LA PERCEPCIÓN DIRECTA Y EL ESTUDIO CONTEMPLATIVO

En la meditación, la percepción directa ( jojmá ) y el estudio contemplativo ( biná , entendimiento) se deben unir (por el poder del daat , “conocimiento”), como la unión del “padre” y la “madre”, para desarrollar la semilla de comprensión hasta que esté preparada para nacer espontáneamente como un nuevo “corazón”, la profunda experiencia del amor y el temor a Di-s.

En general, el primer punto de percepción que se estudia en la meditación es la continua recreación de toda la realidad conciente ex nihilo ( iesh me-ain , “[a la manera de] algo a partir de nada”. El ejemplo más aproximado de “algo a partir de nada” es (y debe tenerse en mente que un ejemplo físico nunca puede corresponder exactamente a una verdad Divina, aunque puede arrojar luz acerca de sus cualidades) como la semilla sembrada en la tierra, pudriéndose para devenir en “nada” antes de comenzar a brotar como un “algo” nuevo (en una “parábola” los conceptos son siempre “relativos”, mientras que en la “verdad última” son “absolutos”). En el momento en que la semilla alcanza el estado de “nada”, el poder “infinito” de crecer inherente en la tierra (también utilizado aquí en su sentido relativo), la activa para reincorporarla a la realidad en un estado de existencia nuevo y muy enriquecido.

” Arriba”, cada semilla del ser es una “parte” del “Plan Divino de la Creación”, presente primordialmente dentro de la “Luz Infinita” (es decir el “Poder Creativo”) de Di-s. El proceso de “putrefacción” corresponde al secreto del tzimtzum (“contracción”). La “activación” corresponde al secreto de la kav (“línea” o “rayo”) de luz proveniente del Infinito, que permea el jalal (“vacío”) producido por el tzimtzum .

Todo estos conceptos y asociaciones se pueden apreciar y comprender debidamente sólo luego del estudio devoto de los textos de Cabalá y Jasidut , que pueden entonces ser incorporados apropiadamente dentro de nuestro ser viviendo la vida de la Torá, caminando siempre en sus senderos, como fue enseñado y ejemplificado en tiempos más recientes por el Ba’al Shem Tov y sus discípulos en nuestros días.

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