SEGUNDA ETAPA

Un Lado Iluminado, un Lado Oscuro

Cada cara tiene dos lados, dos perfiles. Una luna llena se llama así cuando está ubicada frente al sol y recibe su luz. Pero este es solo un perfil, el perfil iluminado, mientras que el otro lado es oscuro. En la comparación de Dios con el sol y del hombre con la luna se obtienen dos perfiles de la personalidad. 

El Alter Rebe, Rabi Shneur Zalman de Liadi, el autor del Tania, redefinió la guerra del alma:

¿Creías que eras una personalidad? Te equivocas. Estás compuesto de dos almas completamente diferentes: un “alma Divina” que anhela elevarse al Cielo, y un “alma animal” que quiere bajar al fondo de la tierra.

Las nuevas definiciones dieron una existencia realidad a ambas pasiones e intensificaron la lucha entre las partes:

Cada una de las almas incluye un conjunto completo de poderes: mente, emociones y formas de lenguaje y expresión. El instinto del bien y el instinto del mal competían por el corazón del hombre, pero el alma animal y el alma divina compiten entre sí en cuanto a quién es el hombre. Esta lucha se describe en Sefer HaTania como una guerra entre dos reyes por una “pequeña ciudad”. En la guerra de los instintos el hombre es una identidad con atracción por dos tendencias emocionales, mientras que en la guerra de las almas se debate entre dos identidades. De esta manera, el esfuerzo pasó del corazón a la mente, de una lucha en el plano emocional a una lucha en el plano de las ideas o planes para una situación determinada: el dominio intelectual. Cada una de las almas quiere reinar sola sobre la personalidad humana.

Así el Alter Rebe dio una explicación a la pregunta de la división de la personalidad que carcome el corazón de cada siervo de Dios: si en un momento anhelo la santidad y al siguiente puedo estar lleno de impulsos mundanos, entonces, ¿quién soy yo realmente? La definición del hombre como dos almas diferentes agudizó y determinó la escisión de la personalidad, pero le dio una explicación plausible.

Sin embargo, desde que se escribió el Tania ha habido transformaciones y cambios de gran alcance. La multitud de guerras, la vida de abundancia y los avances y desarrollos acelerados de la tecnología, la ciencia y en general de la sociedad presionan al hombre: aumentaron las angustias psicológicas, la capacidad de cargar con la culpa y la crítica ha disminuido, la humanidad se embarcó en un viaje de autodescubrimiento y autorrealización, y la tendencia general es buscar la armonía que surge de diferentes fenómenos.

Las definiciones precisas del libro de Tania pueden ser extrañas al espíritu de los de nuestra generación. Los términos “alma Divina” y “alma animal” no siempre estimulan al alma a adorar a Dios. La división de la personalidad, las exigencias más estrictas sobre la persona y la polaridad aguda en la psiquis pueden unirse, y en lugar de atraer a la persona al trabajo interior, vivo y fresco, pueden, Dios no lo quiera, llevarla a una profunda desesperación.

Por lo tanto, para refrescar el servicio a Dios y motivarnos para llevarlo a cabo, surge la necesidad de agregar otro nivel y redefinir los instintos buenos y malos en la psiquis.

En resumen: 

La personalidad está compuesta de un ‘lado iluminado’ y un ‘lado oscuro’. Por un momento estamos en el lado positivo, sirviendo a Dios, y al siguiente giramos la cabeza y nos olvidamos de su existencia.

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