De acuerdo con el misticismo judío, hay un número de bellos y significativos secretos en estos pasajes de Isaias.
Primeramente, como sabemos, el número siete es el más significativo en la Torá. El valor numérico de la palabra “Yo” (ani) es 7 en guematria reducida (alef = 1, más nun = 5, más iud = 1).
Esta palabra se repite siete veces en toda la porción, tres en el primer versículo, una en el segundo, ninguna en el tercero, dos en el comienzo del cuarto y dos en la conclusión de la primer frase del quinto versículo, “Allí Yo soy”. En cabalá, la palabra “allí” es siempre un símbolo de maljut, reino, que es el séptimo y último nivel de los siete atributos del corazón. El séptimo nivel es explícitamente “Allí Yo soy”.
Así, el versículo se transforma en las palabras del profeta que habla, y de aquí podemos comprender que Di-s tiene siete manifestaciones o “Yo”, y no sólo tres.