AUDIO MEDITACIÓN
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La porción de la Torá de esta semana, Jaiei Sará, nos conecta con la antigua ciudad sagrada de Hebrón. Abraham compró la Cueva de la Majpelá en Hebrón como lugar de entierro para Sará por cuatrocientos shekels de plata. En hebreo, la palabra para plata, kesef, es también la raíz de la palabra kisufim, que significa “anhelo”. La literatura cabalística habla de “cuatrocientos mundos de anhelo”: cuatrocientos mundos de placer derivados de la conexión de uno con lo Divino que los tzadikim (individuos justos) están destinados a no mostrar. Este es el secreto de los cuatrocientos shekels de plata (anhelo) que Abraham pagó por la cueva.
La tierra de Israel está conectada de forma innata con el mundo espiritual, el mundo de las almas, que a veces se denomina “el mundo por venir”. En su estado prístino, sin un cuerpo físico, las almas se bañan en la luz infinita de Dios, en mérito de su estudio de la Torá en este mundo. La Cueva de la Majpelá en Hebrón tiene un estatus especial, ya que se considera el pasaje a través del cual nuestras almas regresan al Jardín del Edén, donde regresan para disfrutar de la luz infinita de Dios. La palabra hebrea para Hebrón, חברון, comparte una raíz con חיבור, que significa “conexión” ya que sirve para conectar la tierra física de Israel con el Jardín espiritual del Edén. Por lo tanto, Hebrón es una parte esencial de la santidad indivisible de la tierra de Israel.
Shabat Shalom, Bendiciones desde la Tierra de Israel
Rabino Jaim Frim