Para adoptar el sendero noájico, se debe comenzar aceptando y cumpliendo como mínimo las siete leyes Noájicas.
Como todo en la Torá, estas leyes contienen una sabiduría infinita que debe ser buscada y descubierta, ya que su cumplimiento es solo el comienzo un sendero espiritual que posibilita al no judío descubrir matices muy profundos en la consumación de su relación con Dios.
Para revelar algo de esta sabiduría interior, en este capitulo continuaremos explorando la correspondencia entre las siete leyes noájicas y las siete sefirot emocionales.
La fe es el origen de todo lo que sea espiritualidad y misticismo. Se puede vivir una vida totalmente dedicada a cumplir los mandamientos de Dios y a la vez carecer de la imprescindible fe en el Creador, evidenciando una falta de confianza en la bondad del Todopoderoso, o de su omnipresencia o su Providencia.
La fe y la confianza son los ladrillos con los que se edifica la relación con Dios, por lo que es esencial que el noájida conozca que es lo que ellas implican.
En la introducción discutimos los 13 Principios de Fe compilados por Maimónides y como pueden ser reducidos a 7. El gran sabio y medico compilo su lista de principios con la intención de redactar un documento legal integral basado en ellos. Nuestro cometido principal en este libro es proponer una guía espiritual para el noajida, y con este objetivo analizaremos los siete mandamientos que le incumben y constituyen la parte contractual legal del pacto Noájico, extractando de ellos además su sentido espiritual.
La Dimensión Interior de las Leyes Noájicas
Al igual que los 613 mandamientos entregados al pueblo judío en la Torá, que pueden ser explicados según su correspondencia con las sefirot, también los 7 mandamientos noájicos se corresponden con ellas.
Evidentemente el análisis de los 613 mandamientos requiere un extensa explicación que debido a su complejidad es difícil de visualizar, pero como vimos en el capítulo anterior, los siete mandamientos de los bnei Noaj tienen un correlato más directo con las siete sefirot inferiores y a eso nos dedicaremos a continuación.
En esta sección estamos interesados en el sentido mas bien espiritual, llamado a veces “significado interior”, que posee cada uno de dichos siete mandamientos. Para descubrirlo debemos comprender primero la dimensión interior de la sefirá a que cada uno corresponde y los siete poderes o potenciales del alma que emanan de cada una de ellas (como se explicara mas adelante).
Como principio básico, la dimensión exterior de cada sefirá describe el rol funcional que desempeña cada una en el proceso de la creación, mientras que su aspecto interior habla de la fuerza motivadora oculta o subyacente que inspira dicho rol.
Otra bella manera, ampliamente utilizada en la Cabalá para representar estos dos aspectos de las sefirot y su interacción, es que la dimensión externa de la sefirá se enfoca en los recipientes de la creación, mientras que la interior lo hace sobre las luces que llenan esos recipientes. Los recipientes sirven para conducir y revelar las luces, que permanecerían ocultas o inconscientes sin ellos, llevándonos a la conclusión de que las luces necesitan sus recipientes o instrumentos para afectar la realidad.
Por otro lado, si los recipientes carecen de la luz que deben transportar se comparan a un cuerpo sin un alma que les de vida e inspiración. Dios desea que en nuestro servicio Divino los recipientes y las luces se manifiesten simultáneamente, por ser imprescindibles y complementarios entre si.
Los recipientes son creados cuando cumplimos, por medio de uno de los poderes externos del alma, un mandamiento ordenado por Dios, que puede requerir tanto una acción positiva como un compromiso conciente de evitar aquello que esta prohibido.
Con respecto a las luces o motivaciones que llevan a ese cumplimiento, la mayoría de las personas encuentran dificultoso percibir el aspecto espiritual que lleva a la observancia de los mandamientos.
La espiritualidad inherente en los mandamientos de la Torá puede ser experimentados a través de la meditación en los matices de las fuerzas de vida Divina manifestadas en la ejecución de cada mandamiento en particular, es decir, la luz contenida dentro del recipiente. La luz puede ser de una naturaleza tal como vemos en la vida, de dar amor o temor o alguno de los otros atributos del corazón. Experimentar el aspecto intimo de cada uno de los mandamientos nos permite vivenciar en nuestra alma la dimensión interior de la realidad Divina, que está presente en todo lugar para servir a nuestro Creador de acuerdo con Su Voluntad.
El siguiente cuadro nos presenta un esquema de la correspondencia entre las sefirot, los poderes del alma y las siete leyes noájicas:
podertemorProhibición de matarPresentarse con Temor ante Dios | bondadamorProhibición de cometer AdulterioRecreación Continua de la Realidad |
bellezamisericordiaProhibición de RobarReconocimiento de los Milagros de Dios | |
reconocimientosinceridadProhibición de BlasfemarVolverse un Sirviente de Dios | VictoriaconfianzaProhibición de IdolatrarCompromiso a una Auto Transformación |
fundamentoverdad / consumaciónProhibición de Comer Carne de un Animal VivoExperimentar la Providencia Divina | |
reinadohumildadMandato de Establecer un Sistema Legal JustoHacer una Morada para Dios en la Tierra |
Examinar las siete leyes noájidas de esta manera nos permite identificar siete principios de meditación Divina y de servicio, cuyo propósito es inspirar y dirigir las vidas de los bnei Noaj, relacionando dichos principios con los factores experimentales y motivadores que tienen cabida en cada una de esas leyes y los siete principios de meditación Divina que vamos a presentar. A esto vamos a dirigir ahora nuestra atención.