El texto hebreo de la Biblia contiene signos diacríticos que indican cómo se debe entonar su lectura. Estas señales, conocidas como signos melódicos, indican la melodía que debe ser usada para cada palabra y la cadencia general del versículo. Son signos musicales abreviados y también una pauta de la estructura gramatical del texto.
En todos los libros de la Biblia se emplea el mismo sistema de signos melódicos, con excepción de tres de ellos que utilizan un sistema propio: el libro de los Salmos, el de Proverbios y el de Job. En ellos el sistema es más complejo e intrincado y más dificil de cantar que en los otros. Muchas, si no la mayoría de las comunidades judías, han perdido el conocimiento exacto de la interpretación de esas melodías.
De momento que estos tres libros están compuestos y cantados de una manera especial, más complicada y dificultosa y un tanto esotérica, se los agrupa aparte de los otros libros de la Biblia, como reflejando un nivel más profundo y penetrante de entender la vida. Esta apreciación está reforzada por su profundo contenido filosófico y emocional, que los distingue de la otra literatura sabia y narrativa que vemos en las Sagradas Escrituras. Por lo tanto, aunque por supuesto toda la Biblia es rica en profundizaciones dentro de la naturaleza y psicología del hombre, se puede considerar a estos tres como los libros quintaesenciales de psicología bíblica. Efectivamente, luego de un examen detenido podemos trazar un paralelo entre cada uno de ellos y cada uno de los tres métodos de terapia que estamos discutiendo. Así, podemos verlos como una progresión secuencial de conciencia correspondiente a estas tres facetas de la terapia. El orden en que aparecen en la mayoría de las ediciones de la Biblia siguen la siguiente secuencia evolutiva:
- Job: verbalización / dulcificación
- Proverbios: ignorar / separación
- Salmos: supresión / sumisión
Salmos es el libro de plegaria y ruego a Di-s; es una antigua y reverenciada costumbre judía derramar nuestro corazón a Di-s por medio del recitado de salmos con el corazón quebrado, en momentos de dolor y sufrimiento. Fueron escritos por el rey David, el dulce cantor de Israel (Samuel II 23:1). El rey David personifica los atributos de carácter de humildad y sumisión, como es evidente de la réplica a su esposa Mijal cuando lo recriminó por danzar deshinibidamente frente a sus criadas (ibid, 6:22): “Siempre he sido bajo, en mi propia estimación”. En virtud de su humildad frente a Di-s (y también ante las clases bajas), se le confirió la fuerza y convicción que le permitió liderar a su pueblo temerariamente, con la autoridad adecuada para un rey de Israel.
Proverbios es el libro de ética Divina escrito por el rey Salomón.
Rashi, el comentarista clásico, escribió en el comienzo de su comentario del libro de Proverbios: “Todas las afirmaciones [del rey Salomón] son parábolas y analogías. Comparó la Torá a una buena mujer y a la idolatría a una ramera… Uso estas analogías para enseñar sabiduría y ética al hombre, que puede dedicar su vida al estudio de la Torá, que es la verdadera sabiduría, ética y comprensión.”
Al final del libro, el padre sabio advierte a su hijo cómo escapar de su mala inclinación y guardar distancia de ella. El consejo que brinda es reemplazar los pensamientos que propone la mala inclinación con otros sobre lo atractivo de la Torá, que es comparada con una buena mujer, una amorosa servatilla y una graciosa cabra montañesa (Proverbios 5:19).Este es el proceso terapéutico de separación, en donde la persona expulsa los pensamientos extraños de su mente reemplazándolos por otros positivos y orientados por la Torá. De esta manera rectifica su psiquis distorsionada y circuncida su corazón, abriéndolo a la santidad y purificandolo de todas las formas de ansiedad negativa.