LA DIMENSIÓN INTERIOR DE LA TORÁ PARA LAS NACIONES

El propósito final de la misión de la Nación de Israel es enseñar la Torá a la totalidad del mundo (que es lo que Amalek quiere evitar).

La influencia de Israel sobre las naciones del mundo depende de nuestra aceptación de la Torá en nuestros corazones.

Cuanto más internalicemos esto voluntariamente más y mejor podremos enseñarlo al mundo.

La enseñanza de la Torá al mundo (la Cuarta Revolución) comenzó cuando la Nación de Israel se embarcó en su misión de conquistar la Tierra de Israel cuando Iehoshúa escribió la Torá sobre las piedras del Monte Eival en setenta idiomas. Esta es una invitación a todas las naciones a abrazar el camino de la verdad. Más tarde, al final del exilio en Babilonia encontramos otro líder judío que hablaba setenta idiomas, su nombre es Mordejai, y también fue llamado Ptajia, que significa “Dios abrió” porque abrió su boca en setenta lenguas.

Iehoshúa y Mordejai también tienen algo más en común. Iehoshúa es el primer líder judío en luchar contra Amalek siguiendo las instrucciones de Moshé. Mordejai es el último líder judío en luchar contra Amalek (hasta la generación del Mashíaj). A simple vista difundir la Torá al mundo y luchar contra Amalek son dos opuestos: el universalismo en oposición al nacionalismo o incluso al racismo. Pero en verdad uno depende del otro. 

La guerra de Amalek contra la Nación de Israel es principalmente contra la influencia de Israel en el mundo. Amalek inyecta duda y frialdad incluso en Israel y ciertamente enfría a las naciones del mundo del mensaje de Israel. Afirma que tal vez tengamos mensajes etéreos, celestiales, pero no hay lugar para ellos en este mundo de la política práctica.

Para que el mensaje de Israel llegue a las naciones debemos eliminar al dubitativo, gélido y burlón Amalek. Esta es la naturaleza de la guerra que se lleva a cabo en nuestra época y la prueba es que cuando Amalek acepta la influencia de Israel por medio de la conversión ya no hay rige el mandamiento de destruirlo. Cuando Amalek se rinde a la Torá de Israel deja de ser Amalek.

¿Cuál es la conexión entre Iehoshúa y Mordejai? Iehoshúa escribe la Torá en setenta idiomas, de tal manera que enseña la Torá Escrita a las naciones del mundo. Mordejai-Ptajia abre su boca en setenta idiomas, enseña la Torá Oral a las naciones del mundo. ¿Qué nueva dimensión se materializó en la generación de Mordejai que hizo posible este salto? El Midrash relata que en la generación de Moshé y Iehoshúa aceptaron voluntariamente la Torá escrita pero que Dios tuvo que “sostener la montaña (el Monte Sinaí) sobre sus cabezas como un barreño” para convencerlos de aceptar la Torá Oral. Pero en la generación de Mordejai, sin embargo, la Nación Judía aceptó la Torá Oral de buena gana (“la generación la aceptó en los días de Ajashverosh”). Purim es el punto de transición de la era de la Torá Escrita, de los milagros de la Biblia, a la era de la Torá Oral que comenzó a florecer en la época del Segundo Templo.

Lo que aprendemos de esto es que solo podemos enseñar lo que hemos aceptado voluntariamente. La Nación Judía es experta en aceptar el yugo de la Torá, también puede cumplir los mandamientos bajo coacción, pero para ser una luz para las naciones solo podemos enseñar lo que hemos integrado en nuestro corazón. Amalek puede afirmar que la Torá que cumplimos con un sentimiento de coacción y distanciamiento es ajena e irrelevante para el mundo, pero desde el momento en que la dimensión interior se revela dentro de nosotros y aceptamos la Torá de manera voluntaria y amorosa sus afirmaciones se vuelven irrelevantes.

Podemos creer erróneamente que podemos enseñar las partes externas de la Torá al mundo exterior, ya que este es el denominador común más amplio, mientras que el aspecto interno y personal de la Torá solo pertenece a la Nación Judía. Pero en verdad lo cierto es justo lo contrario, la única forma en que podemos llegar al mundo externo es abrazar nuestro mundo más interior. Por lo tanto, cuanto más se descubran las dimensiones cada vez más internas de la Torá, más aumenta nuestra motivación para superar toda duda y herejía y enseñar Torá al mundo entero.

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