EL OHEV ISRAEL DE APTA: LA MATZÁ NO ES RAZÓN PARA PELEAR

Rabi Avraham Iehoshúa Heschel de Apta nació en 5508 (1748) de su padre, rabi Shmuel, el jefe de Beit Din y de la ieshivá en Neustat. Después de su boda, Rabi Avraham se convirtió en rabino en Kolvesov en Galicia, al sur de Polonia. Mientras estuvo allí, Rabi Levi Itzjak de Berditchev y Rabi Moshe Leib de Sasov visitaron su ciudad y lo influenciaron para que estudiara Jasidut.
Como jasid, primero aprendió de rabi Iejiel Mijel de Zlotshov y luego de rabi Elimelej de Lizhensk. Rebe Elimelej lo amaba y lo atrajo a su círculo íntimo y Rabi Avraham es considerado uno de sus cuatro herederos. Antes de su fallecimiento Rabi Elimelej le dio uno de sus poderes a cada uno de estos cuatro discípulos: le dio sus ojos al Vidente de Lublin, su intelecto a Rabi Menajem Mendel de Riminov, su corazón al Maguid de Kuzhnitz y su boca al Ohev Israel de Apta.
En 5546 (1786) los jasidim comenzaron a reunirse alrededor del Ohev Israel en Kolvesov y en 5560 (1800) se convirtió en el rabino de Apta en Polonia, donde estableció una casa de estudio jasídica. Allí fue rabino de Apta durante ocho años y solicitó ser conocido como Rebe de Apta. En 5569 (1809) se convirtió en rabino de Iasi. Como Iasi era la principal ciudad judía de Rumania, rabi Avraham Iehoshúa Heshel se desempeñó como rabi principal de Rumania. En 5573 (1813) falleció rabi Baruj de Medzhibuzh y rabi Avraham se convirtió en el Rebe jasídico allí. Hacia 5575 (1815) era el rabi jasídico de mayor antigüedad en Europa (después de que sus tres amigos, los discípulos del Rebe Elimelej hubieron fallecido). Fue considerado el mayor tzadik jasídico de su tiempo. Falleció el 5 de Nisan 5585 (1825) y fue enterrado en Medzhibuzh en el ohel del Baal Shem Tov.

Una vez el Torat Jaim de Kosov llegó al santo Ohev Israel de Apta para Shabat. La costumbre del santo Ohev Israel era que cuando probaba las delicias de Shabat antes del Shabat, solo se permitía a una sola persona que esté en el cuarto. En esa víspera de Shabat, el Torat Jaim tuvo el privilegio de ser esa persona. Vio que se le sirvió un tazón de pescado al tzadik y pensó que el Ohev Israel seguramente probaría un poco y dejaría el resto. Para su asombro, el Ohev Israel acabó con todo el cuenco. Lo mismo sucedió con la sopa y con el resto del menú. “¿Cómo podrá el Rebe volver a comer algo en la cena de Shabat si comió tanto solo en la degustación?” se preguntó el Torat Jaim. Pero durante la celebración en la noche de Shabat, cuando el Torat Jaim vio el servicio sagrado del Ohev Israel -y la cantidad de comida que consumió- entendió que la comida entera que había comido antes de Shabat era verdaderamente un “aperitivo”.
El Ohev Israel de Apta era conocido por su servicio Divino de comer, por lo que fue elogiado por los tzadikim de su generación. En su libro “Ohev Israel”, el tzadik escribió: “Cuando una persona deja de lado su deseo y no presta atención al aspecto físico de la comida, sino a todo lo que sale de la boca de Dios, a la vitalidad espiritual que está investida en ese alimento, y eleva las chispas sagradas en ese alimento, etc., entonces ese acto de comer se considera un servicio Divino en lugar de un sacrificio, y la mesa es como el altar que expía, porque su comer es en santidad.” Si bien se nos instruye a no permitirnos comer demasiada carne común, por otro lado es digno comer grandes cantidades de carne de los sacrificios en el Templo Sagrado. Quizá por esta razón, se dice que el Ohev Israel dio instrucciones para que su ataúd fuera construido con la madera de la mesa sobre la cual comía en santidad.
Hasta la edad de 36 años, el Ohev Israel ayunaba regularmente. Fue solo después que comenzó a comer:
Una vez, el Ohev Israel de Apta se enfermó tanto que parecía estar muriendo. Vio diferentes alimentos que lo estaban reprendiendo por no comerlos y elevarlos. “Temo que comer me haga daño”, dijo el Rebe, “ya que hace mucho tiempo que estuve acostumbrado a no comer”. El Rebe recibió una promesa del Cielo de que no sufriría ningún daño al comer esos alimentos. “Temo que me puedan dañar espiritualmente comer esos alimentos”, continuó. Recibió otra promesa del Cielo para eso, y entonces comenzó a comer. No obstante, eliminó su deseo de comer hasta tal punto que atestiguó que “Desde que aprendí del Rebe Elimelej las intenciones especiales para comer, en todo lo que como, literalmente pruebo el polvo”.
Si comer era un tema importante para el Ohev Israel durante todo el año, comer matzá en la noche del Seder era particularmente especial. Cuando se horneaban las matzot en su ciudad, el Rebe de Apta se encerraba en su habitación y ayudaba a hornear la matzá a su manera: Aunque no entraba muchas veces a la panadería, el Ohev Israel se sentía particularmente responsable de la cocción, y protegía las matzot de la gente de su pueblo desde lejos. Este deber de guardia espiritual fue el centro de su atención, y durante esos días no recibía a sus jasidim.
Más que ser diligente en su servicio a Dios, el Ohev Israel fue gran amante de sus hermanos judíos, como el título de su libro, y el nombre por el que era conocido, el “Amante de Israel”.
Una vez, después de Pesaj, una pareja vino al Ohev Israel y le dijeron que deseaban divorciarse. ¿Por qué? La costumbre del marido era no comer gebrojts (matzá mojada) en Pesaj, mientras que la esposa, que no creció en un hogar jasídico no estaba dispuesta a aceptar esta costumbre para ella. El Ohev Israel les dijo: “Les diré lo que pasó en mi casa este Pesaj. Este año preparé matzot muy especiales para el seder de Pesaj, con todo el rigor y las santas intenciones que pude poner en ellas. En la víspera de la festividad, mi esposa por error tomó mis matzá especiales y se las dio a una persona pobre que necesitaba matzá. Cuando se dio cuenta de que había cometido un gran error, se sintió terrible y tomó matzá simples y las puso en el lugar de mis matzá especiales.

¿Crees que no noté la diferencia? Con mi ruaj hakodesh (espíritu sagrado) vi lo que había sucedido. Pero no dije nada para que no hubiera ira en nuestra casa. Si comí matzá simples este año en lugar de mis matzot especiales sin enojo, también puedes llevarte bien con tu esposa aunque ella no adopte la costumbre de no comer gebrojts.

El Ohev Israel, quien heredó el poder de la boca del Rebe Elimelej de Lizhensk, sabía comer y hablar. Podemos decir que el poder de comer es paralelo a su nombre, Avraham, de quien está escrito: “Soy un maguén (escudo) para ti” . El Rebe Meir de Premishlan explicó que Abraham, cuya tienda siempre estaba abierta para los invitados, le pidió a Dios que le diera un estómago fuerte (en idish, maguén significa estómago) para poder comer con cada invitado, cumpliendo así la mitzvá de hospedar personas de la manera más hermosa. El poder del habla del Ohev Israel es paralelo a su segundo nombre, Iehoshúa, sobre quien está escrito: “Un dabar (líder) para la generación” Dabar significa ‘orador’ y el liderazgo tiene que ver con la capacidad de hablar.

En nuestra historia vemos que el Ohev Israel también sabía permanecer en silencio. “Tiene platillos (de balanza) de oro en la boca”, dijo uno de los tzadikim sobre él, “y pesa cada palabra antes de pronunciarla”. Con su silencio el Ohev Israel nos enseña que la unidad y la paz son posibles solo cuando las personas no son demasiado estrictas entre sí. Esta es una de las razones por las que los jasidim celebran la última comida de Pesaj, la Fiesta del Mashíaj, el último día de Pesaj (que es el séptimo día hasta el anochecer y el final de la festividad). En el último día de Pesaj en la diáspora, incluso los jasidim comen gebrojts. La fiesta de Mashíaj y la venida de Mashíaj dependen de la unidad entre los judíos. La fiesta del Mashíaj tiene que ser una fiesta en la que todos los judíos, los estrictos y los menos estrictos, puedan participar juntos.

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