¿DÓNDE ESTÁ MI NOMBRE EN LA TORÁ?

Un ex discípulo del Rambán (Najmánides) se burló de toda la Torá porque no encontró su nombre en la porción de la Torá de Haazinu. Cuando su maestro le mostró dónde estaba realmente escondido su nombre, eso lo impulsó a regresar a Dios.

La porción de la Torá de Haazinu tiene principalmente forma poética, compuesta y dicha por Moisés antes de su fallecimiento. El contenido del poema, aún sin profundizar mucho, cuenta la historia del pueblo judío desde el principio de los tiempos hasta el fin de los días. De “Recuerda los días de antaño”[1] hasta el heraldo de la redención final cuando “Él purificará Su tierra por amor a Su pueblo”.[2] Los sabios afirman: “Este poema es fantástico porque incluye el presente, incluye el pasado, incluye el futuro venidero, incluye este mundo e incluye el mundo venidero”.[3] En palabras de Najmánides “incluye todo el futuro que será, aunque sea breve en palabras.”[4]

Así, encontramos que el poema de Haazinu lo incluye todo, lo que explica por qué es específicamente el legado único que nos dejó Moisés el día de su partida de este mundo. También tiene sentido que exista una directiva especial de repetirlo:

“Y ahora, escribe para ti este poema y enséñaselo a los israelitas, colócalo en sus bocas para que este poema sirva de testimonio para mí para los israelitas”.[5] Se cuenta que el Maguid de Mezritch animó a todos los judíos a memorizar el poema de Haazinu.

La perspectiva del poema es desde arriba, desde el punto de vista de cómo Dios ve el mundo. De él aprendemos que, desde la perspectiva de Dios, todo lo que sucede es una narrativa épica con todos los giros de la trama ya revelada y conocida para el autor. Todos los actos y maquinaciones del hombre se tienen en cuenta y todos desempeñan un papel en el panorama general.

Sin embargo, si ya se sabe todo, ¿significa esto que todos nosotros no somos más que actores de una obra de teatro, marionetas manejadas por una cuerda sin elección real? Para nada. Todos tenemos libre elección y, por tanto, somos completamente responsables de nuestros actos.

Sin embargo, todo es conocido por Dios y todos participamos de Sus planes. Ésta es la famosa paradoja del conocimiento previo y el libre albedrío, que ha ocupado al hombre durante milenios. Sigue siendo un enigma maravilloso:

Dios tiene conocimiento previo de todo, pero a nosotros se nos ha dado la libertad de elegir nuestras acciones y nuestro camino en la vida.

El Discípulo de Najmánides: RAbi Avner

Se cuenta una historia fascinante[6] que se relaciona directamente con la canción de Haazinu sobre el gran erudito Najmánides, el rabino Moisés ben Najmán o el Rambán:

El Rambán tenía un discípulo cuyo nombre era Reb Avner. Un día renegó de sus creencias y se convirtió en prosélito (mumar, en hebreo) y fue un hombre rico y poderoso. Después de muchos años llamó a su antiguo maestro, el Rambán, para que se presentara ante él en Iom Kipur. De hecho el Ramban se presentó ante él y, justo en frente de su rabino mató un cerdo, lo cocinó y se lo comió, todo en el día sagrado de ayuno.

Después de comer preguntó al Rambán cuántas excomuniones de manos del Cielo merecía por las transgresiones que acababa de cometer. El Rambán le dijo que merecía cuatro y Avner dijo cinco. Avner quiso discutir con su rabino pero vio que este estaba enojado y se quedó callado, porque todavía tenía una pequeña cuota de respeto y temor hacia su antiguo maestro.

El Rambán le preguntó a Avner qué lo llevó a convertirse y Avner respondió que una vez escuchó al Rambán decir que todas las mitzvot, todos los mandamientos de la Torá y todo lo que hay en el mundo están aludidos en la porción de la Torá de Haazinu. [De hec0ho, vimos una declaración similar en el comentario del Rambán citado anteriormente.] Avner pensó que esto era ridículo y, por lo tanto, imposible. Perdió la fe en la Torá y acabó transformado en una persona diferente.

Sorprendentemente, el Rambán se mantuvo firme y dijo: “Aún digo que todo está incluido en Haazinu. Para ilustrar esto, pídeme que encuentre lo que quieras”.

“Entonces muéstrame”, dijo Avner sorprendido y con gran duda, “dónde está escrito mi nombre en Haazinu”.

“Como quieras”, dijo el Ramban e inmediatamente se dirigió a un rincón para orar. El verso de Haazinu que le vino a la mente fue: “Dije en mi ira que los destruiré, eliminaré su memoria de la humanidad” (אָמַרְתִּי אַפְאֵיהֶם אַשְׁבִּיתָה מֵאֱנוֹשׁ זִכְרָם). El Rambán percibió que la tercera letra de cada palabra deletrea “R’ Avner” (ר אַבְנֵר), donde la letra reish (ר) significa rabi (רַבִּי), un título de honor a un erudito que indica que su portador es un maestro de Torá.

Cuando Avner escuchó este hallazgo milagroso cayó de bruces y le preguntó a su rabino si podía haber una rectificación para todas sus transgresiones.

“Ya has escuchado las palabras del verso”, respondió el Rambán y se fue.

Avner tomó inmediatamente una barca sin tripulación ni remos y se hizo a la mar, a donde le llevara el viento. Y nunca más se supo de él.

El Rebe de Lubavitch[7] relató que escuchó esta historia por primera vez de su maestro en el jeider (escuela primaria de Torá) cuando les enseñó la porción de la Torá de Haazinu, para demostrar que esta porción lo incluye todo. El Rebe luego continuó especificando:

En esta historia vemos algo maravilloso y aterrador con respecto al asunto general de la teshuvá (retorno a Dios). Se enfatiza que el nombre del discípulo del Rambán era Rabí Avner (como se alude en el versículo). Esto significa que debido a que regresó a Dios… por medio de esto alcanzó el estatus y condición en que la Torá lo llama Rabí Avner…. El maestro luego continuó con las enseñanzas de los sabios sobre Rabí Elazar Ben Dordaia [quien era extremadamente pecador y finalmente hizo teshuvá, puso su cabeza entre sus piernas y lloró tanto que su alma partió mientras sollozaba. En ese momento salió una Voz del Cielo diciendo “Rabí Elazar Ben Dordaia tiene parte en el mundo por venir”, y cuando Rabi, ]Rabí Iehudá HaNasí] escuchó esto “Lloró y dijo: Hay algunas personas que adquieren su mundo [es decir, el significado de su vida] en una sola hora, [porque se llamaba Rabí Elazar Ben Dordaia y merecía entrar en el Mundo Venidero]”.

Los Planes del Hombre

Esta historia ejemplifica el versículo: “Muchos son los pensamientos hay en el corazón del hombre pero es el consejo de Dios el que prevalecerá”.[8] Podríamos explicarlo diciendo que la persona piensa y planea algo y finalmente Dios anula los pensamientos de la persona y va en contra de esos planes. Sin embargo, en un nivel más profundo Rebe Bunim de Peshisja explicó que los pensamientos del hombre permanecen intactos, pero no obstante, el plan de Dios se realizará mediante las acciones del hombre. También en nuestra historia, Avner pide que el Rambán se presente ante él en medio de Iom Kipur para poder burlarse de él. Y su plan se concreta, pero justamente a través de sus propias maquinaciones Avner regresa a Dios, se reconecta y es conocido como Rabi Avner.

Este es un ejemplo de cómo funcionan la presciencia y la elección. No podemos decir que Avner no haya elegido su propio camino, el transgredió por su propia voluntad y a conciencia, deliberadamente. Quizás lo que originalmente enojó a Avner fue que el Rambán había dicho que todo ya estaba escrito en Haazinu. Todo lo que sucederá a lo largo de las generaciones ya está escrito en la Torá, y Avner no podía tolerar esto.

“Probaré que haré lo que se me dé la gana y todo lo que quiera”, se dice a sí mismo. Y cuando realmente se pasa por completo le pregunta burlonamente al Rambán: “¿Está mi historia, la historia que contradice la Torá, también en Haazinu?” En otras palabras, ¿puede la Torá incluir la historia de la persona que contradice y rechaza la Torá?

¡Y el Rambán le responde que sí! Por mucho que te hayas extraviado ahí estás escrito, en el verso más horripilante que existe. El versículo que describía el pensamiento de Dios: “Dije en Mi ira, los haré como si no existieran, eliminaré vuestra memoria de la humanidad”. Este secreto le fue revelado a Avner justamente porque decidió descender al humilde lugar al que llegó. Fue desde allí que comprendió que incluso ese lugar tan distante y tan bajo al que había llegado todavía estaba dentro del ámbito de la presciencia de Dios.

¿Significa esto que es demasiado tarde para Avner y que no puede volver a Dios? Después de todo, se alude a él en el más oscuro de los versos, un verso que dice que nada quedará de él. ¡No! Siempre hay teshuvá, nunca es tarde para arrepentirse, incluso de la manera tan difícil como la teshuvá realizada por Rebe Elazar Ben Dordaia, cuya alma abandonó su cuerpo en medio de sollozos. De la misma manera Rabí Avner elige convertirse en nada y cumplir el versículo que dice que su memoria será eliminada de la humanidad por sus propias acciones, desde un lugar de arrepentimiento.

Rabi Avner no se suicidó, Dios no lo quiera, simplemente zarpó hacia lo desconocido, hacia la nada donde desapareció. La rectificación de rabi Avner está en la nada.

El Mashíaj Regresa del Mar

Como regla general no sabemos qué eventos futuros están escritos en Haazinu. La presciencia de Dios en realidad no impregna la realidad mundana, sino que sigue siendo una luz distante y abarcadora en lo alto. En la terminología cabalística, la presciencia se encuentra en el pensamiento primordial del Hombre Primordial, Moja Stima de Adam Kadmón, [El pensamiento oculto en el Proyecto de la Creación en la Mente del Creador, antes de la primera contracción para crear los mundos] que por un lado incluye todo, hasta el nivel más bajo del Mundo de Acción, pero por otro lado el Hombre Primordial no contiene recipientes, por lo tanto, la luz de este conocimiento previo no puede ser revelada en la conciencia del ser creado. Si una persona supiera el plan que tiene Dios para ella “arruinaría el juego”, por así decirlo, porque la trama se basa justamente en la libre elección del hombre.

Sólo Moisés puede conocer las alusiones ocultas en Haazinu sin arruinar el juego, porque Moisés es el más leal a Dios “en toda Mi casa”.[9] El conocimiento de Moisés está incluido en el conocimiento de Dios (particularmente justo antes de su fallecimiento) sin agregar o restar nada a la trama, sin alterar el delicado y maravilloso equilibrio entre el conocimiento previo y la elección. En nuestra historia las acciones de Rabi Avner crearon una situación en la que el Rambán también descubre la alusión que hay en Haazinu, sin contradecir su libre elección.

Para Terminar, un Poco de Guematria.

La gematría de las letras de “R(abi) Avner” (ר אַבְנֵר) es 453. Este es también el valor numérico de “tzadik consumado” (צַדִּיק גָּמורּ, tzadik gamur), así como el valor de “Rey Mashíaj” (מֶלֶךְ הַמָּשִׁיחַ, melej hamashíaj). Avner pasó de ser una persona sumamente malvada a una persona sumamente justa. Quizás sea incluso el Rey Mashíaj, quien vendrá en un barco para reunir a todas las almas perdidas. Porque incluso una persona que ha transgredido intencionalmente y ha llegado a lo más bajo de lo más bajo, incluso una persona que según el significado simple del versículo debería ser eliminada del mundo, puede regresar a Dios y ser renovada de la nada.


[1] Deuteronomio 32:7

[2] Deuteronomio 32:43

[3] Sifrei Haazinu 43

[4] Ramban a Deuteronomio 32:44

[5] Deuteronomio 31:19

[6] Seder Hadorot

[7] Farbrengen Haazinu 5742.

[8] Proverbios 19:21

[9] Números 12:7

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