INTRODUCCIÓN: Un momento antes de comenzar
¿Qué es la Sefirat Haomer, La Cuenta del Omer?
La cuenta del omer es un período de siete semanas que nos llevan desde la festividad de Pesaj, la celebración de la libertad en la cual salimos cada año de Mitzraim, las limitaciones de la esclavitud de Egipto, hacia la festividad de Shavuot, “Las Semanas”, la celebración de la Entrega de la Torá, cuando recibimos año trás año la Torá que nos enseña nuestro derrotero en el mundo. Como tal, la cuenta del Omer constituye el pasaje de la libertad hacia nuestro propósito en la vida, del estado en que podemos hacer lo que queramos a un estado en que sabemos lo que queremos hacer, en el cual estamos conectados a nuestro verdadero destino.
Este período se llama sefirá, “conteo”, porque la Torá nos ordena contar esos días: “Y contarán para ustedes… siete semanas completas…”. Cada noche nos paramos, bendecimos y decimos: “Hoy es el día uno del Omer”, “Hoy es el segundo día del Omer”, y así sucesivamente.
Según la Cabalá la Cuenta del Omer se corresponde y refleja una parte del Árbol de la Vida cabalístico, el sistema de sefirot celestiales a través de al cuales Dios creó el mundo y continúa haciéndolo, a cada momento en particular. En particular, las siete semanas se corresponden con las siete Sefirot inferiores que configuran la dimensión emocional del árbol de las sefirot, y expresan los siete atributos básicos de nuestro corazón, el amor, el temor, la misericordia, la confianza y así sucesivamente.
Pero cada una de las semanas no sólo corresponden a una sefirá, también cada uno de los días de todas las semanas corresponden a las siete sefirot. La Cuenta del Omer está construida como un cuadrado de 7 por 7, donde cada sefirá se conecta o aparea con cada una de las demás, incluyéndose a sí misma. El propósito de esta estructura, llamada “interinclusión”, es crear un equilibrio interno entre las diferentes partes de nuestra alma, el reconocimiento de cada parte en cada una de las otras partes.
Los nombres de las siete sefirot son: jesed, “bondad”, cuyo poder interior –su dimensión emocional- es el “amor”, ahavá; guevurá, “poder”, cuyo poder interior es el “temor”, iráh; tiferet, “belleza”, interiormente “misericordia”, rajamim; netzaj, “eternidad”, interiormente “confianza”; “, hod, “gloria” o “esplendor”, cuyo interior es inocencia; iesod, “fundamento”, y por dentro “verdad”, emet; y por último, maljut, “reinado”, y por dentro “humildad”, shiflut.
Así, la primera semana corresponde a la sefirá de bondad, la segunda semana a poder, la tercera a la sefirá de belleza, y así sucesivamente. Dentro de la primera semana, el primer día se llama “la bondad de la bondad”, el segundo “el poder en la bondad”, el tercero “la belleza en la bondad”, y así sucesivamente.
La palabra sefirá deriva, entre otras cosas, de zafiro, palabra que significa luz. Las 49 combinaciones de sefirot, junto con el día 50, que es el día de Shavuot, (en el cual no se cuenta), nos revelan los cincuenta matices de luz de nuestra alma.
En la siguiente serie de videos, que se subirán a internet y se enviarán diariamente, el rabino Itzjak Ginsburg nos presentará un tema de meditación de cada uno de los 49 días del Omer y sus sefirot, y nos mostrará el trabajo espiritual que podemos hacer ese día. Que tengamos un viaje revelador, pleno y fructífero, contamos y nos transformamos con la Sefirat Haomer.
La bondad en la bondad es amor en el amor: el yo del atributo del amor.
¿Qué significa amar enamorado? Significa amar el amor, amar el sentimiento de amor por otra alma, ante todo por nuestro cónyuge. El primer día de la cuenta del Omer se nos invita a recordar que no hay nada más bueno, placentero y satisfactorio que experimentar el amor. La propia experiencia de amar a otra persona da sabor a nuestras vidas, y deberíamos anhelar más que nada el derecho a saborearlo.
A menudo olvidamos el placer y el valor de poder amar a otra alma. No apreciamos el hecho de que somos capaces de amar, u olvidamos que es algo que deberíamos desear. La abrasiva rutina de la vida nos arrastra hacia la carrera del éxito y los placeres personales, y entramos en un vórtice centrado en nuestro ego.
El primer día de contar el Omer nos llama a detener este torbellino y comenzar a crear un movimiento opuesto: un torbellino positivo alrededor de nuestro ser querido. Al dejar de perseguir el placer de recibir para nosotros mismos, descubrimos un placer más elevado y mucho más satisfactorio: el placer de dar.
Por supuesto, también existe un peligro en el amor al amor, y es que enamorarse de la experiencia del amor se convertirá en lo principal, y reemplazará al amor del amado mismo. Y luego, si el sentimiento de amor pasa, Dios no lo quiera, sentiremos que el ser amado ya no es adecuado para nosotros y querremos dejarlo.
Pero debemos recordar que aún no hemos agotado la imagen del amor: en los próximos días examinaremos otros rostros de bondad que completarán su retrato, y luego recibiremos la respuesta a esta pregunta. Mientras tanto, recordemos que es muy valioso amar realmente la emoción del amor. Si este amor es real, no es un sentimiento de autosatisfacción, sino un deseo sincero de ir más allá de nuestros propios límites y unirnos a otra alma.
Ejercicio diario
Si ya encontró a su compañero de vida, deténgase y recuerde lo maravilloso que es poder amarlo. Si aún no lo has encontrado, detente y observa que no sólo eres digno de amor, sino digno de ser amado.
“Hoy son dos días del Omer” – Temor en el amor
Para amar hay que trabajar
A veces hay que esforzarse para amar.
Hay personas que naturalmente, desde nuestra alma terrenal, no sentimos amor. Ya sean sus rasgos o sus opiniones, algo en ellos nos aliena. Pero la Escritura dice: “Se construirá un mundo de bondad”: Dios creó el mundo con amor, y nosotros también necesitamos crear nuestro propio mundo con amor. Nuestras almas bajaron a este mundo para que podamos conectarnos. Las almas deben amar a las almas, aunque esto requiera esfuerzo y superación. Éste es el heroísmo de la gracia, el heroísmo del amor.
La palabra “esfuerzo” proviene del lenguaje de coraje, como expresión de corazón valiente. Amar a una persona que es diferente a mí en carácter u opiniones requiere coraje de mi parte: coraje para ir más allá de mis límites familiares y cómodos. En primer lugar, debemos hacer esto por el resto de las almas de Israel. Somos un gran cuerpo, todas nuestras almas están conectadas, y las divisiones y conflictos entre nosotros solo pretenden desafiarnos a superarlos y encontrarnos cara a cara.
Más allá del amor a Israel está el amor a la humanidad: el amor de todos los seres humanos, que son todos hijos del Santo, bendito sea. Aquí también debemos superar la tendencia humana a rechazar lo lejano y lo extraño y abrir un buen ojo para amar y aprender correctamente.
“Bienaventurado el hombre que en ti lucha”: Este versículo que se dice sobre el amor de Dios se puede traducir sobre el amor del hombre en carne y sangre. El esfuerzo por llegar al otro es exigente, pero acaba trayendonos una gran felicidad.
ejercicio práctico
Piensa en una persona por la que no sientes un amor natural. Esfuérzate por enseñarle un derecho y por verlo con buenos ojos, luego encuentra en tu corazón el lugar capaz de sentir amor por él.
“Hoy son tres días del Omer” – La belleza del amor
¡La Belleza en Jesed, qué hermoso es amar! ¡Qué esplendoroso es el amor! ¡Qué armonioso es el amor! La belleza es armonía. Imagínense como una pareja casada enamorada, acariciándose uno al otro como dos palomas enamoradas. No hay nada más hermoso que eso.
Meditación: La Belleza en la Bondad se refiere a lo bello que es amar.
No hay nada más hermoso en el mundo que el amor, y sobre todo el amor verdadero entre un hombre y una mujer que llegan al pacto matrimonial y a un compromiso mutuo. Despojándonos del cinismo con que nos acorazamos para hacer frente a nuestro mundo cínico, la imagen de los amantes que se buscan uno al otro como dos palomas enamoradas, “tus ojos son palomas”, sin sentir la necesidad de decir una palabra, es la cosa más bella del mundo.
Se cuenta acerca del santo Baal Shem Tov, fundador del jasidismo, que envió cierta vez a sus alumnos a la casa de dos aldeanos, marido y mujer, y sólo observarlos. Los estudiantes fueron tal como les pidió su maestro y observaron al hombre y la mujer simples sentados en su casa, cada uno ocupado a su trabajo – uno sentado aquí en la mesa y la otra sentado allí en la mesa. Aparentemente se trata de una escena muy simple y no estaba claro por qué el Rebe los había enviado a sus estudiantes para verlos. Pero cuando los estudiantes del Baal Shem Tov llegaron allí se sintieron como en el paraíso, el paraíso en la tierra, un lugar de ensueño y de perfume celestial, lleno de la belleza del amor.
De los sinónimos en hebreo de bello (hay ocho de estas palabras…) La palabra tiferet, belleza, expresa lo bello de la armonía, una amalgama equilibrada y adecuada entre componentes diferentes y hasta contrarios. Esto nos enseña que la belleza del amor no se debe a la unión de dos personas similares, que se sienten cómodos unos con otros debido a su proximidad natural, sino justamente al apareamiento de elementos que están en tensión: en el ámbito físico, el hombre y la mujer cuya realidad corporal es la de dos sexos opuestos y complementarios, y a nivel espiritual, de dos almas que se diferencian cada una con su propio propósito y misión. Cuando estos dos opuestos pueden interconectarse con el amor y la fertilidad, la belleza que emana de su conexión es una chispa de la perfecta belleza del Creador, bendito sea, que concilia todos los opuestos.
Tómate unos minutos para observar la belleza de la pareja de amados. Si experimentas alguna dificultad en tu relación con tu esposo o esposa a causa de los desacuerdos, considera el hecho de que lo opuesto que hay en ustedes es la clave de su hermoso amor.
“Hoy son cuatro días del Omer” Cómo expresar todo el amor que tengo para ti en mi corazón
La rectificación de la psiquis de la sefirá de Victoria incluida en Bondad, es la capacidad que tenemos para triunfar el cometido de la bondad y el amor. ¿Qué significa triunfar en el cometido de la bondad y el amor? Hay que aprender a balancear nuestra expresión hacia el exterior de la bondad y el amor. Tengo mucho amor en el corazón, y tengo un gran deseo de demostrarte cuánto te amo. Pero para esto se requiere una gran destreza. Se lo puede hacer de una manera buena, correcta y equilibrada, o torcida, que no sale bien. Hay que estudiar el arte del equilibrio adecuado para saber cómo demostrar y expresar de la manera más adecuada ese amor que tengo en el corazón hacia ti.
El Creador sembró dentro de nosotros el poder de amar. Tenemos interés en exteriorizarlo, expresar nuestro amor a nuestro amado, pero no siempre lo logramos. A veces queremos amar, pero cuando tratamos de demostrarlo a nuestro amado el resultado es poco convincente. El amor no puede ir en forma recta, se inclina demasiado hacia un lado o el otro, y a veces incluso se cae…
El poder del amor contenido y modulado. Tenemos que saber dominar nuestro potencial de amar y dirigirlo. Este es el poder de Victoria en la Bondad. La palabra Netzaj, recuerda al triunfo y la conquista, pero también es de la raíz nitzuaj, como el menatzeaj, el director de la orquesta o la persona que dirige una actividad determinada. Aunque victoria se relaciona con la guerra, dirección es un arte. Así, Victoria en Jesed es el potencial que existe en nosotros de dirigir la actividad de la bondad y el amor, desarrollar el “sentido artístico” que nos dirija cómo expresar nuestro amor de forma equilibrada. Tenemos que percibir cuándo hablar y cuando callar, cuando acercarnos y cuando alejarnos.
El verdadero arte (umanut, אמנות) se relaciona con siempre con la fe (emuná, אמונה). Efectivamente, las sefirot de Netzaj y Hod, Victoria y Reconocimiento, correspondientes a las dos piernas en el cuerpo humano, se apoyan más que las demás en la fortaleza de nuestra fe. Cuando estamos fortalecidos en nuestra fe porque hay una conexión profunda y esencial entre nuestra alma y al alma de nuestro amado, a tal punto que nada puede romperla, eso nos inspira un estado de serenidad y confianza necesarios para sentir el latido de nuestro amor y saber controlarlo correctamente.
Cuando el amor se expresa de forma firme y equilibrada, es capaz de producir una mejor unión entre las personas.
Piensa en tus relaciones con la persona que amas en la vida como si fuera una pequeña orquesta, una orquesta de dos instrumentos. Ahora ponte en la posición del director de la orquesta y trata de sentir en qué momentos y de qué manera es mejor para cada instrumento que se escuche su melodía. En el momento oportuno vuelve a ser sólo un instrumento y entrega la batuta a tu amado.
“Hoy son cinco días del Omer” – Amar y saber agradecer
Todo niño oye de sus padres y maestros que si alguien le hace un favor tiene que decirle gracias. Es una demostración de buenos modales que cuando alguien te hace un favor le debes agradecer.
Pero ese no es el agradecimiento verdadero, no es esa emoción que nace del corazón, la cualidad de Hod, el “agradecimiento”, no es el reconocimiento en la bondad, el agradecimiento que surge del amor.
El agradecimiento verdadero es la potencia genuina que tiene el sentimiento de amor en el corazón. Cuanto más te amo, más quiero agradecerte desde lo profundo de mi corazón. Gracias por todo lo que haces por mí.
A todos los niños se les enseña a agradecer. Es importante para una persona que le digan gracias, y aún más que él mismo reconozca. El agradecimiento fomenta en nosotros el sentimiento de gratitud por la abundancia que nos ha llegado.
Pero el agradecimiento verdadero no es un homenaje verbal de la boca para afuera que emana de un mecanismo automático condicionado, sino que nace del amor. Al sentir amor por alguien, el amor por ella fluye hacia afuera por sí mismo y pide expresarse por medio de decir gracias: ¡Gracias por todo lo que me has dado! ¡Gracias por lo que eres tú! Y cuanto más profundo es el amor, así también es el agradecimiento que surge de él. Esto es Hod Shebejesed, esplendor en la bondad: Gracias por amor.
No es coincidencia que el día judío comienza con un agradecimiento, diciendo: “Yo agradezco”, modé aní al despertar (“Te doy gracias, rey viviente y eterno, que has devuelto el alma dentro de mí, con misericordia, grande es tu fe”). El “agradecimiento” de la mañana es un estado de “paraíso” (modé y edén, tienen la misma guematria) sobre el que se basa todo el día. Esta regla en nuestra relación con Di-s también es válida para
las relaciones con las personas que nos rodean: Si sabemos decir gracias por amor a ellas, servirá como una base sólida para todas nuestras relaciones.
Está escrito en la ley judía “cuatro deben agradecer públicamente” (o sea, decir la bendición “el que otorga bondad al deudor”, que es el agradecimiento porque habernos salvado la vida): los enfermos que se curaron, el presidiario que salió de la cárcel, el que viajó por el mar y volvió a tierra y y el que va por el desierto y regresó a la ciudad. En las relaciones con nuestros seres queridos, y sobre todo con nuestro cónyuge, nosotros también tenemos que sentir que sin su presencia en nuestras vidas, también hubiéramos sido uno de esos cuatro: sin él estaríamos enfermos, sin él estaríamos encarcelados, sin él estábamos en medio del mar, sin él estaríamos en el desierto. Si recordamos esto, sentiremos gratitud en cada momento.
Piensa en la persona más amada, e imagina cómo la vida sin ella sería como un desierto, el mar, la cárcel y hasta como un enfermo (Como en la expresión del Cantar de los Cantares “estoy enfermo de amor”). Ahora acércate a ella y dile gracias de todo corazón por haberte rescatado de esos sufrimientos.
“Hoy son seis días del Omer” – El pacto del amor
El pacto de amor
Amor significa hacer un pacto de compromiso mutuo y confianza entre dos almas. El amor cruza el enorme abismo entre los dos mundos interiores de las personas y tiende un puente de conexión sobre él. Cuando se hace una alianza entre almas, da fuerza a ambas partes para afrontar los altibajos de la relación, las crisis y las caídas: por muy duro que sea en el momento, en el fondo está el recuerdo de la alianza eterna que hemos hecho. hecho, tranquilo y seguro, recordándonos que el vínculo entre nosotros es fuerte a pesar de todos los trastornos temporales que atravesamos.
Para formar una alianza, necesitas una fuerza capaz de cruzar abismos y crear particiones. Este es el fundamento de la gracia: la cuenta del fundamento en Cabalá está relacionada con el concepto de alianza, y constituye el poder de unir los opuestos. Así como los cimientos del edificio lo conectan con la tierra (y así realmente conectan la tierra con el cielo al que aspira el edificio, los dos mayores opuestos), así el pacto conecta dos almas.
Cuando comparas las sefirot con el cuerpo humano, las sefirot de la fundación corresponden al órgano del pacto en el cuerpo del hombre (y al útero en el cuerpo de la mujer), llamado así por la circuncisión realizada en él. La circuncisión elimina un prepucio físico, pero esto simboliza ‘prepucios’ adicionales que son mentales (y existen tanto en hombres como en mujeres): particiones toscas que nos sumergen en nuestra naturaleza egoísta, intensifican nuestra sensibilidad hacia nosotros mismos y nuestras necesidades personales y reducen nuestra sensibilidad hacia las necesidades de los demás. Un prepucio es el prepucio que nos impide escuchar las palabras del otro. Un segundo pacto es el prepucio de los labios que nos impide expresar nuestro amor por él. Y sobre todo está el prepucio del corazón: la dificultad misma de sentir la realidad del otro.
Reparar el pacto en el alma significa ‘enfrentarnos’ a nuestro prepucio mental: abrir nuestro corazón, abrir nuestros oídos y abrir nuestra boca para sentir, oír y hablar verdaderamente con nuestros seres queridos.
ejercicio práctico
Párate a pensar: ¿hasta qué punto la dificultad que sientes con un ser querido surge en realidad de una aspereza interna en tu interior, un tabique que levantas porque supones que mereces todo tipo de cosas? Ahora intenta sacar esta suposición de la ecuación y comprueba si el amor entre vosotros fluye más.
“Hoy son siete días del Omer que es una semana” – El gobierno del amor
Dios creó el universo con leyes naturales. Hay leyes naturales exteriores y otras más internas y profundas. La ley más básica tanto exteriormente en la naturaleza física como en la naturaleza espiritual interior del ser humano, es la ley de la gravedad.
Esta fuerza de gravedad o atracción es la fuerza del amor. Lo que rige en esencia en todo el universo, ya sea el gran universo exterior, como en el universo interior del ser humano, como universo pequeño, la ley que rige verdaderamente es la ley del amor. Hay que expandir, desarrollar esta ley aprender cómo gobernar correctamente nuestro universo con amor, con una atracción tal cual como la naturaleza de dos cuerpos que se atraen y quieren conectarse con amor mutuo.
Pregúntate a ti mismo ¿cuál es tu reinado, ese lugar a donde sientes que perteneces y pueden influir? Medita y toma conciencia en que el poder de influenciar que se depositó en tus manos está dedicado a llevar la luz de la bondad y el amor
“Hoy es ocho días, que son una semana y un día del omer”
NEGARME POR AMOR
Los sabios de bendita memoria nos enseñaron que “la izquierda aleja y la derecha acerca”. La izquierda aleja es el rigor en el alma, el poder de decir “no”.
El que pide siempre quiere que le digan sí. Pero la izquierda dice no y la derecha dice sí. La sefirá de Poder es la fuerza de evitar lo que hay que evitar porque hay un peligro, puede dañar.
Si existe un daño potencial, como te amo tengo que evitártelo. Tengo que cuidarte, rodearte con amor, pero en parte es la capacidad de evitar lo que es malo para ti, para hacerte sólo el bien.
EJERCICIO PRÁCTICO:
Cada uno de nosotros tiene un círculo de influencia, ya sea como padres de nuestros hijos, ya sea como maestros y educadores, o como “Adulto responsable” de su entorno. Ahora piensa ¿siempre prefieres decir sí, o también sabes decir ‘no’ en el momento oportuno?
“Hoy es nueve días, que son una semana y dos días del omer”
EL CORAJE DE SER VALIENTE
Dios se dirige a Iehoshúa, el responsable de ingresar al Pueblo de Israel a la Tierra de Israel, y conquistar la tierra de manos de los pueblos no buenos que hubo aquí, y le dice: Jazak Veematz, “Se fuerte y valiente”. Estas palabras se repiten varias veces, “se fuerte y valiente”.
Hay que ser fuerte, y más todavía, de corazón valiente para emplear esa fuerza natural con que el hombre es agraciado por naturaleza, para saber cómo y cuándo utilizar correctamente su fuerza. La valentía de ser fuerte cuando se requiere esa fortaleza para doblegar a la maldad.
Esa maldad que tengo dentro de mí, las cualidades no buenas de la psiquis que tengo en mi interior, hay que someterlas. Está escrito “¿quién es valiente? Quien conquista a su instinto”. Y también como en la historia de Iehoshúa de la conquista de la Tierra de Israel, hay que saber cuándo se necesita esa valentía de ser fuertes frente a los enemigos que están afuera.
Que Dios nos otorgue esa comprensión correcta para saber cómo y cuándo esforzarnos con valentía de corazón para ser fuertes.
MEDITACIÓN:
Todos tenemos valentía dentro nuestro, la pregunta es si sabemos y queremos usarlo. Muchas veces nos amedrentamos y nos disuadimos de actuar con valentía y firmeza, y preferimos aparentar –a los ojos de los demás y de nosotros- ser generosos de alma o sumisos. La guevurá en la guevurá es el coraje de poner en funcionamiento esa valentía. ¡No tengas miedo de ser valiente!
¿Cuándo hay que hacer uso de la valentía? Cuando nos enfrentamos a la maldad. Ante todo, tenemos que luchar contra la maldad que existe en nuestro mundo espiritual particular, porque nadie es perfecto y cada uno tiene rasgos dañinos que hay que rectificar. Esta rectificación comienza con conquistar y someter nuestra tendencia negativa, como está dicho en el Tratado de los Padres (que acostumbramos estudiar en el período de la cuenta del omer) “¿Quién es valiente? El que conquista su mal instinto”. De la misma manera, ante la maldad exterior también tenemos que actuar con valentía, como con los primeros pasos de Moshé Rabeinu, el redentor de Israel, que se arrojó con bravura para ayudar a su hermano que estaba siendo azotado.
Si estamos frente a un desafío, significa que contamos con la fuerza y la valentía necesarias. Pero tenemos que tomar coraje para que esa valentía se concrete en la realidad. Un ejemplo clásico de esto son las palabras de Dios a Ieshoshúa ben Nun al inicio de su camino. Dios vuelve a decirle a Ieoshúa “Jazaq Veematz”, “Sé fuerte y valiente”. ¿Por qué Dios utiliza esas dos palabras? Dios le está diciendo lo siguiente: a Iehoshúa que para hacer entrar al pueblo y conquistar la Tierra de Israel tiene que ejercer la fuerza, ser “jazaq”, “fuerte”. Pero puede suceder que dudes en ejercer la fuerza que hay en ti. Por eso además tienes que agregar “veematz”, “y valiente”, con coraje, aguerrido; sé valiente para ejercer la valentía, la guevurá en el momento y en el lugar correcto. Poner en acción la guevurá en la guevurá.
EJERCICIO PRÁCTICO:
Piensa en una situación en la que hay que ejercer guevurá, valentía, rigor, poder, y actuar con firmeza. ¿Acaso haces lo que se necesita o quizás tienes miedo de arrojarte al agua y ser valiente? Entonces, ¡la próxima vez no te amedrentes! La valentía y la fuerza están dentro tuyo.
“Hoy es diez días, que son una semana y tres días del omer”
ALABAR EL HEROÍSMO
En hebreo la palabra tiferet, “belleza”, implica también, alabar, elogiar, valorar. Es la naturaleza del hombre valorar y alabar, ponerse de pie frente a la figura de un héroe. Del héroe verdadero que sabe utilizar bien el poder que Dios le dio, esa fortaleza de espíritu con que fue agraciado para hacer que sucedan cosas buenas y positivas en el mundo. Para luchar y vencer el mal, para promover los objetivos correctos de la humanidad. Cada uno de nosotros tiene su propio héroe, puede ser uno o varios héroes. Es muy importante que cada uno tenga su héroe, que lo alabe y vea que hay belleza en el heroísmo, que hay tiferet en la guevurá. Cada uno quiere adoptar ese atributo de fortaleza y asemejarse a él, a ese héroe que tanto estima. Entonces, sea Su voluntad por cierto que cada uno de nosotros encuentre ese héroe bueno, ese héroe de Dios que lucha las guerras de Dios y triunfa, como está escrito sobre el Rey Mashíaj. Que encontremos a ese héroe, lo alabemos, aprendamos de él, y adoptemos su atributo.
MEDITACIÓN:
¿Quiénes son nuestros héroes? Cada uno tiene un héroe, e incluso varios, a quien estimamos y hasta admiramos. Puede ser que sólo lo conocemos de los libros, o tal vez pudimos haberlo conocido personalmente. Como sea vive en nosotros, porque así es la naturaleza humana.
En todas las culturas hay figuras heroicas, y hasta es posible medir esa cultura de acuerdo a sus héroes: en una cultura ficticia y superficial los héroes serán fuertes, bellos y exitosos. Una cultura un poco más elevada considerará héroes también a los intelectuales. Pero en una cultura de valores verdaderos los héroes serán esas personas extraordinarias, ejemplares, de entrega y auto sacrificio absoluto en aras de ideales nobles, seres que por su enorme valentía hicieron de este un mundo mejor.
La palabra tiferet tiene dos significados principales: como sustantivo expresa algo bello y hermoso, y como verbo, glorificar y alabar. Así, la belleza en el poder, tiferet shebaguevurá, significa apreciar lo hermoso que hay en el heroísmo y la valentía y apreciarlo. En nombre de esto, ciertamente conviene identificarse con una figura heroica concreta específica, (por lo menos una), que sea mi héroe personal, una persona que haya logró poner acción los poderes que Dios le otorgó. Una figura que haya luchado con valentía en aras de un objetivo sublime del pueblo judío y del mundo todo, una personalidad que haya estado dispuesta a entregar su vida, que sea un ejemplo vivo de lo bello que es el ser humano.
¿Qué ganamos con la figura de nuestro héroe? No lo idolatramos, Dios no lo quiera, pero sirve como fuente de inspiración positiva. Cada uno tiene su rol y sus capacidades propias, por eso no tiene sentido tratar de copiar superficialmente al héroe. Pero se puede aprender de él qué digno es esforzarse, hasta qué punto es posible esforzarse y forzar los límites de la capacidad humana, qué bella es la bravura del hombre cuando está dirigida hacia lo bueno y lo recto.
EJERCICIO PRÁCTICO:
Pregúntate: ¿Quiénes son tus héroes? ¿Quiénes son los héroes de tus niños? ¿De verdad son figuras dignas de ser imitadas? Si no es así, busca una personalidad heroica verdadera y positiva, cuéntales historias sobre ella a tus hijos, y trata de aprender algo de ella.
“Hoy es once días, que son una semana y cuatro días del omer”
CONTROLA TU ENERGÍA
El poder de la guevurá en el alma es energía. Cada persona tiene su energía particular, sus diferentes niveles de energía. En cada situación y en cada actividad de la vida hay que utilizar la fuerza, la energía del alma. No es bueno que haya demasiada, pero por cierto poca energía tampoco. Por eso hay que saber cómo gobernar los estados de energía que utilizamos cuando actuamos en la vida. Demasiada energía en una situación determinada puede ocasionar lo que se denomina en Cabalá shvirat keilim, “la ruptura de los recipientes”, destruir la capacidad del cuerpo de contener y afianzar las fuerzas, las luces que recibe. También, Dios no lo permita, demasiada energía hacia afuera puede quebrar los recipientes a nuestro alrededor, a los receptores, aquellos que deseamos que reciban nuestra energía. Eso ya es demasiado no bueno. Pero demasiado poca energía, estar demasiado tranquilo y callado en determinadas situaciones, puede neutralizar nuestra capacidad de actuar correctamente, deprime nuestra vitalidad. No tiene que haber demasiada energía ni muy poca energía. Tenemos que aprender a controlar nuestros niveles de energía.
Después de meditar en la bondad del poder, tomamos coraje para usar nuestra valentía, también aprendimos a apreciar la belleza de las personalidades verdaderamente heroicas. Entonces empezamos a dirigirnos con entusiasmo en el sendero de los héroes y revolucionar hoy mismo el mundo… pero un momento, ¡cuidado! En esta etapa se necesita un equilibrio adecuado. Tenemos mucha fuerza y coraje, una enorme energía, y tenemos que aprender a controlarla. El control y la dirección tiene que ver con la sefirá de Netzaj, “victoria” o “eternidad”, porque controlar significa organizar y ordenar, como en el verso [Crónicas I, 20:3] “Ordenar la obra de la Casa de Havaiá”. Y entonces así sí se comprende la combinación de Netzaj en Guevurá.
Si no controlamos el poder, puede simplemente romper los recipientes, shvirat hakeilim. Esta expresión está tomada de la sabiduría de la Cabalá, que describe mundos superiores que se destruyeron porque sus recipientes eran muy estrechos para contener a la poderosa luz que contenían y se rompieron. Esto es similar a una corriente eléctrica demasiado elevada que quema la instalación. Así también es en cuanto al manejo de las fuerzas de nuestra psiquis: nuestra alma tiene una fuerza tremenda, pero se se expresa al máximo de su potencia destruirá los recipientes. El recipiente es nuestro cuerpo, la fuerza de vida dentro de nuestra personalidad conocida y limitada, y hay que tener cuidado de no forzar este recipiente por encima de su capacidad.
Pero el control debe ser en los dos sentidos. Tal como debemos cuidarnos de una potencia demasiado elevada, así también cuidarse de una potencia demasiado débil. En la calle está prohibido conducir a velocidades exageradas, pero también está prohibido andar demasiado lento. Si encubrimos demasiado la potencia del alma nuestra vitalidad disminuirá, “la corriente eléctrica” que introducimos en el sistema no abastecerá de luz-vida activa y no producirá sino una débil repercusión. Así también es en la relación con nuestros hijos o alumnos: hay que cuidarse de las exigencias muy grandes, pero hay que cuidar la tensión que asegure la vida y el avance.
EJERCICIO PRÁCTICO:
¿Estás utilizando en la medida correcta la energía que tienes? Trata de detectar cuándo te estás sobrecargando demasiado, y cuándo te exiges demasiado poco. Tratemos de ser seres humanos, no queramos ser superhombres por encima de nuestra capacidad, pero tampoco enanos de espíritu que tenemos miedo de exigirnos lo que sí podemos y tenemos que hacer en la vida.
“Hoy es doce días, que son una semana y cinco días del omer”
RECONOCE TU FUERZA
A veces, en determinadas situaciones, es más fácil ser débil que fuerte. O porque a la persona le parece que en verdad es débil, no tiene fuerza. O a veces comprende correctamente que ser débil es mejor que ser fuerte, que puedo conseguir mi propósito siendo débil y no poderoso. Pero esto es una excepción, en general ser débil no es bueno, sí hay que ser fuerte.
Hay que reconocer, reconocer significa admitir profundamente que tengo mucha más fuerza de lo que supongo. “Dios te da la fuerza para la victoria”. Hay que admitirlo, hay que tomar una resolución firme en la psiquis, tal la expresión en jasidut, tomar la responsabilidad de que tengo que ser fuerte, para llevar a cabo lo que Dios quiere que lleve a cabo en el mundo.
MEDITACIÓN:
Te has sumergido ya varios días te has sumergido dentro de la sefirá de guevurá, poder. ¿Pero por qué a pesar de todo todavía te sientes algo débil? Los desafíos de adentro y de afuera parecen tan amenazadores, y tus fuerzas tan escasas… ¿Qué hacer? ¿Darte por vencido y rendirte, reconocer tu debilidad y dejar de esforzarte?
En casos excepcionales, luego de haberlo razonado correctamente, hay que reconocer nuestra debilidad (o nuestra equivocación) y abandonar la lucha. La capacidad de confesar está relacionada con la sefirá de hod, “reconocimiento”, y a veces se requiere no poca valentía para reconocer nuestra debilidad: hod shebeguevurá, reconocimiento en el poder.
Pero en general la respuesta correcta es: ¡No me rindo! Si tenemos por delante un reto o una misión, Dios nos da la fuerza para llevarla a cabo con éxito. Aunque existe la tentación de aflojar, para evitar la responsabilidad y caer bien bien abajo sin poder hacer nada. Pero tenemos que tener fe en que Dios nos da poderes más allá de los visibles y conocidos para nosotros, la valentía escondida que se revela precisamente en los momentos de dificultad y de crisis. También esta fe está relacionada con el atributo de reconocimiento de la sefirá de poder, porque reconocer también significa admitir la verdad oculta que no es visible a los ojos. Cuando reconocemos la valentía latente dentro de nosotros, eso también es una combinación de hod shebeguevurá. Más precisamente, la confesión no permanece sólo como una fe ingenua, sino expresa un profundo sentido de compromiso. Nos comprometemos (En primer lugar, con nosotros mismos) a actuar valentía y cumplir nuestro objetivo, con la ayuda de dios.
En la sefirá anterior, netzaj shebeguevurá, hablamos sobre el control y el manejo del poder. La sefirá de eternidad es un poder “masculino”, de carácter activo, el poder de conducción. Pero hod, reconocimiento o esplendor, es la ‘compañera’ de la sefirá de eternidad-victoria, el poder ‘femenino’ y más pasivo, que sabe rendirse y entregarse. En forma simple, esto coincide con el reconocimiento de la debilidad, pero aquí hemos estudiado que en general hay que tener cuidado con la tendencia a la debilidad, y por eso tenemos que transformar la debilidad misma en una ventaja: una vez que admitimos que no todo está bajo nuestro control, estamos abiertos también a admitir que tenemos en nosotros fuerzas invisibles positivas que no conocemos, y descubrimos que más allá de la valentía que conocemos, se esconde un coraje más terco que proviene de nuestra entrega a Dios, “porque él te da el poder para tener éxito.”
EJERCICIO PRÁCTICO:
Piensa en la forma de actuar en situaciones de dificultad y angustia. ¿Eres de los que renuncian y ceden, y tiendes a decir “no tengo fuerza”? Si es así, empieza a pensar en positivo: Tengo una gran cantidad de energía que ni siquiera conozco. Sólo Dios sabe cuánta fuerza puso en mí, y me comprometo –frente a mí mismo y a Dios- a no renunciar y revelar esas fuerzas.
“Hoy es trece días, que son una semana y seis días del omer”
ELIMINA LAS BARRERAS
Los pactos son una novedad, porque el mundo no fue creado con pactos entre las almas. Las almas descienden al mundo y nuestra tarea es establecer pactos mutuos, incluso con Dios.
Siendo que es una novedad, porque el estado inicial establecido es que existen barreras, hay algo que nos separa, como el pensamiento que contrae, los diques que no dejan fluir el agua, tenemos que romper esas barreras para conectarnos y establecer una comunicación cercana con el compañero.
Para romper esas barreras, tanto espirituales como físicas que nos toca romper, se necesita valentía, y una tremenda fuerza llamada “coaj gavra”, “fuerza masculina”, la fuerza del héroe para romper la barrera y firmar un pacto que perdure por siempre.
Sea Su Voluntad, que Dios nos dé mucha fuerza para romper esas barreras que nos separan, y así establecer pactos con el prójimo.
MEDITACIÓN:
Después de haber estudiado los diferentes aspectos de la cualidad de poder, guevurá, todavía hay que tomar en consideración que, a pesar de todo, el héroe está solo. Muchos héroes, tanto en la vida real como en los cuentos, son personas muy solitarias. Hay belleza en su heroísmo (belleza en el rigor), pero esa belleza a veces amedrenta y aísla, y a nuestro héroe se le hace difícil identificarse con el prójimo. Y aquí viene en nuestra ayuda la sefirá de iesod, fundamento en la cual se encuentra el poder de influenciar, de conectarse, comunicarse y establecer pactos. Con la inter inclusión de iesod shebeguevurá, fundamento en el poder, nuestro héroe, y el héroe que tenemos adentro, ya no se queda solo sino sale de sí mismo y establece un pacto de verdad con el prójimo.
¿Cuál es el significado especial de la sefirá de fundamento que está dentro de la sefirá de poder? Esta combinación expresa el hecho de que muchas veces, para llegar a comunicarse y establecer un pacto se necesita valentía. Siempre hay diferencias y distancias que separan a las personas, y barreras que hay que eliminar (comenzando por el hecho de que yo soy yo y tú eres tú). Para atravesar las barreras, para saltar por encima de esa disparidad entre mi ser individual y el tuyo, utilizo ese atributo de poder, esa valentía que tenemos dentro.
Así es por ejemplo en el pacto del matrimonio, comenzando por la decisión misma de atreverse a contraer matrimonio, vencer las infinitas dudas y vacilaciones y arrojarse al agua, y seguir con la tarea permanente de sobreponerse y superar las diferentes barreras y separaciones que aparentan interponerse entre las personas.
El atributo de guevurá, poder, entonces, proporciona un ambiente imprescindible para concretar ese potencial de conexión entre dos almas diferentes, que vencen y anulan con una fuerza tremenda esa distancia que hay entre ellas, se encuentran entre sí y dejan su impronta, su sello personal una en la otra. Esta fuerza para superar las barreras es el fundamento en el poder.
EJERCICIO PRÁCTICO:
No es difícil ver las diferentes barreras que hay en nuestras relaciones personales. Pero esas barreras no tienen por qué permanecer. Contamos con la fuerza para superar esos obstáculos, aventurarnos a tomar decisiones y con cuidado romper las barreras.
“Hoy es catorce días, que son dos semanas del omer”
TOMA LA RESPONSABILIDAD
Cada uno es un rey en su microcosmos. Todo padre es un rey en su casa, todo maestro en el aula, cada líder y cada jefe en el trabajo. Si hay un rey están los ciudadanos que están bajo su conducción, en quien depositan sus esperanzas, hacia quien elevan sus ojos para recibir de él la abundancia que necesitan, tanto material como espiritual.
Alguien que es un líder, un rey, sabe que tengo que sacar de lo profundo de mi alma toda la fuera que Hashem me da para hacer el bien, para prodigar abundancia de todo lo bueno material y espiritual a todos los que elevan sus ojos hacia mí. Tengo una responsabilidad, y con una fuerza muy grande tengo que abastecer a todos de todas sus necesidades.
MEDITACIÓN:
Al final de la semana de Poder descubrimos la última faceta de esta sefirá, se puede decir que llegamos al propósito y la finalidad. Se trata de “el reinado en el poder”, maljut shebeguevurá. Nos saca por completo del “dominio privado” hacia el “dominio público”, ese ámbito donde el reinado expresa su esencia de líder de la comunidad, de la sociedad.
Para ser un rey o líder no hace falta ser presidente o gobernador. Todos somos rey en nuestro ámbito particular: un maestro en el aula, un jefe en su fábrica, un oficial en el ejército, vicepresidente del consorcio del edificio, y de hecho cada uno en su casa y su familia. Soy un “rey” en relación a los que soy responsable de sus necesidades, materiales o espirituales. Por supuesto, el reinado significa principalmente obligaciones, como el consejo de los sabios al rey Rejabam: “si hoy has de ser siervo de este pueblo…”.
¿Pero acaso esta función no me queda grande? ¿Estoy capacitado para dedicarme adecuadamente, soportar la carga sin caerme? ¿Sabré darle a cada uno lo que le corresponde y conducir a todos de manera justa? ¡Sí, podemos! (yes we can: sí sí sí, yes oui ken) Aquí es cuando se manifiesta el atributo de poder que hay en nosotros, las fuerzas del alma inagotables para “reinar” en el territorio de la faena que se nos ha encomendado, brindarnos a todos aquellos que están bajo nuestra influencia y darle lo que le corresponde, reinado en el poder, maljut shebeguevurá. No por nada el rey David fue “un héroe victorioso”, la potencia de la valentía de espíritu es lo que en el rey más querido.
EJERCICIO PRÁCTICO:
Estamos todos invitados a meditar en nuestro pequeño (o gran) “reinado” personal y preguntarnos: ¿me preocupo lo suficiente y me dedico como corresponde a mi círculo de influencias o me desentiendo con diferentes excusas?