GUIMEL TAMUZ

GUIMEL TAMUZ

3 de Tamuz

aniversario de la desaparición de nuestro amado Rebe de Lubavitch, rabi Menajem Mendel Shneerson

3 de TAMUZ

Después de Guimel Tamuz 4

La Aparición de Moisés En Cada Generación 5

La Cadena de Transmisión de la Torá 6

Evolución, Investir, Morar 6

Mensaje del Rabino Itzjak Ginsburgh del 10 de Adar I 5768 8

Utilizando las sefirot como una herramienta de estudio 9

Corona: la enfermedad existencial llamada exilio 9

Sabiduría: El Ascenso de Moshé Rabeinu a la Raíz de su Alma 15

Entendimiento 18

Conocimiento: experimentando la corona 20

Notas 20

LOS PLACERES IMAGINARIOS DE PARÍS

GIMEL TAMUZ

Este Shabat 3 de Tamuz es el aniversario de la desaparición de nuestro amado Rebe de Lubavitch, rabi Menajem Mendel Shneerson.

A comienzos de los años ochenta, las masas de personas que se agolpaban para escuchar y hablar con el Rebe de Lubavitch hicieron casi imposible tener un iejidus, una conversación personal con él. No obstante, el público tenía sed de ver y escuchar personalmente al Rebe, y así nacieron las famosas distribuciones de dólares de los domingos del Rebe. Miles de personas de todo el mundo esperaban en la cola durante horas el domingo del dólar, solo para pasar unos segundos en presencia del Rebe.

En uno de esos domingos, una mujer ortodoxa no jasídica se encontró también haciendo cola para ver al Rebe. No es que tuviera algo apremiante o urgente, pero vivía en el vecindario, y su amiga le había pedido que la acompañara.

Después de su larga espera finalmente estaba frente al Rebe. El Rebe le dio un dólar y ella se movió para permitir que pase la siguiente persona en la fila, pero luego sucedió algo inusual. El Rebe le dijo a su secretario que la haga regresar, algo sumamente raro. Ella regresó y se paró frente al Rebe un tanto aprensiva. El Rebe le dijo: “No deberías cumplir las mitzvot de la Torá porque eso está escrito en la Ley Judía, sino porque eres judía y quieres hacer la voluntad de Di-s, y eso es lo que Dios quiere.”

La mujer estaba asombrada e incluso se sintió algo insultada. ¿Qué quiere el Rebe de mí? Soy una mujer ortodoxa, guardo las mitzvot, no entiendo. Al dejar la línea se sintió profundamente avergonzada por las palabras del Rebe. Los jasidim la rodearon, queriendo escuchar qué era lo que llevó al Rebe a llamarla nuevamente. Pero ella estaba demasiado avergonzada para decirles, no entendía lo que el Rebe quería de ella ni a qué se refería. Todo lo que ella sentía era vergüenza.

Años más tarde, finalmente reveló lo que el Rebe le había dicho, y así explicó: “Las palabras del Rebe cambiaron mi vida. Hasta ese momento siempre sentí que el hecho de que soy una judía ortodoxa significaba que me estaba perdiendo muchos de los placeres que el mundo tenía para ofrecer. Hay un gran mundo por ahí (París, por ejemplo), y mucho que hacer. Pero no puedo hacer esas cosas porque soy ortodoxa. Cuando el Rebe me dijo esas palabras, no entendí y me sentí avergonzada, pero milagrosamente dejé de sentirme como si me estuviera perdiendo algo por cumplir los preceptos. Y nunca más he tenido ese pensamiento desde entonces”.

¿Cómo es que las palabras del Rebe detuvieron esos sentimientos de estar en el lado “restringido” de la ecuación? El punto de inflexión en la historia es la sensación de vergüenza de la mujer. Con respecto a la entrega de la Torá, nuestros Sabios explican que en el versículo “Para que su temor (irató) esté sobre ustedes“, el temor en realidad se refiere a la vergüenza. Al igual que la mujer en la historia, generalmente aplicamos el miedo al Cielo para aceptar el yugo de las mitzvot. Esto, de hecho, es una forma inferior de iráh, temor.

Pero la explicación de los Sabios nos enseña que hay una forma superior de iirá. En su sidur, el primer Rebe de Lubavitch brinda un ejemplo para ayudarnos a comprender cuál es la forma superior de iráh. Es lo que siente una persona cuando se enfrenta a una personalidad verdaderamente sabia de la Torá. Está inundado de miedo y vergüenza. Cuando un jasid se para frente a su Rebe y siente que sus ojos lo están mirando a través suyo, despierta la vergüenza. El Tikunei Zohar llama a esta fusión de temor y vergüenza Iaréh-Boshet, ירא בשת, que en realidad es un anagrama de la primera palabra de la Torá: ‘Bereshit’, בראשית, “En el Principio”.

Di-s abre la Torá con la segunda letra del alefbet, bet, que también es la primera letra de bushá, בושה, “vergüenza”. El Baal Shem Tov nos enseña que la Bet en realidad es la vestimenta de la primera letra del alefbet, alef. Entonces, si bet representa bushá, vergüenza ¿Qué representa la alef? אמונה, Emuná, fe. La vergüenza es la vestimenta y vehículo de la fe, porque despierta y fortalece el punto de fe en el interior.

La fe es lo que nos libera de mirar a otros “pastos” y creer que son “más verdes” que los nuestros. Es lo que nos impide sentir que no estamos en París. En nuestra historia, las palabras del Rebe que causaron vergüenza a la mujer en realidad la conectaron con su fe y la ayudaron a superar sus pensamientos de placeres ajenos.

¿Qué hace que busquemos placer en lugares extranjeros? ¿Por qué tantas almas judías van por mal camino? ¿Si nos mantenemos aislados del mundo eso evitará que nuestros jóvenes se extravíen? Visto en forma superficial sí. Pero en un nivel más profundo, es nuestra emuná lo que lo evita y debe fortalecerse.

¿Cómo fortalecemos nuestra fe? Al creer que estoy parado antes de Di-s 24/7. Así como los ojos penetrantes de un estudioso de la Torá nos hacen sentir incómodos, así cuando somos conscientes de que estamos frente a Di-s, nos sentimos abrumados por la vergüenza. En un nivel más profundo, emuná también significa ‘pacto’, ברית, brit. Solo puedo avergonzarme ante alguien con quien me siento conectado, con alguien con quien comparto un pacto. Esta vergüenza es completamente positiva. Es un fortalecedor de la fe y nos mantiene enfocados en servir a Di-s porque deseamos hacer su voluntad, en lugar de soñar con visiones de placeres imaginarios en París.

LA CONCIENCIA MESIÁNICA

Después de Guimel Tamuz

En el apogeo de su campaña para elevar el grado de comprensión y conciencia del tema de Mashíaj y todo lo que significa, el Rebe de Lubavitch, Rabí Menajem Mendel Schneerson se enfermó y desapareció de nuestra percepción. Su ausencia en el reino físico creó un enorme vacío, dejando a cientos de miles de sus seguidores alrededor de todo el mundo reflexionando acerca de cómo continuar la tarea de la vida del Rebe sin su consejo constante y tangible.

El 3 de tamuz, fecha más conocida como Guimel Tamuz, del año 5764 – 2004, fue el 10 aniversario de la desaparición del Rebe. Con motivo de tal ocasión el rabino Ginsburgh escribió este artículo explicando cómo podemos continuar sintiéndonos conectados con el Rebe y de qué manera podemos avanzar y reforzar la realización del objetivo de su vida, ¡traer al Mashíaj YA!

El Rebe de Lubavitch lanzó diez campañas tendientes a incrementar el bienestar físico y espiritual de nuestra generación y rectificar el mundo. Estas campañas eran parte de la más extensa y general “campaña del Mashíaj”, que canalizaba las energías del Rebe y sus seguidores hacia la meta de traer la redención.

La campaña del Mashíaj apuntaba inicialmente a dos temas principales: las tareas del Mashíaj y la determinación de su identidad. Inicialmente el énfasis estuvo puesto en las tareas del Mashíaj en vista de las campañas que el Rebe había instituido. El tema de la identidad, por el contrario –la determinación del exacto poseedor de las cualidades mesiánicas que le permitan llevar la realidad a su consumación- no se enfatizó.

En esa etapa, era posible decir que el Rebe, el líder del movimiento, era la personalidad más cercana a la del Mashíaj identificable en ese momento, pero esto no necesariamente implicaba que estaba asumiendo el rol. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo se fue poniendo más énfasis en la identificación de la identidad del Mashíaj y se volvió claro que el Rebe estaba esperando de cada uno que busque y descubra al candidato apropiado y lo siga.

El Rebe explica que perder la oportunidad de traer al Mashíaj eventualmente resulta en una forma de revelación más elevada aún de la que era posible previamente. El hecho de que la presencia física del Rebe esté oculta para nosotros -a pesar de que como enseña jasidut el tzimtzum (contracción) no es real- puede ser entendido como un “descenso en aras del ascenso”, con la intención de despertar la chispa del Mashíaj en nuestro interior.

Un asunto crucial es considerar qué factores produjeron este descenso y cómo deberá ser exactamente el ascenso a continuación. No es suficiente simplemente continuar con el mismo tipo de activismo mesiánico con el que estábamos involucrados antes de Guimel Tamuz o incluso incrementarlo. Debemos continuar con la elevación de la conciencia Mesiánica, pero de una manera nueva y totalmente diferente.

(Nunca está demás volver a aclarar que el término mesiánico se refiere a todo lo que tiene que ver con el Mashíaj (Mesías en castellano), sus trabajos para traer la redención y el mundo por venir, de acuerdo a la ley judia –halaja- tal como se explica en los escritos y enseñanzas del jasidismo desde el Baal Shem Tov hasta el ultimo Rebe de Jabad.)

Hablando en términos relativos, todo lo que uno hace en respuesta a las instrucciones directas y explícitas del Rebe es itkafia, “subyugar”, o sea simplemente someterse a su voluntad. Para poder practicar este tipo de itkafia no es necesario llegar echar mano de nuestro potencial oculto, porque como tal, es un servicio que no puede despertar las fibras más íntimas de nuestro corazón.

El Rebe expresó esta queja en su famosa alocución del 28 de Nisan de 5751, abril de 1991, cuando puso en nuestras manos la responsabilidad de traer la redención: ¡”Hagan todo lo que puedan!” dijo el Rebe, ¡”Actúen con la energía de las ‘luces’ de Tohu, “caos”, pero dentro de los ‘recipientes’ de Tikún, “orden-reparación”, para hacer que el Mashíaj venga inmediatamente!

En esa misma alocución se lamentó por el hecho de que sus jasidim gritasen “¡¿Hasta cuándo?!, (hay que esperar para que llegue el Mashíaj)” sólo para cumplir con el pedido de su líder y no porque estuvieran genuinamente motivados para hacerlo.

“Si desearan verdaderamente lo que están pidiendo y gritando, ¡el Mashíaj ya hubiera venido!”, insistió el Rebe.

Cuando no sabemos qué hacer para traer al Mashíaj, dónde poner el énfasis o como concentrar nuestros esfuerzos, nuestro entusiasmo para actuar forzosamente se debilita.

Pero sin dudas, ningún enfoque está más en contra del espíritu mesiánico que aquel que nos dicta que ante la duda es mejor no hacer nada. Al sopesar las opciones, alguien verdaderamente imbuido del espíritu del Mashíaj decidirá que es mejor poner manos a la obra.

Esto puede implicar actuar con cierto grado de incertidumbre, pero el fervor de la redención por su propia naturaleza es estar preparado para bucear dentro del reino de lo desconocido, confiado en que en realidad no hay otra opción.

Como está explicado en las enseñanzas del Rebe, el propósito mismo de la desaparición de la escena por parte del Rebe tiene el objetivo de sacudirnos e inducirnos a actuar en aquellas áreas inexploradas e indefinidas.

EL MOISÉS DE LA GENERACIÓN

La Aparición de Moisés En Cada Generación

El Zohar enseña que nuestro Maestro Moisés “aparece” en cada generación, y en cada una de ellas hay un único individuo que es su encarnación. El espíritu de Moisés emana a todo hombre sabio de la generación, y de él a todos los que viven en su época, iluminando el alma judía con la luz de las partes internas y ocultas de la Torá (“el ‘alma’ de la Torá”), confiriéndoles el poder del Conocimiento Supremo, el poder que le permite a uno conocer y aferrarse al que “Da la Torá”, Di-s, Bendito Sea.

Luego de la entrega de la Torá, en el principio del mes de Sivan, Moisés ascendió al monte Sinaí, donde permaneció por “cuarenta días y cuarenta noches”, hasta el diecisiete (tov – “bien” = 17) de Tamuz ( “no hay otro “bien” que la Torá” – Pirkei Abot 6:3).

Si no fuera por el pecado del becerro de oro (que se produjo como resultado de la decepción al imaginar que Moshé había muerto – Talmud Bavli, Shabbat 89a), hubiéramos sido meritorios de poder ver concretamente la esencial “benevolencia” de Di-s cada día (como es sabido que “Di-s es la esencia del ‘bien’”, “y por naturaleza, alguien que es bueno siempre desea hacer el bien”).

Ese mismo día se dió testimonio de la consumación de la entrega del verdadero “bien” al pueblo “bueno”, o como afirman los sabios: “Deja que el “bueno” (Moisés) venga y reciba el “bien” (Torá) de parte de “El Bueno” (Di-s), para el pueblo “bueno” (Israel), Talmud Bavli, Menajot 53b).

La Cadena de Transmisión de la Torá

Esos 40 días que Moisés permaneció en el monte (en un estado que trasciende el tiempo tal como es conocido en este plano terrenal… “Él no comió pan ni tomó agua” – Exodo 34:28), comparable a las 40 generaciones de la transmisión de la Torá desde Moisés, nuestro Maestro, (quien recibió la Torá Escrita [en forma completa, y también la revelación inicial de la Torá Oral]), hasta Rav Ashi (en cuya generación y a través suyo fue plasmada la Torá Oral) como fue aclarado por Maimonides en la Introducción de su gran tratado legal Mishné Torá.

Moisés, nuestro Maestro, vivió en la 26o generación desde la Creación. 26 es también el equivalente numérico del Nombre de Di-s Havaiá, asociado con la Torá Escrita (el secreto de la sefirá de tiferet – “belleza”, como está argumentado en Cabalá). Rav Ashi es la 65o generación (26 hasta Moisés incluido, más 39 generaciones hasta Rav Ashi). 65 es el equivalente numérico de otro Nombre central de Di-s: Adnut, el nombre asociado con la Torá Oral (el secreto de la sefirá de maljut, “reinado”, “maljut es la boca, también llamada la Torá Oral” [Pataj Eliahu]). En lo concerniente a la unidad esencial de estos dos Nombres, le fue declarado a Moisés cuando Di-s Se reveló en la sarsa ardiente: Este es Mi Nombre (Havaiá, tal como se escribe, comparado con la Torá Escrita) por siempre, y este es Mi recuerdo (Adnut, tal como se pronuncia, comparado con la Torá Oral) de generación en generación” (Exodo 3:15).

Es enseñado en la cabalá: “El final está comprendido en el principio” (Sefer Ietzirá 1:6). Por cierto, Rav Ashi está insinuado en el principio de la Torá Escrita, la Torá de Moisés: las primeras cinco letras de la Torá, de la palabra Bereshit), ¡son la permutación del nombre de Rav Ashi!

Evolución, Investir, Morar

La cadena generacional en la transmisión de la Torá, no debe ser vista como que se produce sólo a nivel de “desarrollo” y “evolución” (descripciones usadas para entender el “desencadenamiento de los mundos” durante el proceso de Creación). En todo proceso de desarrollo y evolución, el “final” del “nivel superior” está incluido en la “cabeza” o “principio” del “nivel inferior” (como la sucesión de eslabones en una cadena). El “final” del que influencia (el maestro), puede revelar enseñanzas (en forma oral) al receptor. Esta instrucción entra y es aprehendida por la “cabeza” del que recibe.

Sin embargo, la transmisión generacional de la Torá es mucho más que un simple proceso de desarrollo y evolución. Más exacto es verlo como que el maestro se “inviste” dentro del estudiante-receptor, algo similar al alma que se “inviste” dentro del cuerpo, con el fin de traerlo a la vida y darle continua existencia. No sólo el conocimiento revelado del maestro pasa al estudiante de una manera evolutiva, sino que también el alma del maestro “impregnada” en el estudiante, causa el despertar del poder intelectual de este, que luego fluye como un “inagotable manantial”.

Más aún, y más esencial por cierto: desde una perspectiva más profunda, el Rebe (el Moisés de cada generación) y el discípulo son verdaderamente “uno” completamente unificados. Este nivel de revelación es el secreto del “morar” Divino a través de la aceptación de la Torá en cada generación. El nombre hebreo Moisés, es un acrónimo de “lo que fue, es lo que será” (Eclesiastes 1:9). “Moisés es Verdad y su Torá es Verdad” (Midrash Tanjuma, Koraj 11), y como es sabido, la Verdad es una cualidad eterna e indestructible. Cuando Di-s llama: “Moisés Moisés” (Exodo 3:4), notamos que no hay ninguna nota de entonación que indique un corte o pausa entre los dos “Moisés”. Ambos, Moisés y la Torá, participan de lo eterno, de lo inquebrantable, porque ambos reflejan la Verdad.

Durante los 40 Días desde la entrega de la Torá hasta el diecisiete (tov) de Tamuz, Moisés (y a través de él toda alma judía) recibió iluminación desde la Morada Divina. Esta inspiración Divina fue otorgada en la entrega de la Torá a Moisés, y por eso -y en cada generación hasta la llegada del Mashiaj- “Moisés es el primer redentor, y es el redentor final”. El pecado del becerro de oro, fue causado por una falta de conciencia de este secreto. El avanzado nivel de percepción de Moisés en la montaña (behar es similar a la palabra behirut, denotando un entendimiento claro y cristalino) no trajo al pueblo judío a un nivel similar de conciencia Divina. Por eso, después del pecado, le es dicho a Moisés: “Ve abajo (de la montaña)”, para conducir al pueblo judío hacia una percepción conciente de que en su interior mora algo Divino.

Para aquel que alcanza esta percepción Divina (y consecuentemente rectifica el pecado del becerro de oro, la falsa ilusión de que “Moisés murió” como fue dicho arriba), Moisés vive eternamente -un alma dentro del cuerpo- “Porque la tierra (el cuerpo) estará llena del conocimiento de Di-s (el alma de Moisés) como las aguas (“Yo lo saqué de las aguas” – Exodo 2:10) cubren el lecho del mar” (Isaias 11:9).

EL ÚLTIMO MENSAJE DEL REBE

Mensaje del Rabino Itzjak Ginsburgh del 10 de Adar I 5768

A gut voj (buena semana en idish). Estamos en el medio de los 60 días del mes de Adar, (5768 fue un año con dos Adar) que son 60 días de simjá (alegría). Estos dos meses tienen el poder de mevatel (anular) todo lo que es opuesto a la simjá. Todo debe volverse freilaj (alegre). La verdadera esencia de la freilijkait (alegría) se ha de encontrar en el Mashíaj.

Por cierto las letras de Mashíaj en hebreo se permutan para formar ישמח, ismaj, que tiene dos significados: “es feliz” y “hace feliz a los demás”. Esa es la definición de Mashíaj, el alma más feliz y que hace feliz a todos los demás. Por eso este es la época ideal para expresar esto, porque estamos en los dos meses de la alegría, simjá, con los dos significados de ismaj, y todo lo demás está batel beshishim (anulado uno en sesenta partes).

Hoy (en Shabat) leemos la parashat Veatá Tetzavé, También es el 10 de Adar Primero, una fecha muy importante. Exactamente en este mismo día, 27 años atrás, el Rebe pronunció el discurso que 11 años más tarde él mismo habría de repartir impreso en Purim Katán (14 de Adar Rishón) de 5752.1 Este fue el último maamar (discurso jasídico) editado, porque unos pocos días más tarde ocurrió el infortunado evento del 27 (zaj) de Adar Primero.

Este maamar es conocido por sus dos primeras palabras “Veatá tetzavé”. Y como este es por ahora el último recibido del Rebe, debe contener un mensaje muy especial para nosotros, un mensaje que abarca el intervalo desde el momento de su distribución hasta la revelación del Mashíaj tejef umiiad mamash (¡inmediatamente!). Entonces, hoy es el mejor momento posible para meditar (lehitbonen) en este maamar y su contenido para poder oír el mensaje que el Rebe está dando a nuestra generación.

Ya hemos visto dos citaciones del número 27. La cantidad de años desde que se dio el maamar original y la fecha del primer derrame cerebral del Rebe.2 Además, 27 es la guematria de la palabra “puro”, זך, zaj, una de las primeras palabras de la parashá de hoy.3 Entonces hay una conexión especial entre los 27 años del maamar y la descripción del aceite de oliva que es traído por Moshé Rabeinu en el primer verso de la parashá: “!aceite de oliva puro!”. Como veremos, este es el tema sobre el que gira el discurso. De hecho, 27 era el número favorito del Rebe, porque como él explicó, 27 es 3 a la tercera potencia. Como una jazaká (una declaración judicial firme) es establecida después de tres veces, esto implica ¡ jazaká de una jazaká de una jazaká!

Pero, este año 5768-2008 no es solamente el 27 desde que el maamar fue expresado. Además, esta basado en otro discurso del mismo título del Friedeger Rebe (su suegro, el Rebe anterior) en 5687, o sea hace 81 años. Este número es simplemente la potencia siguiente de 3, a la cuarta. Por eso decimos que no puede haber un día tan ideal para tratar de profundizar en el contenido de este maamar. 81 es también el valor de la palabra Anoji, אנכי ; que significa “Yo”, la primera palabra de los Diez Mandamientos y utilizada también para describir la esencia de Dios, atzmut: “Yo soy el que Soy, anoji mi sheAnoji. Como veremos, esta palabra es uno de los puntos esenciales tratados en este discurso y aparece en un verso que el Rebe cita: “Seiscientos mil pies conforman la nación donde Yo [Anojí] estoy en medio”.

Todo esto fue para dar una idea de la auspiciosa oportunidad que tenemos este año (5768-2008) de meditar en el contenido de este maamar.

Utilizando las sefirot como una herramienta de estudio

Para profundizar nuestro entendimiento del discurso Veatá Tetzavé y así poder oír el mensaje que el Rebe tiene para nosotros, vamos a tomar los 10 temas esenciales que explica el maamar y ver cómo corresponden con las sefirot.

Uno de los beneficios de utilizar este método es que primero de todo nos ayudará a memorizar los puntos principales del discurso. Cuando se presentan en orden un número de temas o ideas es más fácil memorizarlos. La técnica de memorización por excelencia en la Torá es trazar paralelos y correspondencias con diferentes modelos cabalísticos y jasídicos como las diez sefirot, o como vemos muchas veces en la Torá, con las cuatro letras del Nombre esencial de Hashem, Havaiá, etc. Al hacer esto arrojamos un ancla en la mente que puede reunir cosas que aparentemente no se relacionan.

Más aun, siempre que analicemos un tópico nuevo basado en un modelo establecido previamente en Cabalá y Jasidut, la estructura inherente en un modelo cabalístico, aplicada al tema nuevo revelará relaciones nuevas entre los puntos, embelleciendo y profundizando así la comprensión de cada uno de ellos. Un análisis correcto de acuerdo a un modelo cabalístico revela una estructura, y esta agrega comprensión.

Incluso un discurso jasídico se presta a obtener una estructura jasídica del alma cuando se analiza de acuerdo a los modelos cabalísticos. En definitiva, esta nueva visión nos ayuda a relacionar estos puntos con nuestras tareas y nuestra avodá (el servicio a Hashem) en nuestra propia vida. De momento que “hamaise hu haiker” (lo principal es la acción) debemos estar buscando continuamente cómo se relaciona cada tema en jasidut con nuestros esfuerzos propios de traer y revelar al Mashíaj inmediatamente.

A continuación, incluimos la palabra original del Rebe traducida con una letra de fuente diferente,4 para que el lector pueda meditar más profundamente en las palabras del Rebe. Además, agregamos en una nota al pie el pasaje análogo tal como fue traducido en Alimentar la Fe (ver nota 1)

Corona: la enfermedad existencial llamada exilio

Digamos unas pocas palabras acerca de keter-corona que nos ayudará a comprender el punto esencial del discurso que le corresponde. La corona es donde residen los poderes supra concientes del alma. Esta sefirá es también donde reside atzmut, la esencia. Explica jasidut que la esencia del Aibeshter (“Dios” en idish) está presente (y aunque inicialmente oculta puede ser revelada) en un sólo lugar, en la parte superior de la corona llamada “la cabeza incognoscible”, reisha delo itiadá. El Arizal describe esta parte de la corona con su peculiar terminología cabalística, utilizando una frase de Habakuk.5 La llama: “el lugar donde el poder de atzmut está oculto” (חביון עז העצמות, jabión oz haatzmut).

El primer verso de la parashá dice: 6

“Y tú ordenarás a los hijos de Israel, y ellos tomarán para ti aceite de oliva puro, prensado para iluminar, para encender las luminarias permanentemente.”

Dios le dice a Moshé ordenarle al pueblo judío que le traiga el aceite de oliva más puro para encender la Menorá. No obstante, como lo destacan muchos comentaristas, Dios no se dirige a Moshé por su nombre. [Esta es la única parashá desde el comienzo del Libro de Shemot (Éxodo) hasta el final del Libro de Bamidbar (Números), en la cual no se menciona explícitamente el nombre de Moshé. En el Libro de Devarim (Deuteronomio),7 hay unas pocas más en la cual no aparece ese nombre, pero este libro es diferente del resto del Pentateuco, porque está documentando lo que Moshé mismo le dice al pueblo judío, con la Presencia Divina, la Shejiná, hablando a través de su garganta. Entonces, es menos notorio que Moshé no se refiera a si mismo por su nombre en algunas de sus partes.]

Los distintos comentaristas han ofrecido diferentes razones para explicar esta ausencia. Pero, la más profunda es que esta es la vez en que Moshe Rabeinu alcanza su alma raíz más esencial. En el maamar que estamos analizando, el Rebe no se refiere explícitamente a esta ausencia (aunque lo hace en muchos otros discursos acerca de esta parashá). Pero, la noción de que Moshé alcanza aquí su alma raíz esencial sirve de telón de fondo del maamar.

Este es uno de los pocos maamarim (en jasidut en general y de las enseñanzas del Rebe en particular) que describe las tres partes del alma raíz. En general, se describe al alma con dos niveles:

El nivel que se manifiesta en el cuerpo y cuyos poderes son concientes en la experiencia física de la persona, y la raíz del alma que está a nivel supra-consciente y no puede ser experimentada directamente por nuestro ser físico.

Pero en este discurso, el Rebe describe tres niveles separados, que en los escritos del Arizal se identifican como las tres cabezas de la corona, el más alto de los cuales ya hemos mencionado, la cabeza incognoscible (radla, reisha delo iadá) donde reside el atzmut.

Regresemos al primer versículo de nuestra parashá. La frase termina con las dos palabras katit lama’or (כתית למאור), que significan “prensadas para iluminar”. La interpretación que el Rebe le da a estas dos palabras es el punto más elevado del maamar y desde ahí se derivan todos los otros temas discutidos.

Expliquemos primero el significado literal de estas palabras. Hay muchos grados de aceite de oliva. El grado más alto se llama alfa lashemen (אלפא לשמן). ¿Cómo se produce el más alto grado de aceite? ¡exprimiendo las aceitunas! (katit, “prensado”). El aceite de oliva producido de esta manera (de acuerdo a los sabios, cuando las olivas están todavía en el árbol) es usado para encender la menorá en el Templo.

Ahora, el Rebe se enfoca en la segunda palabra lamaor, que literalmente significa “para un maor,” pero que se traduce como “para encender”.

Él nota que maor realmente significa una luminaria—una fuente de luz—como el sol y la luna, que están descritas como luminarias en el relato de la creación (שני המאורות, shnei hameorot).8 Esto implica que el más alto grado de aceite de oliva es realmente una fuente de luz en sí mismo. Como lo explica el Rebe, esto es más alto que si el aceite hubiera sido usado sólo para producir luz.

Ahora, cuando se interpreta aquí el uso especial de la palabra “lamaor” de acuerdo al Jasidut, el Rebe explica que aceite que sirve como fuente de luz es una referencia al atzmut (la esencia) de Hashem. El prensado de las olivas para producir el más alto grado de aceite, no sólo produce luz, sino que revela la fuente de la luz en las olivas, o en otras palabras, revela el atzmut. Como añadimos antes, el único lugar en que el atzmut de Hashem reside en el alma es en la parte superior de la corona. Entonces, el prensado revela la radla (“la cabeza no conocible”, experimentada como fe pura) en el alma Judía. El Rebe explica que para revelar radla en nuestras almas, para nosotros ser luminarias de la esencia de Dios, tenemos que ser prensados. Es imposible revelar esta alta fuente de luz en nosotros sin ser quebrantados, sin tener un corazón roto.

Pero estamos en el mes de Adar —el mes de la alegría consumada. Como se mencionó, con 60 días de alegría, podemos nulificar cualquier cosa y todo lo que sea opuesto a la alegría. Entonces, ¿Cómo es que esta tremenda alegría va junta con el conocimiento de que la única fuente de revelar el atzmut es siendo quebrados y prensados?

La respuesta es que siempre que discutimos la sefirá de la corona, debemos esperar encontrar ejemplos de estados que son paradójicos. Tomemos por ejemplo la descripción de Tania del estado ideal de un Judío mientras todavía estamos en el exilio, una descripción que el Alter Rebe cita en el lenguaje del Zohar: “ Bejiá [“llorando” o “pesar”] está ubicado de un lado del [el izquierdo] y Jedvá [“alegría”] está calzada en el corazón de este lado [el lado derecho del corazón].” Por tanto, el estado ideal, el estado expresado en nuestra alma raíz, expresa la paradoja de llorar y ser jovial al mismo tiempo. Cuando el Mashíaj venga, él revelará la totalidad de la alegría y ya no necesitaremos permanecer en este paradójico estado, ya que el Mashíaj como explicamos tiene las mismas letras que יְשַׂמַח isamaj, “él alegrará”

Ahora, las dos palabras bejiá, “llanto” (בכיה), cuya guematria es 37, y jedvá, “alegría” (חדוה), cuya guematria es 23, conforman una pareja numérica en Cabalá (llamado mijlol). El otro par más importante de palabras cuyos valores son 37 y 23 son jaiá (חיה = 23) y iejidá (יחידה = 37), los dos niveles más altos del alma. También se los llama los dos makifim (aspectos circundantes) del alma, situados en la zona supra-consciente, conocidos como los aspectos internos y externos de la corona.9 Mencionamos que en este maamar el Rebe describe los tres niveles del alma raíz. Vemos aquí una progresión en el entendimiento de la complejidad del supra conciente:

Primero, como el Arizal quien en cierto lugares sólo habla del alma raíz, se entiende que el alma comprende elementos concientes y supra concientes y que lo supraconciente (el alma-raíz) es una unidad simple.

Luego, se puede llegar a entender que la supra conciencia puede ser dividida en dos a aspectos, jaiá y iejidá (como el Rebe menciona explícitamente en este maamar). Finalmente, se toma conciencia de la complejidad triple de la corona, debido a que en la in iejidá misma hay dos niveles (que en Cabalá son las tres sefirot supremas de atik, la radlá, y las siete sefirot inferiores de atik, a veces mencionadas como la “cabeza de la nada”, reisha d’ain), a lo cual, como veremos el Rebe se dedica muy poco del maamar.

Así que hemos visto que llorar y estar alegre son los dos estados que idealmente deben coexistir simultáneamente en nuestros corazones, y por cierto, conseguir tal estado ideal de paradoja es el objetivo de todo el Tania. ¿Cómo es esto? El Tania empieza el primer capítulo con una pregunta: ¿Cómo puede uno al mismo tiempo estar alegre por su servicio a Hashem y no alegre acerca de su propio estado de ser? Solo después de 34 capítulos, el Alter Rebe da una respuesta a esta pregunta en la forma de la cita del Zohar que hemos estado discutiendo: “El llanto está grabado en el corazón de este lado y la alegría esa unida al Corazón del otro lado”. El corazón del judío está idealmente en un estado paradójico del ser.

Ahora, dada la relación numérica que acabamos de ver, está claro que la alegría (jedvá) corresponde a la parte inferior de la supra consciencia, el jaiá, y dondequiera que haya llanto (bejiá) corresponde a la parte superior de la supra-consciencia, la iejidá. Entonces es claro que llorar es más elevado que estar alegre. Este es exactamente el punto esencial que el Rebe está explicando en el maamar. Siempre has tenido alegría y el corazón quebrantado residiendo juntos en el corazón, pero es específicamente el estado superior de ser prensado, del llanto de la iejidá, que conduce a la revelación del atzmut de Hashem en nuestra alma raíz.

Sólo cuando el Mashíaj venga todo será transformado en pura alegría. Pero mientras tanto, llorar y ser prensado por el peso del exilio te lleva más alto que la alegría. De todas maneras, el Rebe no menciona aquí el otro lado de la alegría en el lado derecho del corazón, que es por supuesto la esencia del mes de Adar, entonces ésta no es todavía la explicación completa de cómo este punto de relaciona a la sefirá de la corona.

Entonces recapitulemos. El primer punto, que es el punto más alto del maamar del Rebe es un vort (una expresión) muy simple, la traducción e interpretación Jasídica de katit lamaor”: el alma de una persona tiene que ser oprimida para llegar a ser una fuente de luz infinita, para revelar el atzmut de Hashem.

Veamos estas dos palabras desde una perspectiva numérica. Las palabras כתית למאור (katit lamaor) tienen nueve letras. Su valor numérico es 1107, que es divisible por 9, significando que las 9 letras tienen un valor promedio de 123. El número 123 hoy es bien conocido como la gematria de יחי המלך (iejí hamelej, “que viva el rey”). En Cabalá, la palabra más común asociada con 123 es ענג (oneg), que significa literalmente “serenidad” (o “placer”). Pero cambiando el orden de las letras nos da la palabra נגע (nega), que significa “aflicción”. Por eso, en el Sefer Ietzirá encontramos que: “No hay bien más alto que la serenidad [ ענג ] y no hay peor mal que la aflicción [ נגע ]”.10 El placer es vida, mientras que la enfermedad o la aflicción es la amenaza del opuesto a la vida.

Pero, נגע también significa “tocar”. ¿Cuál es la relación entre una aflicción y tocar? Si somos tocados por algo negativo, como un germen, es claro que puede conducir a la enfermedad. ¿Pero qué pasa si eres tocado por una cosa buena? Algo toca tu corazón. Mencionamos esto porque נגע es también una descripción del Mashíaj, llamado נגוע (nagúa “leproso”), o sea que tiene una afección. ¿Cuál es la fuente de la aflicción del Mashíaj? ¡Es su supersensibilidad a cualquier cosa que lo toque! Tanto las cosas buenas o malas que pasan le producen un profundo impacto.

Es la persona más tocada por el exilio, a tal grado que el exilio lo afecta como una enfermedad existencial. Es la persona más sensible al exilio del pueblo judío, hasta enfermarlo incluso físicamente. Sin embargo, 123 es también igual a “serenidad” y a iejí hamelej (“viva el rey”), significando que la persona que experimenta la aflicción es también la persona que tiene el mayor potencial para experimentar el más alto placer y serenidad. Quien experimenta los dos opuestos tiene el potencial para ser el Mashíaj.

La gematria de la primera palabra, katit (כתית), que es 830, es bien conocida. Mencionan los comentaristas11 que 830 es el número de años combinados que los dos Templos permanecieron en Jerusalem. El primer Beit Hamikdash permaneció durante 410 años—el valor de las dos últimas letras de katit: ית . El Segundo Beit Hamikdash permaneció por 420 años—el valor de las dos primeras letras de katit: כת . Esta palabra representa también los años que el Beit Hamikdash permaneció en Jerusalem. ¿Por qué podría esta palabra, que significa “prensado” aludir a los años que permaneció el Templo? Podrías pensar que debería ser lo opuesto, que katit debería aludir a los años en que el Templo fue destruido (oprimido). La respuesta a esta pregunta también se aclara en el maamar del Rebe.

“En la parte 9, explica que a través de la experiencia de ser prensado [ katit ] durante el tiempo del exilio, alcanzamos el estatus de ser una luminaria. Pero, hay dos conceptos incluidos en esta noción de ser prensado: primero, hay un estado de ser oprimidos porque los judíos se vieron frente a varios duros decretos que evitaban nuestra observancia de la Torá y los mandamientos. En este estado, llegamos a ser luminarias a través del auto-sacrificio.

Un segundo estado relacionado con ser oprimido para iluminar se produce cuando el pueblo Judío está disfrutando una posición cómoda, tanto física como espiritualmente, pero [todavía] está en exilio… continúan siendo oprimidos [ katit ] porque siguen en el exilio. Y a través de esta experiencia llegan al nivel de ser luminarias.

Hay varios motivos para esto. Uno es que el verdadero deseo de un judío es que Dios sea revelado, este es un deseo existencial. Además porque en el estado de exilio, Dios no se revela como en la época del Templo Sagrado, y esto lo sacude totalmente, haciéndolo sentir oprimido [ katit ]. “12

El Rebe explica que el máximo estado de opresión no se produce cuando el exilio es difícil y duro, sino más bien cuando se hace bueno y confortable. Con esta distinción el Rebe está aludiendo a nuestra generación, en oposición a la generación anterior del Rebe, la del holocausto. Dice el Rebe que hay un exilio que es físicamente malo y destructivo para el pueblo Judío y el líder por excelencia de tal generación es Mordejai. Pero vemos que cuando ha pasado el peligro y el sufrimiento se termina, Mordejai continúa liderando al pueblo judío en un tiempo que se describe como bueno.

Un segundo estado relacionado a ser exprimido para ser una luminaria ocurre cuando los judíos están disfrutando un estado acomodado, tanto física como espiritualmente, pero [todavía] están en exilio. Esto es similar al estado [de los judíos] después del milagro de Purim. [La Meguilá relata que] “los judíos disfrutaban de luz y alegría, felicidad y honra” tanto literalmente [en un sentido físico] como espiritualmente. No sólo eso, sino que la casa de Hamán dejó su lugar a Ester, así que también hubo un estado favorable de itapja [transformación total]. Y sin embargo [como dicen los sabios] “Seguimos siendo sumisos a Ajashverosh”,13 el rey de Persia.

Aunque hay un grado de itapja (transformación) después del milagro de Purim y la casa de Hamán fue dada a Esther y Mordejai, como lo explica el Rebe, el estado de exilio del pueblo Judío continuó. El Mashíaj no ha venido y el Beit Hamikdash aún no ha sido construido. En el lenguaje de los sabios: “Akatei avdei deAjasverosh anan”, “Todavía somos sumisos a Ajashverosh”.14 Dice el Rebe que cuando las cosas son buenas pero todavía estás en exilio, resulta en una angustia espiritual más profunda que cuando las cosas son malas.

Este es tal vez el punto más profundo que el Rebe plantea en su maamar que está entregando, por ahora el último que hemos tenido el privilegio de recibir. Está diciendo explícitamente que el dolor de nuestra generación es más grande que el de la generación que estuvo en los campos. Esto es algo asombroso. El Rebe continúa diciendo:

“Incluso si un individuo en particular está en un muy alto nivel [espiritual] y no experimenta la revelación de Dios en una forma similar a la forma en que podría ser experimentada en el Templo de Ierushalaim, no obstante, debido a que esta revelación no es de una naturaleza universal, prueba que la revelación que está experimentando es limitada. Porque, cuando la luz infinita del Todopoderoso se revela, lo hace en todas partes. Si permanece pero en un solo lugar (incluso una remota esquina de la realidad) donde esta revelación no es evidente, es por que la revelación (incluso en esos lugares donde es percibida) es [realmente] limitada….

Y por tal motivo, como tampoco puede experimentar la completa revelación del atzmut (esencia) de la luz infinita del Todopoderoso, también esta quebrantado y oprimido—es aplastado [ katit].15

El individuo que más siente la falta de revelación universal de Dios es el Mashíaj. Y usted quiere estar conectado con el Mashíaj, también tiene que ser sensible a esto. ¿Qué significa estar en exilio? Significa que Hashem no se está revelando a todos. No hay una revelación consumada de la Divinidad en el mundo. Esto es existencialmente peor que experimentar la dureza y el dolor del exilio. Sin embargo, incluso aunque esto explique por qué katit puede ser un buen tiempo para nosotros, aunque ocasione que nos sintamos oprimidos debido a que todavía estamos en el exilio, no contesta totalmente la pregunta en relación a los 830 años que el Templo permaneció de pie. Durante esos años, no había exilio. Era un estado de revelación Divina constante. Así que ¿cómo explicamos que esta palabra significa ser oprimidos en relación a los años que el Templo permaneció y en los cuales no hubo exilio?

Basado en lo que el Rebe citó muchas veces en nombre del Rebe de Rogochov (quien le dio su smijá [ordenación Rabínica]) que desde el momento en que el Beit Hamikdash fue construido se supo que iba a ser destruido. El Rogachover dice que debido a la temporalidad de los dos Templos, la mitzvá de construir para Dios un lugar donde morar nunca fue cumplida. [El también dice lo mismo sobre la mitzvá de nombrar un rey, aun pensando que teníamos al Rey David y otros reyes, ambos preceptos relacionados a la creación del estado público del pueblo judío en Eretz Israel.] Ya que el Templo estaba destinado a ser destruido, esta no fue una manifestación íntegra de la revelación Divina que Hashem quería como objetivo del Templo. Así que, aunque el este permaneció, la revelación de la Divinidad no fue completa, el Mashíaj no ha había llegado. Si proyectamos esto al tiempo en que el Templo estaba en pie, el Rebe hubiera seguido llorando y sintiendo la angustia emocional resultado del estado de exilio.

Hay otro ejemplo de este concepto respecto a Moshe Rabeinu. Se sabe que Moshe es el primer redentor [de la esclavitud de Egipto] y el último [de nuestro actual exilio]. Cuando Dios le confió la misión de sacar al pueblo de Egipto, Moshe se rehusó porque sabía que no iba a ser la redención final. Este no habría de ser aun su rol de Mashíaj. Por eso le dijo al Aibeshter (Hashem): “Envía a tu mensajero” queriendo decir envía al Mashíaj. No me envíes a una misión de redención parcial.

Entonces, la enseñanza del Rogochover nos da a entender que incluso durante los 830 años que hubo un Beit Hamikdash el mundo no estaba perfecto. El punto del Rebe aquí es que por muy bueno que parezca, si la revelación de Dios no es completa y universal, no sólo la bonanza no lo compensa, sino que hace todo más difícil para recibir lo bueno. Viviendo en tiempos de plenitud y viendo que todavía estamos en exilio de Aibeshter, sólo nos hace sentir mucho más oprimidos.

Hay una bella guematría que cita el Rebe y refleja esta idea. La guematría de la palabra חולה [jolé, “enfermo”] es 49, [implica] que aunque tenga éxito en alcanzar los 49 portales del entendimiento, le falta el 50. Usted posee el más alto nivel que cualquier persona puede alcanzar en este mundo, pero todavía le falta uno, se siente enfermo.16 Pero, la verdad es que a mayor revelación de Dios haya experimentado a través de las puertas del entendimiento, más enfermo existencialmente se sentirá si todavía falta algo. Cuanto más cerca esté usted del objetivo pero todavía está privado de dar el paso final para alcanzarlo, más doloroso es. El Rambán, Najmánides, escribe que en referencia a la Tierra de Israel, cuando más sagrado es algo, más abrumador es el estado de destrucción. En otras palabras, cuando andamos más cerca del sitio del Templo destruido, más se siente la falta de la revelación universal de Dios,

Ahora, ¿Por qué los 420 años del segundo Beit Hamikdash aparecen antes de los 410 años del primer Beit Hamikdash? Podemos responder a esta pregunta también aplicando el mismo principio. Aunque pensemos que el segundo Templo permaneció diez años más que el primero, hay 5 objetos clave que faltaban en el segundo. Como resultado, el nivel de revelación Divina que fue experimentado en el tiempo del Primer Templo no fue repetido en el segundo. Así, a pesar de que el segundo Templo era más grande y bello que el primero, carecía de Divinidad (y universalidad) en relación al primero.

Para resumir: el punto más elevado y abarcador del maamar viene de las palabras katit lamaor. El Rebe explica que estas palabras indican que el dolor y sufrimiento existencial experimentado en nuestra generación es más grande incluso los experimentados en la generación previa del holocausto. Y es este sentimiento existencial de ser oprimidos que nos otorga la capacidad de ser una fuente de luz infinita y revelar el atzmut de Hashem. Como podemos ver, la mayoría de los puntos esenciales en el maamar vienen de tomar conciencia de esto. Como en muchos modelos de las sefirot, la idea supra conciente que corresponde a la de sefirá de la corona sobrevuelan permanentemente sobre otras partes del modelo y los inspiran constantemente.

Sabiduría: El Ascenso de Moshé Rabeinu a la Raíz de su Alma

Ahora, vayamos al segundo punto del maamar, que como veremos corresponde a la sefirá de sabiduría (חכמה, jojmá). La sabiduría está particularmente conectada a Moshé Rabeinu, porque es considerada el origen de Moshé Rabeinu. Cuando la hija del Faraón lo sacó del Nilo lo llamó Moshé, diciendo: “Lo saqué [Moshé] de las aguas”.17 Está explicado que las aguas que ella menciona en este verso aluden a las aguas de la sabiduría superior. De tal manera que el punto principal en el discurso correspondiente a la sabiduría será específicamente acerca de Moshé Rabeinu y el descenso de su alma desde su raíz (en la sabiduría superior) a su cuerpo.

[Capítulo 2] Moshé y el pueblo Judío se comparan con la cabeza y el pie, como dice el verso: “seiscientos mil hombres de a pie son la nación y Yo estoy en medio de ellos”. Todo Israel son como los pies de Moshé Rabeinu y Moshé, su cabeza. Tal como en el ser humano, los pies llevan a la cabeza a los lugares que la cabeza no puede llegar por sí misma, así es respecto a Moshé y el pueblo Judío. Gracias al pueblo de Israel Moshé es elevado más allá. Porque, como quiere decir el verso con las palabras “seis cientos mil hombres de a pie y Yo estoy en medio de ellos”. A través de que la gente son los pies, la revelación de Anoji [“Yo”] se incorporada dentro de Moshé Rabeinu.18 El descenso del alma desde su origen excelso hasta el cuerpo es una experiencia traumática. Es uno de los temas más ubicuos, apareciendo en cada uno de los discursos del Alter Rebe en Torá Or y Likutei Torá. Obviamente, si el descenso es tan traumático para el alma, debe haber seguramente una buena razón para ello, que en jasidut es descripta como un “descenso en aras del ascenso”.

Hay un gran beneficio para el alma al descender al cuerpo por ciento veinte años. Incluso el alma de Moshé Rabeinu debe ganar algo con su descenso a un cuerpo físico, que se supone debería ascender a un nivel todavía más alto. Es por esta razón que el nombre de Moshé no se menciona en esta parashá, ya que pudo ascender a su alma raíz y revelarla en una forma que no había sido revelada incluso antes que su alma descendiera a su cuerpo físico.19

¿Cuál fue el acto especial que resultó el tremendo ascenso de Moshé y la revelación consumada de la raíz de su alma? Basado en el maamar del Rebe anterior, el Rebe explica que no fue el resultado de un acto llevado a cabo por Moshé Rabeinu, sino más bien por los hijos de Israel. Y esto es lo que significan las palabras: “Y ordenarás a los Hijos de Israel, y ellos tomarán para ti aceite puro de oliva….” Al ordenar al pueblo y conectarlos con la luz infinita del Todopoderoso, los Hijos Israel trajeron aceite puro de oliva, que incrementó la luz que brillaba en Moshé,20 elevándolo a un nivel superior al anterior.

Incluso aunque Moshé mismo les ordenó traer el aceite, al traerlo lo elevaron a un estado más alto que el que tenía cuando se lo ordenó. Este nivel superior se describe como la revelación del aspecto de אנכי (anoji), el atzmut que está dentro de Moshé, como lo explicamos antes. Esta elevación está aludida en las palabras de Moshé: “Seis cientos mil hombres de a pie son la nación en la cual Yo (anoji) estoy entre ellos”.

La forma en que Jasidut explica este verso es que el pueblo judío está considerado los pies (los hombres de a pie) unidos a la cabeza representada por Moshé. Aunque la cabeza es obviamente mas importante que los pies, estos llevan a la cabeza a lugares que no puede ir por si misma. De modo similar, a pesar de su relativamente más baja estatura respecto a Moshé, los Hijos de Israel tienen la capacidad de revelar la raíz del alma suprema de Moshé.

Este es un tremendo jidush (novedad): Moshé necesita de los Hijos de Israel para contemplar y justificar el descenso de su alma tan elevada y sagrada a la tierra. En otras palabras, son las acciones del pueblo Judío las que justifican la propia existencia de Moshé en un cuerpo físico. Al traer el atzmut a Moshé revelado en ellos debido al aplastante peso del exilio, el pueblo Judío es capaz de revelar en el Moshé el anoji, el atzmut de Hashem.

Por supuesto, lo que es verdad para Moshé Rabeinu es verdad para el nasí (el líder) de cada generación, ya que el nasí es la extensión de Moshé Rabeinu en cada generación. El nasí de cada generación es la cabeza de la generación.

Ahora veamos la bella relación numérica relacionada con el punto de sabiduría en el maamar. La palabra “Israel” (ישראל) misma se permuta para deletrear las palabras “ li rosh” (לי ראש), que significa “tengo cabeza” e indica que la esencia de Israel es el líder. El Moshé de la generación, el Rebe, sirve como nuestra cabeza colectiva y nosotros actuamos como sus pies colectivos.

Una de las indicaciones que las dos palabras o conceptos complementan uno al otro y forman un todo perfecto es que su guematria combinada es igual a un número cuadrado. La palabra para “hombres de a pie” en el verso citado arriba, indicando que somos los pies de Moshé Rabeinu, es רגלי, raglei. Si añadimos esta palabra a la permutación de “Israel” que significa “Tengo una cabeza,” obtenemos רגלי ┴ לי ראש = 243 ┴ 541 = 784 = 28 2, o יחי · יחי, o sea יחי (iejí, “que viva”) al cuadrado. Note también que ambas palabras tienen la palabra לי en ellas, lo cual nos dicen los sabios que es un signo de eternidad (“Cada lugar que dice לי, es inmutable”),21 es también una palabra que implica atzmut.

Esta relación entre el Moshé Rabeinu de la generación y el pueblo judío de la generación está expresada en la vida que es dada una y otra vez. Esta profunda interdependencia entre Moshé Rabeinu y su pueblo es entonces un segundo punto esencial del discurso del Rebe.

Un punto final a señalar es que Moshé no va a usar el aceite de oliva puro porque estaba preparado para Aharón, quien enciende la menorá con él. Pero el propósito de traérselo es crear esa unión especial con la gente. Cada uno de nosotros tiene que tomar su propio sentido personal de estar en exilio, su estado de prensado y quebranto y traerlo al Moshé de la generación.

Esto es lo que sucede cuando una persona entra iejidut con el Rebe. No sólo lo está haciendo para ayudarse a sí mismo, sino que también revela el atzmut de Hashem en el Rebe. Entonces, las dos palabras ויקחו אליך, vaikjú eleja, “Y ellos traerán para tí” en el primer verso de la parshat Tetzavé revelan una construcción espiritual esencial: en cada generación hay una alma que puede no sólo ayudar a cada uno de nosotros con su angustia y dolor existencial, sino que haciéndolo también el atmzut de Hashem se revela en esa alma.

Analicemos estas dos palabras numéricamente. El valor numérico de ויקחו, vaikjú, es 130, que es también la guematria de עין, ain, que significa “ojo” o “medida”. El valor numérico de אליך, eleja, es 61, la guematría de אין, ain, significando “nada”. Por supuesto la única diferencia entre עין y אין es la sustitución de una א por una ע. Como se explica en Jasidut, en tal caso la palabra que tiene la alef revela un aspecto interno mientras que la que tiene la ain revela un aspecto externo.22 Ahora, la sabiduría está relacionada específicamente con ambos “ojos”, como en el adagio de los sabios: “¿Quién es sabio? El que ve lo que va a pasar”;23 y “nada”, como en el verso Bíblico: “La sabiduría proviene de la nada.”24

Esta es otra razón de que el nombre de Moshé no aparece en la parashá, porque al traer el aceite de oliva a Moshé, los Hijos de Israel lo elevaron a su alma raíz, a su origen en la sabiduría superior jojmá ilaá). Pero debido a que la sabiduría es comparada a la nada, el propio Moshé parece haber desaparecido.25

Entendimiento

El tercer punto esencial del maamar es una sorprendente declaración acerca de la teshuvá, uno de los aspectos esenciales de la sefirá de entendimiento o biná.

[Capitulo 9] en un discurso del Alter Rebe, se anota que de acuerdo al Tikunei Zohar, si hubiera un tzadik que pudiera llevar a cabo una completa teshuvá, el Mashíaj llegaría en su generación. Ya que la teshuvá completa acerca a la infinita e ilimitada luz del Todopoderoso a la revelación en una forma universal.26

El Rebe dice que si hubiera solo un tzadik en la generación que pudiera completar la teshuvá sería suficiente para que venga el Mashíaj. Parece implícito que un tzadik es el Mashíaj mismo.

La fuente más cercana que podemos encontrar de esta declaración (y que está citada en una nota al pie de página en esta parte del maamar original) está en el Zohar Jadash, la cual dice que “si las cabezas de una congregación o un minian de Judíos (diez Judíos, jada knishta, en la terminología del Zohar) hicieran teshuvá y llegaran a ser “tzadikim consumados”, es decir tzadikim gmurim, sería suficiente para que el Mashíaj venga. Pero aquí el Rebe está claramente yendo otro paso más allá diciendo que sólo se necesita un baal teshuvá, una sola persona que “regresa” a Hashem.

La teshuvá es motivada por el entendimiento (biná) como está declarado en el verso: “Y su corazón entenderá, retornará, y será sanado”.27 Cuando el corazón entiende, una persona regresa a la voluntad de Dios y entonces él y todo el mundo es sanado.

¿Qué revela el nexo entre teshuvá y entendimiento? Primero nos enseña que para hacer teshuvá uno tiene que entender las consecuencias de hacer algo en contra de la voluntad de Dios. Los sabios nos dicen que un Judío no puede hacer algo mal, a menos que un espíritu de necedad haya entrado en su corazón y lo haya convencido que no es realmente en contra de la voluntad de Dios,28 o como explica el Tania, que todo estará bien en el sentido de que puede pecar y aun así permanecer como un buen judío con Dios en su corazón y que eso es todo lo que realmente importa.

Entonces, el primer requerimiento para la teshuvá es que entendamos las consecuencias de nuestras acciones. Lo que decimos y lo que hacemos tiene un efecto sobre nosotros mismos y a nuestro alrededor. Para usar un idioma moderno, entender que nuestras acciones tienen consecuencias espirituales y físicas es una “verdad inconveniente”.

Pero hay otro nivel más profundo de entendimiento que va más allá de tomar la responsabilidad por las consecuencias de nuestras acciones. Si todos ustedes entienden las consecuencias de sus acciones, eso todavía es sólo teshuvá misnagdishe. La teshuvá Jasídica requiere un nivel de entendimiento totalmente diferente, que incluye entender quién es Hashem. La teshuvá jasídica requiere que entienda exactamente ante Quién está cometiendo un pecado.

El Baal Shem Tov enseña esta idea de entendimiento y teshuvá la forma de una historia del Rav Saadia Gaón.29 Esta fue la más grande enseñanza que dijo en nombre de Rav Saadia Gaón. El tema de la historia fue que cada día tengo que esforzarme para incrementar mi entendimiento y aprecio de cuán grande es Hashem realmente. Cada día necesito pasar cierto tiempo incrementando mi percepción de la naturaleza Infinita del Todopoderoso y como Él y Su voluntad están tan distantes de todo lo que puedo imaginar.

¡Cada vez que mi entendimiento a este respecto se incrementa y alcanzo un nuevo nivel, tengo que hacer nuevamente teshuvá sobre todo, incluidas todas las mitzvot que hice ayer, porque ayer yo aún no entendía por orden de quien estaba haciendo la mitzvot! Esto se llama teshuvá ilaá, la teshuvá superior, y requiere de mí llegar todos los días a un nuevo entendimiento de Dios. La teshuvá superior es un estado de “todos sus días en teshuvá “, descripto en el Tania ; una constante y permanente teshuvá por todas mis acciones sean buenas o malas.

Veamos cómo este punto de entendimiento es iluminado por el dolor existencial del exilio discutido en relación a la sefirá de la corona. El punto era que cuando las cosas parecían estar yendo bien, pero todavía estábamos en el exilio, allí es cuando el dolor existencial se incrementa porque la redención no está aquí y se hace abrumador. El mismo razonamiento se aplica para hacer la teshuvá superior por las buenas y malas acciones.

Respecto al estado imperfecto de mi conciencia de ayer relativa al de hoy, las mitzvot que hice ayer sin apreciar adecuadamente a Hashem, requieren una teshuvá mucho más profunda que la requerida para la expiación de los pecados. Los pecados son relativamente más fáciles de corregir: si hice algo mal, necesito parar y hacer lo bueno en su lugar. Pero, si necesito corregir la forma en que me pongo los tefilín, la forma en que doy tzedaká, que requieren un cambio en todo mi entendimiento, se requiere un entendimiento Mesiánico, el cual es lo que el Zohar quiere decir cuando dice que el Mashíaj viene para traer a los tzadikim a hacer teshuvá .

Los Tzadikim están haciendo mitzvot todo el día y el Mashíaj tiene que enseñarles cómo hacer teshuvá por estas mitzvot, que requieren que el Mashíaj les ofrezca un entendimiento realmente más profundo de Dios. Obviamente la declaración del Rebe que es suficiente que un tzadik haga teshuvá completa, implica la realización de teshuvá Jasidishe, la teshuvá superior.

También implica que a la fecha no ha habido un sólo tzadik que la haya hecho; ni siquiera Moshé Rabeinu y ninguno del tamaño de Moshé en cada generación. Porque, si hubiera habido tal persona, Mashíaj ya habría venido. Como corolario, y para llevar a cabo una teshuvá superior, este tzadik tiene que sentir el dolor existencial de todo el mundo respecto a la ausencia de la revelación del atzmut de Hashem.

Por eso, debido a que el tzadik es sensible a esta ausencia, le causa aflicción y enfermedad. Al buscar un profundo entendimiento de Dios, este tzadik de la generación es capaz de llevar a cabo la teshuvá superior. Y entonces, como dice el verso “… Su corazón entenderá, regresará y será sanado.” Este es todo un sorprendente jidush que aparece sólo en este maamar.

Conocimiento: experimentando la corona

En nuestro análisis ya nos hemos referido bastante al punto esencial del maamar que corresponde a la sefirá de conocimiento. Cuando describimos el punto esencial correspondiente a la corona, ya incluimos implícitamente al que corresponde a la sefirá de conocimiento. La prensión existencial experimentada como resultado del exilio es una experiencia consciente asociada con el conocimiento. Así que en este caso, las sefirot de corona y conocimiento aparecen como una, como lo hacen muchas veces en Cabalá. Continúa segunda parte

Notas

1 El ma’amar puede ser encontrado en su original Hebreo en Sefer Hama’amarim Melukat, vol. 6, pp. 129ff. También ha sido publicado con una traducción interlineal en Inglés con anotaciones como parte de la serie Herencia Jasídica bajo el título de Nurturing Faith (Fe que Nutre) (New York: Kehot, 2005).
2 De hecho, el Segundo ataque del Rebe fue también el 27 de Adar dos años después (5754).
3 La palabra Hebrea “puro” (זך, zaj) es afín a la palabra que significa “mérito” (זכות, zjut). Debemos merecer inmediatamente la revelación del Mashíaj.
4 El discurso original en hebreo contiene el texto tanto con paréntesis como en corchetes. Debido a restricciones de estilo, en nuestras traducciones del ma’amar en Hebreo original (como aparece en Sefer Hama’amarim Melukat ; ver nota 1), hemos sustituido todos los corchetes por paréntesis redondos. Nuestra traducción incluye unas cuantas inserciones adicionales añadidas para claridad y estas aparecen en corchetes.
5 Habakuk 3:4.
6 Éxodo 27:20
7 En los primeros cuatro libros de la Torá, el narrador es llamado “ shlishi hamedaber” (habla la tercera persona), que es el atzmut hablando. ¿Cómo sabemos esto? Porque el shlishi hamedaber dice “Yo Hashem hablé a Moshé”, n o dice “Y yo hablé a Moshé.” Entonces, claramente shlishi hamedaber es más alto que incluso la revelación de Hashem en Sus Nombres sagrados.
8 Génesis 1:16.
9 E n Cabalá son llamados el partzuf de atik y el partzuf de arij, respectivamente.
10 Sefer Ietzirá 2:7.
11 Ver el Ba’al Haturim sobre esta palabra.
12 Ver Nurturing Faith, pp. 60-5.
13 Ver Ibid, pp. 62-3.
14 Meguilá 14a.
15 Ver Nurturing Faith, pp. 64-7.
16 Ver Ibid, pp. 66-7.
17 Éxodo 2:10.
18 Ver Nurturing Faith, pp. 30-3.
19 Ver ibid, pp. 32-3
20 Números 11:21.
21 Vaikrá Rabá 2:2.
22 Por ejemplo las dos palabras אור, or, que significa “luz” y עור, or, que significa “piel.” Antes que Dios arrojara a Adam y Eva del Jardín del Edén, la Torá cuenta que les hizo “túnicas de piel”. El Talmud señala que en el rollo de Torá del sabio de la Mishná Rabi Meir se lee “túnicas de luz.”
23 Tamid 32a
24 Job 28:12
25 Esta es también la explicación profunda de por qué Moshé Rabeinu tenía que desaparecer durante los cuarenta días y cuarenta noches que pasó en el Monte Sinaí recibiendo la Torá. La Parshat Tetzavé fue enseñada por Dios a Moshé durante ese período, por tanto la ausencia de su nombre en la parashá puede también ser atribuida a su acenso a su alma raíz en la sabiduría para recibir la Torá escrita. La Torá escrita corresponde a la sefirá de sabiduría, mientras que la oral corresponde a la sefirá de entendimiento.
26 Ver Nurturing Faith, pp. 64-7.
27 Ishaiahu 6:10.
28 Hay muchas escusas posibles: “A Dios no le preocupa realmente si haces las cosas de esta manera u otra” o “Tu piensas verdaderamente que Dios no tiene nada mejor que hacer que…”, etc.
29 Es bien sabido lo que el Baal Shem Tov dijo que él es un guilgul (reencarnación) de Rav Saadia Gaon.

MENSAJE SEMANAL PARA UN SHABAT DE ELEVACIÓN ESPECIAL

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http://madmimi.com/s/32ce241

Este Shabat será Guimel Tamuz, el tercer día del mes de Tamuz, el día en que el Lubavitch Rebe dejó físicamente este mundo. En ese día el tzadik deja de actuar en el mundo bajo las limitaciones físicas del cuerpo, y ejerce su influencia, bendición y dirección de manera más amplia y a la vez personal a cada uno. Este es un día en el que conviene contemplar al Rebe y adoptarlo como fuente de inspiración en nuestra vida.

El Rebe como un líder extraordinario, se le pueden atribuir algunas de las innovaciones más importantes en el mundo judío. En los años posteriores al Holocausto, cuando todo lo que los demás podían ver era desolación, el Rebe vio una gran oportunidad. En un momento en que los líderes comunitarios se dedicaban a rehabilitar y reconstruir sus propios rebaños, el Rebe dedicó sus energías a la rehabilitación de todo el pueblo judío.

El pueblo judío en su conjunto es la “congregación” del Rebe y el mundo es su patio. Por lo tanto, Guimel Tamuz es relevante para todos.

El Rebe enseñó que cada judío tiene una misión en la vida. No puede contentarse con rectificar su propia espiritualidad personal. Debe ser un faro espiritual para su entorno.

Como parte de la misión, el Rebe inició sus famosas campañas: la campaña de tefilín, la campaña de velas de Shabat, la campaña de educación judía y más. El ápice de todas las campañas, por supuesto, fue la campaña del Mashíaj. El Rebe asumió el mayor desafío de todos: llevar al mundo entero a los días del Mashíaj.

Para conectarnos constantemente con el Rebe y seguir en su camino, debemos aprender de su propia conducta, estudiar sus enseñanzas y llevar a la práctica todo lo que nos pidió.

¡Que todos estemos a la altura del desafío!

Shabat Shalom y feliz nuevo mes de Tamuz,

El equipo Gal Einai

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