Cuarta Etapa

EL DESCENSO A EGIPTO – LA ESCLAVITUD

El principal esclavizador no es necesariamente el ‘Gran Hermano’ exterior, sino las tribulaciones por el mundo alienado en el que vivimos.

Al final del período de los patriarcas, los israelitas descienden a Egipto y en la siguiente generación comienza la esclavitud. Este es un nuevo tipo de crisis: no es la destrucción del sueño, no es la destrucción del mundo ni la dispersión, sino el exilio y la esclavitud. Toda una nación, seiscientas mil almas, se convierte en una nación de esclavos donde la esclavitud es total, en lo material y en lo espiritual, un trabajo duro que agota y quebranta el cuerpo y no deja descanso al alma. Es imposible respirar, porque cada gota de aire y toda atención está inevitablemente dedicada al amo esclavizador, hasta que olvidas quién eres y en lugar de ser tú mismo, te sumerges por completo en otra mentalidad ajena, extraña. 

La rectificación es el éxodo de Egipto, y el mayor milagro es el éxodo mismo de “un pueblo de dentro de otro pueblo”, [Devarim 4:34] de Egipto emerge y nace la nación de Israel. En esta historia debemos tener la figura del goel, el redentor, Moshé, que fue enviado para sacar a Israel de Egipto, y además debe haber un propósito y una meta para todo el proceso, la entrega de la Torá, hasta completar el proceso de traer a Israel a la Tierra de Israel.

Podemos pensar en nosotros mismos como libres, pero la verdad es que hasta cierto punto todos estamos esclavizados. El principal esclavizador no es necesariamente el “hermano mayor” del exterior, sino los problemas del loco mundo en el que vivimos. Preocuparse por ganarse la vida puede convertir a una persona en un esclavo, e incluso si no hay problemas de dinero, somos una generación preocupada: la preocupación y la presión constantes nos oprimen como un yugo de hierro, no hay capacidad en el alma para liberarse realmente, respirar libremente y dedicarse a las cosas que son realmente importantes. Además de eso, todos estamos atados por las convenciones sociales, la cultura barata que nos alimenta y dicta nuestros patrones de pensamiento y comportamiento: un enfoque moderno de esclavos con una amplia sonrisa y un látigo de oro… Todavía hay mucho camino por recorrer hasta que se corrija todo, pero eso no nos absuelve de hacer todo lo que podamos: primero identificar la esclavitud personal y general. Después de eso, una liberación interna de más y más partes de la personalidad y más y más judíos de la esclavitud en la que estamos.

Para resumir: 

La cuarta crisis es la esclavitud en Egipto.

Hoy, los problemas del mundo y el dictado de patrones de pensamiento por parte de la cultura existente esclavizan a la humanidad con un “látigo de oro”. 

Debemos ser redimidos de la esclavitud, y la corrección completa sucederá por el último Redentor.

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