Matemáticas en la Torá: HAAZINU:  EL CANTO DEL CONOCIMIENTO

La Conciencia de Moshé

Moshé es considerado el gran pastor de la fe, un término tomado del Zohar que lo llama, “el pastor fiel”, raia mehemna, (רָעֲיָָא מְהֵימְנָא), que también puede entenderse como “el pastor de la fe”. El profeta Mijá menciona la idea de que el termino pastores sea un título para los hombres de fe: “Y esto asegurará la paz: si llegara a pasar que los asirios entraran en nuestra tierra, y si pisotearan nuestros palacios, estableceremos siete pastores y ocho príncipes contra ellos”.[1] Quizás sorprendentemente, el Talmud no identifica a estos siete pastores con las siete almas arquetípicas de las siete sefirot inferiores (o emotivas), sino más bien con, “David en el centro; Adam, Set y Metushelaj (Matusalén) a su derecha y Abraham, Iaacov y Moshé a su izquierda.”[2]

En las enseñanzas jasídicas se describe a Moshé no solo como un pastor de la fe, que lo vincula con la facultad de la fe situada en la sefirá supra consciente de la Corona, sino también como la conciencia colectiva de Dios, que instruye a todas las creaciones de Dios sobre el camino para conocerLo. Como tal, Moshé está más fuertemente asociado con la sefirá del conocimiento, Daat (דַָּעַת).[3] Desde el momento en que regresó a Egipto para redimir al pueblo judío, a Moshé se le encomendó la tarea de aumentar su conocimiento y conciencia de la Divinidad. De hecho, al final de sus cuarenta años con el pueblo, él les dice: “Dios no les ha dado un corazón sabio y ojos para ver y oídos para oír, hasta el día de hoy”.[4] Porque tras cuarenta años como discípulos suyos, el pueblo había logrado integrar la conciencia de Moshé en la suya.

Poco tiempo después, cuando Moshé se prepara para partir de este mundo, nos confía un cántico profético conocido como el cántico de Haazinu, que en un sentido muy real capta la esencia de la conciencia de Moshé. Es bien sabido que hubo grandes líderes judíos que pidieron que todos aprendieran esta canción de memoria.[5]

La canción de Haazinu abarca 43 de los 52 versos de la parashá, y por lo tanto ocupa la mayor parte de la ella. En la Biblia hay 10 canciones distintas y especiales que corresponden a las diez sefirot desde la corona al reinado (con las sefirot de victoria y reconocimiento unidas, como estaban en el mundo de Tohu). Por lo tanto, no es sorprendente que debido a que Moshé es la fuente de la conciencia o el conocimiento Divino para todo Israel, su canto personal, el canto de Haazinu corresponda a la sefirá de conocimiento. El partzuf / modelo de las 10 canciones de la Biblia es:

 Corona
Un salmo, una canción para Shabat[1]
 
Entendimiento
Canción del Pozo[2]
 Sabiduría
Canción del Mar[3]
 Conocimiento
Canción de Haazinu[4]
 
Poder
Canción de Devorá[5]
 Bondad
Canción del sol de Iehoshúa[6]
 Belleza
Canción de Jana[7]
 
   Victoria y reconocimiento
Canción de David[8]
 
 Fundamento
El Cantar de los Cantares
 
 Reinado
En este mismo día se establecerá en Nov[9]
 

[1] Salmos 92
[2] Números 21:17-20
[3] Éxodo 15:1-19
[4] Deuteronomio 32:1-43
[5]Jueces 5.
[6]Iehoshua 10:12.
[7]1 Samuel 2:1-10.
[8] 2 Samuel 22.
[9] Ieshaiau 10:32-12:6.

Por tanto, vemos que la Canción de Haazinu corresponde a la sefirá de conocimiento. De hecho, el valor de las dos primeras palabras de la canción, “Escuchad los cielos” (הַאֲזִינוּ הַשָּׁמַיִם, Haazinu HaShamaim) es 474, el mismo que Daat, “conocimiento” (דָּעַת).

Además, el valor de “conocimiento” (דָּעַת), 474, es también 6 veces 79, el valor de  deah, (דֵּעָה), “conocimiento” en su forma alternativa. Esta relación matemática refleja la declaración del Zohar de que el conocimiento “es una llave que incluye seis,”[15] aludiendo al modo en que la conciencia o el conocimiento, funciona como una llave que controla las seis facultades emotivas del corazón (desde la bondad amorosa hasta el fundamento). La sefirá de conocimiento llena las cámaras del corazón, una idea capturada en el versículo “Con conocimiento las cámaras se llenarán de todos los tesoros que son valiosos y agradables”[16] (וּבְדַעַת חֲדָרִים יִמָּלְאוּ כָּל הוֹן יָקָר וְנָעִים). La palabra “cámara, habitación” (חֶדֶר, jeder) es en sí misma un acrónimo de las palabras “bondad, juicio, compasión” (חֶסֶד דִּין רַחֲמִים, Jesed Din Rajamim), que representan las tres primeras facultades emotivas: bondad-amorosa, poder, y belleza. Además, la frase “todos los tesoros que son valiosos y agradables” corresponde a las tres facultades emotivas inferiores, victoria (agradable), reconocimiento (tesoros) y fundamento (valioso).

Yendo un poco más allá, notamos que el valor de la primera palabra de la parashá, y su nombre, “Escuchar” (הַאֲזִינוּ) en sí mismo, es igual a “conocimiento” (דֵּעָה) en la forma femenina. De ello se deduce entonces que la segunda palabra, “los cielos” (הַשָּׁמַיִם) equivale a 5 veces el valor de “conocimiento” (דֵּעָה); en consecuencia, el valor promedio de cada una de las letras de “los cielos” (הַשָּׁמַיִם) es igual a un “conocimiento” (דֵּעָה). Por lo tanto, podríamos suponer que la palabra “Escucha” (הַאֲזִינוּ) representa la influencia general de la sefirá de conocimiento sobre la sefirá de fundamento, que contiene la luz recolectada de las cinco sefirot desde bondad-amorosa hasta reconocimiento. La canción de Ha’azinu siempre se lee al comienzo del mes de Tishrei cuyo “sentido” es el sentido de la procreación, el poder de la sefirá de fundamento. En la correspondencia entre los meses del año y los 13 Atributos de Misericordia Divina, Tishrei es paralelo al atributo de “verdad”, que es la cualidad experiencial interna de fundamento. La tribu del mes de Tishrei es Efraim, cuyo nombre significa literalmente ser fructífero y multiplicarse.

Conocimiento y corona

Comenzamos mencionando la conexión que Moshé tiene tanto con el conocimiento (conciencia de Dios) como con la corona (fe en Dios). En la Cabalá, especialmente como la enseñó el Arizal, conocimiento y corona están fuertemente conectados y en el pensamiento jasídico representan la conciencia y la super-conciencia. Así, tal como la Canción de Haazinu refleja la conciencia de Moshé, también alude a su corona – su super-conciencia.

Para identificar matemáticamente esta alusión, necesitamos recordar la declaración que describe la corona en el Pataj Eliahu, la gran apertura del Tikunnei Zohar y uno de los más seminales textos en la literatura cabalística: “el que no es contable” (חַד וְלָא בְּחֻשְבַּן, jad velo bejeshbón). Según el Arizal, cuando contamos el conocimiento como una de las diez sefirot, no contamos la corona, lo que hace que la corona en cierto sentido sea la undécima sefirá, asociándola con el número 11.

Ahora, mirando la canción completa de Ha’azinu, encontramos que contiene 462 palabras y 1793 letras. ¡Ambos números son múltiplos de 11! La diferencia entre ellos es necesariamente también un múltiplo de 11, pero no cualquier múltiplo. ¡La diferencia es 1331, que es 113! 1331 es también el valor de “Mashiaj” (ָמָשִׁיחַ) en lo que se conoce como numeración primordial

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el cálculo de guematria que corresponde a la sefirá de conocimiento.

Se pueden encontrar más alusiones a la corona en la canción de Haazinu cuando notamos que las dos primeras palabras, “Escuchad los cielos” (הַאֲזִינוּ הַשָּׁמַיִם) – cuyo valor, como hemos visto, es igual a “conocimiento” (דָּעַת) – también tiene exactamente 11 letras.

El Zohar afirma que “la corona celestial es la corona del reinado” (כֶֶּתֶר עְֶלְיוֹן ִאִיהוּ כֶֶּתֶר מַלְכוּת). Si agregamos 11 a cada una de las dos primeras palabras, “Escucha” (הַאֲזִינוּ) es igual a 90, y “los cielos” (הַשָּׁמַיִם) es igual a 406. Pero, 90 es el valor de las primeras tres letras de ” reino” (מַלְכוּת), y 406 es el valor de las dos últimas letras de “reino” (מַלְכוּת). Y así, al agregar 11, el número asociado con la corona celestial, a cada una de las dos primeras palabras de la parashá, las hemos transformado de “conocimiento” (דָּעַת) en “reino” (מַלְכוּת). Curiosamente, cuando escribimos la palabra “conocimiento” en forma completa— דלת עין תו— las letras agregadas a la raíz, las letras de relleno— לת ין ו— deletrean la palabra “Leviatán” (לִוְיָתָן) e igual “reino” (מַלְכוּת).

La historia de cada alma en la canción de Haazinu

Como contiene la conciencia colectiva de Moshé, se considera que la canción de Ha’azinu codifica las historias personales de cada alma judía y todo lo que experimentará desde ese momento hasta la llegada del redentor. En el Seder Hadorot,[17] una historia biográfica del mundo (y de los sabios de todas las generaciones) del siglo XVII EC, encontramos la siguiente maravillosa historia que ilustra este punto:

Rabi Moshé ben Najmán (el Rambán o Najmánides) tenía un estudiante llamado Rev Avner que se convirtió al cristianismo. Como estaba destinado a convertirse en un gran hombre, se convirtió en una persona poderosa y temida por todos. Pasaron muchos años, y en un Iom Kipur envió a buscar a su antiguo maestro, el Rambán [que no tuvo más remedio que asistir]. Cuando el Rambán estuvo frente a él tomó un cerdo y frente al Rambán lo mató, lo cortó, lo cocinó y se lo comió.

Después de que terminó de comer, preguntó al Rambán: “Entonces, ¿cuántas transgresiones por las cuales mi alma será cercenada de la raíz de Israel he cometido en este acto?”

El Rambán respondió: “¡Cuatro!”

Avner dijo: “¡No, cinco!” Y esperó la respuesta de su maestro, anticipando una disputa con él.

Pero, el Rambán lo miró enojado y este se quedó en silencio, porque todavía tenía un poco de respeto por su antiguo maestro.

Después de unos momentos, el Rambán le preguntó cuál era el motivo de su perfidia contra su religión.

Avner respondió que un año escuchó el Rambán enseñando la parashá Haazinu y que había afirmado que todos los mandamientos y todo lo que sucedería en el mundo están contenidos en ella; y esto le pareció imposible y le hizo cuestionar toda su vida y lo transformó en un hombre diferente.

Cuando el Rambán escuchó esto, manifestó que todavía se mantenía firme en sus palabras anteriores y para mostrarle a Avner que esto era así, lo desafió a preguntarle sobre cualquier cosa que quisiera… Avner pensó por un momento y luego dijo: “Muéstrame mi nombre en ¡la canción!”

Respondió el Rambán: “Así que has hablado y te mostraré”. El Rambán se fue a un rincón y oró, y el verso que vino a su boca fue: “Yo digo que los abandonaré, los borraré de la memoria de los hombres.”[18] La tercera letra de cada palabra en este verso forma “R. Avner” [אָמַרְתִּי  אַפְאֵיהֶם  אַשְׁבִּיתָה  מֵאֱנוֹשׁ  זִכְרָם].

Cuando Avner escuchó esto, su rostro cayó y le preguntó a su maestro si había alguna forma de curar su traición. El Ramban respondió: “Escuchaste lo que dice el versículo”. Y se fue.

Inmediatamente, Avner abordó un barco sin capitán ni marineros, dejando que el viento lo llevara a donde fuera y nunca más se supo de él.

Veamos ahora con más detenimiento el versículo introducido en esta historia.

Como comenta el Baal Haturim, las letras finales de las tres palabras del medio en este versículo: “Los abandonaré, los borraré de entre los hombres” (אַפְאֵיהֶם אַשְׁבִּיתָה מֵאֱנוֹשׁ) forman la palabra “Moshé” (משֶֹׁה), indicándonos que Moshé [ben Najmán — el Ramban] regresó al mundo para dar un tikún al alma de R. Avner.

Las letras finales de las cinco palabras en el verso (אָמַרְתִּי אַפְאֵיהֶם אַשְׁבִּיתָה מֵאֱנוֹשׁ זִכְרָם) son las letras de “los cielos” (הַשָּׁמַיִם) aludiendo al primer verso de la canción de Haazinu.

Transformación y El Portal Cincuenta

La gematría de las letras iniciales de las cinco palabras del versículo (א א א מ ז) es 50. El número 50 está claramente asociado con las 50 Puertas del Entendimiento, el 50º de los cuales fue alcanzado por Moshé el día de su partida de este mundo y el día en que pronunció el cántico de Haazinu. Esto sugiere que el conocimiento de la puerta 50 es la clave para comprender el tikun particular de cada alma, hasta la eternidad.

El valor de todo el versículo es 2170 ó 31 por 70, o el producto de los valores de las dos palabras “no” (לֹא), que es igual a 31 y “sí” (כֵּן) que es igual a 70. La multiplicación de “no” por “ sí ”sugiere un estado paradójico que está en el núcleo de la quincuagésima de los 50 Portales del Entendimiento. Los sabios describen este estado paradójico cuando atestiguan que cuando Moshé fue enterrado por Dios en el monte Nevo nadie pudo encontrar su tumba. Los ángeles pensaron que la tumba estaba abajo, en el reino físico, y los hombres pensaron que estaba arriba, en el reino espiritual. La verdad es que paradójicamente está en ambos lugares al mismo tiempo.

Con respecto a brindar tikún por las almas perdidas, el producto de multiplicar “no” por “sí” se refiere a la capacidad de Moshé para convertir el estado “no” del alma, su realidad negativa, en un estado “sí”, positivo. Esta habilidad es aludida en la famosa descripción de Moshé de la Torá: “No [לאֹ] así [כֵּן] con Mi siervo Moshé en toda Mi casa en él se confía”[19]; las dos primeras palabras de este versículo “no” y “sí”, sugieren que “Mi siervo [de Dios], Moshé”, conoce el secreto de convertir un “no” en “sí”. Cuando sumamos el valor de “no” (31) y “sí” (70) juntos, obtenemos 101, que es el valor de “desde la nada” (מֵאַיִן, meain). En Jasidut se explica que, para transformarse de un estado a otro, una persona debe pasar por un estado de nada.

Moshé en Cada Alma

Si restamos el valor de “Moshé” (345) del valor de todo el versículo (2170), obtenemos 1825, que es el producto de 25 y 73, donde 73 es el valor de “sabiduría” (חָכמָה, jojmá). Pero 1825 es también la suma de los tres posibles rellenos de letras de la palabra “sabiduría”:

חית כף מם הא más חית כף מם הה más חית כף מם הי!

La esencia de Moshé continúa existiendo espiritualmente dentro del alma de cada judío como la conciencia colectiva de Dios que él pastorea. Mediante este análisis, llegamos a reconocer que la esencia de Moshé en cada una de nuestras almas corresponde a la sefirá de la sabiduría, que se describe como la fuerza de vida que aviva el alma. Más específicamente, entonces, aprendemos que este punto de sabiduría que da vida al alma es en realidad la capacidad de Moshé para comprender el tikún específico, la rectificación, que necesita esa alma en particular.

Ahora concentrémonos por un momento en el nombre Avner (אַבְנֵר). La guematría de Avner es 253, o el triángulo de 22 (es decir, la suma de los números enteros del 1 al 22), en alusión a las 22 letras del alefbet de la Torá, el alfabeto hebreo, que fue dado por Moshé.

Si creamos una serie a partir de los valores de las cuatro letras de Avner (que van aumentando de valor desde la primera hasta la última letra), encontraremos que su base es 55:

1          2          50        200

1          48        150

47        102

55

55 es el triángulo de 10 (es decir, la suma de números enteros del 1 al 10), aludiendo a las grandes luces de las diez sefirot del Mundo del Caos, de las cuales se dice en el Libro de la Formación: “Hay diez sefirot, diez y no once, diez y no nueve” (en el Mundo de Tikún, Rectificación, en ciertos casos se cuentan once sefirot, incluyendo Corona y Conocimiento, y en ciertos casos nueve, como explica el Arizal). El Avner original en la Biblia fue un gran líder, el ministro de guerra del rey Shaúl (en la Cabalá se enseña que su alma volverá a ser el ministro de guerra del Mashíaj[20]), lo que también conecta este nombre con las grandes luces del Mundo del Caos.

De hecho, al calcular “Avner” usando la numeración ordinal, encontramos que su valor es 37, la gematría del “singular”, iejidá, (יְחִידָה), el nivel más alto del alma, que Moshé alcanzó el día de su fallecimiento.


[1] Mijá 5:4
[2] Sucá 52b.  Sumando los valores de los personajes de la izquierda y la derecha, “Adam Seth Matusalén Abraham Iaacob Moisés” (אָָדָם שֵֵׁת מְתוּשֶּׁלַח אַבְרָָהָם יַעֲקֹב משֶֶֹׁה) obtenemos 2304, que es el cuadrado de 48. El valor promedio de cada nombre es entonces 384, que también es igual a “Mashiaj de Havaia” (‘מָשִׁיחַ  הוי). Añadiendo David ((דָּוִד usando la ortografía que se encuentra en Crónicas que indica la grandeza de David, cuyo nombre es igual a 24 (mitad de 48), obtenemos 2328, o el producto de 24 (David) y Meheitavel (מְהֵיטַבְאֵל), o 97. Si adjuntamos la frase, “siete pastores” (שִׁבְעָה רֵעִים), el total se eleva a 3025 o 55 al cuadrado.
[3] La unificación de “fe” (אֳמוּנָה) y “conocimiento” (דָּעַת)es igual a 576, el cuadrado de 24 (y una cuarta parte de 2304; ver nota anterior).
[4] Deuteronomio 29:3
[5] Entre ellos el Maguid de Mezeritch.
[6] Salmos 92
[7] Números 21:17-20
[8] Éxodo 15:1-19
[9] Deuteronomio 32:1-43
[10]Jueces 5
[11]Iehoshua 10:12
[12]1 Samuel 2:1-10
[13] 2 Samuel 22
[14] Ieshaiau 10:32-12:6
[15] Zohar II, 177a; parte del texto de la sección Sifra detzniuta del Zohar, que junto con los dos Idra (mayor y menor) forman el núcleo de las enseñanzas del Zohar.
[16] Proverbios 24:4
[17] Año 4954. Vea también Emek Hamelej, Sha’ar Sha’ashu’ei Hamelej, cap. 4
[18] Deuteronomio 32:26
[19] Números 12:7
[20] La suma de “Avner” (אַבְנֵר) y “Mashiaj” ( מָשִׁיחַ ) es 611, el valor de “Torá” (תּוֹרָה). Además, como hemos visto en otra parte, el triángulo de “Avner”, 32131, es el punto medio del triángulo de “Mashiaj”, 64261.

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