LOS CUATRO NOMBRES DEL HOMBRE

Hay cuatro sinónimos para hombre en la Torá: Adam (אָדָם), Ish (אִישׁ), Guever (גֶּבֶר), y Enosh (אֱנוֹשׁ).  Estos cuatro sinónimos se enumeran en el Zohar y en numerosos lugares en los escritos jasídicos. El sinónimo más inclusivo es, por supuesto, Adam (אָדָם), por lo que incluye a los otros tres en términos de significado. El hecho de que el hombre tiene debilidades es aludido en el primer versículo de Crónicas: “Adam Seth Enosh”, donde Enosh es el sinónimo que se refiere a la debilidad del hombre, a su humanidad.

¿Cuál es la relación entre estos cuatro sinónimos? Se explica en Jasidut que Adam (אָדָם) se refiere al intelecto, Ish (אִישׁ) se refiere a los atributos emocionales, las midot (מִדּוֹת). Estos dos son sustantivos relativos a los otros dos sinónimos que se consideran adjetivos.

Así, Adam e Ish son dos sustantivos que describen la humanidad. Adam se refiere al ser humano como un “pensador”, maskil (מַשְׂכִּיל). Los sabios se refieren al hombre como “hablante”, medaber (מְדַבֵּר), pero, aunque el Jasidut suele ser estricto al retratar al hombre de esta manera y no como un “pensador”, hay lugar para referirse a un ser humano también como un “pensador”. 

Si eres una persona que se empodera o fortalece, ya sea en tu esencia como Adam o como Ish, eso significa que eres un guever (גֶּבֶר) ya sea en tu mente (Adam) o en tu corazón (Ish). Eres un Adam-Guever o un Ish-Guever. El Guever es un adjetivo que describe el sustantivo, el Adam o el Ish. Pero si eres débil, incluso frágil, ya sea en tu corazón o en tu mente, entonces eres un Enosh. Esta es la explicación habitual de cómo se relacionan los dos sustantivos y los dos adjetivos. Pero una vez más, todos ellos están incluidos dentro del nombre más inclusivo del humano, Adam.

A lo largo del Tanaj, Onkelos traduce al arameo a “Adam” como “Anash” (que es de la misma raíz que Enosh). Él usa la misma palabra aramea para traducir “nefesh”, en aquellos lugares donde se usa como Adam o Ish. De paso, podemos mencionar que “Nefesh Adam Enosh” (נֶפֶּשׁ אָדָם אֱנוֹשׁ) es igual a 832, el valor de “la Tierra de Israel” (אֶרֶץ יִשְׂרָאֵל, Eretz Israel), o 32 veces 26: “corazón”, lev (לֵב) veces Havaiá (‘הוי). La forma plural de Ish es Anashim (אֲנָשִׁים).  Según el Radak, esta forma plural se toma de la raíz de Enosh (אנש). También escribe que “mujer”, ishá (אִשָׁה) es de la raíz Enosh, a pesar de que los sabios afirman que Ish e Ishá son de la misma raíz, una paronomasia que ofrecen como prueba de que el mundo fue creado con el lenguaje sagrado del Tanaj. 

Esta identificación gramatical por parte del Radak explicaría por qué se dice que las mujeres son el sexo débil, pero dado que las debilidades son en realidad positivas, esto debería considerarse un mérito para ellas. Podríamos haber pensado que la forma plural de Ish sería Ishim (אִשִׁים), que es una palabra que aparece unas cuantas veces en el Tanaj, como en el verso: “A vosotros, hombres, llamaré” (אֲלֵיכֶם אִישִׁים אֶקְרָא, aleijem ishim ekrá), un verso que aparece el principio de la introducción del Tania.

La traducción habitual de “humanidad” es “Enoshut” (אֱנוֹשׁוּת). ¿Por qué toda la humanidad lleva el nombre de Enosh? ¿Por qué no usamos el Adam más inclusivo? Adam fue la primera generación de la humanidad y Enosh fue la tercera generación. ¿Por qué preferir a Enosh? Hay comentarios que sugieren que esto se debe a que el significado de Enosh es como dijimos “debilidad”, y lo que es común a todas las personas – lo que llamamos la “condición humana”- lo que nos define son nuestras debilidades. 

Hay estudios gramaticales más modernos que sostienen que, en las lenguas semíticas, la raíz אנש significa “fraternidad” o “conexión”. Esto refuerza la observación de que sin debilidades no puede haber sociedad. Esos mismos estudios afirman que es bien sabido que el hombre es político, es decir que tenemos un deseo innato de crear una “polis” rectificada, una sociedad rectificada, porque el hombre no puede vivir solo en un estado solitario. Este no es solo un argumento hecho por pensadores no judíos, también lo afirma el Rambam.

Volviendo a Onkelos, a lo largo del Tanaj él traduce Adam como Anash (אנש), pero traduce Ish (אִישׁ) como Guever (גֶּבֶר). El arameo se describe como la parte trasera, o subconsciente, del hebreo. Entonces, la parte trasera, el subconsciente de Adam es Enosh y la parte trasera, o subconsciente de Ish es Guever. Esto revela una relación diferente a la que aparece en Jasidut y con la que comenzamos.

Lo General y lo Particular

Un principio final que queremos presentar es que Adam es como un principio general, mientras que Ish es un caso particular, o lo que llamamos en el razonamiento talmúdico, klal u’prat (כְּלָל וּפְרָט).  Para ver esto en la Torá, veamos el versículo que describe a Java dándole nombre a su hijo Caín: “Porque he obtenido un hombre (אִישׁ) con Dios”, (קָנִיתִי אִישׁ אֶת הוי). Ella no menciona que Hevel era un “hombre” (אִישׁ), quizás porque era más débil. Sin embargo, siempre que encontramos la frase, “Ish Ish” (אִישׁ אִישׁ), según la Cabalá se refiere a las raíces del alma de Caín y Abel, los dos descendientes personales de su padre, Adam, el principio general.Asimismo, en referencia a Adam, cuando Dios creó a Javá de él, se refirió a sí mismo con este nuevo sustantivo, Ish, “Esta será llamada mujer [Ishá], porque de un varón [Ish] fue tomada” (לְזֹאת יִקָּרֵא אִשָּׁה כִּי מֵאִישׁ לֻקֳחָה זֹּאת). Lo que podemos aprender de esto es que cuando un joven siente su debilidad y es capaz de casarse, en ese momento se transforma de un estado general, inclusivo, a uno particular. Cuando Adam fue creado, parte de su inclusividad general era que incluía tanto aspectos masculinos como femeninos en el mismo cuerpo, como dice la Torá: “Varón y hembra los creó y los llamó ‘Adam’ el día en que fueron creados” (זָכָר וּנְקֵבָה בְּרָאָם וַיְבָרֶךְ אֹתָם וַיִּקְרָא אֶת שְׁמָם אָדָם בְּיוֹם הִבָּרְאָם). Adam es el sustantivo común e inclusivo que se usa para hombre y mujer juntos. Pero cuando están divididos, siendo cada uno medio cuerpo, eso crea en ellos una debilidad, una necesidad de volver a unirse. La separación y la reunificación son necesarias para crear una personalidad individual.

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