuando la corte de USA reconoció que la librería milenaria del Rebe Anterior no era una propiedad personal sino de todos los jasidim, todo el movimiento Jabad Lubavitch).

El Mashíaj del Caos

Shimshón es una figura sobrenatural. Se le considera uno de los jueces y salvadores de Israel. Todo en él es extraordinario, desde su nacimiento hasta su muerte. Siempre trabajó solo, literalmente como una serpiente. Tiene poderes tremendos, pero no siempre se canalizan al lugar correcto. El tremendo poder de Shimshón es verdaderamente mesiánico, sin embargo, aparece en forma salvaje, sin procesar, irregular. Por lo tanto, finalmente se rompe.

En términos cabalísticos, Shimshón está asociado con el Mundo del Caos, que tiene “muchas luces y pocos recipientes”. Es una energía tremenda la que hace una explosión por falta de un recipiente adecuado que la contenga. El propósito final es lograr el Mundo de la Rectificación, en el que las energías aparecen de manera ordenada y equilibrada, con la luz interior asentada firmemente en el recipiente externo apropiado.

Sin embargo, no queremos renunciar por completo al inmenso poder del caos. El camino del Mashíaj se describe como “las luces del caos en recipientes rectificados”. En otras palabras, el tremendo poder, como el de Shimshón, el “Mashiaj del Caos”, dentro de recipientes y parámetros ordenados, que no resultan en muerte y destrucción, sino en creatividad y vida.

Ira adecuada

La comparación de Dan con la serpiente expresa su atributo de ira. La ira es peligrosa y, por lo general, debemos alejarnos de ella como si fuera fuego. Tiene el poder del caos y no es algo con lo que jugar. La ira de Dan, sin embargo, es positiva y adecuada. Sabe cómo luchar con los enemigos jurados de Israel, que no entienden ningún otro idioma.
En Cabalá, el sentido de ira es el sentido del mes de Tevet. La guematria (valor numérico) de “Tevet” (טֵבֵת) es igual a “caos” (תֹּהוּ). Podemos concluir que el mes de Tevet puede servir para rectificar el atributo de la ira, que tiene el gran poder del caos, y aplicarlo en la medida correcta y en las situaciones adecuadas.

El lugar real de Dan en la vida es el papel de “la mano derecha” de Iehudá. A pesar de las diferencias entre los dos tienen un modo de cooperación interesante. En el trabajo de construcción del Tabernáculo los principales artesanos fueron Betzalel de la tribu de Iehudá y Ohaliav de la tribu de Dan.

En la bendición de Iaacov vemos el mismo concepto: “Dan juzgará a su nación, como una a las tribus de Israel”, refiriéndose a iehudá, a quien se describe como “la única”, la más especial de las tribus. En su bendición a las tribus, Moshé usa las mismas palabras tanto para Iehudá como para Dan: “Dan es un cachorro de león” y “Un cachorro de león es Iehudá”. Finalmente, la Cabalá enseña que el Jefe del Estado Mayor del Mashíaj (que es de la tribu de iehudá) será de la tribu de Dan. Juntos, salen victoriosos: ¡Didan notzaj! ¡La Victoria es Nuestra. Rabino Itzjak Ginsburgh – Instituto Gal Einai – www.Galeinai.org

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