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¿Qué es la Sefirat Haomer, La Cuenta del Omer?

Contamos y Nos Transformamos con la Cuenta del Omer
Aplicar cada día estas enseñanzas y ejercicios en todas las tareas de tu vida. En 49 días habrás rectificado tus cualidades de acuerdo a la medida de tu esfuerzo.

TIEMBLO DE TEMOR ANTE LA BELLEZA

Semana 3 día 2 – 01 de Iyar
“Hoy es dieciséis días, que son dos semanas y dos días del omer”
Poder en la Belleza – Guevurá ShebeTiferet

 

Una visión hermosa tiene una fuerza inmensa, en ese bello paisaje que Dios creó para su honor. Hay algo tremendamente bello en un bello panorama del Creador.

Dice el verso: “Sirvan a Dios con temor”. El temor, iráa, es el atributo interior de la sefirá de guevurá, poder. “Sirvan a Dios con temor y deleitaos con temblor”. Se puede contemplar algo muy bello y temblar de deleite y alegría. Eso es el poder en la belleza.

 El poder interior de la sefirá de tiferet es el atributo del temor, iraá, y así en guevurá shebetiferet, el poder en la belleza, hay una combinación del temor con belleza. Quizás estamos más acostumbrados a pensar que la belleza es más propicia para despertar amor y atracción, pero la belleza también infunde reverencia.

Trata de recordar un paisaje maravilloso que súbitamente aparece ante tus ojos, un océano tempestuoso, grandes planicies desérticas, esa visión que quita el aliento al contemplar el horizonte desde la cumbre de una montaña, o una noche estrellada blanca de estrellas. La respiración se detiene por un momento y surge el éxtasis ante lo que captan tus ojos. Si hay un corazón latiendo dentro de tu pecho, has experimentado ese instante único de temor, iraá. Iraat cavod, un temor reverencial ante lo majestuoso y desconocido. Iraat haromemut, el “temor sublime” cuando te sientes un punto insignificante ante el mar infinito, cuando el Creador corre por un momento el velo de la creación, y nuestros sentidos se abruman con esa visión única y plena… y comenzamos a temblar. Si te fijas, la propia palabra “creación” בריאה, briá, está compuesta de las mismas letras que ביראה, beirá, “con temor”. La belleza tremenda y esplendorosa de la creación nos lleva a servir con temor a Quien la creó.

Ese es el temor frente a lo formidable, como dice el dulce cantor de Israel: “tremenda gloria” de El que hace maravillas. Sí, tu carne ha percibido al Artista Todopoderoso dibujando el universo. Lo más sorprendente es que este temor viene acompañado de una enorme alegría, simjá, esa que surge al haber podido ser testigo de semejante obra. Pero no nos atrevemos a reír o bailar, quedamos inmóviles porque la escena es grandiosa y tememos perturbar esa serena armonía. En cambio, simplemente temblamos por tanta alegría: “Sirvan a Dios con temor, y alégrense con temblor”.

Esta emoción nos asocia a Adam, el primer hombre, poniéndose de pie y exclamando a las Alturas: “má gadlú maaseja Hashem”, “Qué grandiosa es tu obra Dios”, y a Abraham nuestro patriarca, el primero que reconoció al creador dentro de la creación. La belleza abierta de par en par ante nosotros nos despierta “Temor al Cielo”, iraat shamaim, una expresión que es tomada también de sentir la corona del cielo que se extiende sobre nosotros.

El día dieciséis de la cuenta del Omer, Guevurá ShebeTiferet, el rigor dentro de la Belleza, es el temor dentro de la misericordia, Itzjak el padre dentro de Iaacov el hijo. Después del sueño de la escalera está escrito: [Bereshit 28:17] “Y temió [Iaacov] y dijo qué temible es este lugar”. Explica el Baal Shem Tov que aquí hay una unificación muy importante, cada uno tiene que estudiarlo para su servicio a Hashem, la unificación temor-temible, irá-norá.

Por un lado siento temor porque está la Shejiná, la Presencia Divina oculta, en secreto. Pero mientras medito en esto repentinamente el Temible, la Shejiná, la Presencia Divina se revela ante mis ojos. Es decir que el temor del hombre se unifica con lo Tremendo de la existencia física, la presencia Divina dentro de la realidad. Y para que exista este temor Hashem creó el Mundo. Por eso se llama unificación del temor y lo temible, y está dicho específicamente sobre Iaacov Avinu. Cuando rezamos la plegaria silenciosa, shemoná esré, decimos “El Dios Grande, Poderoso y Temible”. Grande corresponde a “El Dios de Abraham”, Poderoso a “El Dios de Itzjak” y Temible al “Dios de Iaacov”.

Es decir que la revelación del Temible, es el Elokim. La principal revelación de Divinidad de Iaacov Avinu es justamente sentir esto hoy el día 16 de la cuenta del omer. Otras veces está escrito que Iaacov Avinu temió, de Labán que le robe la familia, sus mujeres e hijos, también temió de Eisav que lo dañe. Hashem le dijo varias veces “No temas mi siervo Iaacov”, una señal de que tiene temor por naturaleza, salvo que unifica el temor con el Temible, y así revela la Esencia de Hashem en el mundo.

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