TORÁ Y AMOR

Pirkei Avot 2:2

Rabán Gamliel, hijo de Rabí Iehuda Hanasí, dijo: “Es bueno el estudio de la Torá con derej eretz (el camino de la tierra), porque el esfuerzo que requieren ambos mantiene el pecado alejado de la mente. En tanto que el estudio de la Torá que no está combinado con melajá (trabajo), finalmente cesará y acarreará el pecado…

El rabino Ovadia de Bartenura explicó que derej eretz significa trabajo o negocio. Ocuparse tanto con la Torá como con el derej eretz hace que uno olvide el pecado, porque la Torá agota las fuerzas y el trabajo quebranta el cuerpo. Como resultado, se anula la inclinación al mal de la persona.

Si una persona se afana en el estudio de la Torá y, al hacerlo, se olvida del pecado, ¿por qué también necesita melajá o trabajo? Esta pregunta invita a la mishná a agregar que cualquier estudio de Torá que no incluya también la melajá, finalmente cesará. Porque si una persona no trabaja, pasará hambre y finalmente se convertirá en un ladrón y olvidará su conocimiento de la Torá. La mayoría de los comentarios entendieron que los términos derej eretz y melajá se refieren a lo mismo. Sin embargo, este enfoque hace que sea difícil entender por qué se emplearon dos términos diferentes para describir la misma acción. Más precisamente, aunque los dos términos tienen un significado cercano, cuando se aplican al trabajo duro y a la labor, no está del todo claro en qué se diferencian. [1]

Derej Eretz y Melajá: Amor Natural y Amor Generado al Prójimo Israel

El Baal Shem Tov nos proporciona una explicación revolucionaria. Melajá se refiere a acciones que aumentan el amor de uno por el prójimo judío: ahavat Israel. Para que la Torá sea sostenible, uno debe emprender acciones que aumenten su ahavat Israel. Esta nueva interpretación del Baal Shem Tov tuvo un efecto poderoso en el santo Rabi Levi Itzjak de Berditchev, quien invirtió toda su vida en desarrollar su amor por sus compañeros judíos.

El Rebe de Lubavitch enfatizó que para que la Torá se mantenga en la realidad, para que continúe desempeñando un papel central en todo lo que somos como pueblo, no es suficiente que amemos a los demás pasivamente. Debemos esforzarnos y dedicar un gran esfuerzo a fin de dedicarnos constantemente a ayudar a otros tanto material como espiritualmente. [2]

Siguiendo esta explicación, derej eretz (el primer término que aparece en la mishná) se refiere a nuestro amor por nuestros hermanos judíos arraigado naturalmente. Por naturaleza, todo judío es compasivo, vergonzosos e inclinado a hacer actos de bondad. Este es el estado descrito como “derej eretz que precede a la Torá”. [3] Melajá representa entonces el desarrollo de estos rasgos naturales más allá de su expresión innata. Esto se logra a través de un esfuerzo práctico para aplicarlos día a día y a través de la contemplación de estos rasgos que surgen a raíz del estudio de la Torá. De esta manera, derej eretz y melajá juntos completan la Torá.

¡Sorprendentemente, la suma de los valores numéricos de derej eretz (דֶּרֶךְ אֶרֶץ) y melajá (מְלָאכָה) es igual al valor numérico de Torá (תּוֹרָה)! Además, las letras iniciales de derej eretz y melajá forman la palabra “adam” (אָדָם), como en el verso, “Esta es la Torá, un hombre”, [4] que los sabios interpretan en el sentido de que el objetivo de la Torá es para mejorar las relaciones entre las personas y convertir a un individuo en un “hombre”, en el sentido de menschlijkeit.

Bondad Amorosa y Belleza Juntas

Ahavat Israel es una expresión de la sefirá de bondad amorosa o jesed (el amor es la dimensión interior del jesed). Expresar activamente ahavat Israel a través de acciones y campañas para ayudar a otros es la expresión práctica de este amor, que corresponde a la sefirá de la victoria (netzaj), que se encuentra justo debajo de la bondad amorosa en el eje derecho de las sefirot. La victoria es la sefirá que actúa sobre nuestra bondad amorosa y la manifiesta activamente en la realidad. Como tal, se considera la herramienta práctica de la bondad amorosa.

Es muy importante para nosotros refinar nuestros rasgos de carácter. Uno de los principios centrales del desarrollo del carácter es refinar nuestras facultades emocionales. La victoria se logra refinando verdaderamente la voluntad de salir en campañas para ayudar a otros, desarrollando así un gusto delicado por hacer un favor al prójimo. [5]

La Torá está asociada con la sefirá de la belleza (tiferet). Por lo tanto, la unión de “Torá con melajá representa la unión de estas dos sefirot: tiferet y netzaj. Tiferet se identifica como el principal partzuf masculino (Zeir Anpin), el mashpía, dador o influyente. La Torá también desciende de arriba hacia abajo para unirse con la realidad e influir en su desarrollo. Por tanto, el papel de la Torá es fecundar la realidad, por así decirlo. Se explica que cuando el hombre está en un estado de influyente está asociado con la sefirá de netzaj, como en el Zohar, “Él está en netzaj”. [6] En otras palabras, melajá (netzaj ) sirve como una vestimenta que sostiene y completa la columna de la Torá.

En cierto sentido la Torá y la oración son opuestos. Desde la perspectiva de la Torá todo parece estar bien y perfeccionado. La oración, por otro lado, enfatiza la falta y la necesidad de la realidad. Esta brecha se cierra por medio de la melajá, por medio de las campañas que emplea la Torá, inyectando así la perfección de la Torá en una realidad deficiente, pero con la confianza (proporcionada por la sefirá de netzaj, cuya experiencia interna es de confianza) de que el mundo está listo para la visión de la Torá. La melajá de actualizar la visión de la Torá es, en efecto, el derej eretz innato que se ha adaptado a las necesidades de la realidad.

Notas

[1] . Véase Merkevet Hamishná y Pirkei Moshé, quienes, debido a esta dificultad, siguieron otra línea de comentarios. Vea otros comentarios en Midrash Shmuel.

[2] . Basado en Likutei Sijot vol. 1 parashat Kedoshim (Cap 14 en adelante). Véase también Keter Shem Tov (edición Kehot), anexo 110.

[3] . Ialkut Shimoní Bereishit 34.

[4] . Números 19:14.

[5] . Haiom Iom para el sexto día del Primero de Adar .[6] . TikuneiZohartikun 13 (28b). Véase también EtzJaim 29:5.

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