3 Los siete preceptos de Noé

Como dijimos anteriormente, los siete preceptos de Noé corresponden a los siete poderes emocionales del alma. Éstos, a su vez, corresponden a las siete partes más importantes del cuerpo.

SefiráPreceptoParte del cuerpo
Jesed
“benevolencia”
prohibición de cometer adulteriobrazo derecho
Gevurá
“poder”
prohibición de asesinarbrazo izquierdo
Tiferet
“belleza”
prohibición de
robar
torso
Netzaj
“victoria”, “eternidad”
prohibición de adorar ídolospierna derecha
Hod
“esplendor”, “reconocimiento”, “agradecimiento”
prohibición de blasfemarpierna izquierda
Iesod
“fundamento”
prohibición de comer la carne de un miembro extraído de un animal vivo o de tomar su sangreórgano de procreación
Maljut
“reinado”
Establecer sistemas legalesboca

Es obvio que el adulterio es una perversión del amor y que el asesinato, del poder. El robo es una perversión de la belleza, ya que la belleza es la cualidad que le permite a la persona relacionarse con preocupación y consideración con su prójimo.

La fe verdadera en un sólo Di-s representa la victoria esencial del hombre contra el mal (cuyo único poder real es la capacidad de dar una dirección errónea a la fe del hombre) y además la vía de acceso a la eternidad. La perversión de la fe es la idolatría. La blasfemia (“socia” de la idolatría) es una perversión de la aceptación y expresión del alma de agradecer a Di-s.

En tanto que los cinco primeros y el último de los mandamientos de Noé le fueron otorgados a Adam en el principio de la creación, el sexto le fue entregado a Noé por primera vez después del Diluvio. La Torá describe a Noé como el tzadik (“el hombre recto”), el “fundamento” (iesod) de su generación. A las 10 primeras generaciones de la humanidad Di-s les ordenó ser vegetarianos. Después del Diluvio, Di-s le permitió a Noé y a sus descendientes comer todo tipo de carne animal, pero les prohibió comer los miembros amputados o beber la sangre de un animal vivo.

El séptimo precepto de Noé es el único positivo. Es el precepto de establecer sistemas legales para juzgar a aquéllos que transgreden los seis preceptos anteriores y, de esta manera, regular y rectificar a la sociedad. Este precepto corresponde al poder de maljut (“reinado”), ya que la ley es la base de todo reino. Como dicen nuestros sabios: “La ley del reinado debe ser obedecida”. Maljut recibe de los otros poderes del alma, como está dicho: “Todos los ríos (los seis poderes) llegan al mar (maljut)”. En el cuerpo del hombre, maljut corresponde a la boca y su función es dirigir y controlar a la sociedad.

Cuando se disponen estos siete preceptos en una estructura de sefirot, que es conocida para los que estudian Cábala, nos queda el siguiente cuadro:

Gevurá
“Poder”
Asesinato
 Jesed
“benevolencia”
Adulterio
Tiferet
“Belleza”
Robo
Hod
“Eternidad”
Blasfemia
 Netzaj
“Victoria”
Idolatría
 Iesod
“Fundamento”
Comer la carne de un miembro de un animal vivo
 
  
 Maljut
“Reinado”
Establecer sistemas legales
 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *