EL DÍA Y LA NOCHE

El versículo final de parashá Pekudei, el versículo final del libro del Éxodo, de Shemot; cuando lo leemos en el Beit HaKneset, todos nos ponemos de pie en el último verso y final decimos “jasak jasak venitjasek”, “fuerte, fuerte y nos fortalezcamos”, para fortalecernos en nuestra conexión con la Torá.
Ese último versículo dice que la nube de Gloria de Hashem estaba encima, residiendo en el Mishkán, el Tabernáculo durante el día y “fuego habrá aquí durante la noche”, el fuego de Hashem, la columna de fuego estaba sobre el tabernáculo durante la noche a “los ojos de toda la casa de Israel y todos sus campamentos (mientras) viajaban por la tierra salvaje.”
Ese es el final, el final de Shemot es muy parecido al final de la Torá. El final de la Torá es: “lo que Moshé hizo ante los ojos de todo Israel” y aquí está casi la misma frase, la diferencia es que solamente se añade una palabra a “los ojos de Israel” la cual es “los ojos de la casa de Israel”. Todos sus soldados en la vida.
Más lo que dice aquí, es que, en el tabernáculo, que es realmente nuestro corazón, hay una nube de gloria sobre el tabernáculo durante el día, y fuego durante la noche. ¿Qué significa para nosotros? Se nos enseña al final de Pirkei Avot, la Ética de los Padres que “todo lo que Hashem creó en el mundo, no lo creó sino para Su Gloria”, ¿qué significa “Su Gloria”? Significa que Hashem desea que seamos capaces de observar, de ver cada parte de la creación, y que veamos al Creador, Sus manos, Su trabajo y Su propia esencia, el Ser del Creador reflejándose a Sí mismo en la creación, a esto se le llama la “Gloria de Dios.”
Y este es el motivo por el cual Él creó al mundo, pues, aunque el mundo parezca ser elementos, entidades separadas, Su Gloria debe brillar en cada aspecto de Su creación, el Creador se tiene que reflejar en cada parte de Su creación. A esto se le llama la “Gloria de Dios,” y esta es la consciencia del día. La consciencia del día es la nube de Gloria que rodea el Tabernáculo, y el Tabernáculo es el corazón.
¿Cuál es la consciencia de la noche? Es un pilar de fuego. ¿Qué representa el pilar de fuego? El fuego lo consume todo, la naturaleza de la noche es oscura, no se puede ver nada, pero si hay un fuego, éste iluminará la oscuridad. Pero ¿Qué es lo ilumina? Ilumina la propia esencia de la oscuridad ¿Qué significa esto? Significa que en verdad nada existe aparte de HaKadosh Baruj Hu. Existe un aforismo muy famoso, un dicho de los jasidim que dice: “Dios es todo, todo es Dios.”
En Jasidut se nos enseña que este es la ida y el regreso de la fuerza vital del alma Divina de Israel. Que, en cada momento, en cada instante el alma, la consciencia llega a una comprensión, a un estado de conciencia de que no hay nada aparte de Dios, eso es lo que quiere decir “Dios es todo,” y, en ese mismo instante, hay un regreso a la realidad, veo toda la realidad, veo esta mesa frente a mí, y veo a Dios emerger, ser reflejado desde la realidad misma. Esto es llamado “todo es Dios.” Una vez más, son dos extremos, pero en cada instante hay una ida y un regreso entre ellos, hay una unificación de entre los dos extremos.
El fuego en la noche es la conciencia de los extremos de Dios es todo, esto significa que es una revelación de la oscuridad, que no existe nada aparte de Dios. La nube de Gloria durante el día, el día es jésed, bondad, la noche es guevurá pues guevurá es fuego, consume, realmente no hay nada aquí a excepción de Dios. Más la bondad durante el día, que es como el agua en contraste con el fuego, la nube es un símbolo del agua en la Torá. Y esa bondad desciende y afirma la realidad del mundo, de la existencia. Y no sólo afirma la realidad de la existencia, sino que la reconoce y experimenta el reflejo del Creador en cada aspecto de la creación. Por esta razón en la Torá la noche aparece primero que la mañana, antes que el día. Primero está la noche, primero está la oscuridad, luego la luz; primero la noche y luego el día ¿Por qué? Porque el continuo de la noche al día ocurre a cada segundo, pues la noche no es nada más que Dios. Que es “Dios es todo” y el día es “todo es Dios”.
El día es gloria, la Gloria de Hashem, de Dios en la creación, y la noche es el fuego que ilumina la oscuridad, a la misma esencia de la oscuridad. Estos son los dos estados de conciencia que están continuamente sobre el Santuario, el cual es el corazón de cada judío.
Este último versículo del Éxodo se une con el primer verso de la creación: Bereshit bará Elokim et hashamaim ve’et ha’arets . Cuando sumas la guematria de ambos versículos, el primer verso de Bereshit y el último verso de Shemot, que tienen la nube y el fuego y que aparecen ante todos los ojos de toda la casa de Israel, en todos sus soldados, sumado se convierte en un múltiple de 26. 26 es Hashem, el Nombre esencial Havaiá, y es 26 veces 203 que es el número de la guematria de la frase que quizás es la más esencial de la descripción de Hashem en la Torá: “Ein Od Milvado ”, “No hay nadie aparte de Él”.
Esta frase contiene los dos extremos, los dos polos en sí misma, puede significar que no existe nada más o significa que todo es Dios. Una vez más, cualquier extremo por sí sólo no está completo, tenemos que tenerlos a ambos paradójicamente simultáneamente.
Así que, esta es la meditación de la frase final, el versículo final de Shemot y cómo se conecta al primer versículo de la Torá, y comprender en nuestras vidas qué significa tener siempre sobre nuestro Tabernáculo el fuego durante la noche y una nube de gloria durante el día.

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