LOS DERECHOS DE LA MUJER Y LAS PIEDRAS DEL TEMPLO SAGRADO

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La Parashat Pinjás incluye una de las interacciones más extraordinarias entre Moshé y las mujeres del pueblo judío. La Torá relata el episodio en el que las cinco valientes hijas de Tzlofjad pidieron la oportunidad de heredar la porción de su padre en la tierra de Israel, dado que él no tenía hijos.

“Se acercaron las hijas de Tzelofjad, hijo de Jéfer, hijo de Guilad, hijo de Majir, hijo de Menashé, hijo de Iosef. Los nombres de las hijas eran Majlá, Noá, Joglá, Milcá y Tirzá. Se pararon ante Moshé, y delante de Eleazar el cohén, y ante los líderes de las tribus y toda la asamblea, a la entrada de la Tienda de Reunión, para decir: “Nuestro padre murió en el desierto, y él no estuvo en la asamblea que se reunió contra el Eterno en la asamblea de Koraj, sino por su propio pecado murió; y no ha dejado hijos. ¡Por qué será omitido el nombre de nuestro padre de entre su propia familia por no tener un hijo varón? ¡Danos posesión entre los parientes de nuestro padre!”

Y Moshé presentó el juicio ante Dios. Y Dios le dijo a Moshé: “La súplica de las hijas de Tzelofjad es justa: debes darles una propiedad hereditaria entre los parientes de su padre; transferirles la parte de su padre”. 

Curiosamente, estas no fueron las únicas mujeres a las que se les otorgó una herencia de tierra.

Ver: (integradas explicaciones en la clase)

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