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¿Qué es la Sefirat Haomer, La Cuenta del Omer?

Contamos y Nos Transformamos con la Cuenta del Omer
Aplicar cada día estas enseñanzas y ejercicios en todas las tareas de tu vida. En 49 días habrás rectificado tus cualidades de acuerdo a la medida de tu esfuerzo.

LA BELLEZA BUSCA BELLEZA

Semana 3 día 6 – 05 de Iyar
“Hoy es veinte días, que son dos semanas y seis días del omer”
Fundamento en la Belleza – Iesod ShebeTiferet

La belleza, tiferet, busca belleza. En la naturaleza, cuando hay dos individuos cada uno tiene su belleza, y esa belleza los atrae, los conecta, los junta. Crea y establece un pacto, el fundamento, entre ellos. No siempre la belleza es evidente, como explicamos antes en la sefirá de esplendor en la belleza.

Pero tenemos que saber que todo lo que existe tiene belleza que es la similitud, el común denominador entre todo lo que Dios creó para Su Honor.

En todas las cosas existe su propia belleza, y precisamente la belleza de un lado quiere conectarse con la belleza en el otro lado. La belleza complementa la belleza. La belleza aspira a casarse con la belleza.

Ayer hablamos acerca del esfuerzo durante la búsqueda de pareja, y he aquí, para bendición y en buena hora, llegamos a la alegría del casamiento. No hay nada más hermoso que el casamiento, la belleza del novio y la novia como ya vimos en bondad en la belleza. Toda la belleza que adquirimos con la sefirá de tiferet llega ahora a su manifestación en la combinación de fundamento en la belleza, iesod shebetiferet, ya que por cierto, el atributo de fundamento es la conexión y la firma del pacto, como en el pacto del matrimonio.

“No es bueno que el hombre esté solo”. [Génesis 2:18] Dios creó el mundo en parejas, macho y hembra, hombre y mujer, y cada uno aspira a encontrar su pareja. La conexión entre ambos está en el punto de belleza que hay en ellos, como sucede con los animales que se engalanan y florean frente a su pareja. Por eso es acertado decir que la belleza busca belleza. La belleza en mí busca en el mundo la belleza que compatible, para desposarla y realizar un pacto, brit hanisuin: “y se apegó a su esposa y fueron una sola carne” [Bereshit 2:24]. Por eso, en cada novia y cada novio hay una belleza especial, “Como un novio, sirviendo [como sacerdote] con sus hermosas vestimentas, y como una novia engalanada con sus joyas”. [Ishaiahu 61:10] El pacto matrimonial revela la belleza que hay en cada uno, la belleza que no queda atrapada en sí misma, sino que sale para encontrarse con su otra mitad y unirse a ella. Esa es la señal de la belleza sagrada, la belleza verdadera (frente a “vana es la belleza”). [Proverbios 31:30]

Más en profundidad la conexión entre dos personas diferentes es posible a través del denominador común que hay entre ellos, que es justamente la belleza. Cada uno refleja en el otro la belleza propia, la belleza se une con la belleza y se multiplica a sí misma, cuando se crea una obra de arte nueva de la unión de la belleza de ambos padres. Una alusión a esto está en que la palabra belleza,”iofi”, יפי, es de guematria 100, la perfección de las 10 sefirot multiplicadas [inter incluidas y rectificadas] por sí mismas.

Aunque el álbum de casamiento tuyo o de tus padres ya esté roto después de tantos años, te invitamos a tomarlo y recordar la belleza que hay en el casamiento, el hecho es que la belleza verdadera es la que elige unirse con la belleza del otro. También los solteros entre nosotros, continúen buscando su media naranja.

 El vigésimo día de la cuenta del omer es Iesod shebetiferet, el fundamento en la belleza. Corresponden a Iosef el hijo que hay en Iaacov el padre. Está escrito: [Génesis 37:2] “Estas son las generaciones de Iaacov, Iosef.” Y explican en Cabalá y Jasidut que toda la descendencia de Iaacov, las doce tribus de Hashem que nacieron de Iaacov, fue todo a través del alma de Iosef, incluso desde antes de que Iosef naciera. Es una raíz espiritual dentro de Iaacov, el Fundamento de la Belleza, Iesod ShebeTiferet.

Únicamente sobre Iaacov Avinu está escrito “fructufica y multiplícate”, [Génesis 35:11], tal como Hashem le dijo a Adam el primer hombre [1:25] y a Noaj, [9:1 y 9:7] “fructifiquen y multiplíquense” A Iaacov en especial, sobre quien está dicho: [Bava Batra 58:1] “La belleza de Iaacov es como la belleza de Adam Harishón”, Hashem le dice que fructifique y se multiplique, que corresponde a la sefirá de Iesod, donde se asienta su poder de fructificar y multiplicarse, el Iosef dentro suyo. Está escrito que el poder interior de la sefirá de Iesod es la cualidad de emet, la “verdad”.

El atributo de la verdad es la concreción, la confirmación de todas las aspiraciones, todas las convicciones de la persona. Dice el versículo: [Mijá 6:20] “Dale verdad a Iaacov, bondad a Abraham [Hashem, como le prometiste a nuestros padres…]” “Bondad a Abraham” lo vimos el primer día de Bondad en la Bondad, pero primero está escrito “Dale verdad a Iacov”.

Se pregunta en Jasidut en el libro de Tania, ¿acaso no hay verdad en Iaacov y hay que dársela? En verdad es así, la explicación es que Iaacov revela lo que él puede revelar desde abajo, y Hashem lo confirma, pone la verdad que el rubrica de Hashem. Verifica desde lo alto toda la tarea que realiza Iaacov Avinu. Así también, la señal y la verdad es que dio a luz descendencia, y esto es por el poder del Iosef que lleva dentro, el “Dale verdad a Iaacov”, Iosef dentro de Iaacov.

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