Salir del confort para buscar el destino, Mente y cuerpo
Dos Destinos, la batalla entre el lado iluminado y el lado oscuro
LAS DOS ESPOSAS DE IAACOV – LEA Y RAJEL
Rajel y Leá representan dos perspectivas diferentes. Iaacov necesitaba ambos para construir su casa
En la parashat Vaietzé leemos el relato de los matrimonios de Iaacov y el nacimiento de once de sus doce hijos, las doce tribus de Israel. De hecho, Benjamin, el nacimiento duodécimo hijo de Iaacov es también aludido en la parashá en palabras de Rajel con la que da sentido a nombre de Iosef, “Dios añadirá [Iosef] mi otro hijo.”[1].
En contraste con Abraham y los hogares de Itzjak, que aún incluían a Ismael y Esaú, los elementos extraños que deben ser disipados, la familia de Iaacov es un consumado “hogar judío” del que el pueblo judío ha evolucionado hasta el día de hoy. El concepto de una “casa” es aplicable sólo a Iaacov, a partir de su referencia al Monte del Templo como una “casa de Dios”[2] y siguiendo hasta la próxima parashá, donde dice, “y me edificará una casa.”[3] Del mismo modo, el profeta se refiere a todo el pueblo judío en la “Casa de Iaacov.”[4] Iaacov tiene una relación única con su hogar y su hogar
Cada detalle que se menciona en la parashá sobre el desarrollo de la casa de Iaacov tiene una gran importancia, en esta ocasión se refieren a la diferencia entre sus dos esposas, Rajel y Lea.
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