SEGUNDA PARTE / CUATRO MOTIVOS: MATERIA-FORMA-ACCIÓN-FINALIDAD

Depuración de la sabiduría griega 

Ahora vamos a profundizar nuestros pensamientos acerca del propósito. Es muy posible que muchos de los presentes han estudiado que hay cuatro causas en general de todo lo que sucede en la realidad, todo lo que tiene lugar en el mundo tiene cuatro causas. ¿De dónde deriva ese concepto de las cuatro causas? Muchos van a decir que provienen de la lógica aristotélica, o la filosofía griega.

Sabemos que al final de este mes, cuando entremos en el mes de Kislev, al final de este mes, celebramos una de las festividades judías más importantes, Janucá, que conmemora la guerra y la derrota del Helenismo. Tuvimos una batalla con el helenismo que no fue sólo física, sino que fue una guerra idealista que ganó el pueblo Judío en esa época, y que en realidad fue una batalla filosófica. 

No obstante, la Torá dice que toda la belleza del helenismo debe ser extraída, sacada fuera de Grecia, y traída nuevamente al contexto de la santidad, y realmente debe aparecer dentro del Templo.

Probablemente todos recuerden la historia de Nóaj. Nóaj tuvo tres hijos: Shem, Jam y Iafet. El helenismo, y todo lo que hoy llamamos la civilización occidental, toda la cultura occidental, del helenismo vino la cultura romana, la cultura en la que vivimos aún hoy tiene la misma tradición occidental, toda ella deriva del hijo de Nóaj llamado Iafet. El pueblo judío, los semitas, vienen del hijo de Nóaj llamado Shem.

Según esta historia, que puede que todos recordemos, Nóaj dijo que Di-s le concedería belleza a Iafet, pero esa belleza que le dio a Iafet debía morar finalmente en las tiendas de Shem. Y eso significa que hay chispas de verdad y santidad, y verdaderamente una belleza –una de las cosas más importantes en el Helenismo es el sentido estético- y esa belleza tiene que ser incorporada y extraída del helenismo. El significado verdadero de esta festividad de Jánuca no es solo derrotar filosóficamente, como en un debate, sino extraer y verdaderamente redimir y liberar las chispas de divinidad de esa tradición y regresarlas al contexto del judaísmo o la fe semítica en un Di-s.

El Helenismo no cree en un solo Di-s como sabemos. 

Maimónides, quizás el más grande filósofo de todos los tiempos, tomo mucho de su pensamiento de Aristóteles. Pero cada concepto que tomó de Aristóteles no lo tomó ciegamente, cada uno lo pulió. Como si tomas una piedra preciosa y la pules para que resplandezca más fuerte y brillante. Y muy a menudo discrepó con Aristóteles, no estuvo de acuerdo en todos los puntos, y en este caso explicó muy bien en su obre La Guía de los Perplejos, el texto filosófico más importante en judaísmo de Maimónides. Y en algunas cosas concuerda, y en este caso las interpreta de manera que se ajusta perfectamente en lo que llamaríamos la mentalidad de la fe en un absoluto único Di-s, mentalidad diferente a la de Aristóteles.

Las cuatro causas – desde Aristóteles hasta el Gaón de Vilna

Un concepto con el cual concuerda en general, pero en algunos puntos discrepa o corrige es el concepto de las cuatro causas, uno de los más importantes conceptos de Aristóteles. Si algo es verdad significa que Aristóteles no lo inventó, es algo ya estaba mucho antes.

Todos o la mayoría de los filósofos, judíos y no judíos, aceptaron este concepto de las cuatro causas.  ¿Cuáles son las cuatro causas? 

Una de las razones por las que estamos hablando de este tema, justamente ahora, es que estamos en el mes de la festividad de Jánuca donde celebramos la derrota del helenismo, el paganismo, porque la cultura griega era pagana. Derrotar al paganismo helénico mediante extraer esos puntos de belleza, de estética pura, y también la verdad de la filosofía griega donde sea que se encuentre, para traerlos nuevamente al contexto de la Torá. 

Uno de los mayores sabios de la historia reciente, es decir de los últimos trescientos años, es probable que hayan escuchado su nombre el Gaón de Vilna. Rabi Eliahu de Vilna tomó esta estructura de las cuatro causas de la filosofía de Aristóteles y las ordenó de acuerdo con el secreto de las cuatro letras del Nombre Esencial de Di-s, el Tetragrámaton que ya hemos mencionado. Vemos así qué potente es este concepto de las cuatro causas.

Las Cuatro Causas

¿Cuáles son estas causas? Los términos son: la causa material, la causa formal, la causa eficiente y la causa final. Es decir, cada cosa que sucede tiene cuatro causas, cuatro razones, cuatro factores que actúan para que esto esté sucediendo o haya sucedido.

La primera es la causa material, es decir la materia que está detrás del cambio o del movimiento que produce un determinado efecto. Todo tiene que tener materia. Sabemos de Einstein hace unos cien años, que materia y energía so equivalentes. Por lo tanto debe haber energía, solo energía pura o materia, y en realidad sólo podemos imaginar a la en un contexto de forma, materia con determinadas características. Pero teóricamente hay lo que es llamado materia amorfa, materia sin ninguna forma, “materia primordial”, esencia primordial. La materia que está detrás de todo cambio es llamada la causa material.

Pero luego hay también un diseño, las cosas tienen un diseño, y el diseño es llamado la causa formal, aquí la palabra formal viene de forma, aquello que da a la materia su forma definitiva.

La tercera causa es llamada la causa eficiente o motriz. Hay alguien o algo que es el “motor” o el que cambia que produce un cierto efecto, por eso la llamamos la causa eficiente o el agente de la causa.

Y la última causa es llamada la causa final o el propósito. Todo lo que mencionamos previamente está en función de lograr lo que llamamos la causa final. El propósito es por qué, por qué algo sucedió, hay alguna razón por la cual sucedió, es para algo.

Cuando se enseñan estas cuatro causas a los estudiantes, usualmente se da como ejemplo una mesa. Tengo una mesa delante de mí, y esta mesa ha de tener cuatro causas detrás de ella, cuatro causas que producen como resultado esta mesa que estoy experimentando aquí delante de mí. Si la mesa está mesa está hecha de madera, en realidad la esta no es de madera pero la mayoría de las mesas de antes eran de madera, si la mesa está hecha de madera entonces la madera sería la causa material, la materia detrás de la mesa. 

Si alguien dibuja un diseño mostrando cómo quiere que se vea la mesa, ese diseño teórico es la causa formal de la mesa. Y ciertamente debe haber un carpintero que hizo la mesa, ese carpintero que hizo la mesa es la causa eficiente o el agente de la mesa.

¿Ante todo para qué necesitabas la mesa? Si la razón por la que hiciste la mesa es que quieres cenar en ella, poder traer invitados y cenar en la mesa, esa es la causa final de la mesa: cenar en la mesa.

Esta es la forma en que se enseñan las cuatro causas a los estudiantes. La más importante de todas, a pesar de Aristóteles mismo la nombra al final, es la cuarta causa, el por qué final. Justamente el Rambam, Maimónides, podríamos decir que lo corrige, él no está de acuerdo porque la forma en que Aristóteles explica la causa final es solo una causa final inmediata, no una causa final definitiva y absoluta. Una causa final absoluta para la existencia de algo solo puede existir si crees que Di-s tiene un deseo absoluto de por qué este objeto debe existir y debe ser creado, al igual que un cambio o movimiento. El cambio y el movimiento es idéntico en filosofía, por qué este movimiento o cambio debe haber tenido lugar.

Entonces hay una causa final inmediata, pero hay una causa final última, y Aristóteles no conoció para nada una causa final absoluta.

Las Cuatro Causas y los Cuatro Elementos

Quien recuerda de los tiempos de escuela, cuando se estudiaba química y también estudiamos la tabla periódica que contenía muchos elementos. Se contaban 92 elementos en la naturaleza, y más recientemente los científicos están hablando de más de 92 elementos. Pero probablemente todos recuerdan que de acuerdo con los antiguos, incluso en nuestros días todavía existe la cuenta de cuatro elementos.

Los cuatro elementos pueden ser cuatro estados de la materia. Los cuatro elementos son fuego, aire, agua, tierra. El fuego puede ser un estado de combustión, el aire es un gas, el estado gaseoso, el agua es líquida, la tierra es sólida. Por lo que aún hoy hay otras formas de explicar científicamente lo que significan estos cuatro elementos. Pero los cuatro elementos fueron explicados por los antiguos, desde los griegos y casi todas las antiguas tradiciones, incluso en la Torá, aparece en distintas filosofías.

¿Hay alguna relación entre los cuatro elementos y las cuatro causas? De acuerdo a la Cabalá, tiene que haber una relación porque entre dos conjuntos o modelos cualesquiera, si solo los une o relaciona el hecho de que tienen el mismo número, entonces tiene que haber una correspondencia interior entre ellos. 

Sin extendernos demasiado, la causa material corresponde al elemento de agua. El agua es la materia ideal sin forma o fuente de energía sin forma; el fuego da la forma; el espíritu o el aire es la causa eficiente o el agente, que hace que las cosas sucedan o se muevan; pero la causa final es realmente la tierra, que es el más bajo estado de la realidad. La palabra para tierra en la Torá es “polvo”, afar. Un versículo del Eclesiastés dice que “todo viene del polvo y todo regresa al polvo”. Cuando fue creado Adam el primer hombre se dice fue creado del polvo, de la tierra, y después del pecado, cuando se decretó que debía morir, Di-s le dice “porque polvo eres y al polvo regresarás”. Hay algo acerca de la tierra que la hace la causa final, el motivo final, la razón final.

Bacon reniega del diseño de la Creación y el propósito

Hace casi quinientos años atrás, en tiempos del Renacimiento, de la Inquisición aquí en España, hubo un filósofo en Inglaterra llamado Francis Bacon, muchos habrán oído hablar de él, quien está considerado el padre de la ciencia moderna, de la filosofía de la ciencia moderna, de lo que es llamado el escepticismo empírico, y él no creyó en estas cuatro causas de Aristóteles. Fue el primero discrepar, dijo que solo hay dos causas, negó dos de las cuatro causas y aceptó las otras dos. Sobre esto está basada la ciencia moderna hasta que muy recientemente que volvió al pensamiento de los antiguos filósofos. Dijo que solo hay causa material y causa eficiente. Sólo hay materia -hoy sabemos que materia y energía son equivalentes- y agente que hace que la materia se mueva. Pero no hay forma o diseño en la naturaleza y no hay propósito. 

Este es el objetivo de nuestra primera alocución aquí: ¿hay un propósito o no hay un propósito?

En las religiones orientales no hay un propósito para la Creación. Viene la ciencia moderna, comenzando por Bacon -como dijimos la misma época de la inquisición aquí, el principio del Renacimiento- y también dijo que no hay propósito-diseño en las cosas.

De acuerdo con el Gaón de Vilna como dijimos antes, las cuatro causas corresponden a las cuatro letras del Nombre Esencial de Di-s, el Tetragrámaton. La causa material es la primera letra, la iud, correspondiente al primer motivo del cual hablamos antes, Di-s desea tener una morada abajo en este mundo. La segunda causa es la forma o diseño, detrás de todo lo que sucede en la Creación hay un diseño, esto significa que hay un plan, un esquema anterior a que las cosas sucedan. Esto corresponde a la segunda letra hei en hebreo para quien conoce el idioma. La hei es una letra femenina. 

El Ascenso de la Condición Femenina

De las cuatro letras del Nombre de Dios, la primera y la tercera, iud y vav, son masculinas, y la segunda y cuarta son la misma letra, hei, y son femeninas.

En realidad, lo que hizo Bacon dando comienzo a la revolución científica es eliminar las dos causas femeninas: el diseño y la finalidad o propósito. Las dos causas masculinas son materia y agente, y las dos femeninas son diseño y propósito. 

Hay un movimiento, un cambio desde hace muchas décadas de ascenso de lo femenino, el feminismo. Es muy positivo y en realidad es un movimiento mesiánico. Se enseña en toda la Cabalá, en el contexto al que nos referimos ahora, que este movimiento significa reincorporar estas dos causas del motivo de las cosas, que hay un diseño. ¿Quién da el diseño? Se enseña en Cabalá que el diseño es la función de la madre. La materia viene del padre, correspondiente a la primera letra del Nombre de Di-s, y la madre es la segunda letra. La materia viene del padre y el diseño de la madre. El agente es llamado el hijo de los padres y el final es la hija. Las cuatro letras del Nombre de Di-s son llamadas madre, padre, hijo e hija. 

Bacon eliminó a la madre y a la hija, dejando al padre y al hijo. Fue un cristiano obstinado esta persona, el científico.

¿Cuál es la tendencia en la cultura y ciencia modernas? Primero que todo, si identificamos los dos componentes que quedaron como masculinos, y a los que sacaron como femeninos, podemos decir que la tendencia ahora es el ascenso y traer de regreso en el contexto apropiado la posición de la figura femenina.

Una de las teorías más recientes de la ciencia es la Evolución. Ahora ya sabemos desde hace casi 200 años, que la evolución trajo de vuelta en cierto sentido lo que Maimónides llamó el propósito inmediato, que es llamado adaptación. Las especies cambian porque tienen que adaptarse a su medio ambiente, a lo que es llamado un ecosistema, un sistema ecológico. Significa que el propósito motiva el cambio. En los textos científicos y filosóficos modernos se habla que realmente la evolución está en cierto sentido trayendo de regreso la causa final de Aristóteles, en el contexto de la ciencia.

¿Qué sucede con el diseño? Probablemente todos escuchamos el concepto de diseño inteligente. La ciencia cada vez está siendo más y más confrontada, porque a los científicos no les agrada en principio creer en el diseño inteligente, pero hay tantos hechos, tantos fenómenos extraordinarios acerca de nuestro mundo físico, que apuntan al diseño, el llamado diseño inteligente, que los científicos lo tienen que enfrentar, pero no hay forma de negar que hay un diseño detrás del cambio. 

Nuevamente, diseño es el principio madre, y el objetivo es llamado maljut, reinado, es el concepto que mencionamos antes que Di-s quiere ser rey, pero también es un concepto femenino llamado la hija, el nivel de hija del propósito.

Con esto vamos a concluir nuestra primera sesión hoy. La idea general es discutir acerca del propósito. Y hay un propósito, es la causa final de que las cosas sucedan. Aristóteles entendió la causa final de una manera aproximada muy limitada, un propósito inmediato o cercano. Pero un verdadero propósito final, por qué Di-s creó las cosas y por qué Di-s quiere que estemos sentados justo aquí y ahora, en este momento exacto, eso no lo pudo concebir. Pero este es uno de los objetivos de nuestra fe y nuestra contemplación en la meditación, que será ahora nuestra segunda charla acerca de meditación, meditar y entender que hay un propósito, y hay un propósito final, y ese propósito final será hecho realidad con la redención. Porque la redención no es solo del pueblo judío sino de todo el mundo. Todos llegando a un consenso, a una fe perfecta en un Di-s. 

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