CLASE 11: EL TALMUD Y LA TEORÍA DE CUERDAS

El Talmud en el tratado de Shabat explica que existen 39 categorías de trabajos prohibidos en Shabat, basadas en las 39 categorías de trabajo que eran hechos en el Tabernáculo. El Tabernáculo es considerado un mundo en miniatura. La ciencia haría bien en dar una mirada más cercana a estas 39 categorías de trabajo y preguntarse a qué corresponde cada una de ellas en la naturaleza.

Ahora, el trabajo 24ª es “rasgar para volver a coser”. El Talmud  pregunta: ¿Dónde encontramos que esta categoría de trabajo haya tenido lugar en el Tabernáculo? El Talmud responde que esto ocurrió cuando apareció un agujero de gusano en uno de los tapices del Tabernáculo y después la tela tuvo que romperse y recoserse. Cuando uno ve este pasaje en el Talmud y lo relaciona con cualquier otro libro de física moderna, te  deja sin aliento.

Hoy, la ciencia moderna describe el espacio-tiempo como un tejido que puede, teóricamente, ser rasgada como un agujero de gusano, y después ser rezurcida. Y una de las preguntas más importantes es si en efecto son posibles estas rasgaduras en la tela del espacio, y si también pueden ser usadas para crear agujeros de gusano, pasajes teóricos a través del espacio que pueden acortar las distancias de manera considerable.

Existen dos capas de tapicería en el Tabernáculo. Una estaba compuesta por 10 tapices y la otra por 11 tapices. En la moderna Teoría de la Cuerdas existen dos tipos de teorías: cinco teorías que postulan 10 dimensiones y un modelo de 11 dimensiones (llamado Teoría M), que une a las cinco teorías al mostrar que cada una de ellas es un caso particular de este modelo más general. Y efectivamente en el Tabernáculo también, la capa inferior de los tapices tenía 10 tapices, y la capa superior tenía 11.

Tosafot, el comentario medieval destaca que lo único que pudo pasar en los tapetes fue la formación de un agujero de gusano y que este fue el único lugar en el que un agujero de gusano pudo ocurrir en el Tabernáculo. Un agujero de gusano en la física es como un “salto de distancia” (Kefitzat haderej) del Ba’al Shem Tov.

El gusano (una vez más de nuestro zoológico particular) es un símbolo del Rey David, quien se describe a sí mismo como un gusano: “Yo soy un gusano, no un hombre”. El Ba’al Shem Tov solía desplazarse a través de un “agujero de gusano” en sus viajes, y es considerado una reencarnación del Rey David.

En cualquier caso, según la Relatividad General, el tejido del espacio-tiempo no puede ser rasgada, su topología puede cambiar sutilmente, pero no puede ser rasgada. Pero, la teoría de las cuerdas permite esto. Nosotros estamos discutiendo esto de forma rápida, pero el asunto completo aquí en el Talmud tiene que ser estudiado profundamente.

Aun más increíble es el hecho que en todo el Talmud, sólo existe un lugar que dice que ahí hay un precepto de estudiar ciencia. Encontramos esta declaración inmediatamente después de la discusión de la rasgadura de la tapicería. El Talmud dice:

Dijo Rav: De quien sabe cómo calcular tekufot y mazalot y no lo hace, no puedes citar sus enseñanzas en su nombre…

Dijo el Rabino Shimon hijo de Pazi: Rabí Iehoshúa hijo de Levi dijo en 

nombre de Bar Kapara. Sobre quien sabe cómo calcular tekufot y mazalot y no lo hace, está escrito el verso: “Ellos no miran los actos de Di-s, y no miran la obra de Su mano”

Dijo Rabi Shmuel bar Najmani, dijo Rabi Iojanan: ¿De dónde aprendemos que se le ordena al hombre calcular tekufot y mazalot? Del verso: “y los guardarás y realizaras, pues ellos son tu sabiduría y entendimiento a los ojos de las naciones”. ¿Qué es la sabiduría y el entendimiento a los ojos de las naciones? ¡El cálculo de tekufot y mazalot!

De acuerdo con el Smag (el acrónimo del índice medieval de los preceptos llamado: El Libro Grande de los Mitzvot), este es uno de los 613 preceptos. En sus palabras: “Es un precepto positivo calcular tekufot y mazalot y moladot… “. Estas tres palabras tekufot, mazalot, moladot” se refieren a los ciclos de las estrellas y planetas (hoy le llamamos astrofísica).

Acerca de las palabras “a los ojos de las naciones”, Rashi escribe que la ciencia es “una sabiduría reconocible”, pues todas las naciones del mundo pueden reconocerla. La ciencia tiene una ventaja sobre la sabiduría de la Torá porque ésta predice. La Torá no parece predecir nada y sólo la mente judía puede apreciarla cabalmente. Como sabemos, la fuerza de cualquier teoría científica está en su poder de predicción. Entonces, según los sabios el esfuerzo científico más importante es la astrofísica, un precepto para llevar a cabo.

Ahora, los tekufot, que literalmente significa “ciclos”, son una imagen de tiempo, y los mazalot, que literalmente significan “constelaciones de estrellas” o “galaxias”, son imágenes de espacio, que también implican que existe un mitzváh de unir tiempo y espacio. Y una vez más, esto aparece al final de la discusión en el Talmud, sobre la rasgadura de la tela del tapiz del Tabernáculo, la cual hemos explicado que corresponde al tejido del espacio-tiempo.

Lo que Rashi dijo acerca de que la ciencia es “sabiduría reconocible” es extraordinario. Anteriormente mencionamos la piedra angular (o superior) del Templo a través de la cual toda la Providencia Divina personal está enfocada. Notamos que Zacarías describe esta piedra como si tuviera dos veces חן, jen, “gracia” y “simetría”. Pero la palabra de dos letras חן es también un acrónimo para “sabiduría oculta” (חכמה נסתרת, jojmáh nisteret), uno de los nombres con los cuales también se llama a la Cabalá. 

Entonces, ahora podemos agregar que חן es también un acrónimo del nuevo nombre de la ciencia que aprendimos de Rashi “sabiduría reconocible” (חכמה ניכרת, jojmáh nikeret). Ahora podemos decir que estos dos tipos de sabiduría son las dos חן que tiene la piedra angular (piedra superior). Dice incluso que quien esté calificado y sea capaz y tenga la mente para estudiar la ciencia según al Torá pero no lo hace y sólo estudia Torá, aun si se vuelve un gran sabio de la Torá, no se le permite decir la enseñanza en su nombre, está prohibido aprender Torá de él.

Uno de los comentarios en el Shulján Aruj, el Eliah Rabah trata de explicar esta dura declaración. Dice que una persona que tiene la habilidad de ser sabio en la sabiduría reconocible, en la ciencia, pero no lo hace, él mismo ha probado que no es digno para el título de “hombre sabio”. Así que se ha privado de tomar el título de sabio. Y, en principio, quien no tenga el título de sabio, no se puede repetir sus enseñanzas en su nombre, aun si estas son enseñanzas de la Torá.

Por tanto, recomendamos fuertemente que este pasaje del Talmud sea estudiado a profundidad por todos. Dios debe garantizarnos el talento y habilidad para entender, aprender, y enseñar ambos tipos de sabiduría, la sabiduría oculta, la Torá, y la sabiduría reconocible, la ciencia.

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