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Rebe Mijel dijo que, si viera a un judío saliendo de una casa de iniquidad, entonces el amor hacia él no disminuiría en absoluto, al contrario, debería aumentar, porque ahora tiene compasión por él.

PREPARÁNDOSE PARA SELIJOT CON EL REBE MIJEL DE ZLOTSHOV

1. El amor del Rebe Mijel de Zlotshov por su compañero judío

En Shabat fue el iorzait del Rebe Ijiel Mijel de Zlotshov, uno de los discípulos más conocidos del Ba’al Shem Tov. Dado que estamos aquí en la cuarta comida del rey David, melavé malka, es apropiado contar historias sobre los tzadikim.

Comencemos con un dicho del Rebe Mijel. Solía decir que, si uno tomara todo el amor, todo el amor con el que todo padre ama a sus hijos (no incluía a las madres, pero con toda certeza esa era su intención) y se juntase todo, todo el amor en el mundo, ni siquiera estaría cerca del amor que el Todopoderoso ama a un judío malvado, un rasha en el pueblo judío.

Continuó y dijo: “Si veo a un judío saliendo de una casa de iniquidad (esa es la frase que usó, es decir, un lugar donde la gente va a pecar), mi amor por ese judío en particular no cambiaría ni siquiera un pelo porque veo le veo partir de ese lugar, sino que pensaré en él como si se hubiera caído de cabeza y se hubiera roto la cabeza, y evaluaré la situación y pensaré en lo que se necesita hacer para recomponerle”.

Cada uno de los grandes tzadikim, cada uno de los estudiantes del Baal Shem Tov tiene un dicho especial sobre el amor del pueblo judío, el gran amor, ahava rabá (אַהֲבָה רַבָּה), que no tiene fronteras. Aparentemente, éste es el que caracteriza a Rebe Mijel de Zlotshov.

2. Piedras del Amor

Rebe Mijel dijo que, si viera a un judío saliendo de una casa de iniquidad, entonces el amor hacia él no disminuiría en absoluto, al contrario, debería aumentar, porque ahora tiene compasión por él.

Como se sabe, muchas veces es compasión, rajamim, la que despierta el amor, como en el versículo “Iaacov que redimió a Abraham” donde Iaacov representa la compasión y Abraham representa el amor. Pero podría plantearse la pregunta: ¿Qué haría Rebe Mijel si viera a un judío a punto de entrar en un lugar así? ¿Entonces qué? Sin duda, su amor por este judío no disminuiría, pero la pregunta es, dado que existe una mitzvá de evitar que otra persona haga algo malo, leafrushei meisura (לְאֶפְרוּשֵׁי מֵאִיסּוּרָא), ¿qué haría Rebe Mijel?

Está escrito en el Tania que cuando Moshé Rabeinu se enfrentó a tal situación, prefirió enojarse para evitar que el pueblo judío pecara, todo por verdadero amor a Israel. Al parecer, Rebe Mijel también actuaría de la misma manera. ¿Pero qué haría exactamente? ¿Le tiraría una piedra a este judío? Si por experiencia supiera que tirar piedras no ayuda mucho, ¿qué haría entonces, especialmente máxime si despierta en una persona la reacción contraria? Más aún, si la reprimenda no surge del verdadero amor por el prójimo judío, considerando cómo él describió cómo el Todopoderoso ama incluso al mayor rashá entre el pueblo judío. Si existe tal amor y, sin embargo, existe una mitzvá de evitar que alguien cometa un pecado, debes trabajar duro para averiguar qué se puede hacer.

Rebe Mijel habló de alguien que sale de una casa de pecados y luego evalúa el daño espiritual que le sobrevino y lo trata. Las raíces de tres letras de “dañar” (נזק) y “arrojar” (זרק) provienen de la misma raíz de dos letras, זק. ¿El lanzamiento puede ser algo positivo en algún sentido, puede prevenir daños, nezeq (נֶזֶק)?

Una idea es mirar las marcas de cantilación o entonación. Está escrito que el Mashíaj vendrá a interpretar los significados de las marcas de cantilación. El primer ta’am o marca de cantilación es zarka (זַרְקָא), que es similar a “lanzar”. El segundo es segol (סֶגּוֹל), que es similar a segulá, o encanto. Estos dos siempre van juntos, por lo que debe haber algún efecto especial en lanzar. De hecho, en Jasidut se enseña mucho sobre el poder de arrojar (incluso piedras). La pregunta es qué hay que lanzar. ¿A cuánto es igual numéricamente “lanzar” (זרק) más “piedra” (אבן)? Es igual a 307 más 53, o 360, el valor de Shejem (שְׁכֶם). El valor de “arrojar una piedra” (זְרִיקַת אֶבֶן) es 770, lo que implicaría una fuerte conexión entre las dos palabras. La guematria de “lanzar piedras” (זְרִיקַת אֲבָנִים), en plural (que significa tirar muchas piedras), es 820, el valor del verso, “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (וְאָהַבְתָּ לְרֵעֲךָ כָּמוֹךָ).

A veces una piedra no es una piedra. Para entender realmente el efecto de arrojar piedras tenemos que recordar que, en el Libro de la Formación, la palabra “piedra” (אבן) significa una “letra”: “1 piedra construye 1 casa, 2 piedras construyen 3 casas, 3 piedras construyen 6 casas”, etc. Esta enseñanza es el secreto de las “permutaciones”, tzeruf (צֵרוּף), o “combinaciones”, basadas en la función matemática llamada factorial. Por lo tanto, el nivel más elevado de amor que es útil para prevenir daños, útil para impedir que un judío haga algo que está prohibido, no es lanzar piedras sino letras; muchas, muchas letras que forman muchas palabras. Cuando estas palabras salen lanzadas desde el corazón y entran en el corazón del otro causan un impacto.

Mencionamos Shejem, la ciudad de Iosef Hatzadik y sobre Iosef es dicho que él es la “piedra de Israel”, misham roé even Israel (מִשָּׁם רוֹעֶה אֶבֶן יִשְׂרָאֵל). La palabra “piedra” (אֶבֶן) en hebreo se considera un acrónimo de “padre” (אָב) e “hijo” (בֵּן) y la forma plural, “piedras” (אֲבָנִים) es un acrónimo de “padres e hijos” (אֲבוֹת וּבָנִים). La primera vez que aparece la palabra “amor” en la Torá es cuando Dios le ordena a Abraham que tome a su amado hijo Itzjak y lo sacrifique. En total, la palabra “amor” aparece 42 veces en el Pentateuco, y a estos los llamamos los 42 viajes del “amor” (מב מַסְּעוֹת אַהֲבָה) en la Torá.[1] El primer viaje que hizo el amor a nuestro mundo, la primera vez que el amor aparece en la Torá, es en el amor de un padre – Abraham – por su hijo – Itzjak.[2] Cuando se lanza una piedra, una letra, que sale del corazón, con mucha fuerza, debe ser con la fuerza del primer amor, el de Abraham por Itzjak, aunque tenían rasgos de carácter diferentes (Abraham es bondadoso, el eje derecho de las sefirot e Itzjak era fuerza, el eje izquierdo de las sefirot), estaban unidos por la Akeidá como explicaremos.

3. Los significados más profundos tras una piedra

Si queremos ir aún más lejos con el significado de piedra, en Saar haIjud vehaEmuná dice que la palabra para “piedra” en hebreo, even אֶבֶן, es una combinación, una unificación de dos Nombres santos. Las letras בן son el relleno de Havaiá que es igual a 52 (יוד הה וו הה) y la א adicional proviene del relleno de Havaiá que es igual a 45 (יוד הא ואו הא) o del relleno que es igual a 63 (יוד הי ואו הי). El Alter Rebe trae la piedra como ejemplo de cómo todos los objetos en el mundo se crean a partir de las letras hebreas, y de todas las cosas que pudo haber elegido, eligió la piedra.

Todo esto es sólo un preludio de nuestro tema principal de esta noche: Selijot. Durante las Selijot pedimos perdón al Todopoderoso, pero no nos olvidamos de pedir también por el Mashíaj y la redención. Ésa es la petición principal que hacemos esta noche. En este sentido, los judíos son muy sabios. Cuando alguien ha hecho algo mal y viene a pedir perdón, es posible que no necesariamente comprenda que el mejor momento para pedir algo adicional a la persona a la que has ofendido es cuando estás pidiendo perdón. Pero eso es lo que hizo Moshé Rabeinu y de él aprendemos cómo conducir nuestras Selijot. Después del pecado del Becerro de Oro, Moshé Rabeinu vio que Dios estaba perdonando y por eso pidió más. Entonces, por un lado, uno debe venir con gran bajeza y humildad a Selijot. Somos culpables de haber actuado mal y nos avergonzamos por ello, pero al mismo tiempo, debemos aprovechar la oportunidad para pedir todo lo que necesitamos al Todopoderoso.

En la palabra אבן la letra ב es común tanto para el padre (אָב) como para el hijo (בֵּן). Pero, si agregáramos una “madre”, im (אֵם) y un “hijo” (בֵּן), encontraríamos que su acrónimo es “Amén” (אָמֵן). Entonces, cada vez que decimos Amén debemos meditar en el amor de una madre por sus hijos, representado en el versículo, “la madre echada sobre sus hijos”[3] (הָאֵם רוֹבֶצֶת עַל הַבָּנִים). El padre ama de lejos, pero el amor de la madre es cercano y próximo. La suma de estos dos acrónimos, “piedra” y “Amén” (אֶבֶן אָמֵן), es 144, o 12 al cuadrado. El asunto: si lanzas una piedra, más vale que sea tal que la otra persona esté dispuesta a responder Amén. La piedra y el Amén deben ser como dos compañeros que no se separan. Entonces, si hablabas palabras desde el corazón y no había ningún Amén del otro lado, aparentemente no funcionó. Amén se dice después de una bendición. Esto está relacionado con el día de hoy, ya que el Rebe Mijel de Zlotshov falleció en 5546 (תקמ”ו), hace 227 años,[4] y el valor de “bendición” (בְּרָכָה) ¡es 227. ¡Así que hay muchas bendiciones de parte de él ahora mismo!

4. Rebe Mijel ora a última hora del día

Más sobre el Rebe Mijel. Fue el primero entre los discípulos del Baal Shem Tov en daven (rezar) al final del día. El propio Ba’al Shem Tov, en su minian daven vatikin, al amanecer. El primero en cambiar esto, y fueron muchos los que adoptaron su costumbre, fue el Rebe Mijel. Lo sorprendente es que pertenecía al claustro de Brod, un centro de grandes genios de la Torá. Y aunque el rezaba tarde, nadie dijo una palabra. Hasta que un día entró un hombre joven y acomodado y le preguntó: “¿Por qué rezas tan tarde? ¡Nunca escuchamos tal cosa, ni siquiera del Baal Shem Tov!” Rebe Mijel respondió con un poco de audacia. Le dijo al joven rico: “Observa a todos los grandes eruditos de la Torá que hay aquí. Me han visto hacer esto durante años y nadie me hizo esta pregunta. Eres el primero en hacerlo. Entonces, debo concluir que no eres tú quien hace la pregunta, es tu dinero. Y como es tu dinero el que me pregunta, y yo no tengo en cuenta tu dinero para nada, no le voy a dar respuesta”.

Lo que aprendemos de esto es que si no tienes en cuenta el dinero para nada, puedes llegar tarde. Además, dado que Rebe Mijel falleció el día de la creación del mundo (el 25 de Elul), debe tener una conexión con el acto de la creación. Una de las razones por las que rezó tarde fue para reunir todas las chispas de todas las oraciones dichas por quienes le precedieron y rectificarlas. Hay algunas formas diferentes de explicar el motivo del rezo tarde, pero quien inició este minhag fue Rebe Mijel.

Otra cosa sobre Rebe Mijel fue que recibió la llave de la recámara de la música de Jasidut, razón por la cual el Maguid de Mezritch envió al Alter Rebe (el fundador de Jabad) a Rebe Mijel para recibir el secreto de los nigunim (melodías jasídicas) de él. La conexión entre los dos – Rebe Mijel y el Alter Rebe permaneció – a pesar de que el Alter Rebe no se quedó con él. Un Shabat, se escuchó a Rebe Mijel decir una enseñanza al estilo de Jabad, que no era su estilo en absoluto. ¿Dónde lo escuchó? Más tarde explicó que lo escuchó telepáticamente del Alter Rebe y lo repitió en su honor.

5. La confianza del Rebe Mijel en el Todopoderoso

Contemos otra historia sobre él antes de llegar a Selijot. Cuando se casó, su suegro le dio una enorme dote: mil dinares de oro. Algo realmente sorprendente en ese momento y una cantidad que podría invertir y vivir de las ganancias durante toda su vida. Su primer pensamiento fue hacer exactamente eso y liberarse para estudiar Torá toda su vida. Pero luego tuvo un segundo pensamiento: si su sustento provendría de una inversión y estaría asegurado durante toda su vida, ¿cómo podría trabajar en su confianza en Dios – que Dios proveería para él? Entonces, pensó que debería dar la mitad de la enorme suma a tzedaká. Reunió a todos los pobres que conocía y les pidió que trajeran a otros pobres, y en poco tiempo pudo repartir la mitad de la dote.

Pero como la suma era tan grande, incluso con sólo la mitad, podía invertir y vivir de las ganancias. Entonces, comenzó a pensar en su situación nuevamente y decidió que todavía tendría problemas para desarrollar su confianza en el Todopoderoso. Entonces, tomó la decisión de donar la otra mitad de la dote también a la tzedaká. Nuevamente vinieron más y más pobres y la otra mitad se fue. Tiró su dinero, tal como se lanzan piedras (de hecho, los comerciantes de diamantes se refieren a los diamantes como piedras). De toda la enorme dote que había recibido, sólo se quedó con una vaca, para al menos tener leche por la mañana. Todas las mañanas su esposa iba a ordeñar la vaca para tener al menos algo que darles a sus hijos al comienzo del día.

Un día pensó: “¿Dónde está mi confianza en Hashem?” Entonces, llamó al shojet para que sacrificara la vaca y le dio toda la carne a los pobres. No se lo dijo a su esposa y a la mañana siguiente ella salió a ordeñar la vaca. Ella preguntó ingenuamente: “¿Dónde está la vaca?” Y él respondió: “Ella subió al cielo”. Su esposa entendió lo que había sucedido. Luego preguntó: “¿Qué pasará con nosotros?” Él dijo: “Dios ayudará”.

6. La esposa del Rebe Mijel y la Tzedaká infinita

Después de un tiempo, llegó una novia pobre, no tenía dinero para su boda y no tenía vestido. Se dirigió a su esposa, que tenía un solo vestido. Le pidió que le diera su vestido a esta pobre muchacha. Ella estaba feliz de hacerlo.

Lo que vemos en estas dos historias es que todo proviene de la esposa. Todo el dinero era de ella y cada vez que volvía a pensar en qué hacer con su dinero, era gracias a su esposa.

Entonces, su esposa felizmente le dio su vestido y se hizo un vestido de arpillera. No dice cuánto tiempo tuvo que vestirlo.

Hace unos días, aprendimos en el Tania que cuando se trata de tzedaká, la enseñanza de Rabí Akiva, “tu vida es lo primero” (חייך קודמין) sólo se aplica cuando tú y el pobre tenéis las necesidades básicas para vivir. Pero si él tiene menos que tú, tienes que asegurarte de que tenga lo necesario, antes de que tú y tu familia tengáis algo más que las necesidades básicas. Si el pobre no tiene pan para alimentar a su familia, pero tú tienes carne, debes asegurarte de que la familia pobre tenga lo que tú tienes.

En el Tania de hoy, aprendemos el versículo “Tu mandamiento es muy generoso” (רחבה מצותך מאד), que se refiere a la mitzvá de tzedaká que Dios realiza con el mundo, al sostenerlo gratuitamente, como un acto de caridad. De la misma manera, cuando damos tzedaká creamos un recipiente infinitamente grande para la revelación de Dios en el futuro. Por hashgajá (Providencia Divina), las cartas más poderosas en Igueret HaKodesh relacionadas con la tzedaká se encuentran en la lectura diaria de Tania para los últimos días de Elul. El día más importante de todo el año para dar tzedaká, según el Arizal, es la víspera de Sucot, pero todo el mes de Elul es especial para tzedaká.

En el shiur anterior mencionamos el verso “Piel por piel” (עור בעד עור), etc. Este verso aparece tres veces en el Tania y una de las apapriciones es en este igueret, por lo que sugerimos que cada persona aumente su tzedaká por 276, el valor de “piel” (עור).

*Basado en un shiur dado en Motza’ei Shabat 26 Elul 5773

Apuntes tomados durante la clase, no revisados ni editados por HaRav Ginsburgh


[1] Explicado detalladamente en el artículo del mismo nombre en Sha’arei Ahava VeRatzon.

[2] Génesis 22:4. “Toma a tu hijo, tu único hijo, a quien amas, Itzjak…”

[3] Deuteronomio 22:6

[4] Hasta la fecha, en 5783, han pasado 237 años.

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