Vamos a continuar con las partículas elementales. Hay de tres tipos, dos se conocen como partículas reales, y el tercer tipo es llamado virtual. Como describiremos, estos tres tipos de partículas corresponden a los tres Mundos de la Creación, Formación y Acción. Las partículas virtuales corresponden al Mundo de la Creación. Los otros dos tipos de partículas son los bosones (partículas de fuerza) y los fermiones (partículas de materia). Los fermiones—partículas de materia—corresponden claramente al Mundo de la Acción, que es donde existe la materia, y los bosones—partículas de fuerza—la mayoría de las cuales tienen 0 masa (excepto por las partículas de la interacción débil, las partículas w y z, que tienen masa) claramente corresponden al Mundo de la Formación. Resumamos esto en una tabla:
ףרש | Conciencia | Partículas virtuales | ישעיה | בריאה | ||
אריה | fuerte | חיה | real | Partículas de fuerza | יחזקאל | יצירה |
שור | débil | |||||
נשר | e/m | |||||
אדם | gravedad | |||||
סוס | Partículas de materia | זכריה | עשיה | |||
36= 93 = 272 =729פסח מצה מרור |
Las partículas virtuales no son llamadas así porque sean irreales, ya que todos los físicos están de acuerdo en que existen. Pero como existen por tan poco tiempo es virtualmente imposible identificarlas y observarlas. Hay cuatro tipos de partículas virtuales, que pueden ser bosones virtuales (partículas de fuerza virtuales) o fermiones virtuales (partículas de materia virtuales). Aparecen en pares de positivo y negativo, como si salieran de ninguna parte e inmediatamente se aniquilan una a la otra.
Hay cuatro fuentes de partículas virtuales. Tres de estas fuentes son resultado directo del principio de incertidumbre. Estas tres consecuencias del principio de incertidumbre son:
1) Cualquier partícula real puede emitir espontáneamente cualquier partícula virtual,
2) El espacio exterior (que erróneamente se considera como un vacío) puede también hacer erupción espontáneamente en partículas virtuales, los cuales inmediatamente se aniquilan una a la otra,
3) Los campos electromagnéticos dan lugar a partículas virtuales.
La cuarta fuente de partículas virtuales viene de los diagramas de Feynman, donde las partículas virtuales se intercambian cuando hay una interacción. La mecánica cuántica supone que cuando hay una interacción electromagnética, dos fotones virtuales que son mensajeros hacen que la interacción tenga lugar. Un fotón real es una particular de luz. Un fotón virtual es como creado de la nada y por eso son relacionados con el Mundo de Creación. Un espacio que parece “vacío” está creando partículas virtuales continuamente.
Otra razón de que vemos a las partículas virtuales correspondiendo al Mundo de la Creación, es porque tres de las cuatro fuentes de partículas virtuales se deben al principio de incertidumbre, el cual ya hemos identificado con la contra-intuición del Mundo de la Creación.
Basado en el verso: “lo oculto es para Havaiá nuestro Dios, y lo revelado para nuestros hijos para siempre”, La Cabalá enseña que los dos Mundos más altos, los Mundos de Emanación y Creación son relativamente ocultos, mientras que los dos Mundos más bajos, Formación y Acción, están relativamente revelados. Entonces, dado que esas partículas virtuales son relativamente difíciles de detectar y observar, entendemos que se corresponden al mundo de Creación, mientras que las partículas de fuerza y de materia, que pueden ser detectadas, corresponden por lo tanto a los Mundos de Formación y Acción, las dimensiones reveladas de la realidad. Sólo, que el mundo de Formación está compuesto de fuerzas, mientras que la materia existe en el Mundo de Acción.
Entonces tenemos aquí nuestros tres tipos de partículas elementales. Repito, las partículas virtuales pueden ser tanto de fuerza o de materia. Algo muy interesante es que hay algunos científicos que creen que los sistemas conscientes corresponden al nivel de las partículas virtuales, o, puesto de otra forma, el pensamiento consciente es un resultado de las partículas elementales que una vez fueron creadas ex nihilo. Esta es una asociación sorprendente. Esta es otra razón para relacionar las partículas virtuales con el Mundo de Creación, que corresponde a la mente. Los sistemas conscientes en la naturaleza corresponden al Mundo de Creación.
Ahora, dijimos antes que con el pecado primordial, cuando Adam comió del Árbol del Conocimiento, los tres mundos cayeron a un estado de incertidumbre. Eso significa que el sistema consciente también cayó 14 niveles, o como ya dijimos, que la misma consciencia inherente en la naturaleza se volvió mortal, o sea que se vio sometida a la incertidumbre existencial o existencia incierta. Esto es lo que está escrito en el lado derecho de la tabla, explicando que estos tres tipos de partículas existen en nuestros tres mundos más bajos.
Para continuar explicando esta tabla tenemos que saber que la Cabalá enseña que hubo tres profetas que en su profecía experimentaron las “Obras de la Carroza Divina” (Maasé Mercavá), Ishaiá, Iejezkel y Zejariá. ¿Qué significa esto? Hay dos temas secretos en la Torá: las Obras de la Creación y las Obras de la Carroza Divina. Las “Obras de la Carroza Divina” se refieren al propósito de la creación. Cada uno de los tres profetas que tuvieron esta visión del propósito de la creación, vio la carroza desde una perspectiva diferente.
La visión más elevada fue la de Ishaiá, cuya conciencia estaba en el Mundo de Creación. La conciencia de Iejezkel estaba en el Mundo de Formación y la de Zacarías en el Mundo de Acción, viendo cada uno una imagen diferente. Los componentes de estas carrozas eran ángeles y en cada imagen los ángeles eran de diferentes tipos. Ya mencionamos en una de nuestras lecturas anteriores que los ángeles pueden ser entendidos como partículas elementales.
En cada visión vieron la carroza conducida por diferentes seres angelicales.
Empezaremos desde abajo. Zejariá vio como una carroza tirada por caballos (מרכבת סוסים, mercavat susim). Podríamos decir que la visión del propósito de la creación a nivel de la materia es ver caballos. En el mundo de la Acción es como ver una gran carrera de caballos, y efectivamente las partículas de materia se presentan como caballos corriendo.
La visión de la carroza más famosa es la de Iejezkel. Él vio lo que en la Biblia se llama “seres vivientes sagrados” (חיות הקדש, jaiot hakodesh). Su carroza está compuesta de cuatro tipos diferentes de seres vivientes que existen en el Mundo de Formación. Es sorprendente que en nuestro mundo físico hay cuatro fuerzas, que por tanto se pueden comparar con estos cuatro tipos de ángeles. El significado simple de un “ser viviente” es un ser que da vida, o en otras palabras fuerza de vida. Estas son por supuesto las cuatro partículas de fuerza de las cuatro fuerzas de la naturaleza, las últimas de las cuales son los seres vivos que se asemejan al hombre. Este no es el hombre superior que en la visión de Ezequiel se sienta en el trono llevado por la carroza, este es diferente a los otros cuatro.
Jaiot o ser viviente en hebreo también significa “animal”(es decir animado). Entonces de estos cuatro seres vivientes, tres son representados por animales, un león, un buey, y un águila. Entonces, este cuarto que se asemeja a un hombre es obviamente diferente. En el texto de Ezequiel el ser viviente que se asemejan a un hombre aparece primero, pero en Cabalá está puesto al final, y como veremos corresponde a la gravedad. Los otros tres representan las otras fuerzas de la naturaleza, que pueden ser casi unificadas incluso sin la teoría de las cuerdas. Pero, la que es evasiva y no puede ser todavía conectada con las otras es la gravedad. En cualquier caso tenemos aquí una bella alusión a las cuatro fuerzas de la naturaleza.
Finalmente, la visión más grande de la carroza Divina fue experimentada por Ishaiá (Ishaiá cap. VI), que corresponde a la conciencia del Mundo de la Creación.56 En esta carroza Ishaiá ve sólo un par de ángeles ardientes (serafines, del verbo lisrof, “quemar, o arder”). Como dijimos las partículas virtuales aparecen en pares, pero lo que es más significativo para identificar qué partículas corresponden a estos ángeles es la palabra usada para describirlos: serafim, que literalmente significa “ángel ardiente”, lo que los describe como seres que aparecen y después se queman espontáneamente. En otras palabras aparecen e inmediatamente se aniquilan, ¡Que es la exacta naturaleza de las partículas virtuales!
¡Cuán sorprendente es que la visión de Ishaiá es de ángeles ardientes que nacen y espontáneamente se queman! Quemarse significa que regresan a su origen en Emanación, la imagen que dimos antes sobre el vacío haciendo erupción constantemente hacia partículas virtuales, que entonces son aniquiladas. Esta es una imagen de algo siendo creado (ex nihilo, como en el Mundo de la Creación) y subsecuentemente regresando a su fuente. El mismo proceso describe la creación de los serafim fuera del Mundo de la Emanación, que es la nada de donde viene la creación ex nihilo.
Entonces ahora tenemos tres nombres de ángeles:
. seraf (שרף), ángel ardiente, las partículas virtuales en el Mundo de la Creación.
. jaiá (חיה), “ser viviente” o “animal”, las verdaderas partículas de fuerza en el Mundo de la Formación.
. sus (סוס) “caballo, que corresponde a las verdaderas partículas de material del Mundo de la Acción.
Ahora veamos la significancia del valor numérico o guematría de estos nombres:
Seraf: שרף = 580 = 10 · ןח (jen, 58), que es la palabra hebrea para “simetría”.
Jaiá: היח = 23, un número muy importante en Cabalá. En todo el relato de la creación hay 469 palabras, por lo tanto la palabra central es la número 235, que es esta palabra y aparece en el verso: “Dios dijo: ‘Que las aguas abunden (pululen) en seres vivos’” (ויאמר אלקים ישרצו המים שרץ נפש חיה , vaiomer Elokim ishretzú hamaim sheretz nefesh jaiá), que es también la primera aparición de esta palabra en la Torá. Entonces esta palabra actúa como el eje de simetría de toda la historia de la creación. Esto alude al hecho que mientras que en la visión de Ezequiel no hay mención de los peces, sólo de los animales terrestres, en la Torá el primer ejemplo de seres vivos específicamente se refiere a los peces.
Sus: סוס = 126. Las letras de esta palabra son ellas mismas simétricas. Hay algo muy simétrico respecto a un caballo. (Aparentemente puede ir atrás en el tiempo, reteniendo la simetría CPT).
Entonces hemos visto que cada una de estas tres palabras muestran una forma diferente de simetría.
Si sumamos las tres palabras, obtenemos 729 = 272 = 93 = 36. Siempre que tenemos una potencia, una expresión de la forma xy, estamos expresando una cualidad de inter-inclusión.
Se enseña en Cabalá que hay otro trío de palabras que están conectadas y tienen este mismo valor. En la Hagadá de Pesaj decimos que quien no experimenta tres cosas en Pesaj no ha realizado el seder apropiadamente: ¡el cordero Pascual (pesaj פסח = 148), matzá (מצה = 135), y hierbas amargas (מרור = 446). ¡Y numéricamente: 148 más 135 más 446 = 729! Esta es una hermosa meditación para Pesaj.
Veamos ahora cómo se corresponden estos tres componentes de Pesaj con los tres tipos de partículas. Por cierto, hoy Pesaj queda a nivel virtual, porque no podemos ofrecer el sacrificio al no estar el Templo de Jerusalem. La mitzvá (precepto) del cordero Pascual es ser comido asado, más quemado que cualquier otra cosa comida en el servicio del Templo. No hay una ofrenda que comamos más “quemada”, como un seraf. Esto representa el nivel de conciencia logrado por un tzadik que siempre siente cómo el mundo viene a “ser” de la nada e instantáneamente regresa a la nada.
Comer el matzá corresponde a las cuatro partículas de fuerza. El pan le da energía o fuerza de vida a la persona la energía, como lo declara el verso: “No sólo de pan vive el hombre, sino de la palabra de Dios vivirá”. Entonces no es la materia física lo que da la vida, sino la fuerza de vida interior. La matzá, que es una forma de pan pobre revela esto, que no es lo físico sino lo espiritual dentro de lo físico lo que da vida.
Las partículas de materia corresponden a las hierbas amargas, y nos recuerdan a la adversidad inherente en el mundo de la Acción. Las dificultades son en definitiva algo bueno, ya que la recompensa viene de acuerdo a la dificultad que experimentamos. En el verso que enumera los cuatro Mundos, el Mundo de la Acción es precedido por la palabra אף (af), que también es la raíz de la palabra para “enojo”, aludiendo a la dificultad y dureza inherente en el mundo físico. Entonces, una vez más, vemos aquí una muy hermosa correspondencia entre los tres elementos de Pesaj y los tres tipos de partículas, con los tres Mundos más bajos como el marco fundamental de referencia para todas estas correspondencias.
Las cuatro fuerzas
Volvamos ahora a las cuatro fuerzas en la naturaleza, que como ya hemos dicho corresponden al Mundo de la Formación. Mencionamos en una lectura anterior que hay tres métodos de unificación:
en el Mundo de la Creación, el principio unificador es la anulación (התבטלות, hitbatlut), vemos esto en los serafim siendo quemados, esto es anulados, en su regreso a la nada.
en el Mundo de la Formación, el principio unificador es la inter-inclusión (התכללות, hitcalelut).
en el Mundo de la Acción, el principio unificador es la cooperación (השתתפות, hishtatfut).
Respecto a las tres visiones de la carroza, podemos ahora decir que los caballos del mundo de la Acción necesitan cooperar, actuar o trabajar juntos. La unificación de la materia se produce cuando trabajan juntos.
Los seres vivientes del Mundo de la Formación se unen a través de la inter-inclusión. En la visión de Iejezkel cada uno de los seres vivientes tiene las cuatro caras en ella: león, buey, águila, y hombre. Y además cada una de estas cuatro caras inter-incluidas entre ellas (sólo que la cara predominante era una de las cuatro).
Entonces, el principio de unificación para las partículas de fuerza es la inter-inclusión. El enigma paradigmático de hoy en la ciencia es cómo unificar las cuatro fuerzas en la naturaleza. Mencionamos en una lectura anterior que esto es lo que todavía le falta a la ciencia: un modelo de unificación basado en la inter-inclusión. Este tipo de unificación se aprecia fácilmente en una imagen holográfica grabada en un cristal. En otras palabras, en la gran fuerza fuerte (interacción nuclear fuerte) se debe ver de alguna manera la fuerza débil, la fuerza electromagnética y la gravedad, todas reflejadas en ella.
El Targum Ionatán, basado en los dichos de los sabios, dice que las cuatro jaiot o seres vivientes, tienen 256 alas. 256 = 44. Este es un bello ejemplo de inter-inclusión, porque, como se mencionó, cada uno de los seres vivientes tiene cuatro lados y cada lado tiene cuatro caras y cada cara tiene cuatro alas. Entonces los cuatro seres vivientes tienen 44 alas. Hay un tipo particular de simetría conocida como simetría angular, si observa algo desde un ángulo diferente se seguirá viendo lo mismo (como en una bola en rotación). Aquí, en cualquier dirección que vea se a los seres vivientes, se ve lo mismo. Entonces en ese sentido, las alas con como giros.
Los serafines, los ángeles en llamas de la visión de Ishaiá, tienen cada uno 6 alas. Los caballos angelicales de la visión de Zejariá tienen 2 alas cada uno, más similares a los ángeles con 2 alas que nos imaginamos usualmente (como las aves físicas).
Ahora podemos esquematizar la siguiente correspondencia:
. las partículas de fuerza (seres vivientes) tienen cuatro alas cada uno
. las partículas de materia (caballos) tienen dos alas
. y las partículas virtuales (ángeles ardientes) tienen seis alas cada uno.
Esta correspondencia y sus implicaciones científicas y espirituales necesitan ser desarrolladas más exhaustivamente. Pero notemos una vez más que los seres vivos exhiben el mayor grado de inter-inclusión, en donde los cuatro seres vivientes reflejan a los cuatro, y cada uno de estos reflejos a su vez reflejan a los cuatro. Y entre todos tienen 256 alas.
El libro de Iejeskel empieza con una visión que está relacionada con el número cuatro (cuatro caras, cuatro alas, etc. para cada jaiá, cada “ser viviente”). Cerca de su final hay otra visión relacionada con el número 4, conocida como “la visión de los huesos secos”. que representan el estado de los judíos en el exilio, donde están secos. En su visión, ve a la Casa de Israel como huesos secos, significando que están muertos. Y los huesos están desparramados, lo que representa un estado máximo de entropía donde todo ha caído completamente separado.
Después describe algo que es un ejemplo de regreso en el tiempo: los huesos secos se unen y los tendones, carne y piel crecen nuevamente sobre ellos. Cuando los científicos quieren demonstrar el concepto de la línea del tiempo, que el tiempo tiene una direccion, nos piden imaginar un vidrio roto. Ahora si esta rotura fuera filmada y puesta en reversa, podríamos inmediatamente decir que la película se está viendo en reversa conforme viéramos las piezas juntándose.
Este es un ejemplo de teshuvá. Esto es como el principio de la Torá que no hay un orden cronológico en la Torá, en sentido normal de la cronología. A veces, las cosas que pasaron después, se escriben como si sucedieron antes. Este concepto es el fundamento del concepto de teshuvá, el cual permite a una persona ir hacia atrás y revivir, e incluso tomar una ventaja positiva de los eventos pasados negativos, en el sentido que explicamos antes que el mal se transforma en un trono para el bien.
Pero Iejezkel ve la película de la “muerte” en reversa, y vemos a los huesos juntándose y creciendo como un ser humano, como si fuera. Este tipo de experiencia es la experiencia de la resurrección. Por eso la visión de Ezequiel fue un ejemplo del tiempo en reversa y un quebrantamiento de la ley de la entropía. Desde la alta entropía (un estado posterior, a medida que progresa la muerte) de pronto viene una entropía más baja (un estado anterior, la energía de la vida). La flecha del tiempo normalmente viaja desde una entropía menor a una mayor. Y aquí él ve que ocurre lo opuesto: un estado de alta entropía (muerte), de menos orden, deviene en un estado de baja entropía (resurrección), un estado de más orden.
En su visión él vio cuatro componentes del cuerpo: huesos, tendones (vasos sanguíneos), carne, y piel. Como vimos las partes añadidas a los huesos, la entropía estaba disminuyendo, pero al final el cuerpo todavía no estaba vivo—la fuerza-vital todavía estaba perdida. Entonces si estas cuatro partes del cuerpo representan las cuatro fuerzas de la naturaleza, entonces algo todavía tiene que venir a unificar las fuerzas para traer el cuerpo a la vida. Esto es lo que Iejezkel profetiza como: “De las cuatro esquinas, el viento [rúaj, espíritu] vendrá para revivir estos cuerpos muertos.”
Ahora, no podemos entrar en grandes detalles por falta de tiempo, pero veamos cómo estas cuatro partes del cuerpo se corresponden con las cuatro fuerzas:
• Los huesos corresponden a la interacción nuclear fuerte, que mantiene unido el núcleo del átomo, tal como los huesos (el esqueleto) mantiene unido todo el cuerpo.
• Los vasos sanguíneos (tendones) corresponden a la fuerza nuclear débil, ya que esta es la fuerza responsable de la radioactividad, que tiene una importante relación con la sangre, que no discutiremos ahora.
• Carne, o el sistema muscular, corresponde a la fuerza electromagnética. En principio, el sistema nervioso tiene una correspondencia más directa con la fuerza electromagnética, y es representada más de cerca en el modelo de Iejezkel por el sistema muscular.
• La piel corresponde a la gravedad. La contextura de la piel representa la curvatura del espacio. Como explicamos, de acuerdo a Einstein el espacio es suavemente curvo y esta curvatura del espacio es equivalente a la gravedad. Mencionamos que la mayor discrepancia entre la relatividad general y la mecánica cuántica es que la relatividad habla de una leve curvatura mientras que la segunda de una curvatura frántica o pronunciada. Einstein estaba en el Mundo de la Rectificación que es suave, mientras que Heisenberg en el Mundo de Caos, que es más frenético. En cualquier caso, es una bella imagen ver la piel como representando la suave curvatura del espacio. La piel es donde se ven los rasgos humanos de la cara (tal como por los seres vivientes, la que muestra a un hombre, corresponde a la gravedad), donde el hombre es definido como hombre.
El hecho que entonces el espíritu tiene que venir para unificar estas cuatro fuerzas, para hacerlas un hombre vivo, es similar a la creación del hombre, donde después que el cuerpo de Adam había sido formado físicamente, Dios insufló el aliento de vida, que lo animó y lo hizo vivir.