Hemos hecho mención varias veces de la necesidad que tiene el individuo en busca de una terapia, de sentirse abarcado por la misericordia de Di-s. El secreto de conseguir este sentimiento está descripto en el siguiente versículo del libro de Proverbios (28:13): “El que oculta sus transgresiones no triunfará, pero al que las admite y se abstiene de ellas le será mostrada misericordia”.
Sentir la misericordia de Di-s depende entonces de admitir los actos erróneos, sentirse arrepentido de haberlos hecho y resolver no repetirlos más (las dos últimas condiciones están incluidas en la idea de abstinencia). Este proceso triple de cambio es conocido en el judaísmo como “teshuvá”, muy comunmente mal traducido como arrepentimiento pero que en realidad significa retorno, tanto a Di-s como a una más noble visión de uno mismo.
Por medio de la teshuvá la persona se libera y se redime de su estado actual, y se libera de los patrones de comportamiento en los que previamente estubo encerrado.
De momento que la teshuvá es un proceso de crecimiento espiritual, podemos hacer un paralelo con las tres etapas que tipifican este tipo de procesos: La confesión es un claro acto de sumisión, humillando al propio ego. Abstenerse del pecado mediante el arrepentimiento y la resolución de no repetirlo es un acto de separación. Sentirse abarcado y apoyado por la misericordia de Di-s es la fase de dulcificación del proceso. La teshuvá en si misma es un proceso triple que pasa por las facetas intelectual, emocional y de comportamiento de la conciencia del hombre.
La persona debe primero admitir la verdad, debe dejar de engañarse (o permitirse ser engañado) pensando que el pecado no es un pecado; luego debe sentirse emocionalmente agradecido a Di-s por la oportunidad de cambiar; y finalmente debe reconocer el hecho de que ha hecho algo erróneo y resolver no repetirlo en el futuro.
El cuadro general es como sigue:
* Admisión de la verdad / Confesión del acto erróneo – Sumisión
* Compromiso Intelectual en pos de la oportunidad de cambiar las Emociones Resolviendo no repetir el pecado – Separación
* Conducta Receptora de la misericordia de Di-s – DulcificaciónAsí como la misericordia es el atributo esencial de Di-s por excelencia, el esquema psicológico triple de admisión, compromiso y resolución de no repetir el pecado es la actitud más básica que caracteriza la psiquis judía. Por eso es costumbre que las primeras palabras que dice el judío al despertar a la mañana, la declaración que sirve de basamento a su conciencia para el resto de día es: “Doy gracias a Ti, Rey viviente y eterno, pues Tú has restituido misericordiosamente mi alma dentro de mi, Tu fe [en mi] es grande”. En esta frase el judío expresa los tres sentimientos que hemos mencionado: admite la fé en cuanto al propósito de la vida, que Di-s es el verdadero soberano del mundo y el único juez de lo que es bueno o malo; da gracias a Di-s por el regalo de restaurar el alma dentro de él; y confiesa su culpa de no vivir de acuerdo a su potencial, al reconocer la confianza de Di-s en que hoy actuará mejor a pesar de las faltas de ayer.