KI TETZÉ | GUEMATRIAS BREVES

Las primeras palabras de la parashá Ki Tetzé son: “Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos” (כִּי תֵצֵא לַמִּלְחָמָה עַל אֹיְבֶיךָ), cuyo valor es 1430, que es también el valor de “Todos” (הַכֹּל) veces “Havaia (הוי-ה), aludiendo al sentido de unificación con la unidad de Dios capturado en la literatura jasídica con la frase, “Todo es Havaiá, y Havaiá es todo” (הַכֹּל הוּא הוי-ה, הוי-ה הוּא הַכֹּל). Necesitamos abordar nuestra guerra con nuestros enemigos -con la inclinación al mal por dentro y por fuera- con la conciencia de que ellos también están sirviendo a la voluntad de Dios y están orando fervientemente para que tengamos éxito y los venzamos.

Parashat Ki Tetzé comienza con la mitzvá de la mujer hermosa capturada en la batalla (eshet iefat toar). Sus primeras palabras son: “Cuando salgáis a la guerra contra [sobre] vuestros enemigos”. La frase, “contra [sobre] tus enemigos” (עַל אֹיְבֶיךָ) es paralela a la frase en Salmos (27:6), “sobre mis enemigos” (עַל אֹיְבַי), que recitamos diariamente desde Rosh Jodesh Elul hasta Hoshaná Rabá, un salmo que habla explícitamente de la batalla que libramos y salimos victoriosos contra nuestra mala inclinación durante esta época del año. El valor de “sobre mis enemigos” (עַל אֹיְבַי) es 123, el valor de “guerra” (מִלְחָמָה). Podemos salir victoriosos en nuestra guerra contra la inclinación al mal cuando sentimos que estamos “por encima” de todos nuestros enemigos.

El valor de “guerra” (מִלְחָמָה) es 123, que también es el valor de “placer” (עֹנֶג) y “imperfección o mancha” (נֶגַע), siguiendo la expresión (Sefer Ietzirá 2:4), “no hay bien superior que el placer ni mal inferior que una lesión” (אֵין בְּטוֹבָה לְמַעְלָה מֵעֹנֶג וְאֵין בָּרָעָה לְמַטָּה מִנֶּגַע). Esto alude a la idea de que si el guerrero es capaz de sentirse superior y en control de su mala inclinación, incluso una eshet iefat toar puede ser una fuente de placer, pero si está abrumado por sentimientos de inferioridad, el esperado placer se convertirá en una mancha o herida para él.

El corazón del Salmo 27 que recitamos todos los días en esta época del año es: “Por Ti dice mi corazón: ‘Buscad Mi rostro’; Tu rostro, Havaiá, procuro”. (לְךָ אָמַר לִבִּי בַּקְּשׁוּ פָנָי אֶת פָּנֶיךָ י-הוה אֲבַקֵּשׁ). Este verso tiene 29 letras. Sus letras primera, media y final forman la palabra laish (לַיִשׁ), uno de los siete sinónimos de león en hebreo. También es un notrikón de “No-es” (לֹא יֵשׁ), el espacio mental que necesitamos ejercitar durante los Días de Temor. El león es símbolo de temor, como dice el profeta (Amós 3:8), “Ruge un león que no temerá” (אַרְיֵה שָׁאָג מִי לֹא יִירָא). Las iniciales de “león” (אַרְיֵה) representan los Días de Temor, “Elul, Rosh Hashaná, Iom Kipur, Hoshaná Rabá” (אֱלוּל רֹאשׁ הַשָּׁנָה יוֹם כִּפּוּר הוֹשַׁעְנָא רַבָּה). 

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