P: 1 . ¿Ruth es la reencarnación de la madre de Moab (la hija de Lot)?
2. ¿Es lógico esperar que justo antes de la llegada del Mashíaj aparezca otra reencarnación de aquella alma?
3. Respecto a las hijas de Lot, ¿cuál es la estructura o condición de sus almas en comparación con las almas actuales de los nacidos judíos?
4. ¿Cómo se traduce todo lo anterior en relación con las actuales mujeres conversas?
5. Dado que a los hombres Moabitas no se les permite convertirse y a las mujeres Moabitas sí, ¿Esto indica un reconocimiento formal de que aquellas hijas de Lot estaban destinadas a ser como fueron, para que a las mujeres se les pudiera conceder una deferencia espiritual a pesar de la maldad de los hombres que las controlan?
Soy una mujer conversa, y estas cuestiones me preocupan mucho. ¡Ayudéme!
R: Nuestros sabios dicen que la historia de las hijas de Lot tuvo lugar para extraer dos buenas chipas. Una es Ruth la Moabita y la otra es Naamá la Amonita. Claramente estas dos chispas están relacionadas con al rectificación de las dos hijas de Lot que dieron a luz a Moab y Amón. Ellas pensaron erróneamente que el mundo entero había sido destruido, como en la época del Diluvio, y pensaron que tenían que mantener la existencia de la raza humana. Su buena intención, que es la chispa de bondad existente dentro de ellas, retornó investida como dos conversas, Ruth la Moabita y Naamá la Amonita. El Mashíaj, cuya misión es llevar a la tierra a su rectificación final, también desciende de ellas.
Todas las almas-raíz básicas desde Adam en adelante se reencarnan para continuar elevando su rectificación.
Espiritualmente, hay una relación entre un baal teshuvá (“que retornó”) y un converso, incluso aunque el baal teshuvá sea nacido Judío. Su servicio espiritual de haber perdido su identidad y restablecerla nuevamente es un proceso similar al de la conversión. Éste es el estado general del ser de nuestra generación antes de la llegada del Mashíaj. Cuando el Mashíaj venga hará que todos los judíos justos (tzadikim) se conviertan en baalei teshuvá.
Todo el mundo debe experimentar la “conversión”. En Shavuot, la entrega de la Torá, todos los del pueblo judío son llamados conversos. Esta es la razón por la que leemos Meguilat Ruth en esa festividad.
Definitivamente hay algo único en las mujeres conversas. No es sólo respecto a Moab y Amón donde la ley judía establece explícitamente que sólo las mujeres pueden convertirse e inmediatamente casarse dentro de la Congregación de Israel. La intención del Rey Shlomó al casarse con las mil princesas de las diferentes naciones era elevar la chispa sagrada de aquellos pueblos. Esa chispa sagrada de cada pueblo está en su princesa, el elemento femenino del Pueblo y no en el elemento masculino. Esto es porque lo femenino es fundamentalmente un receptor, y todas las naciones de la tierra son relativamente receptoras en relación al pueblo judío.