4. UNA BOFETADA EN LA CARA 

Después de que Moshe Rabeinu informó al Faraón acerca de la plaga de los primogénitos y el consiguiente éxodo de Egipto, está dicho:

“Y salió enojado del Faraón”

וַיֵּצֵא מֵעִם פַּרְעֹה בָּחֳרִי אָף

Veiatze meim Paró Bajari af

Resh Lakish dijo algo inusual en la Guemará (Zevajim 102): “Agofeteó y se fue”. Moshe no solo sale enojado, sino que se acerca al Faraón, lo abofetea, se da vuelta y se va… ¿Te puedes imaginar eso? Resh Lakish debe haberlo imaginado bien, y probablemente se haya imaginado a sí mismo haciéndolo (de lo contrario no está claro dónde Resh Lakish aprendió a interpretar esto así).

En consecuencia, Moshé adquiere cada vez más confianza en sí mismo confianza, insolente con el mal faraón, hasta el acto final con el eco resonante de la bofetada. Ahora los israelitas pueden salir de Egipto, después de que Moshé es liberado del resto del miedo que le quedaba por el Faraón.

Por cierto, del Talmud surge que Rabi Iojanán Talmud está en desacuerdo con Reish Laḳish, y dice que Moshé tuvo que “honrar al reino” de principio a fin. Pero nuestra generación, la generación de los baalei teshuvá, los retornantes, se nos permite identificarnos definitivamente con Reish Lakish también baal teshuvá, que entiende que para vencer al malvado a veces debemos darle una bofetada.

En todas las parshiot (porciones semanales) de la Torá hay una secuencia de palabras que tiene la misma guematria que Bereshit, בראשית, 913. Y aquí, “Y salió enojado del Faraón” suma igual que Bereshit, “en el comienzo”, aquí fue el comienzo de la redención.

De una Lección del rabino Ginsburgh del 21 Tevet 5772- 2012

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