NO SEAS TAN DURO LA PRÓXIMA VEZ

Cuando el rabino Guershon de Kitov, cuñado del Baal Shem Tov, vivía en la ciudad de Tzfat, era amigo del rabino de la comunidad, quien lo apreciaba mucho. Cierta vez el rabino Guershon le dijo al rabino que no tenía dinero para los gastos de Shabat y sacó un préstamo para ese propósito.

En ese mismo día, mientras ambos estudian en el beit midrash, se cayó del bolsillo del rabino Guershon su billetera. Mientras el rabino recogía la billetera para devolvérsela al rabino Guershon, percibió que dentro había monedas. El rabino de Tzfat estaba seguro que el rabino Guershon le mintió y se enojó mucho.

Mientras discutían entre ellos el rabino de Tzfat fue al arca y juró que el rabino Guershon mintió. Cuando el rabino Guershon escuchó esto, excomulgó al rabino. El rabino se quitó los zapatos como era costumbre de los excomulgados. Y cuando llegó a casa le contó a los que allí estaban lo que había sucedido.

La comunidad fue al rabino Guershon para pedirle explicación, y este les mostró que en verdad había monedas en su billetera, pero estas monedas no tenían valor en la Tierra de Israel. Después de que se aclaró el malentendido, el rabino Guershon anuló la excomunión.

Algún tiempo después, el rabino Guershon recibió una carta de su cuñado, el Baal Shem Tov, en la que estaba escrito:

  • “Vi que te juzgaron en un palacio celestial. Y querían sentenciarte a muerte, Dios no lo permita, porque te atreviste a enfrentarte al rabino. Quise entrar al palacio para abogar por ti, pero el palacio se cerró para mí. Eventualmente saliste inocente en el juicio, porque celaste el celo de Hashem Bendito sea. Te recomiendo que a partir de ahora no sea tan duro”.

Cuando el rabino Guershon vio la carta le sorprendió que en la fecha en que el Baal Shem Tov la escribió el suceso aún no se había producido.

El Tzemaj Tzedek, el tercer Rebe de Jabad, Menajem Mendel Shneerson explicó que el Baal Shem Tov vio esas cosas en los mundos superiores, donde la definición del tiempo es diferente del tiempo en este mundo.

(Las Alabanzas del Baal Shem Tov – 5777, Derej Mitzvoteja página 59)

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