¿EL MIDRASH ES REAL? – PARTE 3: El Midrash y la Realidad

Por Tzvi Freeman y Iehuda Shurpin

En la sección anterior hemos escuchado al Rabi Saadia Gaón en el Departamento de los Significados Simples (peshat) y a Maimónides en el Departamento de las Significados más Profundos (derush) – y la locura de confundir a los dos. Nos quedamos con la promesa de escuchar del Maharal de Praga, quien aplicaría los principios de Maimónides al Midrash de una manera que abriría todo un nuevo entendimiento de la Torá y la realidad.

Los límites de Midrash

Pero antes de llegar a Praga, tenemos que discutir algunos desvíos equivocados y callejones sin salida que se tomaron después de Maimónides -sobre todo para que no tomemos esos caminos de nuevo.

Después de que la Guía para los Perplejos de Maimónides fue traducido del árabe al hebreo, muchos más estudiantes de la Torá comenzaron a aplicar la filosofía aristotélica en sus estudios. A veces, el matrimonio fue bastante elegante. A menudo era la forma más antiestética del sincretismo. Toda sugerencia de un milagro siempre había molestado al filósofo clásico, pero ahora sentía que tenía el permiso del gran Maimónides de reinterpretar esto alegóricamente. También fueron reinterpretadas anécdotas de importancia histórica, descartando así cualquier historicidad de los sabios talmúdicos.

El Rashbá intentó prohibir el estudio de la filosofía y de las ciencias naturales hasta la edad de 25 años

Hacia el final del siglo XIII muchos de los rabinos de liderazgo en la Provenza y España se hastiaron lo suficiente con estos maestros y predicadores que a su juicio era necesario tomar medidas drásticas. A instancias de un respetado sabio provenzal, muchos de los principales rabinos de la época, encabezados por el rabino Shlomo ben Aderet de Barcelona (conocido como el Rashbá), instituyeron una prohibición de prohibir los estudios de filosofía y de las ciencias naturales hasta la edad de 25 años (con la excepción de quien estaba estudiando medicina como profesión).

Muchos de los judíos de la Provenza se indignaron. Ellos respetaban profundamente al Rashbá como un destacado erudito y líder a quién iban a consultar las cuestiones más difíciles, tanto en la práctica judía y como en teología. Pero no podían imaginar abandonar su estudio de la filosofía greco-árabe que se había convertido en una parte regular de su plan de estudios.

Rabi Iedaiá Bedersi fue uno de esos judíos. Bedersi era fluído no sólo en todos los ámbitos del estudio de la Torá, sino también, como muchos de su época, en Aristóteles y Averroes. También era un maestro de las letras, habiendo publicado su primer poema a los quince años, compuso varios comentarios sobre el Midrash, y su trabajo ético Examinación del Mundo es citado a menudo. También es conocido por su largo poema-parábola en defensa de las mujeres.

Pero sobre todo, Rabi Iedaiá Bedersi es conocido por su respetuosa pero contundente réplica al Rashbá acerca de su prohibición. Él niega las acusaciones de que las escuelas en Provenza habían torcido el significado de las Escrituras y los midrashim a través de sus contorsiones aristotélicas. En el proceso, se dejó en claro más que nadie antes lo que deben ser exactamente las reglas de interpretación del Midrash, utilizando brillantes y simples reglas de razonamiento.

Un absurdo, escribe Bedersi, debe ser interpretado alegóricamente, pero no hay nada absurdo en que el Creador rompa ese orden natural con un milagro.

Escribe, para comenzar, que simplemente porque una historia choque con el orden natural no es razón suficiente para rechazarla. Un absurdo debe ser interpretado alegóricamente, pero no hay nada absurdo en que el Creador rompa ese orden natural con un milagro.

Luego divide las historias midráshicas en cuatro categorías, que explica cómo debemos tratar con cada uno de ellos:

1. Historias inverosímiles contadas por los sabios

Aunque la historia sea extremadamente improbable, y aunque ni fortalece ni debilita nuestra fe, sin embargo debemos aceptarla porque viene a nosotros desde un fuente confiable.1

2. Historias milagrosas.

No rechazamos una historia simplemente porque incluye un milagro. El Creador del mundo no tiene ningún problema en realizar milagros. Pero si una historia milagrosa choca con un principio general, la debemos reinterpretar. Podemos imaginar que hogazas de pan y ropa fina crecen milagrosamente en los árboles, pero tenemos un principio general que choca con esto que dice: “No hay diferencia entre este mundo y el mundo venidero otra que el sometimiento a la dominación extranjera.”2

Del mismo modo, podemos imaginar tzadikim después de muertos investidos en nuevos y refinados cuerpos, disfrutando del otro mundo, según lo descrito por Rabi Benaa, etc., pero esto choca con el principio general de que en ese mundo “no hay sentado o de parado…”

3. Exageraciones evidentes.

Si la historia describe un mundo donde abundan los milagros, y estos milagros no son del tipo que fortalecen nuestra fe o brindan cualquier otro beneficio evidente, debemos reinterpretar por tres razones:

a. No es honorable para la Torá y sus sabios creer esto.

b. Esto disminuye la importancia de los milagros mencionados en la Torá, que la Torá misma trata como instancias raras.

c. Di-s no hace milagros sin necesidad, y tampoco lo hacen sus profetas.

Los cuentos talmúdicos de Raba bar bar Jana son un buen ejemplo. En ellas puedes oír acerca de un antílope del tamaño del Monte Tabor, cuyo estiércol formó una represa en el río Jordán; una rana del tamaño de sesenta casas tragado por una criatura aún más monstruosa -que luego fue arrebatado del océano por un cuervo gigante. Luego estaba el pez tan grande que cuando sacado del mar destruyó 60 ciudades y dio alimento a otras 60. Un año más tarde, las personas estaban cortando vigas de las costillas de los peces para las casas de los pueblos que habían reconstruido para reemplazar a los que habían sido destruidos. Otro pez que era tan grande que llevó tres días con sus noches a la nave de Raba bar bar Jana navegar desde un extremo al otro -y era un barco tan rápido que si arrojaras una flecha, el barco lo pasaría. Había incluso un pez que tenía arena crecía hierba su espalda. Los marineros inocentemente hicieron tierra en lo que presumían era una isla, y realizaron una barbacoa –sólo que tuvieron que regresar de prisa al barco en el preciso momento en que el pez molesto comenzó a darse vuelta.3

El consenso entre los sabios del Talmud es que estos cuentos de Raba bar bar Jana no son todos necesariamente destinados a ser tomados literalmente.4 Dentro de la imaginería fantasmagórica de estos cuentos, susurra una historia de un mundo más allá del nuestro, fuertemente codificada dentro de una compleja metáfora. De hecho, del Zohar5 parece que el mar del que está hablando es el mar de la Torá, las aves y los peces son alusiones a determinados seres angelicales y almas -cada detalle con estratos de significado, pero ciertamente no es para los fanáticos de la pesca deportiva.

4. Absurdos.

Si la historia presenta un absurdo, debemos reinterpretarlo. Bedersi aquí parece preocupado principalmente por los casos de antropomorfismo. El considera algo irresolublemente absurdo que el Creador del Cielo y de la Tierra pudiera tener la forma física.

Como hemos dicho, Bedersi escribió todo esto en una carta al Rashbá. El mismo Rashbá discutió la interpretación de los cuentos fantásticos del midrash, compartiendo también el enfoque de Maimónides. Él proporciona varias razones por las que los sabios pueden llegar a ocultar su sabiduría dentro del enigma y la fantasía. Un episodio muy revelador:

Rabí Iehudá ha Nasi estaba dando un sermón y la asamblea se dormitaba. Los quizo despertar y dijo: “¡Hubo una mujer en Egipto, que dio a luz a seiscientos mil de una vez!”

Allí había un estudiante, Rabí Ishmael ben Iosei era su nombre, que le preguntó: “¿Quién era ella?”

Entonces él le dijo: “¡Fue Iojeved, quien dio a luz a Moshé! Ella equivalía a la nación entera de seiscientos mil personas,  como vemos en el texto:6 ‘Entonces cantó Moshé y los hijos de Israel”7

¿Qué demostración más explícita necesitas, escribe Rashbá, que las palabras de los sabios no siempre deben tomarse literalmente? Luego procede a interpretar el significado de un Moshé de diez codos, tomando un hacha de diez codos y saltando diez codos en el aire para golpear al gigante Og en el tobillo –justo cuando Og estaba tratando de lanzar una montaña sobre el campamento israelita. Todo esto tiene un significado, pero nada de esto en su sentido literal.

El Camino Equivocado para Aprender el Midrash

Bedersi fijó límites claros, pero las reglas de interpretación estaban todavía poco claras. Todavía no había una definición clara para el Midrash. Esto dio lugar a que algunos creyeran que el midrash y la agadá no sean realmente verdad -no eran más que parábolas o fábulas para demostrar algo. Ellos decían: “El significado simple del texto de la Torá es verdad. La halajá es una obligación, por lo que es ciertamente verdad. Pero estos cuentos son sólo homilética.”8

Fundamentalmente, estas personas entendieron los cuentos de los rabinos tanto como nosotros entendemos la buena ficción: historias para exponer una idea. La ficción no es una mentira -el autor tiene un verdadero asunto que aclarar, y ese asunto puede ser cierto, solo que se utiliza el medio de una historia para hacerlo, y la historia – el embalaje para el asunto- es cierto. Así también, estas personas entendieron a las historias del Talmud y el Midrash que estaban diciendo hablando de algo verdadero, pero vestidos con un envoltorio que estaba muy lejos de la realidad.

Rabí Iehuda Loewe de Praga (conocido como el “Maharal de Praga”) se mostró inflexible: la Torá no es ficción. Todo lo que el Creador del universo dice es real. Los judíos consideran que las palabras de sus sabios que se han registrado en el Talmud y el Midrash son Torá, no son menos Divinas que los cinco libros de Moisés. Una vez que hayan sido aceptadas por la comunidad general de judíos observantes como obras que han de estudiarse y veneradas como la Torá, alcanzan un status de pensamientos de Di-s, discusiones que tiene con Él mismo y cuentos que se cuenta a Sí mismo. Y si el Creador del universo lo está diciendo, es real.9

Un ejemplo de ello es la siguiente historia de Tito, después de haber destruido el Templo y arrasado a Jerusalén:

Cuando Tito estaba de viaje de regreso a Roma en un barco con los judíos cautivos y los utensilios del Templo Sagrado, una tormenta en el mar amenazaba con ahogarlo. Él dijo: “Parece que el Di-s de estas personas tiene poder sólo sobre el agua. Cuando llegó el Faraón, Él lo ahogó en el agua. Cuando llegó Sísara, Él lo ahogó en el agua. Ahora, Él está a punto de ahogarme en el agua. Si Él quiere demostrar su fuerza que venga a tierra firme y luche conmigo allí!”

Una voz Divina se adelantó y le dijo: “¡Malvado, hijo de un malvado, descendiente de Esaú el malvado! Tengo una criatura insignificante en Mi mundo llamado mosquito. Ven a tierra y enfréntate en batalla con él!”

Tito fue a tierra, y un mosquito vino y entró en su fosa nasal. Picoteó en su cerebro durante siete años.

Un día, Tito estaba caminando y pasó junto a una herrería. El mosquito oyó el ruido del martillo e hizo silencio. Tito dijo: “¡Hay un remedio!” Todos los días trajeron un herrero y daba martillados en la presencia de Tito. A un herrero gentil le hubiera dado un jugoso estipendio, pero a un judío diría: “¡Es suficiente que veas a tu enemigo sufriendo”

Durante treinta días trajeron herreros para martillar en presencia de Tito. Entonces el mosquito se adaptó al ruido del martillo, y continuó picoteando el cerebro de Tito, incluso agregando más martillos.

Rabí Pinjas ben Arova dijo: “Yo estaba con los grandes hombres de Roma en el momento en que Tito murió. ¡Examinaron su cerebro y lo que encontraron en él era del tamaño de un pequeño pájaro!”

En la Mishná aprendimos: Era como una paloma de un año, con un peso de dos litros.

Dicho Abaie: ” Tenemos una tradición que su boca era de bronce y sus garras de hierro.”

Ccuando Tito agonizaba, dio instrucciones a sus siervos: “Incinérenme y esparzan mis cenizas sobre los siete mares, para que el Di-s de los judíos no pueda encontrarme y llevarme a juicio.”

Ahora bien, en la lectura de las crónicas de los historiadores romanos no encontrarás nada de este mosquito. Tito, te dicen, murió de una fiebre. En cualquier caso, hablar de garras de metal en un gran bicho es un desaguisado.

Así, un erudito judío italiano llamado Azariá dei Rossi explicó: “Esto es sólo una agadá.” Esto no sucede de verdad. Es sólo que los sabios quisieron inculcar al pueblo que Di-s siempre puede encontrar una manera de castigar a los malvados, por eso les contaron esta historia.

De la misma manera Azariá dei Rossi se refirió a otras enseñanzas. Rabí Eliezer enseñó que el lado norte del mundo nunca fue terminado. Di-s dice: “Todo aquel que cree que es un dios, que venga y complete el lado norte.” De esta y otras declaraciones similares, dei Rossi deriva que los sabios talmúdicos creían que el mundo era plano.

Este era el tipo de cosas que sobremanera crisparon al Maharal. Este hombre, dijo, no tiene idea de lo que los sabios están diciendo.

La verdad es más extraña que la No Ficción

Así, el Maharal de Praga define además las formas de Midrash con dos señales en dos lados de la carretera:

Por un lado, tienes que saber que cada historia contada y registrada por los rabinos del Talmud es cierta. Son Torá, tanto como un versículo de las Escrituras o de la halajá observada por todos los judíos es Torá.10

Por otra parte, debes saber que estas historias no tienen que ver con la realidad física en absoluto. Más bien, ellos están hablando de la realidad esencial.

¿Cuál es la “realidad esencial”? Aquí hay un tratamiento clásico de la realidad esencial del midrash del Maharal:

El Talmud nos dice que Moisés medía diez codos de alto.11 Un codo es la distancia desde el extremo de tu dedo mayor hasta el codo –un promedio de 45 cm. Eso pondría la altura de Moisés en 4,50 metros.

Cosa extraña, nadie dentro de la historia parece darse cuenta –ni el Faraón, ni el pueblo judío, ni siquiera las hijas de Itró, que le dicen a su padre: “¡Un egipcio nos salvó de los pastores!” El hecho de que era un gigante como de tres veces su tamaño parece pasar totalmente inadvertido para ellos.12

Así, Maharal nos dice que el verdadero Moisés realmente tenía 4,5 metros de altura. Pero no el Moisés que vio el faraón o que vieron los pastores que huían. Sólo vieron la envoltura física de Moisés, tal como está investido en un cuerpo dentro de nuestro mundo físico, un mundo que por varias razones no pueden imaginarse una forma humana de diez codos. Pero Moisés es una persona completa, y diez es el número de la plenitud. Tendría que haber sido de diez codos de altura – si el mundo físico fuera capaz de una cosa así. Ciertamente, escribe el Maharal, de cualquier forma que pueda haber sido reflejado, fue reflejado en el mundo físico, y Moisés probablemente era más alto que el ser humano promedio. Pero no tan alto como él realmente lo fue.13

¿Qué Moisés es más pertinente a nuestro entendimiento? Si queremos entender el significado simple del texto, un Moisés gigante sólo confundirá las cosas -como hemos visto. Si queremos tener una idea del poder del alma de Moisés, su impacto en el público cuando entró en la sala, su verdadera estatura como un gigante espiritual -era tan grande como lo que recibieron, no le faltaba ni el grosor de un dedo de la diez codos de perfección.

Estamos acostumbrados a considerar las medidas precisas de nuestro mundo como el árbitro final de la verdad. Podría ayudarnos a saltar a un evento en Mezhibuzh, Ucrania, un siglo o dos después del Maharal:

Uno de los dueños de casa de Mezhibuzh estuvo involucrado en una disputa desagradable con otro residente de la ciudad. Y aconteció que estando en presencia del Baal Shem Tov, en su sinagoga, le gritó que iba a rasgar al otro tipo como a un pez.

El Baal Shem Tov le dijo a sus discípulos que se tomen de las manos entre sí y se paren junto a él con los ojos bien cerrados.

Luego puso sus santas manos sobre los hombros de los dos discípulos a su lado. De pronto, los discípulos comenzaron a gritar en gran terror: Habían visto cómo ese hombre había realmente desollado a su adversario como a un pez.14

Ahora, ¿qué pasa si yo te pregunto “Acaso un residente de Mezhibuzh desgarró a su litigante como a un pez?”

Podrías contestar: “Bueno, en realidad no.” El problema es que tengo testigos muy fiables, y todos vieron exactamente lo mismo.

Pero, ¿puede el autor ser acusado en los tribunales por daños corporales? El problema es que su contendiente aún camina por ahí sin un rasguño.

Entonces, ¿Cuál mundo es el real? Un mundo puede ser percibido por cualquiera que tenga oídos para oír. El otro requiere sentidos de un grado más alto que la mayoría de nosotros pueda llegar a tener. ¿Pero eso lo hace menos real? Por el contrario, tal vez la realidad superior es la más verdadera. Allí, después de todo, es donde podemos percibir los efectos reales de nuestras acciones y palabras.

El Maharal da el mismo enfoque al mosquito en el cerebro de Titus. Los sabios no están preocupados en contarnos una historia clínica. Ellos quieren darnos a conocer el Tito real y su verdadero destino. ¿Un mosquito físico entró en su cerebro? Tal vez no, escribe el Maharal. Pero la historia sigue siendo cierta, porque el mosquito entró allí de todos modos. Cada ser viviente tiene su cualidad esencial que lo hace especialmente lo que es -y la cualidad esencial del mosquito se abrió camino para entrar.15 Esta cualidad esencial, si se pudiera ver, aparecería en su estado más intenso, con una boca de bronce y garras de hierro.

Lo mismo se aplica a la descripción de Rabi Iehudá del universo con un extremo del norte abierto. El propósito de esta descripción no fue para hacer predicciones astronómicas, o para enviar un hombre a la luna. Rabí Iehudá nos estaba diciendo lo que el mundo es: que no fue creado como un lugar perfecto. Como escribe el Maharal, el mundo no es una causa, es un efecto, y el efecto no puede ser perfecto. Sólo la causa original, el Creador definitivo, puede ser completo. Nuestro mundo refleja esto, en cierta medida, con los efectos del viento del norte. Pero, de nuevo, de una forma incompleta.16

El Maharal resume su enfoque en una simple oración: “Los sabios no hablan de la físico en absoluto, sino que hablan de un mundo despojado de lo físico.”17 Toda enseñanza midráshica es una mirada detrás del velo, invistiendo verdades profundas en un lenguaje que está destinado a revelar un mundo interior. Si ese lenguaje parece una tontería para nosotros, es sólo porque aún no hemos descifrado el código. Estamos tomando la vestimenta, las palabras, como si ellas mismas fueran su propio significado.

Por otro lado. . .

El Maharal escribió muchos volúmenes de comentarios sobre el Midrash, quizás más que cualquier otro gigante de la Torá, todos siguiendo estos mismos principios. Al leerlos, a menudo percibimos un espíritu moderno, y de hecho sus escritos son más populares hoy en día de lo que eran en el siglo XVI, cuando quizás fue menos comprendido.

Rabí Shmuel Eidels, cuya madre era una prima del Maharal, compuso lo que es quizás la obra más popular en casi toda la agadá del Talmud. Se incluye en las ediciones estándar del Talmud bajo el título Jidushei Agadot Maharshá. Sigue un enfoque similar, usando los principios de la filosofía y la Cábala.

Ahora ha sido establecido claramente un enfoque sistemático del midrash por Maimónides y el Maharal. Pero eso plantea una nueva pregunta, tal vez una más difícil: Si el punto de midrash no es la historia en sí, sino lo que contiene, no el primer plano sino el trasfondo, y si alguien que entienda estas historias literalmente es un necio, entonces ¿cómo es que les contamos estas historias a los niños y la gente sencilla, que sin duda los toman literalmente? ¿Hemos de ocultar todos estos cuentos de ellos? ¿Hemos estado haciendo las cosas mal todos estos siglos?

El Maharal mismo proporcionó la clave para responder a esta pregunta crucial. Se vuelve más clara cuando examinamos las obras de sus contemporáneos y de los que siguieron sus pasos. Qué es lo que vamos a discutir en la próxima entrega “Verdades Ilimitadas para Mentes Limitadas”.

reconocimiento

Los autores desean agradecer la asistencia del personal del Instituto de Estudios Judaicos (JLI) en la preparación de este ensayo. Los cursos del JLI “Los Cuentos curiosos del Talmud” es una excelente introducción a la interpretación de la agadá.

Por Tzvi Freeman y Iehuda Shurpin

El rabino Tzvi Freeman, un editor senior de Chabad.org, también dirige el equipo “Pregunte al Rabino”. Él es el autor de “Trayendo el Cielo a la Tierra”.

Rabí Iehuda Shurpin responde a las preguntas de Chabad.org “Pregunte al Rabino.

Jaim Leib (León) Zernitsky ha creado obras de arte e ilustraciones para revistas internacionales, editoriales y grandes corporaciones por más de 25 años. Ha publicado más de 30 libros para niños y adultos jóvenes y ganó numerosos premios. Jaim Leib siente que la creación de arte judío es una parte importante de ser un artista judío, y sus pinturas se encuentran en colecciones privadas en todo el mundo.

NOTAS

1 Si no se proporciona una “fuente confiable” -por ejemplo, no se proporcionan los nombres- eso puede considerarse una evidencia de que la anécdota no tiene por qué ser tomada literalmente. Ver Rabi Abraham ben ha-Rambam en su tratado sobre el Midrash (impreso en el prefacio de Ein Iaakov):

Encontramos un lugar en el Talmud (Eruvin 63a) donde se admite abiertamente que los sabios hablaron en estilo parabólico, y que sus palabras no siempre deben ser tomadas literalmente: ” Un discípulo de R. Eliezer decidió una cuestión de la ley de la Torá en presencia de este último. R. Eliezer le dijo a su esposa, Ima Shalom, ‘Me pregunto si él va a vivir este año?’ Y murió durante ese año. ‘¿Eres un profeta?’ le preguntó Su esposa. . .” [El estudiante es identificado luego por su nombre.]” El nombre del discípulo y el nombre de su padre”, continúa el Talmud, “se menciona a propósito de manera que no lo interpreten  como una parábola, sino como un hecho cierto.” Desde esto es evidente que en muchos casos sus palabras no fueron tomadas literalmente, sino como una parábola. Pon esta prueba en tu corazón y deja que tus ojos lo vean, porque es una cosa maravillosa, así como una evidencia importante.

Ver también el Maharal, Jidushei Agadot 1:28; Rabi Iosef Jaim de Bagdad, Ben Iehoiada, Eruvin loc. cit.

2 Sobre este tema, véase ¿El Mashiaj Usher En una Época Milagrosa? Alternativamente, uno podría imaginar fácilmente a los sabios viendo las vestimentas post- industrialización de hoy y las variedades de refrigeradores  como “pan y ropa fina que crecen en los árboles.”

3 Talmud, Bava Batra 73b.

4 Algunos han señalado una excepción: Rashbam sobre Bava Batra 73a, sobre el versículoאמר רבה אשתעו לי כו . Los autores, sin embargo, no están convencidos de que Rashbam esté insistiendo en una comprensión literal de cada historia que sigue. Ritva y Maharsha sostienen que al menos algunos de estos eventos ocurrieron en realidad.

5 Zohar 3:223b (Raia Mehemna).

6 Éxodo 15:1.

7 Shir haShirim Rabá 1:65.

8 De hecho, muchos pasajes del Talmud parecen dar a entender eso. La intención de estos pasajes, sin embargo, es generalmente más bien poco claro, y su significado está en disputa. Muchas de estas afirmaciones aparecen en el Talmud de Jerusalén, que a pesar de su estilo más conciso es mucho más denso en agadot que el Talmud de Babilonia. Véanse los siguientes ejemplos de eso en el Talmud Shabat: 16:1, Maaserot 3:4 y Nazir 7:2.

9 En réplica a esta opinión del Maharal, algunos citan una declaración de Rabi Moshe ben Najman (Rambán) en medio de una disputa por etapas con un representante de la Iglesia. Véase, sin embargo, Haim Macoby, El judaísmo Enjuiciado, p. 44-49. De acuerdo con su explicación, el Ramban no necesariamente difiere de la opinión del Maharal que estos cuentos son todos verdaderos, sólo que no (necesariamente) están discutiendo la realidad física o histórica.

10 Rabí Iehuda Loewe, Beer ha- Golá, Beer Shishi (pág. 135 de la edición estándar).

11 Talmud, Shabat 92a.

12 Ver Sijot Kodesh 5730, vol. 1, p. 564.

13 Jidushei Agadot, vol. 3, p. 33 (el Talmud, Bava Metzia 84a).

14 Haiom Iom, 29 de Tishrei.

15 Parece difícil de entender el informe de un tumor en el cerebro al morir como puramente alegórico. El idioma en el que se afirma parece objetivo: “Yo estaba con los grandes hombres de Roma, en el momento en que Tito murió.” Pero entonces, un tamaño semejante de un tumor cerebral no es tan increíble. El mayor tumor cerebral retirado de una persona que vive en el registro hasta la fecha era de 72 centímetros cúbicos -el tamaño de una paloma pequeña.

16 Beer ha-Golá, Beer Shishi (pág. 129 de la edición estándar).

17 Ibid., p. 128.

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