NOAJ

LOS POZOS DE ITZJAK Y LOS FILISTEOS MODERNOS

 una audio- meditación de Cabalá y Jasidut

AUDIO:   https://t.me/galeinai/1246

PDF:   https://t.me/galeinai/1247

Y los pastores de Guerar (eran guerreros) lucharon con los pastores de Itzjak, diciendo:

‘El agua es nuestra’. Y llamó el nombre del pozo Esek, porque disputaron con él. Y cavaron otro pozo y discutieron por él también y lo llamó Sitná. Y se trasladó de allí y cavó

otro pozo y no discutieron sobre ese y llamó su nombre ‘Rejovot’ y dijo: “Ahora Dios nos ha dado amplitud y seremos fructíferos en la Tierra”. [Génesis 26:20-22]

Itzjak cava pozos. En realidad, esto es lo principal que la Torá dice que hizo. Además, de todos los pozos que tienen un nombre especial en la Torá, la mayoría de ellos están conectados con Itzjak. 

¿De qué se tratan los pozos de Itzjak? 

Notemos la diferencia entre un bor, un ‘hoyo’, y un beer, un ‘pozo’. 

Un bor está excavado en el suelo, puede llenarse con agua común o agua de lluvia, o puede estar vacío (como en el pozo en el que fue arrojado Iosef el Tzadik. No tenía agua, pero tenía serpientes y escorpiones). Por otro lado, el beer revela el agua subterránea enterrada en el fondo del suelo, “el pozo de aguas vivas”. 

La palabra bor-בור está conectada con el verbo hebreo ברר, barer, que significa 

‘clarificación’, aclarar. La clarificación es el servicio de Abraham, quien trae la luz de la fe donde quiera que vaya, llenando los hoyos vacíos. La realidad parece un hoyo vacío, viene Abraham y lo llena con fe. Abraham aclara el hecho de que solo Dios es el Dios verdadero, en oposición a todo el vacío de los ídolos. 

Itzjak, sin embargo, funciona de manera diferente. Profundiza en la realidad, descubriendo que el agua está dentro de ella. No es necesario ir de un lugar a otro hablándole a la gente acerca de Dios desde afuera. En cambio, uno puede enseñarles a escuchar su voz interior que les habla acerca de Dios, similar al agua en el fondo de la tierra. El באר, beer, el pozo, es la habilidad de explicar, לבאר-levaer, para explicar la realidad y mostrar que todo es Dios. 

Dios prometió la Tierra de Israel a los Patriarcas, pero mientras tanto Itzjak sufre serios problemas con los filisteos, que realmente son invasores en la Tierra, porque cuando Noaj comenzó una nueva humanidad, sus tres hijos repartieron la tierra, Shem, del cual vienen los semitas recibió la que se llamaría luego la tierra de Israel. En hebreo, la palabra para Filisteos, Plishtim, פלישתים, comparte la raíz con la palabra plishá, פלישה, que significa invasión. Siglos después, para avergonzar al pueblo de Israel, los romanos llamaron a la Tierra de Israel Paleshtina, de la misma palabra para “invasión”. Esta palabra más tarde se convirtió en Palestina, aunque los filisteos hace mucho dejaron de existir. 

Los nombres que Itzjak le da a los tres pozos que cava revelan las tres formas de lidiar con el invasor Plishtim, entonces y ahora: 

Una forma, correspondiente al primer pozo, es Esek, que significa ‘negocio’. En otras palabras, este es un tema de intereses o negocios. Es cierto que los así llamados palestinos nos están causando muchos problemas. Pero si pudiéramos encontrar la manera de apaciguarlos todo estaría bien. Negociar hasta encontrar la fórmula que satisfaga a todos y el conflicto se resuelva. 

La segunda forma, correspondiente al segundo pozo, es Sitná, que significa ‘odio’. Entendemos que los auto proclamados Plishtim no están interesados en propiedades y activos. Más bien este es un problema de odio profundo: el antisemitismo típico. Cuanto más les damos y nos retiramos, más les abre el apetito. En definitiva, quieren tragarnos y arrojarnos al mar. Entonces, ¿qué podemos hacer? Debemos ser fuertes y recordar que estamos viviendo en el Medio Oriente. 

Hay una tercera vía, correspondiente al tercer pozo, Rejovot, que significa “una vía amplia”. Es cierto, ahora mismo nos desprecian. Este odio continuará mientras estemos en el mismo plano. Pero debemos reconocer nuestra singularidad, y que ella proviene de un plano diferente: “y él se desconectó de allí”. No vinimos a esta tierra solo para encontrar un refugio seguro. Vinimos aquí para establecer el Reino de Israel, que difundirá la luz de la Torá y la fe en Dios a todo el mundo, también a los Plishtim. Si no negamos nuestro destino y en cambio sabemos extraer de los pozos de nuestra herencia y explicar que todo es Dios, finalmente se anulará todo conflicto. Porque “ahora Dios nos ha dado amplitud y seremos fructíferos en la Tierra.” 

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