El Secreto para Unificaciones Espirituales – La Alegría

El Rav Ginsburgh te explica

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En la sefirá de Daat, el Baal Shem Tov explica una enseñanza de los sabios, y una historia que ellos interpretan de “los dos bromistas”. Había dos judíos que iban por las calles, armaban un puesto en medio de la calle, e invitaban a los judíos que pasaban a ponerse tefilín o alguna otra cosa. Pero al mismo tiempo les contaban chistes, los divertían y así iban por todos lados y entretenían a todos los iehudim, a todos. 

Salió una voz del Cielo, proclamando que los dos cómicos tenían parte en el Mundo por Venir. Esta es una señal de que cuando se sale a difundir la Torá y las mitzvot, como Neria hace difusión, y tú haces difusión, cuando todos hacen difusión, cada vez tiene que haber una broma. No se hace difusión sin anécdotas divertidas.

Ahora, ¿qué hacían ellos? ¿Cómo explica esto el Baal Shem Tov, esta virtud maravillosa de los dos cómicos? Dice que cuando se encontraban con un judío, hablaban con todos los judíos con que se encontraban, como acostumbraba hacer el mismo Baal Shem Tov. Le preguntaban cómo estás, cómo te va en el trabajo, hablan, charlan. Y durante la charla, mientras hablaban con el iehudí sobre todos los temas del mundo, hacían unificaciones, ijudim. [unión entre sefirot y mundos espirituales.]

Sabemos que hacer unificaciones es el poder de la sefirá de Daat, “conocimiento”. Porque en toda sefirá hay un poder interior. Hacer unificaciones espirituales es el poder de Daat. Unificaciones físicas es la sefirá de Iesod, “fundamento”. Como comenzamos en Keter, “Corona”, que es dveikut, “apego”, y dijimos que directamente debajo de Keter está DaatKeter está en el inconsciente, Daat es cuando el Keter se halla dentro de la conciencia. Allí hay ijudim.

Ahora, todo lo que hacían estos dos justos incógnitos, tzadikim hanistarim, los cómicos, eran unificaciones. Pero, dice el Baal Shem Tov, que si se encontraban, se topaban con un judío que estaba sumergido en el sufrimiento, tenía alguna dificultad, cierta depresión, por mucho que hablen con él, no se podía hacer ninguna unificación, no estaba hecho, estructurado para ello.

Un judío que sufre no está preparado para unificaciones, no está en ese lugar. ¿Entonces cómo lo sacamos de su pesar? Con anécdotas divertidas. Todo el objetivo de los chistes, del cómico, es alegrar al judío, es hacer que el judío sea adecuado para el servicio de las unificaciones. A partir de él mismo, dentro de él, ellos le hacían la unificación, lo ayudaban para la unión, pero era imposible que se lo hicieran si estaba deprimido, sufriente. Por eso lo primero es despertar el Daat, la broma es incentivar la comprensión. Todo está relacionado con la sefirá de Daat.

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