Capitulo 3: El Sentido Trascendente y Místico de las Siete Leyes de los Bnei Noaj

El Futuro de los Bnei Noaj

Un punto final que nos interesa tocar en este capítulo es el devenir futuro de quienes toman para y sobre sí ser Bnei Noaj , justos gentiles. Durante este capítulo hemos desarrollado la relación entre las naciones no judías y el número 7 y entre el pueblo judío y el número 3. Es de notar que el Talmud 1 señala que originalmente, en las primeras generaciones del hombre, los justos gentiles aceptaban 30 preceptos, aunque también aclara que tuvo una adhesión de corto alcance y en la práctica los no judíos sólo observaron 3 de ellos. 2

Utilizando nuestro análisis anterior, podemos decir que el Talmud está describiendo un intento inicial de los Bnei Noaj de ascender por sobre el reino de las emociones Divinas (caracterizadas por el número 7) y entrar en el del intelecto Divino (caracterizado por el número 3 y el 30, que es 10 . 3).

Podemos suponer que este intento inicial falló porque Hashem no había identificado-revelado aún a Su pueblo elegido y sólo a través de la creación de una unión con ellos se podía lograr esa la elevación. Sin embargo, como está dicho en el Talmud de Ierushalaim, en el futuro los Bnei Noaj adherirán a estas 30 leyes. 3

¿Cuál es el significado simbólico de la elevación de 7 a 30 preceptos de los Bnei Noaj ? La Cabalá y el jasidismo explican que el reino de las emociones es donde tiene lugar la lucha con la maldad y el caos (el servicio de la depuración o clarificación). Pero donde se produce el esfuerzo decidido por lograr iluminación es en el reino del intelecto –no en el sentido de una pugna entre la luz y la oscuridad, sino más bien en la búsqueda de un despertar y de una conciencia más y más desarrollada de lo Divino en todas partes del mundo y en nuestras vidas. Esto es llamado el servicio de la unificación.

Se explica en las enseñanzas jasídicas que la llegada del Mashíaj anuncia el comienzo de la transición entre dos procesos, de la lucha contra el mal hacia la búsqueda de la iluminación. La era del Mashíaj llegará a su cenit con la revelación del Mundo por Venir, un mundo en el cual los seres humanos serán inmortales y el propósito de cada uno será conseguir un conocimiento mayor y más profundo del Todopoderoso.
Los sabios dicen que todos los judíos —y Maimónides agrega que también todos los justos gentiles — tienen una parte en el Mundo por Venir, pero ¿cuál puede ser la relación entre Bnei Israel y Bnei Noaj en esa realidad futura? La respuesta puede ser encontrada en un notable análisis numérico:


Col Israel Iesh Laem Jelek Leolam Havá =1298
Col umot Haolam Iesh Laem Jelek Leolam Havá = 1403
Bereshit Bará Elokim et Hashamaim Veet Haaretz = 2701

Todos los de la Nación de Israel tienen parte del Mundo por Venir
Todos los pueblos del mundo tienen parte del Mundo por Venir
En el principio Dios creó los Cielos y la Tierra

1298 más 1403 = 2701

El valor de las dos frases “Todo el pueblo de Israel tiene una parte en el Mundo por Venir”, y “Los justos gentiles tienen una parte en el Mundo por Venir” , en hebreo tienen el valor numérico de 2701. Este también es el valor numérico de la frase de la Torá: “En el comienzo Hashem creó los cielos y la Tierra”.


En general, la relación entre judíos y justos gentiles se compara con la de los cielos y la tierra. Los cielos son relativamente más espirituales y concientes de lo Divino (como las sefirot intelectuales, que están simbolizadas por el número 3), mientras que la tierra es relativamente más física y conectada a lo mundano (como las sefirot emotivas, simbolizadas por el número 7).


Pero respecto al futuro dice el profeta Ishaiahu: “Vean, Yo [Hashem] crearé un nuevo cielo y una nueva tierra y las cosas anteriores no serán recordadas y no se erguirán sobre la tierra”. Esto significa que en el futuro se establecerá un tipo nuevo de relación entre los judíos y los justos gentiles, que Hashem intentó establecer desde el principio de la creación —antes del pecado del hombre, que terminó en la caída de los cielos y la tierra originales, como vemos aludido en el propio primer verso de la Torá.
Con la llegada del Mashíaj, todos los mundos —los relativamente superiores simbolizados por “cielos” y los relativamente inferiores simbolizados por “tierra” — ascenderán al nivel espiritual que el Todopoderoso pretendía para ellos inicialmente.

Queremos llegar a esto lo antes posible, no sólo por nosotros, sino por nuestro Creador, sólo el sabe por que y para qué creó todo. Seguramente debe tener una buena razón.

En general, la relación entre judíos y justos gentiles se compara con la de los cielos y la tierra. Los cielos son relativamente más espirituales y concientes de lo Divino (como las sefirot intelectuales, que están simbolizadas por el número 3), mientras que la tierra es relativamente más física y conectada a lo mundano (como las sefirot emotivas, simbolizadas por el número 7).

Pero respecto al futuro dice el profeta Ishaiahu: “Vean, Yo [Hashem] crearé un nuevo cielo y una nueva tierra y las cosas anteriores no serán recordadas y no se erguirán sobre la tierra”. 4 Esto significa que en el futuro se establecerá un tipo nuevo de relación entre los judíos y los justos gentiles, que Hashem intentó establecer desde el principio de la creación —antes del pecado del hombre, que terminó en la caída de los cielos y la tierra originales, como vemos aludido en el propio primer verso de la Torá.

Con la llegada del Mashíaj, todos los mundos —los relativamente superiores simbolizados por “cielos” y los relativamente inferiores simbolizados por “tierra” — ascenderán al nivel espiritual que el Todopoderoso pretendía para ellos inicialmente. El “7” de Bnei Noaj ascenderá al “3” y el “3” de los Bnei Israel ascenderá a “1”. Finalmente, con el ascenso continuo de los mundos, los Bnei Noaj se convertirán completamente al judaísmo. 5 Se les encomendará la interpretación del “cuerpo de la Torá” (es decir las leyes de la Torá), asociado con la tierra, mientras que aquellas almas judías que estaban antes comprometidas con el estudio del “cuerpo de la Torá” se sumergirán ahora totalmente en el estudio del “alma de la Torá” (es decir, sus misterios profundos), asociados con el cielo. Los cielos irradiarán su luz a la tierra y esta “asentará” las nuevas revelaciones y conocimientos de los cielos. Y así, todas las almas se reunirán para manifestar el reino de Hashem y la unidad de la creación.

NOTAS

1. Julín 92a.

2. Algunos sabios de las últimas épocas sostienen que el 30 está compuesto de 7 Leyes de los Bnei Noaj que ya conocemos y otros 23 mandamientos colaterales que derivan de aquellos. Ver Asará Maamarot, Maamar Jikur Din parte III, capítulo 21, de Rabi Menajem Azaria de Pano. Ver también Sefer Hajinuj , mandamiento 416. Ver también Enciclopedia Talmúdica s.v. Ben Noaj (particularmente el artículo suplementario.

3. Talmud de Ierushalaim, Avodá Zará 2:1 (9a)

4. Mishná Sanedrín 10:1.

5. Hiljot Teshuvá 3:5.

. Ishaiahu 65:17.

. Ver Likutei Sijot v. 23, p. 179, n. 76. Como se apunta allí, basado en el pasaje del Talmud ( Avodá Zará 24a), Rabeinu Nisim, un comentarista del siglo XIV, argumenta que ciertamente todas las naciones del mundo están destinadas a convertirse completamente al judaísmo (como algo opuesto a meramente rechazar sus tradiciones y creencias no monoteístas; Sijot Harán, drush 7).Una de las fuentes más instructivas acerca de esta conversión en etapas, es decir, de no judíos a Bnei Noaj , luego a Guerei Toshav y finalmente la conversión completa ( Guerei Tzedek ) se encuentra en el final de la Braita de Rabí Eliécer , el hijo de Rabí Iosi Haglilí . Allí está escrito que cada Guer Toshav –un ben Noaj que ha proclamado su compromiso de observar las Siete Leyes de los Bnei Noaj entregadas por el Todopoderoso– se le dá 12 meses desde el momento de la proclamación para convertirse completamente al judaísmo (es decir, convertirse en un Guer Tzedek ). Puede ser, aunque no todos los sabios concuerdan con esta opinión, que la disputa no era acerca del proceso según el cual un Guer Toshav es en realidad un status intermedio de la preparación para la conversión completa, sino más bien que debía durar mucho más que 12 meses. Otros sabios, como puede entenderse en el pasaje talmúdico citado arriba, pudieron haber argumentado que este proceso podría tomar varias generaciones. En todo caso, el propósito de convertirse en un Ben Noaj es aumentar gradualmente el acercamiento al judaísmo hasta la que la conversión completa se vuelve una opción real, emocional y, quizás más importante, intelectualmente.

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