EL MUNDO DE ATZILUT – “EL MUNDO DE EMANACIÓN”

Diez Niveles (partzufim o semblantes) del Mundo de Atzilut, la percepción exclusiva de la unidad Divina

  • Aba
  • Ima
  • Aba Ilaá
  • Ima Ilaá
  • Israel Saba
  • Tevuná
  • Zeir Anpín
  • Nukva DeZeir Anpín
  • Lea
  • Rajel

Aba: “El Padre”

Aba es el partzuf o semblante general, que evoluciona en el mundo de Atzilut desde la sefirá de jojmá, “inteligencia”. Es el primer poder “conciente” del mundo de Atzilut y del alma Divina de Israel, el primer destello de luz o rayo de una nueva inspiración o idea que aparece al ojo interior del alma.

Este se divide a su vez en dos partzufim subordinados completos por si mismos:

Aba Ilaá, compuesto por las tres primeras sefirot de Aba

Israel Saba, desarrollado a partir de las siete sefirot siguientes de Aba.

El partzuf general Aba se “inviste” en el “brazo derecho” del partzuf Arij Anpín (ver antes Keter de Atzilut, dentro del cual Aba Ilaá se extiende desde el “mentón” de Arij Anpín hasta el “pecho”, lugar donde comienza Israel Saba para terminar en el “ombligo”.

Para meditar y experimentar:

 En el alma esto significa que la voluntad supra conciente de servir a Dios con amor -simbolizado por el “brazo derecho” de Arij Anpín- da vida y motiva, como el alma al cuerpo, al poder de profundizar y visualizar interiormente, actividad característica del partzuf general Aba.

Cada nueva idea, cada inspiración o percepción proveniente de nuestro interior posee un “vector” de fuerza inconciente que despierta y manifiesta un amor inspirado Divinamente en el alma.

Ima: “La Madre”

Ima es el partzuf general que se desarrolla en el mundo de Atzilut a partir de la sefirá de biná, “entendimiento”. En este mundo y en el alma Divina de Israel es el segundo poder “conciente”, el poder de la mente de captar, desarrollar e integrar una idea, o en otras palabras, recibir y procesar y desarrollar la inspiración seminal que Ima recibe de Aba.

Es la capacidad espiritual interior de “oir”, meditar acerca de una verdad hasta que pase a ser parte integral de nuestra conciencia.

Se divide a su vez en dos partzufim subordinados completos en si mismos paralelos y complementarios a los de Aba:

Ima Ilaá, que evoluciona a partir de las tres primeras sefirot de Ima.

Tevuná, a partir de las siete sefirot siguientes de Ima.

Donde Ima Ilaá se extiende desde el mentón de Arij Anpín hasta el pecho y a partir de alli comienza Tevuna para llegar hasta el ombligo.

Para meditar y experimentar:

En el alma esto significa que la voluntad supra conciente de servir a Dios con rigor y temor, simbolizado por el “brazo izquierdo” de Arij Anpín, vitaliza y motiva, como el alma al cuerpo, el poder de entendimiento que caracteriza al partzuf general de Ima.

Cada nuevo nivel de entendimiento posee un vector de fuerza inconciente para despertar y manifestar el rigor y el temor Divino en el alma.

Se explicó en cabalá que los dos partzufim superiores Aba Ilaá e Ima Ilaá se unen para formar a su vez uno nuevo, proceso que sucede también con los dos inferiores, según explicaremos a continuación.

Aba Ilaá: “El Padre Superior”

Como ya explicamos, es el más elevado de los dos partzufim primarios que forman Aba y que evolucionan a partir de jojmá, como ya se explicó.

Además de “investirse” en el “brazo derecho” de Arij Anpín desde el “mentón” hasta el “pecho”, Aba Ilaá “se nutre” de la parte octava de Dikna de Arij Anpín (ver Keter de Atzilut), el mazal elión (el mazal superior, fuente del influjo Divino), el atributo de misericordia conocido como notzer jesed, “que guarda la bondad”.

La fuerza de vida que fluye a través de los “cabellos” del octavo tikún de la barba de Arij Anpín a Aba Ilaá, está compuesto por dos energías, una que deriva de la Gulgalta y la otra de Moja Stimáa.

Para meditar y experimentar:

Estas fuentes de energía expresan el placer sereno de Resha deAin, “la Cabeza de la Nada”. Por esta razón se dice del tikún notzer jesed que fluye desde keter hasta jojmá: “la nada es el mazal de Israel”, que el Baal Shem Tov explica como: “la nada Divina es el origen de las fuerzas de vida espirituales y físicas de Israel”.

Como ya explicamos, este es el significado del verso: “la sabiduría es hallada en la nada”.

Aba Ilaá se identifica en jasidut con el alma arquetípica de Abraham, el primer patriarca, cuyo nombre comienza con las letras av, “padre” y de quien está dicho: “¡El  que brilla desde el este!” Abraham, la nueva revelación de fe y conciencia Divina brilla en el mundo como un nuevo rayo de luz.

Su alma representa el poder Divino de producir el “destello” de una nueva idea seminal que luego es “capturada” por Ima Ilaá, “la Madre Superior”, identificada con el alma arquetípica de Sará.

La unión de Aba Ilaá e Ima Ilaá es descripta en la frase del Sefer Ietzirá: “Entender (a nivel de) la sabiduría”. Nuestros sabios describen figurativamente esta unión, en referencia a la revelación Divina en el Sinaí, como “oír lo visto”.

Ima Ilaá: “La Madre Superior”

Ima Ilaá es el partzuf superior de los dos primarios que se desarrollan de la sefirá de biná, conformando en conjunto el partzuf general de Ima, como ya se dijo.

Además de “investirse” en el “brazo izquierdo” de Arij Anpín desde el “mentón” hasta el “pecho”, también se “nutre” de la parte décimo tercera de Dikna de Arij Anpín, el mazal tajtón, el mazal inferior que da origen al influjo Divino, el atributo de misericordia de Dios conocido como venaké, “y se purificará”.

La fuerza vital que fluye por los cabellos del tikún décimo tercero de la “barba” de Arij Anpín hasta Aba Ilaá, está compuesta por las dos energías que derivan de la Gulgalta y de la Moja Stimáa, que juntas expresan el sentido sereno de pureza inherente en Resha deAin, “la Cabeza de la Nada”.

Este estado de pureza Divina absoluta es expresada en Iom Kipur, como está dicho: lifnei Hashem titharu, “frente a Dios se purificarán”. La palabra titharu = 620, keter. Hemos estudiado en cabalá que esto alude a la revelación de keter en Ima, el secreto del sagrado día de Iom Kipur, a través del canal del tikún venaké.

Por eso Ima Ilaá es la fuente del perdón y la expiación, el poder Divino de lavar y purificar.

Para meditar y experimentar:

Ima Ilaá es identificada en jasidut con el alma arquetípica de Sará, la primera matriarca. Su nombre = 505 = zejor LeAbraham, “recuerda en aras de Abraham”, por lo que su alma-raíz se comprende como el poder de integrar en forma plena el alma de Abraham, “recordarlo” siempre y dirigirse a Dios en plegaria y teshuvá, ya que El lo recuerda y recuerda sus méritos para despertar misericordia por sus hijos.

Aquí vemos un ejemplo explícito de cómo el “útero” de Ima incorpora la “semilla” de Aba.

Israel Saba: “Israel el Abuelo”

Israel Saba es el partzuf inferior de los dos que se desarrollan a partir de la sefirá de jojmá, conformando junto con Aba Ilaá el partzuf general de Aba de Atzilut.

En el alma representa la inclinación natural de la visión interior de la mente de “impregnar” e influenciar nuestro corazón. De este nivel intelectual provienen las tendencias innatas de Bet Shamai hacia el juicio severo y de Bet Hillel hacia el juicio más permisivo.

Meditación y experimentación: 

Es identificado en jasidut con el alma arquetípica de Itzjak, el segundo patriarca y sus dos hijos, Eisav y Iacov, representan el origen de las dos tendencias mencionadas hacia la severidad y la permisividad, contenidas dentro de Israel Saba.

Es bueno aclarar aquí que aunque Israel se refiere particularmente a Iakov el tercer patriarca, nuestro sabios enseñan que los tres patriarcas son llamados así, cada uno asociado a un nivel diferente de Israel.

Israel Saba y Tevuna se unen en aras de la completa asimilación e integración de la sabiduría y entendimiento en nuestra conciencia, la conciencia de nuestro corazón

Tevuná: “Comprensión”

Este es a su vez el partzuf inferior de los dos que se desarrollan de la sefirá de biná, formando junto con Ima Ilaá el partzuf general de Ima.

En el alma, Tevuná es el poder de “asimilar” en nuestro corazón lo que se ha captado en la mente.

En la terminología del jasidut, Ima Ilaá, el partzuf superior de Ima es conocido como coaj hatfisá, “el poder de captar”, simbolizado por el acto de “atrapar” una flecha en el aire, mientras que Tevuná es llamado coaj haklitá, “el poder de asimilar”, simbolizado por la capacidad del útero femenino de asimilar la semilla masculina.

Meditación y experimentación:

El poder de coaj haklitá de Tevuná es activado por Israel Saba, siguiendo un proceso dinámico donde Tevuná recibe el poder de asimilar una comprensión intelectual para que pueda ser experimentada en el corazón, de la inclinación específica que trae dentro el destello creativo de la mente (Israel Saba) que va a impregnar el corazón.

Tevuná se identifica en jasidut con el alma arquetípica de Rivka, la segunda matriarca, esposa de Itzjak. Basada en el profundo nivel de entendimiento experimentado en su corazón, ella es la única que decide cuál de sus dos hijos es realmente merecedor de recibir la bendición de su padre.

Este nivel del mundo de Atzilut despierta el amor y el temor en el corazón, por ser la fuerza de vida mental del amor y el temor. La palabra Tenuvá contiene las letras de las palabras ben ubat, “hijo e hija”, haciendo referencia a las dos emociones amor y temor nacidas del vientre de Tenuvá, como se explica en jasidut.

La unión de Israel Saba y Tenuvá es descripta según la expresión del Sefer Ietzirá: “Se sabio (en el nivel de) de entendimiento”. Nuestros sabios describen esta unión figurativamente, en referencia a la revelación Divina en el Sinaí, como “ver lo oído”.

Zeir Anpín: “El Semblante Pequeño”

Zeir Anpín es el partzuf de las midot, o sea el semblante que comprende las facultades emotivas del alma.

En principio, las midot consisten en las seis sefirot desde jesed hasta iesod, (ver las Emanaciones Divinas). Estas seis midot se desarrollan, en el mundo rectificado de Atzilut, dando como resultado el semblante completo de Zeir Anpín, con la adición de los tres poderes mentales bosquejados dentro de ellos por medio de los partzufim de Aba e Ima que describimos antes y que se encuentran por encima de ellos.

Mientras que Arij Anpín simboliza la experiencia de lo infinito, Zeir Anpín representa lo limitado. La misma palabra midot, que es la esencia de este nivel, significa “medida”, lo que implica estar hablando de concretos estados limitados del ser.

El partzuf de Zeir Anpín se “inviste” en el partzuf de Arij Anpín desde el “ombligo” hasta el “pie”. Es como decir que la mitad inferior de la experiencia de lo infinito ingresa a la experiencia de lo limitado para darle vida como un alma al cuerpo. (La mitad inferior de todo partzuf es su mitad “simil humano”, como está dicho respecto a “hombre de Dios”, expresión con que se describe a Moisés: “De la mitad para abajo, ‘hombre’; de la mitad para arriba, ‘Dios'”.

Para meditar y experimentar:

Así como el metafórico “rostro extendido” de Arij Anpín simboliza la infinita paciencia, el “rostro pequeño” o reducido de Zeir Anpín simboliza una relativa impaciencia. Por los actos de los mortales Zeir Anpín se “enoja” y se reduce el partzuf extendido.

Zeir Anpín es identificado con el alma arquetípica de Iacov, el tercer patriarca.

Así como la extensión del partzuf de Zeir Anpín fluctúa en concordancia con los actos de los mortales, a diferencia de su partzuf superior, Iacov también posee dos nombres principales, Iacov e Israel. A diferencia de Abraham que al cambiarle el nombre ya no fue llamado más Avram, Iacov siguió llamándose así después de agregársele Israel. Cuando está en un estado de relativa pequeñez es Iacov y cuando crece espiritualmente al máximo es llamado Israel.

En jasidut está explicado que el nombre Iacov está relacionado con el servicio del beinoní, el estado intermedio respecto del nivel de servicio Divino que toda alma judía puede alcanzar, mientras que el nombre Israel se refiere al del tzadik, las almas justas especiales de cada generación.

Zeir Anpín es llamado “el Hombre Superior”, la imagen de Dios que el profeta Iejezkel vió en la “visión de la carroza”. Como ya se explicó, “el Hombre Superior” está influenciado por el hombre inferior y asimismo este aspira a emular los atributos de aquel.

Nukva de Zeir Anpín: “El Femenino del Semblante Pequeño”

Es el partzuf que se desarrolla desde el punto inicial de la sefirá de maljut en el mundo de Atzilut, recibiendo su energía Divina por intermedio de su contraparte, Zeir Anpín.

En el alma corresponde a las distintas formas de expresión, que primariamente es el poder del habla, razón por la cual es conocido como “el mundo del habla”, o en general “el mundo revelado”.

Las seis primeras sefirot de Zeir Anpín requieren la “plenitud” de los tres poderes mentales para su desarrollo y expresión, jojmá-biná-daat, pero Nukva de Zeir Anpín posee inicialmente un solo punto, el keter de maljut, y por eso requiere la plenitud de las nueve sefirot adicionales.

Para meditar y experimentar:

La magnitud con que estas sefirot aparecen y brillan en el partzuf de Nukva deZeir Anpín depende de los actos de los mortales.

En las “intenciones”, kavanot, de la cabalá, la unión de Zeir Anpín y Nukva deZeir Anpín se conoce como la unión de Kudsha Brij Hu uShjintei, “el Santo Bendito Sea y Su Presencia Divina”.

Está explicado en jasidut que todas las luces, los mundos y los partzufim, comenzando desde la Esencia misma de Dios, Atzmut, hasta Zeir Anpín, encuentran su punto pleno de concentración en el partzuf de Zeir Anpín, y por esta razón este puede tener el apelativo de “el Santo Bendito Sea”. De la misma manera, toda la luz Divina que brilla en los mundos inferiores está concentrada en el partzuf de Nukva deZeir Anpín, “Su Presencia Divina”.

La “unión”, zivug, de ambos es entonces el supremo punto de encuentro” y de unión de Dios y Su Creación.

El partzuf que nos ocupa se divide en dos semblantes particulares: Lea y Rajel, las dos esposas de Iacov, tercera y cuarta matriarcas, que explicaremos a continuación.

Lea

Dentro de los simbolismos de la cabalá, el partzuf Lea está situado en principio en una situación de “frente-dorso”, (donde el frente o el “rostro” de Lea se dirige al “dorso” de Zeir Anpín), desde el “dorso” de la “cabeza” de Zeir Anpín hacia el “dorso” de su “pecho”.

En el alma, el partzuf Lea representa las “letras del pensamiento”. Lea es realmente proyectada desde maljut del partzuf Tevuná a través de la “cabeza” de Zeir Anpín.

Una de las diferencias entre los dos niveles de conciencia de Iacob e Israel es que el primero es incapaz de comprender el nivel espiritual de Lea, las “letras del pensamiento”, mientras que Israel sí, por cuya razón en general Israel es considerado el cónyuge del matrimonio de Lea.

Rajel

En la imaginería de la cabalá, el partzuf Rajel está situado en principio “dorso con dorso” (el “dorso” de Rajel hacia el “dorso” de Zeir Anpín) desde el “dorso” del “pecho” de Zeir Anpín hacia el “dorso” de sus “pies”.

En el alma representa las “letras del habla”. Así como el habla es “el mundo revelado”, también la belleza de Rajel está revelada: “y Rajel era bella de figura y bella de rostro”.

Su alma es el secreto de las Diez Aserciones con las cuales Dios creó el mundo; su belleza es la belleza innata de la naturaleza.

Iacob se enamoró de Rajel y su unión es conocida en cabalá como la de la “voz” y el “habla”. Se dice de Iacob: “la voz es la voz de Iacob“. Por eso en general, Iacob es el nivel que se une con el partzuf de Rajel.

Aunque si bien inicialmente está “dorso con dorso” con Zeir Anpín, en los momentos de unión el partzuf Rajel se vuelve “rostro con rostro”. La palabra “cara” o “rostro” significa “intimidad”. En los momentos de unión, el nivel más íntimo de emoción del corazón (Zeir Anpín) se vuelve uno con la expresión más íntima del habla (Rajel).

La revelación de las diez sefirot de Zeir Anpín es la de los Diez Mandamientos de la entrega de la Torá. Cuando Zeir Anpín y Rajel se unen (en este mundo, antes de la llegada del Mashíaj su unión no es permanente, como la de Aba e Ima), los Diez Mandamientos se unen y brillan a través de las Diez Aserciones de la Creación.

El exilio del pueblo judío se conoce como el de la Presencia Divina (Shejiná) o el exilio de Rajel, momento en que Rajel se queda muda.

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