PARTE 14   EL PODER DEL PENSAMIENTO

En nuestro análisis de las funciones corporales, aún no hemos considerado los factores psicológicos.

Desde tiempo inmemorial, la interrelación e interdependencia entre la mente/alma y el cuerpo, la naturaleza holística de la condición humana, era conocida intuitivamente y dada por sobreentendida. Hoy la ciencia reconoce plenamente y ha establecido perfectamente con experimentos esta verdad fundamental. En el mundo de la medicina crece continuamente el interés en la psiconeuroinmunología (que definimos y discutimos en nuestro presente trabajo), estimulado por percepción generalizada de que el modo en que uno piensa tiene un efecto significatico en la salud del individuo.

Afirma una sentencia jasídica: “Piensa bien e irá bien”.

Con respecto a la tristeza, es sabido que el duelo tiene influencias significativas sobre nuestro estado de salud, pero en general sus efectos negativos desaparecen luego de un período de un año (¡el período de luto de acuerdo con la Torá!).

También se ha demostrado que la imaginación guiada, como por ejemplo visualizarse destruyendo empecinadamente a un enemigo invasor dentro del cuerpo, tiene una influencia detectable en la superación de las enfermedades.

El Equipo de Tres

Hay tres sistemas fisiológicos que están involucrados particularmente en la interacción del cuerpo y el alma manteniendo el bienestar global del individuo: sistemas nervioso, endocrino e inmunológico. Hoy en día hablamos de mecanismos neuro-inmuno-endocrinológicos. Este equipo ayuda al cuerpo a adaptarse frente a los desafíos potencialmente estresantes, proceso conocido como alostasis.

La alostasis procura estabilidad psíquica y fisiológica a través del cambio adaptativo. Este proceso de cambio para producir estabilidad enfrenta tres peligros: el mecanismo de respuesta puede volverse muy frecuente, puede fallar en el corte (cuando cesa la necesidad de cambio) o puede ser en principio inadecuado. Un fenómeno común es que bajo un estrés agudo, impedir las infecciones puede ser un freno del peligro, pero la resistencia puede colapsarse cuando se alivia la presión. Vemos así que el proceso de alostasis demanda el más elevado nivel de equilibrio y sensitividad del estado presente de la mente-cuerpo.

El estrés, una de las mayores causas de enfermedad, es no obstante enigmático y indefinible científicamente. Lo que se sabe es que los efectos psicológicos de la mente sobre la salud son ejercidos por vía de influencias sobre el sistema inmunológico. El sistema nervioso es claramente el sistema fisiológico que está más asociado con la psique misma, por eso cuando decimos que la mente influye sobre el sistema inmunológico queremos denotar que el sistema nervioso se comunica de alguna manera con este. También se sabe ahora que esta comunicación es bidireccional.

El estrés afecta el sistema inmune (en casos extremos un desorden psiquiátrico tiende a crear anormalidades inmunológicas) que se comunican de vuelta al sistema nervioso. De acuerdo con los resultados de muchas investigaciones modernas, el sistema nervioso se comunica con el inmunológico por vía del sistema endocrino. Así se logra un círculo completo de comunicación de doble sentido.En pocas palabras, un buen estado de salud depende de un pensamiento positivo, especialmente en los tiempos de estrés, y del esfuerzo combinado de estos tres sistemas fisiológicos.

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