Finalmente, “yo” aparece en el primer versículo como la sexta, octava y decimoprimera palabra desde el comienzo, en el segundo es la novena palabra, en el cuarto aparece como la primera y la segunda y en el último está en el decimosegundo lugar. Si sumamos todas estas posiciones juntas, da un total de 25 (52) en el primer versículo, y 24 (uno menos que 25) en el resto. 25 es también el valor de la palabra ani en numeración posicional: alef, la primer letra es 1, nun, la decimocuarta letra es 14, y iud, la décima letra es 10). Si sumamos 24 a 25 encontramos que el total de las siete posiciones en que aparece la palabra “yo” equivale a 49, que es 72 . Esto enfatiza el secreto del número 7, en las palabras de nuestros sabios “todos los séptimos son queridos”.
Si contamos los valores posicionales desde el final de cada versículo, suman 39, que es 3 veces 13, Estos dos números aparecen generalmente juntos en la Torá, 3 veces 13 equivale al valor numérico de Havaiá ejad, “Di-s es Uno”.
Havaiá (26) es dos veces ejad (13). Esta última palabra significa “uno”, o sea que el nombre esencial de Di-s es 2 veces “uno”. Hay intrínsecamente dos manifestaciones complementarias de Unicidad en el Nombre de Di-s. Havaiá ejad, “Di-s es uno” equivale a tres veces “uno” (ejad).
Observamos entonces, que el valor de tres unos, ejad ejad ejad, es el valor exacto de los números posicionales de los siete diferentes ani en esta porción.
Otro fenómeno muy significativo, es que en toda esta porción de 5 versículos hay exactamente 64 palabras, que es igual a 82. También, el nombre de Di-s Havaiá está citado explícitamente tres veces, el pronombre “Yo” (Di-s) lo está 7 veces. Si quitamos los tres nombres de Di-s a las 64 palabras que tiene toda esta porción, nos quedan 61 palabras, que es el valor numérico de la palabra aní, “yo”, por lo que vemos así que toda esta porción es una alusión a la frase Aní Havaiá, “Yo soy Di-s”.
La primera aparición del Nombre de Di-s en estos versículos es la séptima palabra desde el final del versículo; las otras dos apariciones son la tercera y cuarta palabra, respectivamente, desde el final del versículo, siendo que tres más cuatro también equivale a siete. Nuevamente, siete es aquí insinuado doblemente en los valores posicionales del Nombre de Di-s.
Todos estos secretos están amalgamados juntos; en nuestra conciencia, donde la Torá tiene miles de palabras y signos, cada uno de ellos es una manifestación de Divinidad y Unidad. Todo se fusiona dentro de una perfección en la que Di-s es Uno.