Pirkei Avot 4:2
Ben Azai decía: Corre para cumplir una mitzvá menor y huye de una transgresión. Porque una mitzvá trae a continuación otra mitzvá y una transgresión trae otra transgresión. Porque la recompensa de la mitzvá es la mitzvá, y la recompensa de la transgresión es la transgresión.
El rabino Ovadiá de Bartenura explicó esta mishná de la siguiente manera: Así es funciona el mundo. A una persona que cumple una mitzvá, le resulta fácil realizar otras. Y a una persona que comienza con los pecados, es difícil separarse de ellos”. Esto puede parecer una sucesión interminable, de una mitzvá a la siguiente. No obstante, vemos que una persona que cumple una mitzvá, en la práctica posteriormente igual peca. A nivel simple, podemos decir que la primera mitzvá promueve el cumplimiento de otra mitzvá (como explica Bartenura) pero no proporciona un “seguro de mitzvá”. Si es así, debemos entender qué quiso decir Ben Azai en su enseñanza de que “una mitzvá trae otra mitzvá “. Además, ¿Cómo podemos evitar dejar un rastro de transgresiones detrás de nosotros?
Atribuye la Mitzvá a Dios
Hay una energía infinita en cada mitzvá, una bondad divina que se expande sin cesar. Pero debemos saber cómo relacionarnos adecuadamente con la mitzvá para revelar esa energía Divina dentro de ella. Si, después de realizar una mitzvá, sientes una sensación de logro personal, en realidad te has atribuido la mitzvá a ti mismo y no a su fuente Divina. Este es el secreto de la mordedura de la serpiente en el talón al final de una buena acción. La energía infinita intrínseca a la mitzvá se disipa y se vuelve finita y limitada, al igual que la persona que la realizó.
La solución es emplear el atributo de humildad y no pensar demasiado en uno mismo. Más bien, debes sentirte humilde, sabiendo que no hay nadie en este mundo, ni siquiera un tzadik, que no peque, como en el versículo “No hay un justo en la tierra que haga el bien y no peque”. [1] Incluso cuando una persona realiza una buena acción, hay un rastro de pecado o mancha. Debemos atribuir la buena acción completamente a Dios, quien nos da nuestra alma Divina y crea las condiciones necesarias para el cumplimiento de la mitzvá. Al hacerlo, devolvemos la mitzvá a Dios, haciéndola infinita, creando un rastro interminable de más y más mitzvot después de ella.
En física, el principio de inercia dice que un cuerpo en movimiento mantendrá su movimiento a menos que haya una fuerza que se le oponga, como la fricción. Lo mismo es cierto para el movimiento del alma cuando realizamos una mitzvá: cuanto más nos alejamos de la ecuación y permitimos que la mitzvá Divina funcione sin las trabas de nuestro propio ego, así continuará vibrando libremente en el mundo.
Este es el significado de “Corre para cumplir una mitzvá menor… porque la recompensa de una mitzvá es una mitzvá”. Debemos correr a la dimensión interior de la mitzvá, a la conciencia de “Dale lo que es suyo, porque tú y lo tuyo son suyos [incluidas tus mitzvot ]”. Con este enfoque una mitzvá traerá otra después.
Asumir la responsabilidad por la transgresión
“Una transgresión trae a continuación otra transgresión”. Si es así, ¿cómo podemos salir del círculo vicioso del pecado?
Así como tenemos que atribuir la mitzvá a Dios, también tenemos que atribuirnos la transgresión a nosotros mismos. Generalmente, tendemos a culpar a todos menos a nosotros mismos por nuestras transgresiones: las personas que nos rodean, nuestra educación, nuestras circunstancias y demás. Esto no es más que una forma elegante de culpar a Dios, quien crea todas estas circunstancias. “La necedad del hombre pervierte su camino, y su corazón se irrita contra Dios”. [2] Si elegimos esta forma de lidiar con nuestros pecados, será realmente imposible romper el círculo vicioso.
En cambio, debemos confesar y admitir nuestros pecados, como el rey David, quien cuando tuvo que enfrentarse a su pecado no trató de dar excusas. En cambio dijo: “He pecado”. [3] La transgresión y las faltas están en mí. Yo, y solo yo, tengo la culpa de mi situación. Este es el poder de la teshuvá (arrepentimiento), que detiene por completo la cadena de transgresiones en curso. La palabra hebrea para ‘transgresión’, aveirá, עברה, proviene de la raíz avar, עבר, que significa ‘pasado’. Tan pronto como arrojamos la transgresión al pasado y admitimos que ya pasó, el futuro se libera y todo se vuelve posible.
Este es el significado de “Huye de la transgresión”. Huye de la trampa de la transgresión responsabilizándote por ella y previniendo la reacción en cadena. Mitzvá kalá (276 מצוה קלה, una mitzvá menor) con el kolel (más 1) es igual a aveirá (277 עברה, transgresión). Apresúrate a realizar una mitzvá menor en lugar de una transgresión.
Esta mishná puede entenderse mejor empleando el secreto del Nombre de Dios, Havaiá: perseguir una mitzvá y crear una cadena interminable de mitzvot corresponde a la letra vav de Havaiá. Huir de la transgresión para evitar crear una cadena interminable de transgresiones corresponde a la sefirá de reinado: la hei inferior de Havaiá. Estas son las dos letras reveladas de Havaiá. “La recompensa de una mitzvá es una mitzvá” corresponde a la sefirá de sabiduría, la iud de Havaiá. La recompensa de una mitzvá es la “unión” creada por la mitzvá misma. En palabras del Tania (capítulo 37), “Porque la mitzvá misma es la que causa, es decir, crea su recompensa. Al realizar [la mitzvá], el hombre atrae la revelación de la bendita luz Ein Sof, de arriba hacia abajo”. “La recompensa de una transgresión es una transgresión” corresponde a la sefirá de entendimiento, la hei superior de Havaiá. Este es el sentimiento de distancia generado al entender nuestra conducta, que despierta despierta teshuvá: “Y su corazón entenderá y volverá”. [4] Según esto, el orden de las letras en este secreto es vav-hei-iud-hei , que forma la palabra vehaiá, והיה, “y será”. Vehaiá siempre indica alegría. Este es el gozo de realizar una mitzvá, que es la fuerza impulsora para seguir el sendero de la mitzvá y huir de la transgresión.
Una hermosa alusión a este concepto se puede aprender del valor numérico de las palabras de esta mishná:
שמצוה גוררת מצוה ועברה גוררת עברה ששכר מצוה מצוה ושכר עברה עברה
“ Porque una mitzvá trae a continuación otra mitzvá, y una trasgresión trae a continuación otra trasgresión. Porque la recompensa de una mitzvá es la mitzvá, y la recompensa de la transgresión es la transgresión”
Toda la frase suma 4942. Esto equivale a דוד (14) veces שמחה (353), David veces alegría, que es igual a סוד הי ליראיו, Sod Hashem Leiriav, (“el secreto de Dios es para los que le temen”), frase relacionada con Ben Azai [5] .
NOTAS
[1] Eclesiastés 7:20.
[2] Proverbios 19:3.
[3] Shmuel II, 12:13.
[4] Ishaiahu 6:10.
[5] Véase Sotá 4b.