P : He oído que un defensor generado por la buena acción de un hombre puede guiar a otro hombre a escoger correctamente, mientras que un adversario producido por una mala acción buscará individuos vulnerables para arrastrarles al mal camino. ¿Es simplemente una parábola ampliada de que el efecto de nuestra elección de bien o mal influye en otros para que elijan del mismo modo que nosotros lo hicimos, incluso si creemos que actuamos en privado y que nuestra elección la conocemos sólo nosotros?
R: Lo que le contaron se refiere a la Mishná , Pirkei Avot , la Ética de Nuestros Padres, (capítulo 4:11)
Rabí Eliécer ben Yakov dijo: El que cumple con un mandamiento, adquiere para si un defensor, y el que comete una trasgresión, se ha agenciado un acusador. El arrepentimiento y las buenas acciones son un escudo contra el castigo.
La Mishná no dice explícitamente que estos dos poderes espirituales angélicos puedan influir en otros. El significado simple se refiere sólo a la persona en sí misma. La continuación de la Mishná dice que el retorno a Dios y el arrepentimiento por las malas acciones, y las buenas acciones que a consecuencia de ello uno hace, sirven como un escudo frente al castigo. Incluso aunque una persona haya hecho mal, y tenga acusadores, ellos pueden ser anulados y erradicados por el arrepentimiento y las buenas acciones. Incluso si los acusadores no están totalmente erradicados, la persona crea un escudo que lo rodea y lo protege frente a su influencia malvada.
Como todas las almas judías son “garantes” de las demás, está claro que cada acto que hace afecta directa o indirectamente a todas las demás. Cada uno está relacionado con todos los demás judíos, así como los órganos del cuerpo afectan los unos a los otros. Esto explica la importancia de ayudarse uno al otro a encontrar el modo adecuado de vida, para regresar a Dios y hacer buenas acciones. Cuando escoge el camino correcto, trae el bien para todos los demás judíos, y en definitiva al mundo entero.